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Las cosas deben Pasar ASI? por zooskgirl

[Reviews - 2]   LISTA DE CAPITULOS
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Notas del fanfic:

:D :D

1. Enrique Álvarez Di Ranieri ( Kike):


Edad: 16 Años


 Estatura: 1,75m


 Piel: Bronceada


 Ojos: Azules


 Cabello: Castaño


 Hobbies: Futbol, Gimnasio, Fiestas


 Familiares y Relaciones: Jesús Di Ranieri Torres (Primo)


 


2. Guillermo Monasterio Arístides ( Guille)


 Edad: 16 Años


 Estatura: 1,70 m


 Piel: Clara


 Ojos: Café


 Cabello: Rubio


 Hobbies: Interne, Estudios, Mascotas, Juegos de Video.


 


3. Jesús Di Ranieri Torres ( Chuy)


 Edad: 16 Años


 Estatura: 1,74 m


 Piel: Bronceada


 Ojos: Gris


 Cabello: Negro


 Hobbies: Futbol, Natación, Autos, Painball , Gym, Internet


 Familiares y Relaciones: Enrique Álvarez Di Ranieri (Primo)


Andrea Di La Porta Fernández (Novia)


 


 


 


 


 


4. Fernando Dineratti Romano ( Fercho)


 Edad: 16 Años


 Estatura: 1,74 m


 Piel: Bronceada


 Ojos: Ámbar


 Cabello: Castaño


 Hobbies: Gym, Música, Skate, Internet, Estudios, FIestas


 Familiares y Relaciones: Fernanda Dineratti Romano (Hermana)


 


 


5. Fernanda Dineratti Romano( Fercha)


 Edad: 16 Años


 Estatura: 1,70 m


 Piel: Bronceada


 Ojos: Ámbar


 Cabello: Castaño Claro


 Hobbies: Gym, Modelaje, Shooping, Fiestas


 Familiares y Relaciones: Fernando Dineratti Romano (Fercho)


 


 


 


6. Sofía Berlusconi (Sofí)


Edad: 15 Años


 Estatura: 1,68 m


 Piel: Clara


 Ojos: Negros


 Cabello: Negro


 Hobbies: Cantar, Música, Danza, Estudios, Cocina


 


 


7. Andrea Di La Porta Fernández


 Edad: 16 Años


 Estatura: 1,72 m


 Piel: Bronceada


 Ojos: Azules


 Cabello: Rubia


 Hobbies: Animales, Shooping, Modelaje


 Familiares y Relaciones : Jesús Di Ranieri Torres ( Novio )


 


 


8. Vladimir Guzmán Meza ( Vlad)


 Edad: 16 Años


 Estatura: 1,75 m


 Piel: Bronceada


 Ojos: Verdes


 Cabello: Castaño


Hobbies: Gym, Deportes, Estudios, Fiestas


 


 


 


 


 


 


Capítulo 1: De nuevo a la rutina.


 


Los despertadores sonaron al unísono en cada habitación, era como si se hubiesen puesto de acuerdo para ello aunque le verdad era que sus respectivos dueños tenían perfectamente sincronizadas las horas de acorde a la del enorme reloj que adornaba la sala principal de la mansión. Los quejidos no se hicieron esperar, a nadie le gustaba despertarse tan temprano, los únicos que lo hacían eran los empleados, que para esa hora ya tenían casi todo preparado.


 


—Buenos días Helem —saludó un muchacho alto, que exudaba jovialidad y alegría.


—Buenos días señorito Fernando, veo que anda tan entusiasta como siempre —contestó la empleada, que cabe decir, era en la que la familia había depositado la mayor confianza.


—Pues sí —rió el joven —, hoy comienzan las clases y algo ando ansioso, imagino que tendremos compañeros nuevos y todo el rollo —agregó para después sentarse al comedor.


—Sólo tú te alegras por empezar el cole hermano —intervino una jovencita mientras bajaba las gradas con cierta pereza, luego se acercó a la amable empleada y le dijo —: Hola Helem, buenos días —la abrazó y después tomó su respectivo lugar en la mesa.


—Hola. Buen día señorita Fernanda —saludó la mujer cordial y respetuosamente, más sin embargo su saludo iba impregnado con mucho cariño —. Por cierto, sus padres se fueron ayer de viaje a Estados Unidos, me pidieron que les avisara —comunicó al mismo tiempo que les servía el desayuno a ambos chicos.


