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Los objetos malditos. O no tanto por Xafy_new

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Notas del capitulo: WIII!!! lo termine :D
- ¡Hey Harry, podrías hacerme un favor? – le detuvo en su camino a los ascensores un pelirrojo.
- Claro Ron, ¿Que necesitas?.
- ¿Podrías llevar estos archivos al tercer subterráneo y archivarlos?.
- Pero yo no estoy autorizado a entrar allí.
- ¡Claro que puedes! Cualquiera puede. Solo tienes que archivarlos de acuerdo al número del caso - Harry observo el gran montón de carpetas que Ron le ofrecía. No tenía muchas ganas de hacerlo, pero no tenía nada mas en lo que ocupar su día, estas vacaciones se le estaban haciendo demasiado largas.
- Está bien, pero que no se te haga costumbre - le amenazó con un dedo, Ron comenzó a reírse – Claro, es solo por hoy, Hermione y yo quedamos de salir a cenar, y estaba un poco atrasado con el papeleo, tu me estas ahorrando a lo menos una hora. Harry ya se había despedido y entrado a los ascensores cuando grito – ¿¡Una hora!? – pero el pelirrojo ya había desaparecido.


Harry llego al tercer subterráneo, esta desierto y sus pasos resonaban con el eco de las paredes, había tan solo tres puertas y una de ellas estaba abierta, cuando se acercó a esta pudo leer una simple palabra en una placa dorada ‘Archivos’. Entro lentamente, una gran ventana con un paisaje falso era la que brindaba la mayor parte de la luz en la sala, el resto era iluminado por antorchas esparcidas por aquí y alla. La sala era inmensa y estaba llena de estantes con cajas y archivadores, algunos tenían una letra encima y otros un numero, Harry cerro suavemente la puerta tras de si y dio unos pasos dentro, pero cuan do la puerta se encontró con el marco, el sonido de una cerradura cerrándose reboto en toda la habitación, luego el sonido de un archivador siendo cerrado con fuerza en algún lugar de la sala y un grito.

- ¿¡Es que acaso estoy rodeado de enfermos mentales!? – pasos apresurados se acercaban - ¿Cómo alguien puede ser tan idiota? ¡Si la maldita puerta está abierta es para que se mantenga así! – por el rabillo del ojo Harry vio a el dueño de la voz colérica acercándose por su izquierda, pero no había sido necesario verlo para saber de quien se trataba.

- Potter – escupió – Solo tu podías ser tan imbécil para cerrar la puerta.
- Por las barbas de Merlín Malfoy, solo es una puta puerta, no necesitas ponerte todo dramático solo porque cerré la estúpida puerta – Draco se quedó parado a cinco metros de el, mirándole intensamente.
- Ábrela – Harry estaba seguro de que tan solo había sido un susurro ahogado, pero en ese lugar se había escuchado casi como un grito. El moreno apretó el puente de su nariz con sus dedos índice y pulgar, tratando de apaciguar el dolor de cabeza inminente que se estaba produciendo, soltó un suspiro y se giró hacia la puerta. No se abrió. Harry la tiro un par de veces y esta no se abrió. Intento con tres alohomora y la puerta no cedió. Se giró para observar al rubio, el cual le observaba con los brazos cruzados en su pecho y con una mirada de alguien que espera ansioso tu fracaso.
- No abre – fue lo único que pudo decir.
- ¿No me digas? – le respondió el rubio con un todo que decía que el que las puertas no se abrieran debía ser una verdad universal.
- ¿Por que no se abre? – ahora fue el turno de Draco de soltar un suspiro y frotar el puente de su nariz.
- Supongo que nadie te lo dijo.
- ¿Decirme que?
- No es una gran sorpresa tampoco, no se quién podría ser tan idiota para enviar a alguien que no tiene idea sobre las cosas que suceden en el ministerio hasta esta sala.
- No te sigo.
- Por supuesto que no lo haces, ¡Eres un idiota! ¡Un descerebrado! Tan solo llegas y haces lo que quieres, por que quien podría negarle algo al puto niñato que vivió.
- ¿Podrías dejar de insultarme por un puto minuto y explicarme de una puñetera vez porque mierda la cojonuda puerta no se abre! – exploto el moreno.
- ¡Y dices que yo deje de insultar? – Harry le miraba colérico.
- Esta puerta – señalo Draco acercándose – Está encantada – se detuvo a cuatro pasos del moreno – Para que cuando aquellos que quieran robar o alterar los documentos de esta sala, entren cerrando la puerta tras de ellos y queden encerrados.
- Tal vez si la hago estallar – comento en voz baja el moreno
- Lo único que conseguirás será llenar la sala de polvo y matarnos a ambos – le interrumpió el rubio.
- ¿Entonces que sugieres que hagamos?
- Esperar.
- ¿Esperar? ¿Esperar a que? ¿A que a alguien se le ocurra bajar y archivar algo?
- Precisamente – el rubio se alejó por los pasillos. Harry podía escuchas sus pasos por la sala, cuando abría y cerraba archivadores. Media hora después lo vio reaparecer por un pasillo a su derecha. El rubio se detuvo frente a el pero a una buena distancia, saco su varita y la sacudió frente a un archivador, el cual se convirtió en un sillón de metal. Malfoy frunció el ceño, se sacó su capa y la coloco sobre el sillón, sentándose el sobre esta.
- Sera mejor que archives esas cosas o terminaras suicidándote con la espera, no que me importe mucho verte morir pero no quiero ser el principal y único sospechoso - a su pesar Malfoy tenía razón, además se lo había prometido a Ron.


