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My Slave of Dreams... por Yori

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Notas del fanfic:

Nuevo fic, lo prometido es deuda ^^

Notas del capitulo:

Dislaimer--- Los personajes no me perteneces, son personas con libre albedrío y lo que suceda en el fic es solo salido de mi desiquilibrada cabeza... (Sus personalidades no tienen nada que ver con lo que yo ponga aquí ^^)

Umm...me lanzo a la "fantasía" bueno no del todo, pero más a la ciencia ficción o como se diga...Espero que no se note mucho la influencia de Héroes, jajaja pero es que está también esa serie que me entró ganas de hacer algo de esa temática...aunque tampoco (creo yo) guarda mucha relación.

 Espero que os gusteeee!!!

Sueños y Predicciones…

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Los pasillos de la escuela estaban completamente vacíos, el silencio reinaba en el lugar y un aire frío cruzaba por las ventanas agitando los papeles que descasaban por el suelo. Solo estaba yo en ese alargado pasillo, lleno de taquillas y un aire siniestro de la luz del anochecer le daba un aire tétrico al lugar.

 

Con cuidado, como si solo una pisada pudiese alterar aquella calma, dio el primer paso. Fue el alarmante que provocó que todas las taquillas comenzasen a abrirse y cerrarse fuertemente, provocando altos golpes metálicos. Las hojas y suciedad del pasillo comenzaron agitarse más fuerte, chocando en ocasiones con su cuerpo y rostro.

 

Asustado, comenzó a correr intentando no caer debido a que el fuerte viento y los papeles le dificultaban la tarea. Unos pasos comenzaron a oírse detrás suya…giró la cabeza sin dejar de correr y vio a una figura encapuchada…Le estaba mirando a él, mientras que esperaba parado al comienzo del pasillo. Era como si no le importara el hecho de que corriese, ya que por mucho que lo hiciese, no escaparía…

 

 

 

Giró velozmente con sus talones y tomó la dirección contraria, no pensaba dejarse atrapar. Corrió lo más veloz que había hecho en su vida, hasta que al girar la cabeza no vio allí al encapuchado.

 

Con la respiración agitada y exhausto, abrió la puerta del lavabo masculino y entró cerrando la puerta tras de sí y apoyándose en esta para tomar aliento. Su pecho subía y bajaba con rapidez mientras que respiraba por la boca buscando oxígeno. No sabía que podía querer de él aquel sujeto…pero estaba claro de que le perseguía y no se quedaría a averiguarlo.

 

En ese momento unos pasos tranquilos retumbaron en el silencio presente, asustado, vio la sombra de unos zapatos detrás de la puerta. Con el mayor sigilo se alejó de la entrada y se introdujo en el tercer cubículo, sentándose en la taza del retrete para que no se vieran sus pies. Acalló su propia respiración cuando sintió la puerta del baño abrirse, después unos pasos y aquel sujeto ya estaba en el interior.

 

Un fuerte golpe le hizo saber que la primera puerta había sido abierta, otro, segunda puerta al descubierto…La tercera, la suya…Cerró los ojos con fuerza y el intenso golpe hizo chocar la puerta contra la pared, dejándolo al descubierto…

 

Abrió un ojo rápidamente y frente a él vio a la oculta figura, frente a él flotaba en el aire un cuchillo realmente afilado…¿Qué hacía ese cuchillo volando?... Ese fue el último pensamiento que se le cruzó por la mente antes de que el cuchillo se hundiese en su cráneo…

 

 

 

 

 

 

 

-        ¡¡NOOOO!!- gritó, sentándose del tirón sobre la cama. Con la respiración agitada y cubierto en sudor, se miró frente al espejo.

 

 

 

Otra vez ese sueño…Llevaba repitiéndose día sí día no desde hace un mes y estaba cansado de ver su muerte una y otra vez, nunca era capaz de salvarse por mucho que hiciera…

 

Miró el reloj de su mesilla, descubriendo que solo quedaba media hora para que otra despreciable jornada de colegio comenzase. Se levantó de la cama y caminó hasta el armario para recoger de una de las pocas perchas que había allí, el típico uniforme negro escolar. Fui hacia el único baño de la pequeña casa y abrí el grifo del agua caliente para darme una rápida ducha.

