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Palabras sin complejos por Tail End Charlies

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Notas del capitulo:

Estas palabras y parejas me las dio mi mejor amiga, pero, si queréis, podéis proporcionarme ideas que tendré en cuenta para futuros capítulos (:

Recordad: una plabra y una pareja.

 

 

Palabras sin complejos

 

Mandarina

EunHae

Eunhyuk, acodado en la mesa de la cocina,y con el mentón apoyado en una mano, observaba con atención como Dongahe se comía una mandarina.

La escena en sí no tenía nada de especial: Donghae comiendo fruta, pero a Eunhyuk lo tenía cautivado y no podía dejar de observar cómo separaba un gajo del resto, se lo llevaba a la boca lentamente, atrapándolo primero con los labios, metiéndolo en la boca con un dedo y masticándolo.

Estaba fascinado ante los movimientos del menor, el cual iba mirando a Eunyuk de reojo y poniéndose más nervioso según iba pasando el tiempo.

—¿Ocurre algo? — preguntó Donghae.

—No, sólo te estoy mirando.

Dongahe lo miró confuso.

—¿Por qué?

—Porque me gusta — dijo como si fuera lo más obvio del mundo.

—Ah — Donghae seguía tan confundido como segundos antes.

Siguió comiendo, intentando que la mirada de Eunhyuk no le afectara más de lo que lo estaba haciendo ya.

—Me gusta cómo comes mandarinas, lo haces de una manera que me está calentando mucho.

Donghae miró a su amigo, luego a la mandarina y de nuevo a Eunhyuk.

—No digas tonterías.

—Es cierto. Si pudieras verte a ti mismo, me entenderías.

El menor hizo oídos sordos y siguió a lo suyo, poniendo atención a la forma en la que estaba comiendo. Todo le parecía muy normal y para nada sexual.

—¿No te apetece un plátano? Me pregunto cómo comerías un plátano.

Donghae, de la impresión, escupió el trozo de mandarina que tenía en la boca y miró a Eunhyuk, el cual tenía la mirada perdida imaginando cómo Donghae comería un plátano.

La imagen mental debió gustarle, porque se levantó, cogió del brazo al menor para que hiciera lo mismo y se lo llevó al cuarto.

Lo último que se pudo escuchar antes de que cerrara la puerta fue un:

—Vamos a comer plátanos.

 

Azulejo

HanChul

Por una amplia mayoría, el grupo SuJu decidió hacer un cambio en la casa. Nada espectacular; una mano de pintura, cambiar unos muebles… Eso sí, el baño principal lo iban a desmantelar entero, empezando por los azulejos y terminando por el suelo, pasando por la bañera y el lavamanos.

Y los encargados de elegir las baldosas de la pared serían Hangeng y Heechul, este último agarrándose al chino como si fuera un pulpo. Para una vez que se quedaban a solas…

Entraron en la tienda donde un solicito vendedor se les acercó preguntando si podía ayudarles. Con un elegante movimiento de mano, Heechul lo despachó diciendo que “sólo estamos mirando”.

Se acercaron a la pared donde había un amplio muestrario de azulejos y Hangeng señaló el primero que vio.

—¿Qué te parece este?

Heechul lo cogió y lo puso al lado de la cara del menor, que lo miró sin entender.

—¿Qué haces?

—Calla.

—Pero…

—Que te calles.

Y se quedó de pie observando cómo el mayor miraba alternativamente su cara y el azulejo.

Un largo minuto después, Heechul movió la cabeza negativamente y lo dejó en su sitio.

—No me gusta.

Lo que al principio parecía una tarea sencilla, para Hangeng se convirtió en una pesadilla donde Heechul cogía un azulejo y lo ponía al lado del chino, que aguantaba estoico a que el mayor emitiera su veredicto.

Quince minutos después llegaron casi al final del muestrario, y ahí cogió otro azulejo y siguió el mismo ritual de siempre.

Hangeng bostezó y miró a los otros clientes, que parecían felices ignorando el sufrimiento al que se estaba viendo sometido.

—Ya está, este es perfecto.

El chino miró a Heechul y lo vio sonriente, con los ojos brillantes y alzando el azulejo como si fuera un trofeo.

—¿Por qué este sí?

—Porque combina con tu tono de piel — Hangeng lo miró confuso.

—¿Y qué tiene que ver?

Heechul desvió su atención del trozo de cerámica que tenía en la mano y miró a su chico como si tuviera delante a alguien corto de entendederas.

—Pues que cuando hagamos el amor en la ducha, quiero que te veas espectacular.

Y sonrió ampliamente, feliz. Y Hangeng puso una cara de sorpresa que pasaría a la historia mientras se sonrojaba hasta la raíz del pelo. Y entonces Heechul frunció el ceño, mirándolo de forma acusadora.