Después de lo que Harry le parecieron dos horas vagando entre los archivadores, media hora en la cual, tenía que aceptar, se había perdido, volvió unto a la puerta, donde encontró a Malfoy, aun sentado en el archivador transformado; a su alrededor habían muchos papeles arrugados, en el piso, sobre el sillón y sobre sus piernas, ahora mismo tenia uno entre sus dedos, el cual doblaba rápida pero cuidadosamente. Harry se deshizo de su capa y la coloco en el piso, donde se sentó, aun observando al rubio con el pequeño trozo de papel; después de un rato, lo dejo sobre sus piernas y saco otro papel de un bolsillo de su pantalón y comenzó a doblarlo. Harry ya no se aguantaba la curiosidad.

- ¿Que es lo que haces?
- Origami- contesto después de un rato y sin dejar de doblar el papel.
- ¿Origami?
- El antiguo arte de doblar papel, o papiroflexia - Draco termino con el papel que tenía en sus manos, lo dejo sobre el sillón y con dos vueltas de su varita, todas las pajarita de papel que le rodeaban se lazaron al vuelo.
- Es como la que hiciste en tercer año- reconoció Harry cuando las pajaritas se acercaron a el – ¿Donde aprendiste a hacerlas?
- En casa.
- ¿Tus padres te enseñaron?
- No, encontré un libro.
- ¿Y por que quisiste aprender?
- Los japoneses, que son los que inventaron el origami, creen que aporta calma , paciencia y perseverancia a aquellos que lo practican - Harry comenzó a reírse.
- Si, supongo que son cosas que necesitas bastante.
- En especial cuando me veo encerado con Harry Potter por tiempo indefinido.
Harry agarro una de las pajaritas y la desarmo con cuidado. ¿Que tan difícil podía ser? Luego del tercer intento siguiéndolos dobleces marcados sin conseguir nada, se rindió arrojando el papel lejos de el. Sintió la risa burlona del rubio.

Los minutos pasaban y solo se escuchaba el constante rapar de los pantalones del rubio contra su capa cuando cambiaba de posición sobre el sillón. Harry sentía que tenía que decir algo, lo que fuera.