—Eso no es nuevo —dijo Fernando a quien la noticia no lo había tomado para nada desprevenido —. Y gracias por la comida, se ve deliciosa —agregó.


—Gracias joven Fernando —sonrió la mujer con cierta modestia —, sólo quería darles algo especial.


 


Ambos chicos no tardaron en engullir los alimentos. Parecían dos fieras salvajes que no habían sido alimentadas en décadas, más sin embargo, a pesar de la ligereza casi exasperante con la que comían, conservaban esos modales que desde pequeños les habían sido inculcados.


Una vez finalizaron de comer, terminaron de alistar los que les faltaban y se dirigieron a la entrada en donde se despidieron de la amable Helem


—Adiós Helem, nos vemos en la tarde —dijeron ambos chicos casi al mismo tiempo mientras atravesaban la enorme puerta principal. Una lujosa limosina los esperaba afuera.


 


El trayecto hasta el colegio se les hizo particularmente normal. Y una llegaron a su destino se encontraron  con que no mucho había cambiado. El enorme edificio azul aun les generaba sentimientos encontrados, era bonito y atemorizante, pero en cuestiones académicas estaba sumamente equipado, contaba prácticamente con todo y además de eso era súper lujoso y por lo mismo, costoso.


—Buenos días, Ernesto —ambos chicos saludaron otra vez casi al mismo tiempo, pero esta vez su saludo iba dirigido al vigilante de la entrada del colegio.


—Buenos días —respondió el hombre con su acostumbrada cortesía  —. Por cierto, por ahí escuché que habían sido asignados al salón 18.


—Gracias Ernesto, nos ahorraste las molestias, y además ya vamos retrasados —agradeció la chica mientras veía la hora en el lujoso reloj que adornaba la muñeca de su hermano.


Los hermanos apresuraron el paso para llegar a tiempo al salón de clases, llegaron prácticamente al mismo tiempo que la profesora de actuación.


—Buenos días chicos —saludó la profesora que a simple vista parecía una persona muy joven. Su cabello rubio acentuaba las angelicales facciones de su rostro. Era hermosa —. Veo que son los mismos del curso pasado —comentó mientras veía el rostro de sus alumnos —, pero veo dos caras nuevas. A ver muchachos, pónganse de pie y preséntense ante el resto de la clase por favor.


Los susodichos casi saltaron de sus asientos, pero no era más que el nerviosismo típico de aquellos que están por primera vez en un lugar en donde son los únicos desconocidos.


—Mi nombre es Vladimir Guzmán, pero me pueden llamar Vlad. Es un gusto, espero que nos llevemos bien —se presentó un chico dueño de unos despampanantes ojos verdes cuya piel bronceada acentuaba sin recato alguno, su cabello castaño estaba normalmente peinado lo que le daba un aspecto enteramente juvenil, como debía ser.


—Buenos días, mi nombre es Sofía Berlusconi y pues, pueden decirme Sofi —saludó la jovencita con una sonrisa en el rostro. Sus cabello negro perfectamente peinado hacía un hermoso contraste con su piel blanca, sus ojos negros, casi de la misma tonalidad de su cabello, miraban hacían en frente con recatado nerviosismo.


Los demás alumnos se tomaron un tiempito para observar o más bien examinar a los nuevos prospectos. Uno que otro saludo no se hizo esperar.


—Bueno, sé que se llevarán bien —intervino la profesora cuando vio que las cosas se le estaban saliendo de control —, este es uno de los cursos más amistosos de todos —sonrió y luego agregó —: Pero ya es hora de comenzar, y para ello le traigo una pequeña dramatización en pareja con respecto a las orientaciones sexuales. Así que los nuevos no se preocupen que esto les ayudara a integrarse al grupo. -La mujer se dirigió a la mesa para buscar la lista de alumnos, una vez la hubo encontrado comenzó a decir el nombre de las respectivas parejas —: Jesús con Fernando, Fernanda con Sofía, Vladimir con Enrique, Guillermo con Andrea...


Y así siguió hasta que todas las parejas fueron asignadas. Por supuesto hubieron algunos alumnos que renegaron porque no los había tocado con quienes ellos habían deseado, pero la maestra les había dicho que no había vuelta atrás, y que tenían que aprender que no siempre iban a estar acompañados en la vida por sus mejores amigos. Aunque el tono de severidad que intentó usar fue completamente opacado por ese rostro angelical.


