AMOR DIVIDIDO
Capítulo I
Nuevo Jefe
-Vamos, Key-. Decía, una chica mientras tomaba de la mano a su compañero de trabajo y jefe.
-Espera Nana- Trataba el chico de detenerla, riendo por la actitud de su compañera y amiga.
-¡Es que lo tienes que ver!- Seguía la chica corriendo por los pasillos, quería llegar lo más pronto posible a la sala de juntas donde en unos segundos se presentaría el nuevo dueño de la editorial.
-Estás loca, en serio que te urge un novio- Contesto Key, burlando un poco a su amiga.
- ¡A ti también! - después de una mirada reprobatoria Nana, prosiguió a abrir la puerta de la sala y sin aviso empujo a Key dentro.
Estaban la mayoría, o casi todos, los empleados de la compañía. Se encontraban todavía de pie, tratando de chismorrear sobre el nuevo jefe.
Key y Nana se acercaron a sus otros compañeros, la sala se había dispuesto con suficientes sillas para todos. Al tomar asiento en medio, Key comenzó a sentir unos pequeños nervios.
Pero se explico, que era el miedo a ser despedido, pues cada jefe era diferente.
-¿Creen que corra a mucha gente?- Pregunto Jung Byung Hee, a sus compañeros.
-No creo, según escuche de Kim que solo quería presentarse, conocernos y se quedara como mucho una semana-Contestó Park Jung Min muy seguro.
Key, asintió. Su Hyung Park Jung Min, o Caballito, Como le decían de cariño se enteraba de todo y era cierto, así que sintieron un alivio.
-¡Orden!-
Empezó a decir un hombre ya viejo entrando a la sala, y como si todos fueran niños regañados por el profesor, solo se silenciaron y se acomodaron mejor en su asiento.
Las expectativas subían a cada segundo, ¿Sera Guapo? ¿Feo? ¿Alto? ¿Malo?
Pero sus preguntas fueron olvidadas, al ver entrar en la sala la imponente imagen de su nuevo jefe. Joven, guapo y alto, con unas facciones divinamente esculpidas. Pensaron todos, o casi todos.
Kim KiBum, sintió su sangre descenderle hasta los pies, no podía creer volver a ver al hombre que lo había abandonado, hacia ya más de 4 años. Los colores de su rostro se habían ido, solo parecía ver a Choi MinHo en toda la sala. Su nuevo jefe, su antiguo amante y el padre de su hijo.
-Te dije que era endemoniadamente guapo- Susurro Nana.
Pero su amigo estaba lejos de importarle algo como aquello, estaba ideando la forma de salir de ahí sin ser visto.
No se le ocurría nada, fue entonces cuando volvió a escuchar esa voz ronca y sexy que lo hacía temblar.
-Mucho gusto, mi nombre es Choi MinHo y soy su nuevo jefe- Comenzó diciendo.- Me encantaría que nos lleváramos bien, y desde ahora les digo no se preocupen por despidos, todos conservaran sus empleos-.
En la sala se escucho los suspiros de alivio de la gran mayoría, ahora estaban seguros de que este jefe les caía realmente bien.
MinHo se sentía muy cómodo en aquella empresa, y más por estar en Corea. Su hogar y el cual habían dejado hacia algunos años.
Todos parecían muy amigables y por lo que había estudiado su desempeño en la editorial era muy satisfactorio.
-Bueno ahora me gustaría que todos se presentaran. Sé que nos llevaremos bastante tiempo, pero me gustaría mucho conocerlos-
Los empleados gustosos aceptaron, comenzaron obviamente de adelante, Key sintió su cuerpo temblar, él se encontraba en medio, y solo habían 7 filas.
Sus nervios crecían a cada segundo, y empeoraban con cada persona que terminaba de presentarse. ¿Qué iba hacer?
Solo quedaban 2 personas y sería su turno, lo único que el quería a esas alturas era largarse de ahí.