- Mande tu camisa con una lechuza ayer por la noche.
- Si, la recibí, pero esa no era mi camisa, era una nueva.
- Lo se.
El tiempo seguía pasando y el silencio se hacía cada vez mas incómodo. A Harry una pregunta le había estado rondando desde hacía mucho rato, pero no se animaba a preguntar.
- ¡Podrías tan solo decirlo!- le grito un exasperado Draco Malfoy.
- ¿Como?
- Irradias ansiedad y en tu rostro está escrito con enormes letras de neón que quieres decir algo pero no te animas a hacerlo - Harry tomo un poco de aire.
- ¿Por que no les dijiste?- ambos sintieron el aire a su alrededor un poco mas denso. Ni siquiera era necesario que se explicara, Draco sabía perfectamente a que se refería.
- Realmente no te reconocí.
- ¡No mientas! En el mismo momento en que me miraste supiste que era yo - Draco se quedó en silencio; después de un momento se levantó lentamente del sillón y le dio la espalda a Harry, mirando hacia el atardecer de la ventana falsa.
- Eras la única oportunidad- dijo finalmente en voz baja y con un aire sombrio. ¿La única oportunidad? ¿Oportunidad para que?
- ¿Por que volviste?- ahora fue el turno del moreno de ponerse incomodo, el también sabia de que hablaba.
- No lo podía permitir.
- ¿Por que no? tan solo se trataba de tres mortifagos en busca de tu cabeza.
- No, se trataba de tres adolescentes que no sabían lo que hacían, se trataba de tres personas que morirían innecesariamente y de una manera horrible en una guerra estúpida, se trataba de gente con la que compartí seis años de escuela.
- Ni siquiera fueron unos buenos seis años.
- Eso da igual, además, tu les dijiste a Crabbe y Goyle que bajaran sus varitas, ellos estaban dispuestos a matarme, tenía que devolverte el favor.
- ¿Hubieses vuelto por Crabbe o por Goyle?- pregunto genuinamente curioso. Harry se demoró un momento en contestar.
- Vi a Crabbe desaparecer en las llamas mucho antes de que un impulso me hiciera volver- Draco se volteo y observo al moreno, las mangas de su camisa muggle estaban a la altura de sus codos, los tres primeros botones estaban desabrochados y jugaba nerviosamente con una de las puntas inferiores, sus pantalones tenían manchas de polvo y estaban un poco arrugados. Draco metió sus manos en los bolsillos de su túnica y camino hacia Harry, el moreno se tensó por un momento hasta que el rubio quedo a unos tres metros y con un accio acerco su sillón en el cual volvió a sentarse.
- No respondiste mi pregunta - Harry volvió a sentarse en el piso, ni siquiera se había dado cuenta el momento en que se levantó, apoyo la espalda en la muralla y sus brazos sobre las rodillas levantadas.
- Por supuesto que hubiese vuelto - Draco no le creyó. Harry tampoco. Un silencio incomodo se instaló entre ellos. Draco mirando a la nada y Harry inspeccionando sus uñas; una pajarita comenzó a descender sobre su regazo, Harry la tomo con cuidado y busco con la mirada a las demás, todas estaban cayendo lentamente. Harry la desarmo hasta tener sobre sus manos un cuadrado.
- Enséñame - Draco le miro con una ceja alzada.
- ¿Para que?
- Si voy a seguir encerrado contigo, necesitare paciencia - le tomo un momento a Draco decidirse y cuando lo hizo convoco a todas las pajaritas y las puso en su regazo.
- Solo te lo mostrare una vez, y a cambio te quedaras callado hasta que alguien llegue.
- De acuerdo - Draco desarmo una y miro al moreno a los ojos durante unos segundos.
- Yo no pienso moverme si es eso es lo que esperas - Harry se levantó mientras rodaba los ojos y se paró junto al rubio. Draco comenzó a doblar el papel rápidamente y en menos de un minuto ya tenía la grulla terminada, levanto la vista y descubrió que el moreno apenas había terminado de doblar el papel en cuatro.
- Podrías... - Draco soltó un suspiro y desarmo la grulla nuevamente. Esta vez realizo los dobleces lentamente y acompañándolos de indicaciones en voz alta.
- Doblas la punta hacia adentro… Con mas cuidado Potter, es solo papel - y después de lo que al rubio le pareció media hora (un tiempo excesivo para solo hacer una grulla) Harry tenia entre sus manos una pajarita arrugada y un poco deforme, pero la figura se distinguía bastante bien.
- Necesitas practica – le dijo el ojigris pasándole varios cuadrados que tenía guardados en los bolsillos de su pantalón, túnica y capa. Harry se percató de que los cuadrados estaban hechos con recortes de distintas cosas, pergaminos viejos, servilletas y entre los mas curiosos, boletas de supermercado y comprobantes del ticket del subterraneo. El moreno dejo todos los papeles sobre el brazo del sillón y comenzó a doblar uno , mientras Draco tomaba uno mas grande y lo convertía en un pequeño gatito.