—Mierda… — murmuró

—¿Qué ocurre?

—No había tenido en cuenta que te sonrojarías. Eso lo cambia todo — empezó a andar pasillo abajo —. Vamos, tenemos que empezar de nuevo.

Y si Hangeng creía que los últimos quince minutos habían sido un tormento, los siguientes quince fueron un drama.

Una vez más, de pie, debía sufrir como Heechul le susurraba frases obscenas en el oído para que se sonrojara, y así, convertido en un tomate con piernas, el mayor comprobaba el efecto del rubor del chino junto al maldito azulejo.

Ya podía quedar un baño bonito o Hangeng mataría a alguien.

 

Farola

KanTeuk

No le apetecía salir, pero habían ganado un premio y los chicos querían celebrarlo, así que se tragó sus excusas y los acompañó.

Pero se prometió a sí mismo que no iba a probar el alcohol; la última vez que se emborrachó estuvo a punto de hacerse un tatuaje en el culo. Gracias al cielo que algunos de sus compañeros aún lo respetaban por ser el líder, si hubiera sido por Heechul, ahora tendría un tatuaje en su pequeño LeeTeuk.

No, nunca jamás volvería a beber.

Un minuto después de entrar en el local ya tenía un vaso en la mano. Una hora después la risa floja no le dejaba decir una frase simple. Dos horas y cinco cubatas más tarde creía que todos los clientes del lugar eran Kangin.

Hasta que el verdadero, que no iba mucho mejor, tuvo que sacarlo de allí porque LeeTeuk tenía ganas de un revolcón y como todos “eran” Kangin, LeeTeuk ya pensaba que eso era una orgía.

Borrachos como cubas iban tambaleándose por la calle directos a su casa. Pero LeeTeuk se paró sin previo aviso y miró a Kangin de forma lasciva, pasándose la lengua de forma lenta por los labios.

El menor lo miraba deseoso. Todo lo que hacía el líder le parecía muy erótico; desde lavarse los dientes hasta preparar la comida. Pero cuando LeeTeuk empezó a bailar utilizando una farola como si fuera una barra americana, como en las películas, sintió un ramalazo de placer recorrerle la columna.

LeeTeuk lo miraba intensamente a los ojos, restregándose con ese trozo de acero, bailando de forma sensual, haciendo que Kangin empezara a excitarse. Es que siempre se movía de una manera… Y cuando lo hacía a conciencia, intentando conmover a Kangin, aún era peor.

El menor se acercó con rapidez a LeeTeuk, le puso una mano en la nuca y lo besó de forma brusca, metiendo una mano dentro de los vaqueros de LeeTeuk y agarrándole una de sus nalgas con fuerza, arrancando un gemido del líder.

Se separaron jadeantes y excitados.

—Vamos a casa, tengo muchas ganas de hacer cosas sucias — susurró el mayor mientras le daba un firme apretón por encima de los pantalones al miembro de Kangin.

Pero cuando se giró, LeeTeuk se golpeó en la frente con la farola con la que había estado calentando a Kangin.

Puso una mano encima del golpe y soltó una retahíla de insultos muy poco propia de él.

—¿Estás bien? — preguntó Kangin aún con el calentón.

—Claro que no estoy bien, me acabo de abrir la cabeza.

Y en cuanto LeeTeuk empezó a andar de forma airada, Kangin supo que esa noche no harían cosas sucias y que debería encontrar otra forma de desahogarse.

 

Diamante

KyuWon

Siwon, sentado tranquilamente en el sofá, leía una revista hasta que llegó Kyuhyun, tiró la revista bien lejos y se sentó a horcajadas en el regazo del mayor.

—Siwon, quiero que me compres un diamante — el mencionado levantó una ceja.

—¿Para qué quieres eso?

—Para tenerlo — Kyuhyun lo pensó unos segundos —. Podría hacerme un piercing con él y ponérmelo en la punta de la po… — Siwon lo cortó.

—¿Por qué eres tan mal hablado? — el menor se encogió de hombros.

—Me calienta decirte guarradas.

Siwon resopló, sacó a Kyuhyun de encima suyo y se levantó del sofá.

—Espera aquí, voy a comprarte el maldito diamante.

Kyuhyun esperó pacientemente hasta que Siwon volvió unos minutos después y le lanzó una golosina. El menor miró extrañado el caramelo, que resultó tener forma de diamante. Miró a Siwon.

—No me dijiste que tuviera que ser de verdad.

El menor se metió el caramelo en la boca y lo saboreó; tenía cierto toque a limón. Estaba bueno.

—Me gusta — miró pensativo a Siwon —. Cada vez que me traigas uno de estos, dejaré que me rellenes como a un pavo.

Siwon sonrió de forma pícara y le tiró una bolsa… llena de caramelos con forma de diamante.