Tenia mido de lo que pasara después, Park Jung Min paso y fue su turno. Sintió un nudo en el estomago, pero había ya, tomado una decisión. Controlaría sus nervios, hablaría con normalidad y profesionalismo, y fingiría no conocer a MinHo, eso sería lo mejor.
-Mi nombre es Kim KiBum y soy el encargado de la zona administrativa-
El nuevo jefe, pareció reconocer su rostro y sonrió inconscientemente. El siguiente empleado se presento, y así hasta terminar con los 78 empleados. Cabe destacar que solo estaban los más importantes, de ahí seguiría con los demás.
Después de 2 horas, la junta había terminado para alivio de Key. Pudo sentir la mirada de su jefe a lo largo de la junta y eso no le gustaba.
-Me voy- Dijo nervioso a sus compañeros que al parecer querían ir más lento. Todos asintieron, pero alguien le tapo la entrada.
-El jefe quiere que pase a su oficina-. Declaro él hombre que horas antes, les hubiera pedido orden. KiBum sintió que el mundo se le venía encima, ¡Lo había reconocido!
-Lo siento, pero tengo trabajo urgente- Dijo torpemente una excusa.
-No se preocupe, es el jefe quien quiere verlo. Puede terminarlo después-.
Aquel señor creyó el problema zanjado, pues se fue con su jefe. El cual seguía platicando con unos empleados.
Key salió de la sala con manos temblorosas, ¿Qué haría ahora? Tenía que alejarse de ahí, lo único que pasaba por su mente era renunciar. Pero si lo hacía tardaría en encontrar empleo y Yoogeun era muy enfermizo, y mas con su asma tenía que tener muchos cuidados. Pero recordó lo que había dicho Park Jung Min, solo se quedaría una semana. Así que solo debía mantenerse alejado de él durante ese tiempo, después todo volvería a la normalidad.
Llego 5 minutos después a la oficina, no estaba el jefe como ya sabía, así que decidió esperarlo adentro.
Habían pasado ya, 15 minutos, él se sentía cada vez más nervioso. El sonido de su celular lo sobresalto, estaba sumamente mal, pensó.
Cuando contesto no pudo evitar la sonrisa que se dibujo en sus labios, era su pequeño hijo que como siempre al llegar de la guardería, lo llamaba.
-Hola mi amor, ¿Cómo te fue hoy?- el escuchar a su hijo, tan dulce y tierno lo podía hacer olvidar el peor momento. –Claro cariño, nos veremos dentro de un rato, te amo-. Dijo cortando la llamada.
-¿Era tu novio?- Pregunto MinHo, saliendo de la sombra para colocarse en su escritorio de fina madera.
Aquella voz, aun conseguía ponerlo nervioso. Trato de calmarse, necesitaba hacerlo no dejaría que por nada del mundo él supiera la verdad.
-Buenas tardes, ¿Para que quería verme, señor?- Contesto, de una forma fría.
-¡No me digas que no te acuerdas de mí!- Contesto el moreno, sonriendo divertido.
-Lo lamento, pero no- Siguió, Key-.
-¿No te acuerdas del verano en Hawái?- Rio, alegremente- Fue espectacular el sexo, no creo que no recuerdes.-
-Tu eres ese MinHo- replico indiferente –Mientras tomaba asiento frente al escritorio de su jefe.
-Que gusto volver a verte Diva-
-Si, claro. ¿Era para lo único que me necesitabas?-
-¿Eres mas antipático que antes?- Se burlo el moreno.
-No, es que no pensé que te volvería ver. Pero ya que estamos aquí espero que no creas que por lo que paso hace años, nuestra relación será diferente.- Algo enfadado, se levanto de su asiento.– Tu eres mi jefe y yo soy tu empleado, si no me necesita ahora me retiro-
MinHo sonrió, le gustaba la actitud de Key y es que siempre le habían gustado los desafíos. Cuando lo vio salir, supo que había encontrado su nueva diversión. Si, Kim KiBum caería ante él, como lo había hecho 4 años atrás.