- ¿También sabes hacer gatos? – pregunto sorprendido
- Se hacer muchas cosas
- ¿Como que? - Harry se había inclinado sobre el rubio, observando al gatito de papel sobre sus manos. A Draco le dio la impresión de un pequeño niño que acaba de aprender a pintar y mezclar colores.
- Bueno, se hacer varios animales y recientemente aprendí a hacer figuras humanas
- ¿¡Enserio!? – Draco movió su varita y el gatito comenzó a corretear en la palma de su mano. Harry se inclinó un poco mas y con sus dedos jugaba con las orejas del gato, su cabello le hacía cosquillas en la mejilla al rubio.
- Pensé en que habíamos quedado en que te enseñaba y tu permanecerías callado – Draco sitio que tenía que cortar con ese lapsus de camaradería entre ambos. Harry se alejo del rubio y se le quedo mirando intensamente, luego volvió a su lugar contra el piso y siguió doblando los papeles. Draco se sentía realmente incómodo y el también continuo doblando solo para tener algo que hacer con sus manos.

Cuando Draco volvió a levantar la vista del terrier que acababa de terminar y estaba oliendo su palma, se encontró con las verdes orbes de Harry, observándole. Draco se puso incomodo, en todo ese tiempo se había sentido observado, pero pensó que solo era producto de su imaginación.

- ¿Que?- grazno, sus mejillas se colorearon un poco y aclaro su garganta - ¿Que? – repitió.
- ¿Como... como logro que se muevan? - pregunto Harry en voz baja.
- Enserio Potter, ¿acaso no tuviste seis años de Encantamientos?. Solo tienes que hacer un simple 'locomotor'- el rostro del rubio era burla en su más pura expresión, a Harry el calor le subió a las mejillas - Porque el salvador del mundo sabe como hacer uno. ¿No?- pregunto con sorna. El rostro del moreno cambio a determinación y saco su varita.
- ¡Locomotor grullas! - exclamo. Al instante todas las pajaritas se alzaban al vuelo. Las que habían sido hechas primero, volaban de forma extraña, unas lo hacían de lado, otras hacia atrás e incluso había unas que volaban de cabeza; las demás volaban de manera aceptable. Pero a Harry nada de eso le importaba, estaba tan maravillado con su obra que les sonreía a todos los papelitos que sobrevolaban su cabeza. Al bajar la vista se encontró con que Draco también sonreía, era tan solo una pequeña elevación de la comisura de su boca, pero allí estaba.

- Enséñame mas - exigió. Draco bajo su rostro y con un suspiro asintió. Comenzó a enseñarle como hacer un loro, pero se exaspero a los cinco minutos por que el moreno se inclinaba demasiadas veces sobre el para no perder detalle de los dobleces, pero en vez de ponerse a gritar, simplemente se hizo a un lado y agrando su sillón una plaza, Harry le miro interrogante.
- ¿Te quedaras parado durante todo el tiempo en que demoren en bajar? - pregunto sin esperar respuesta y sin despegar los ojos del papel entre sus manos. Harry tomo asiento a su lado, definitivamente era mucho mas cómodo que el suelo o estar parado, a pesar de lo frio que se sentía.

Estar sentado junto al que alguna vez fue tu enemigo jurado no era algo que sucediera todos los días y a pesar de la incomodidad que había entre ambos, no era tan malo. Draco doblaba con lentitud y cuando algún dobles era particularmente difícil, el rubio se inclinaba un poco hacia Harry y le indicaba como hacerlo correctamente.