 

Cuando terminé fui hacia el salón, tan vacío como siempre...Nunca había mucha actividad hogareña por las mañanas, no se percibía el olor a tostadas ni a café como en una casa familiar…Eso no sucedía desde que tenía al menos seis años, desde que asesinaron a mi madre. Ahora la familia estaba completamente rota, mi padre era mi único familiar vivo y a veces me atrevía a pensar que hubiese sido mejor que estuviese muerto…Aunque esas cosas solo acudían a mi mente cuando comenzaba a pegarme yendo completamente ebrio. Puede resultar raro, pero la primera vez que me pegó ya sabía que sucedería. ¿Por qué? Preguntarás… Y la razón es que por muy extraño que pareciese, la noche anterior soñé con que al caer la noche mientras que preparaba la cena tranquilamente; mi progenitor llegaría más borracho que nunca y al acudir a la cocina en mi búsqueda me arrojaría la botella medio vacía y comenzaría la paliza… Lo tomé como una simple pesadilla, pero eso mismo sucedió cuando cayó la noche de ese mismo día. Fue la primera vez, pero no la última. Aunque también aprendí una gran lección, todo lo que soñaba posteriormente se hacía realidad…

 

 

 

Entré al interior de la sala y vi a mi padre dormido en la butaca con la botella de alcohol vacía caída debajo de su mano. En silencio me acerqué y la recogí intentando que no se derramase más líquido. Un fuerte ronquido le hizo despertarse a sí mismo, encontrándome acuclillado a su lado.

 

 

 

-        ¿Qué narices haces ahí?- soltó con tono duro y de reproche, como siempre.

 

-        Recogía el suelo…- murmuré levantándome.- ¿Quieres el desayuno antes de que me vaya a la escuela?

 

-        No, vete de una vez. No quiero que la profesora me llame diciendo que faltas a las clases- gruñó, irguiéndose a duras penas. Estaba a punto de caerse, así que me arrimé para que se apoyase en mí.- ¡Apártate de mí!- gritó, propinándome un fuerte empujón que me dejó sobre el piso. Sin mirarme siquiera tomó rumbo hacia su propia habitación.

 

-        Te dejaré el desayuno en el microondas- dije con suavidad, levantándome nuevamente.

 

 

 

Preparé unos huevos y tostadas, dejándole la mayor parte en un plato en el microondas para él. Me colgué la mochila a los hombros y salí de allí, un gélido viento me golpeó el rostro. Era pleno invierno y la nieve cubría gran parte del suelo, los árboles sin hojas parecían esqueletos muertos y huesudos. La poca luz latente hacía que el frío se incrementase y a pesar del velo blanco que cubría las calles, no las hacía parecer más bellas. Todo lo contrario, hacía que el barrio pobre que era lo pareciese más aún.

 

Con las manos en los bolsillos comencé a andar hacia la escuela, la cual estaba realmente lejos de allí. Iba a una buena escuela debido a la beca de buen estudiante que había obtenido, no porque tuviésemos dinero, de hecho a penas teníamos para comer ya que mi padre llevaba desempleado por largo tiempo.

 

A medida que me iba acercando comencé a ver más estudiantes, hasta que finalmente me encontraba frente a la puerta de la escuela. No me gustaba acudir allí, no porque estudiar sino porque no tenía demasiados amigos, me consideraban un rarito. ¿Y quién no lo haría sabiendo que sueño cosas que se hacen realidad? Pero ellos no sabían esto…aunque eso no hacía que dejaran de perseguirme, humillarme y golpearme en sus ratos libres. Era algo a lo que estaba demasiado acostumbrado. Solo tenía un amigo en aquel odioso lugar, pero tampoco era muy hablador con él…pero extrañamente me había cogido aprecio.

 

 

 

Entré en nuestra aula y me fui hacia el último pupitre al lado de la ventana, no había tardado mucho en descubrir que si me ponía al final las bolas de papel no me golpearían en la cabeza. Dejé mi mochila y me senté, inmediatamente al verme entrar, un pelirrojo que se encontraba hablando entretenidamente con unas chicas caminó hasta mi lado.