—Bien, les entregaré un diálogo a cada pareja, donde se resalta la homosexualidad, la bisexualidad, y la heterosexualidad. Espero se lo tomen enserio, porque será la primera evaluación del año escolar —comunicaba mientras le entregaba a cada pareja su respectivo diálogo.


Cada pareja se reunió y buscó un espacio en ese salón de clases atestado de alumnos. La profesora les había dado unos cuantos minutos para leer el diálogo antes de pasar a interpretarlo.


—Bien, Jesús y Fernando, adelante —ordenó con jovialidad.


Ambos chicos se quedaron viendo con cierto nerviosismo, se levantaron de sus lugares y se dirigieron al pequeño escenario que había en el salón. Acto seguido, comenzaron con  su dramatización.


—Jesús, tengo algo que decirte —. De esa manera Fernando comenzaba con el papel que interpretaba en la dramatización, por alguna razón estaba más nervioso de lo normal, en ese momento se lo atribuyó  no sólo al nerviosismo del primer día, sino también al hecho que de por desgracia les había tocada pasar de primero.


—Dime, Fercho, ¿qué tienes que decirme? —contestó el otro muchacho que ya estaba bastante metido en su personaje, sus ojos grises brillaban con una intensidad que no les pertenecía.


—Yo... —titubeó —. La verdad es que... ¡Me gustas mucho! Y sé que esto puede complicar nuestra amistad, pero eso siento por ti. —Al decir sus diálogos, Fernando sintió algo extraño dentro de sí. Fue como un escalofrió que a la vez fue desconcertante y placentero.


—Tú también... —Jesús bajó la vista sintiéndose dudoso, pero cogió la fuerza que el personaje que interpretaba requería, y levantó la vista para posar sus ojos grises en los orbes ámbar de su compañero —. Tú también me gustas —ladeó una sonrisa llena de melancolía —, pero esto no puede ser y lo sabes.


La dramatización de Jesús hizo que Fernando se quedara congelado por un momento. Las palabras del personaje que interpretaba su compañero extrañamente lo habían afectado, tal vez se había metido demasiado en su personaje o tal vez había algo ahí que él aún no alcanzaba a entender. Fue tanto el tiempo que quedó ensimismado, que Jesús tuvo que recordarle que ya le tocaba interpretar su parte.


— ¡Ferchó! —le llamó la atención con voz apenas audible —. Te toca —insistió mientras veía la cara de tonto que había adoptado su amigo.


—Ah sí, lo siento —despertó y luego continuó con sus líneas —: ¿Pero podemos seguir siendo amigos? — En ese momento y sin que él se lo propusiera, sus mejillas se tiñeron con un adorable e incitante rubor. Aunque el mismo Fernando no sabía a quién o qué atribuirle esa reacción.


—Por supuesto, sabes que eres muy importante para mí —Jesús lo abrazó y de esa manera ambos terminaron su interpretación. O por lo menos eso se suponía, pero el abrazo, extraño e incomodo pero definitivamente placentero, se prolongó por más de lo esperado.


—Lo hicieron muy bien, chicos —los felicitó la profesora —. Y Andrea, ponle atención a ese chico porque se nota que te quiere quitar a tu novio —bromeó para alivianar la extraña tensión que se había apoderado del salón y lo consiguió, porque prácticamente todos estallaron en carcajadas.


—Sí, amor —Jesús siguió con el juego —, tienes que ponerme atención porque si no, me voy con el Fercho. —Seguido de estas palabras vino otro abrazo el cual provocó que Fernando se ruborizara más de la cuenta. Soltó unas cuantas carcajadas para no parecer demasiado afectado pero ya era demasiado tarde para eso.


—Bueno, chicos, ya basta de bromas —intervino nuevamente la docente —. Para la próxima semana interpretarán la dramatización completa así que prepárense bien.


Mientras la maestra daba las indicaciones y respondía preguntas y dudas que sus alumnos le planteaban, un hombre entraba sin permiso alguno al salón. La mayoría lo reconoció, era el director del instituto.


—Buenos días Alumnos —saludó —, y disculpe la molestia profesora, pero necesito que todos los alumnos vayan al auditorio para una charla.


 

Notas finales:

Por favor respondan sobre las expectativas que tengansobre mi relato, recomendación, sugerencias antes de empezar y cualquier cosa que les gustaría ver dentro de ella (Parejas, Sucesos….)


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