Unas horas después, que aunque Harry nunca lo admitiría, se sintieron como minutos, ambos estaban completamente cubiertos de pequeños animalitos que corrían y volaban de allá para acá. La incomodidad anterior se había desplazado poco a poco a medida que entre ellos fluyo una conversación agradable mientras doblaban papel, hablaron desde jugadas y movimientos de quidditch, pasando por anécdotas escolares – aunque ambos solo llegaron a hablar hasta poco antes del Torneo de los tres magos, saltándose los últimos tres años – hasta lo que hacían hoy en día.

-¿ Y te costo mucho acostumbrarte al mundo muggle? – preguntaba el moreno mientras empujaba a un león que peleaba con un perro.
- A decir verdad, no fue tan terrible.
- Yo pensaba que los Malfoy poseían mas propiedades – comento si malicia.
- Pues si, las tenemos, pero están todas bajo custodia; madre tenía grandes esperanzas de que la casa en Holanda no hubiese sido confiscada, pero poco antes de que empezara a hacer las maletas nos llegó un comunicado y todos los planes se fueron a la basura, así que no nos quedó otra opción que el mundo muggle. Al principio nos quedamos toda una tarde tratando de encender una lavadora, ni siquiera nos pudimos traer un elfo doméstico, según el ministerio, los están interrogando, pero ellos jamás dirán nada porque no saben nada.
- ¿Así que ahora simpatizas con muggles? – Harry tenía una pequeña sonrisa en el rostro.
- ¡Por supuesto que no! – contesto rápidamente – Solo… debo llevarme bien con ellos, aunque quizás los del café de la esquina no están tan mal… - Harry se reía suavemente – ¡Hey! No te burles de mi!
- No me burlo, solo lo encuentro un poco increíble. ¿Y tu madre como lo ha tomado todo?.
- Pues ella esta increíblemente bien, creo que el ambiente de la mansión no le hacía muy bien.
- Sabes, me gustaría hablar con ella algún día - Draco le miro con una ceja azada.
- ¿Y para que quieres hablar con ella?
- ¡Oh! Nada importante, olvídalo – Harry volteo el rostro al piso y comenzó a jugar con un gato que perseguía su dedo. Draco se lo quedo mirando unos segundos y también comenzó a jugar con los animales mientras preguntaba.
- ¿Es por mi tía y su nieto? – Harrry levanto rápidamente la cabeza.
- ¿Sabes sobre Teddy?
- Por supuesto que se sobre el. Después de todo es parte de mi familia – Draco se sintió incomodo por la mirada que estaba recibiendo de Harry ahora mismo, sus ojos se habían entrecerrado y sus labios estaban apretados.
- ¿Y por que nuca haz tratado de hablar con el? – pregunto casi en un susurro.
- ¿Que?
- ¿Por que nunca haz tratado de contactarlo? ¿De hablar con el? ¿De verlo?
- Pues… no lo se… creí qu-
- ¿Que? ¿Que fue lo que creíste?
- Pues… mi madre y tía Andrómeda…
- ¿No te has acercado a tu primo solo porque tu madre y tu tía no se hablan? ¿Has pensado alguna vez en lo mucho que Teddy necesita una familia? ¿En lo solo que debe sentirse?
- ¡Creí que tu y tía Andrómeda tenían su custodia! ¡Que tu y las comadrejas lo cuidaban! No pensé que fuese necesario.
- Puede que yo comparta su custodia y que Andrómeda se haga cargo de el la mayor parte del tiempo, pero el necesita a su familia.
- Tu y la chica Weasley son su familia ahora.
- ¡Por supuesto que no! Ginny ni siquiera quería hacerse cargo de un niño ‘a su edad’. Además siempre tengo que salir en las giras y Andrómeda ya no está en edad de cuidar niños, y tampoco Molly - Harry seguía mirándolo enojado ¿Qué se suponía que tenía que decir?
- Bueno, ¿Y que prefieres? ¡Que viva rodeado de magos y brujas maravillosos o de la escoria de la sociedad? ¿Crees que yo sería una buena influencia para ese niño? ¿Crees que mi madre podría soportar al hijo de la sobrina que nunca conoció y al nieto de la hermana a la cual no le habla desde la adolescencia?
- Nunca es tarde para hacer las paces en la familia – el semblante de Harry se había relajado, pero el de Draco no, había tomado mas distancia en el sillón y no miraba al moreno a la cara, sus puños estaban apretados con fuerza – sabes… después de dieciséis horribles años yo hice las paces con mis tíos y primo.
- Esto es diferente.
- ¿Diferente? ¡Diferente una mierda! – Harry se había parado, sus puños blancos a cada lado de su cadera – el es parte de tu familia ¿no? ¿A caso una familia no significa nada para ti? – Draco también se levantó enojado.
- ¡Por supuesto que si! ¡La familia lo es todo! Todo lo que he hecho… durante toda mi vida las decisiones que he tomado y las que no, todo, siempre fue pensando en mi familia, en que sería lo mejor para ellos, en que los haría orgullosos, ¡así que no vengas aquí a restregarme valores familiares porque yo los conozco muy bien! – Draco había enfatizado cada una de sus palaras con un empujón en el pecho el moreno, el cual estaba ahora contra la puerta. Draco lanzaba veneno por los ojos y fue en ese momento que Harry recordó los últimos momentos de vida de Dumbledore, donde Draco le decía desesperado que si no lo hacía, sus padres morirían, recordó las conversaciones y miradas que la dirigía Lucius a un pequeño Draco Malfoy que no lograba las mejores notas ni ni volar mas rápido. Todo siempre lo había hecho por ellos.