 

 

 

-        Buenos días Tooru-chan- saludó con una reluciente sonrisa.

 

-        Hola- saludé simplemente.

 

-        ¿A sí es como saludas a tu mejorcísimo amigo Die?- preguntó haciendo un falso puchero y sentándose en la silla de delante con las piernas a cada lado.

 

-        ¿Esa palabra existe?- murmuré.

 

-        ¡Claro que sí!- contestó ofendido.- Ayer no pude estudiar nada para el examen de hoy, seguro lo suspendo y vuelvo a repetir curso. ¡Me saldrá barba en la escuela!- Die era años mayor que yo, diecisiete años.

 

-        Soñé con el examen de hoy, las respuestas son b, c, a, c, a, b, a, c y c- respondí recordando el sueño que tuve hace dos días, cuando anunciaron el control.

 

-        ¡Oh, gracias, eres un dios!- exclamó. Die sabía lo de mis sueños y a pesar de todo no me trataba como un friki.

 

-        Otra vez tuve el sueño de que me asesinan…- mascullé, alicaído.

 

-        Umm… ¿Crees que puede ser de los que se hacen realidad?

 

-        No tengo ni idea…pero es que es algo irreal…En fin, ¡los cuchillos no flotan!

 

-        ¡Ni los sueños se cumplen, Tooru!- rió él.- De todas formas, hace un mes que comenzó y no ha sucedido nada, tal vez sea solo un simple sueño.

 

-        Sí, tal vez- contesté viendo como la profesora entraba con los controles en la mano.- Recuerda: b, c, a, c, a, b, a, c y c.

 

 

 

 

 

El examen fue exactamente como predije, así que terminé bastante rápido. Miré a Die y vi que se rascaba la cabeza, se veía que no había memorizado lo que le había dicho, en fin, el muchacho era un caso perdido… Me eché sobre la mesa y cerré los ojos…

 

 

 

 

 

-        Esta es la mansión, me alegro de tenerte aquí…Recuérdalo, Kyo, ahora me perteneces.

 

 

 

“Tooru, Tooru, Tooru” Abrí los ojos y me di cuenta de que me había quedado dormido, allí frente a mí estaba la profesora pidiéndome cabreada mi examen, todos los alumnos estaban riéndose, a excepción de Die que me miraba algo preocupado.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Un sentimiento de odio, repulsión, ira y enfado recorría cada centímetro de mi cuerpo, de mi ser. No, no podía creer que esa mujer fuera de mi propia sangre, o mejor dicho, que yo fui y soy una parte de esa mujer que ahora me parecía tan sucia…tan rastrera…No aquella no era mi madre. Ya no sentía ningún amor por ella, me era imposible cuando lo único que hacía era humillarme.

 

 

 

Suicídate, por favor, camina hasta el bosque con una soga y cuélgate de ella…pero antes llévate contigo a todos esos cerdos que tanto crees que amas por encima de tu propio hijo, que no te importa vender y que le ridiculicen.

 

Hoy, después del trabajo, iras a la tienda de armas de fuego. Comprarás un revólver, caminarás a la primera casa de tu amante y le dispararás en la sien…así iras al segundo, al tercero, al cuarto…Después escribirás una carta para tu único hijo, le pedirás disculpas y te arrepentirás de todas las humillaciones que tú y tus amantes les hicisteis. Después en el estudio, te llevarás el revólver al interior de la boca y apretarás el gatillo. Esa será tu disculpa final para mí, para tu hijo…

 

 

 

 

 

Ese era el primer sueño que tenía en el que yo, no era yo…en el que los sentimientos y acciones no tenían nada que ver conmigo ni con mi vida. Pero ese chico de rostro pálido oculto tras una mata de cabello negro, no se apartará de mi mente ni un minuto…

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Notas finales:

Puede que el comienzo sea algo raro y no tenga mucho que ver con el resumén, pero creedme que lo tendrá xP

Espero que os guste, si no tiene aceptación lo borraré porque ya tengo muchos fics y estoy pensando en hacer limpieza, no quiero añadir uno más xD

Pasaroslo bieeeen!!!! *u*


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