-¿Jefe ya nos vamos?- Entro él señor Kim Saeng.
-Claro, amigo mío- Dijo alegre- Pero te tengo un nuevo trabajo
Iban ya caminando por los pasillos de la editorial, algunos empleados lo saludaban cortésmente. Habían llegado ya al estacionamiento y esperaban que el chofer llegara con el BMW.
-¿Qué trabajo señor?- Pregunto muy intrigado, Kim. Su jefe estaba algo raro después de haber visto aquel joven, Pensó.
-Quiero que investigues todo sobre Kim KiBum-
El coche llego y subieron, el secretario Kim seguía un poco confundido. ¿Por qué querría el saber sobre aquella persona?
-Lo vas a correr- Pensó, así tendría sentido.
-Tú solo hazlo-
Y no se dijo más, MinHo estaba seguro que pronto sabría todo sobre Key, y no tardaría mucho para que lo tuviera en su cama.
Estar en su casa era lo mejor de todo, el llegar y ver a su hijo era sumamente terapéutico para él.
-¿Cómo se porto mi pequeño?- Preguntaba a su amiga y vecina, Amber. Que lo ayudaba con el cuidado de su hijo mientras él estaba en el trabajo.
-Muy bien, ya sabes que con su tía favorita no hay problemas-
-¡Omma!- Grito el pequeño, mientras corría a sus brazos.
-Mi vida-
El pequeño se abrazo al cuello de su progenitor, mientras sonreía alegremente.
-Ya que me cambio mi sobrino, me voy-
-Gracias, Amber- La despidió, con un sonoro beso en su mejilla.
-¡Ya te dije que no me beses!- Se quejo, la chica.
-No me importa, ahora vete a preparar para el trabajo- Respondió, el mayor sonriéndole.
-Un día de estos te violare a ver si te gusta, después te voy a decir “No me importa, ahora vete a preparar para el trabajo”- lo remedo la chica.
-¡Amber no digas esas cosas delante de mi bebe!-
Yoogeun parecía no prestar atención, pues ya se encontraba en la sala jugando con sus juguetes.
-Mi niño no lo escucha, ¡mala madre! Me largo- Le dijo Amber, saliendo del departamento.
KiBum sonrió, adoraba a esa chica era su mejor amiga y su confidente, era como la hermana que nunca tubo.
Decidido a olvidar todo lo ocurrido en el día, se dirigió a su hijo.
-Que te parece si vamos al parque pequeñín-
-¡Si! Omma quelo helado- El niño, tomo la mano de su madre y lo llevaba a la puerta a empujones.
-¡Vamos a comer un delicioso y grande helado!- Dijo cariñosamente, mientras tomaba las llaves del departamento.
Pasearían un rato para que el niño se cansara y durmiera bien, le gustaba que su hijo también se relacionara con otros niños.
Kim Saeng, se había vuelto loco por encontrar a un detective privado. Su jefe quería y había exigido la información para el día siguiente a primera hora, apenas eran las 4pm así que todavía tenía un poco de tiempo.
-¿Aceptas?- Pregunto por decima vez, a un detective de alto renombre.
-Está bien, necesito la mitad del dinero en mi cuenta de banco ahora mismo- Decía serio, el hombre.
-En este mismo momento estoy transfiriéndolo- Mientras hablaba, tecleaba el numero de la cuenta que el detective le había proporcionado segundos antes.
-Está bien, se lo mando por fax, mañana a las 9 de la mañana-
El secretario Kim, acepto eso era lo más temprano que podía y hasta ahora era el único que había aceptado.
Cuando le comunico la noticia a su jefe, a este no le gusto mucho. Pero pensó igual, había sido el único que acepto.
-Mañana mismo lo quiero en mi escritorio a las 9 en punto- Declaro firme.
La duda carcomía al moreno, pero tendría que esperar al día siguiente.
Pero pasara lo que pasara y así Key tuviera un novio, seria suyo.
-Pronto estarás aquí- Susurro riendo, mientras se acomodaba mejor en la cama.