- Lo lamento – Draco no contesto, se dio la vuelta y volvió a sentarse, su vista entretenida mirando sus uñas. Harry camino hasta el sillón – lo lamento – repitió – es solo que siento que no soy suficiente para Teddy, que no podre darle todo lo que pudiese haberle dado Tonks o Remus y tu eres su primo y no lo has visto ni una sola vez – Draco no respondió de inmediato y pasaron varios minutos en silencio, el rubio con la vista clavada al piso, sentía los ojos calientes, el moreno parado frente a el esperando no haber arruinado todo.
- Algún día…pero no ahora – contesto finalmente levantando el rostro. Harry sonrió amablemente.
- Cualquier día es un buen día – Harry volvió a tomar asiento y dejo su cabeza medio colgando desde el apoyabrazos – Muero de hambre – comento.
- Si, yo también, lo último que alcance a comer fue una taza de café y un muffin – una pregunta se formuló en su mente mientras Potter frotaba su estómago y hacia ruiditos de queja - ¿Qué diablos haces en el ministerio? ¿No deberías estar sobre una escoba o algo? – Harry levanto un poco su cabeza, lo justo para devolver la mirada.
- Estoy de vacaciones.
- Y que mejor manera de pasarlas que paseando por los pasillos del ministerio.
- En realidad, vine a almorzar con Seamus y ya me estaba yendo cuando Ron me detuvo y me pidió que le archivase unas cosas. ¿Y tu? ¿Qué haces aquí? Sé que trabajas para el ministerio, pero ¿Qué es lo que haces? – Harry se enderezo totalmente en el asiento esperando la respuesta.
- Resuelvo casos para los departamentos de uso indebido de la magia y control de criaturas mágicas – Harry se quedó pensativo.
- Pero para eso… ¿no tienes que usar hechizos ofensivos?
- ¡Oh! Veo que recordaste lo de mi revisión. Pues si, debería, pero me las arreglo con defensivos.
- Si sabían que no puedes utilizar eso hechizos, ¿por que te pusieron en ese puesto?
- ¿Enserio Potter? ¿No se te ocurre el por que? Es obvio que están esperando que meta la pata – entendimiento cruzo por los verdes ojos.
- ¿Y tu madre? ¿Que es lo que hace? – Draco puso muy mala cara, similar a la que le dirigió a ese chico muggle de la cafetería de hace unos días, quería sangre…
- Es la secretaria de un gordo y maloliente estúpido – Harry decidió cerrar allí el tema y gracias a Merlín, su estómago estuvo de acuerdo, porque en ese mismo instante, lanzo un sonido parecido al de una ballena agonizando. Malfoy estallo en carcajadas, Harry nunca le había oído reír de esa manera, y cuando se le quito lo rojo del rostro, también rio.
- Oh, Potter, si hubiese sabido que terminaríamos aquí, no me hubiese comido todos mis dulces antes de bajar.
- Esta bien, supongo que puedo aguantar un tiempo mas – pero luego de unos minutos en un silencio bastante agradable, Harry se había quedado profundamente dormido, y Draco, sin hacer ruido, reunió a los animales de papel, los desarmo, y volvió a armarlos.