—Te tomo la palabra.

Y rió con ganas al ver la cara de sorpresa que tenía Kyuhyun.

 

Libreta

ShinMin

Sungmin y Shindong tenían un secreto. No era nada espectacular, pero era algo sólo de ellos dos, y eso era lo importante.

Desde que se dieron cuenta que entre ellos había más afinidad que con el resto y se convirtieron en mejores amigos, que decidieron compartir algo así como un diario.

Era una libreta, como las que usaban los niños en el colegio, y allí no escribían nada que pudiera pasar a la historia, pero cuando creían que les había ocurrido algo interesante y creían que el otro lo debía saber, lo escribían en esa libreta.

Al estar siempre rodeados de gente, el compartir a solas una charla intrascendental era un lujo que no siempre podían permitirse, así que esa era su manera de comentar cosas que quizá no querían compartir con otros.

Un secreto que los unía y que los hacía creerse especiales.

13 de enero

Como Kyuhyun vuelva a preparar la cena, me tiro de cabeza por la ventana. Creo que tengo un agujero en el intestino.

17 de febrero

Aún me quedan chocolates del día 14; quieren cebarme. ¿Sabías que Eunhyuk le regaló un osito de peluche con un corazón a Donghae? El pez casi se desmaya de la impresión.

20 de marzo

Ha llamado mi madre. Casi me muero de la risa cuando va y me pregunta (palabras textuales): “¿Tienes algo amoroso con Siwon? No me gusta cómo te mira.”. Para mí que la señora ya chochea.

7 de abril

Acabo de ver (de nuevo) el video de Bonamana. Ya te lo dije, pero sales increíble. Deberías llevar ese peinado más a menudo.

Y de esa manera, poco a poco, fueron llenando libretas. Hasta ese momento ya llevaban unas tres.

Entonces, un día, Shindong y otros SuJu tuvieron que ausentarse cinco días por cosas de marketing y demás.

Así que Sungmin se quedó con los otros que no se habían ido, escribiendo cada día un poquito en la libreta.

Una vez hubieron vuelto se pasaron horas contando a los que se habían quedado lo que habían hecho y a la gente que habían conocido. E incluso repartieron algunos recuerdos que habían comprado para los chicos.

Llegó la hora de ir a dormir, pero Shindong estaba desvelado, así que cogió la libreta por si Sungmin había escrito algo y escribir él lo que no había contado a los demás.

10 de octubre

Te acabas de ir y ya te echo de menos. Uf, creo que van a ser unos días muy duros. No te fíes de las chinas, son unas frescas.

11 de octubre

Me he despertado triste, no sé, ha sido raro. Ryeowook me ha preguntado qué me pasaba, pero le he dicho que estaba bien. No podía decirle que estaba así por tu ausencia.

12 de octubre

Sólo han pasado dos días, pero, caray, me parece una eternidad. Me pregunto qué estarás haciendo. ¿Piensas en mí? Yo te tengo todos los días rondando en mi mente. Al final me voy volver loco.

13 de octubre

Hoy Kyuhyun ha llorado y lo he consolado. Resulta que Yesung había salido con una chica y el pequeño se ha venido abajo. No entiendo como Yesung no se da cuenta del daño que le hace. ¿Tú también me harías llorar?

14 de octubre

Estoy muy contento porque hoy vuelves, pero los nervios se están abriendo paso. He releído las pocas líneas que he ido escribiendo y no sé cómo te lo tomarás: si eres un poco suspicaz (que lo eres), pensarás lo correcto; si eres más inocente de lo que pensaba, creerás que son palabras de amigo. TQ. Sungmin.

Shindong se llevó la punta del bolígrafo a los labios, pensativo. Miró la hora y vio que era pasada la media noche. Sonrió y empezó a escribir.

15 de octubre

No podía dormir, así que he decidido leer tus últimas entradas y escribir yo mismo un poco.

Han sido unos días raros. La verdad es que cuando nos debíamos hacer foto, me tenía que obligar a sonreír. He estado bastante decaído, para qué mentirte. Yo también he notado tu ausencia.

¿Qué si he pensado en ti? ¡Era lo único que hacía! Estaba tan distraído que LeeTeuk tuvo que llamarme la atención varias veces. (Hablando del líder: lo sorprendí besándose con Kangin. ¿Te imaginas?)

No te preocupes por Kyuhyun, Yesung se terminará dando cuenta de lo que tiene delante; Kyuhyun no le es tan indiferente como pueda parecer. No, nunca te haría llorar, porque si te hiciera daño a ti sería como hacérmelo a mí mismo. El día que te haga llorar es que hay algo malo en mí.

¿Yo perspicaz? Bueno, sí, a veces. Ahora es una de esas veces. TQ. Shindong.

 

 

 


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