Cuando Harry había empezado a roncar suavemente y a doblar su cuerpo en dirección opuesta a la del apoyabrazos, Draco, que se estaba terminando de hacer un pez koi, sintió pasos apresurados no muy lejos de la habitación, se paró rápidamente y empezó a golpear la puerta; sintió un suave ‘pof’ a sus espaldas y al voltearse descubrió a Potter ocupando todo el sillón. Golpeo con mas fuerza. Los pasos se habían detenido. Mierda.
- ¡Hey! ¡Si hay alguien allí, abran esta puerta! ¡Aquí! ¡En la sala de archivos! – grito. Los pasos volvieron, un suave clic y la puerta se abrió de un golpe dejando pasar a un alto pelirrojo, una bruja castaña y tres guardias; menos mal que Draco se había movido justo a tiempo, o las cinco personas le hubiesen asado por encima.
- Malfoy – gruño el pelirrojo.
- Weasley – contesto calmado.
- ¿Donde esta Harry? – exigió saber la castaña.
- Esos modales Granger – le dijo antes de mirar hacia atrás. A pesar de el ruido de la perta y los gritos de Draco, Harry seguí durmiendo cómodamente en el sillón.
- Si le hiciste algo… - comenzó el pelirrojo avanzando hacia su amigo.
- Son todos unos paranoicos - dijo simplemente antes de marcharse sin mirar atrás. Ron y Hermione tropezaron con unos cuantos animales y a otros simplemente los aplastaron en el camino al sillón.
- ¿Harry? Harry, amigo, ¿estas bien?
- ¡Harry! – Hermione lo zarandeo un poco y el moreno entre abrió los ojos.
- ¿Malfoy…?
- El hurón, ¿te hizo algo?
- ¡Oh Harry! ¡Han pasado horas! No has comido nada – Harry reacciono y se enderezo.
- ¿Que paso? – pregunto un poco adormilado y mareado.
- Que Herms y yo fuimos a cenar y cuando le dije que te había pedido terminar mi trabajo insistió en que te invitáramos también, ¡hemos estado horas tratando de ubicarte! Todo el ministerio esta patas arriba porque nadie te vio salir.
- Oh pues bien… yo estoy bien, aunque muero de hambre – Hermione saco una rana de chocolate de su bolsillo.
- Te llevaremos a casa y te serviremos un gran plato de espagueti.
- Gracias – Harry comía alegremente su rana, hasta que se sintió observado. Ron y Hermione lo revisaban de arriba abajo con la mirada – ¿Que?
- No hay heridas, ni moretones, ni ropa chamuscada – dijo Hermione.
- Quizás el hurón se llevo todos los golpes.
- ¿Golpes? ¿Que golpes? – pregunto curios el ojiverde.
- Pues, los tuyos amigo – respondió sonriente ron.
- ¿Los míos? Yo no le he golpeado.
- ¿No? ¿Y que diablos estuvieron haciendo durante ocho horas?.
- ¡Ocho horas! .
- Si Harry, ocho horas. Y dinos, si no se pelearon a muerte, ¿que hicieron? – pregunto la castaña. Harry con media rana agarrada con los labios se agacho hasta el piso y recogió una grulla de papel, la cual deposito en la mano de Hermione. Ron se acercó a observar, Herms reviso todo el lugar, reparando por primera vez en los gatos, cisnes, perros y fenixes que habían aplastado a entrar. Luego observo el archivador aun convertido en sillón, sobre el había una capa negra con bordes plateados y dorados y regados por encima de esta, decenas de pequeñas grullas, aplastadas por el anterior peso de Harry sobre ellas.
Notas finales: Espero les guste y perdon por el retraso :3 y si... es un capitulo largo :/

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