Capítulo 1: “Pizarrón”.
A decir verdad ahora mismo me daba cuenta de que en realidad yo odiaba mi vida más que nada, puesto que siempre, era lo mismo, la costumbre, el hábito, la escuela, los maestros, incluso mi familia, no es que me quejara de ella, pero no era lo mismo, me aburría, de lo que sucedía, siempre me quedaba después de clases, debido a que recientemente mi hermano se había conseguido una novia, o ¿era un hombre?, como sea no me importaba mucho, pero era molesto tener que oír los gritos de este mientras llamaba a su “cosa”, porque aún no estoy muy seguro de lo que es, pero ese no es el punto, el punto es que el actúa tan estúpidamente cuando esta con su “cosa” que me da vergüenza.
— ¿Sasuke?, ¿Aún no vas a casa?—
— ¿Eh?— Era Sakura, estaba asomándose desde la puerta —No, aun no voy a casa—
—Deberías de darte prisa, pronto cerraran las puertas principales—
—Si…—
—Hasta mañana Sasuke—
—Hng—
No era precisamente que aquello me preocupara, siempre solía saltarme por una barda, ya que me quedaba hasta que el velador llegará y comenzara a hacer sus rondas.
— ¿Por qué las cosas son tan aburridas?—
— ¿Esta aburrido Joven?—
Me levante de la silla en la que estaba violentamente, notando que esta se caía a mi paso, había oído una voz, era algo extraña, enérgica, pero… ¿Venia del pizarrón?, me acerque a él, con calma, pero a paso rápido a comprobar.
— ¿Puedes hablar?— toque con cuidado el pizarrón, al ver que era inofensivo, le tome con más confianza.
—Pues claro, si no, estas alucinando—
—Entiendo tu sarcasmo, sabes—
—O vaya jajaja—
…¿Me está hablando un pizarrón verdad? ¿Yo le estoy respondiendo a un pizarrón? ¿Estoy tocando un pizarrón?...
Cuando menos me di cuenta ya me había puesto a platicar con el pizarrón, sentándome cerca de ahí, recargado, observando de vez en cuando, el objeto, ni idea de cómo podría hablar un pizarrón, pero creo que era algo fuera de lo común, algo que me llamaba la atención y que extrañamente, me agradaba.
—Creo que me voy, ya anocheció, es probable que el velador llegue pronto—
—Sí, corre—
— ¿Podremos hablar mañana?—
—Si—
—O vaya bien, a la misma, hora mañana adiós—
Antes de salir del salón observe el pizarrón de alguna manera me daba lastima dejarle ahí.
******
— ¡Te digo que esa pared habla!—
—Naruto, te hace daño comer demasiado ramen, de seguro se te subió a la cabeza—
—No lo hizo Sai—
—Es imposible que una pared hable—
—Pues esta habla, fuerte y claro—
Sai estaba hartándose, desde que se había encontrado con su amigo, este le contaba con entusiasmo que una pared hablaba, y que le contaba varias cosas, incluso que habían hecho una promesa de platicar al día siguiente, por su cabeza solo pasaba una palabra: Loco.
—Enserio ya déjalo—
—Te odio—
El rubio hizo un puchero, para después desviar la vista a otro lado, dándole a entender que estaba enojado, ¿Pero cómo diablos Naruto había terminado así?; Simple, se había dado a la tarea de huir de Iruka—Sensei, como era costumbre suya pero, este ya conocía la mayor parte de sus escondites, al ver que había un pequeño hueco, en una de las paredes del aula, comenzó a ver de dónde provenía, dándose así cuenta de que al mover un armario, podría ingresar a un pequeño cuarto, que era estrecho, pero un buen escondite, había metido con el paso del tiempo una silla, y algo de comida, ese día en el que había terminado, de meter lo necesario, huyendo como siempre se refugió dentro, quedándose dormido, despertando al oír claramente una voz. La pared le estaba hablando.
Y al parecer la pared estaba sorprendida tanto como él, pero tendría que haber sido al revés, aunque no le cuestiono mucho, su madre le había dicho que a personas que hicieran algo extraño o fuera de lo común, no se les debía de preguntar si la persona en cuestión no se lo contaba por voluntad propia, porque podría ser irrespetuoso.
Así que siguiendo fielmente el consejo de su madre, sólo había dialogado con aquella extraña y misteriosa, pared, la cual lo cito para otra platica al día siguiente. El accedió, porque la plática que habían sostenido le pareció agradable, y entretenida. Aunque… la pared no era una persona…
—Sai…—
— ¿Si?—
— ¿Aun piensas que no es posible?—
—Totalmente—
—Lo suponía—
—Naruto mejor deja de andar de vago, platicando con paredes, y has algo bueno de tu vida, como por ejemplo, ponerte a estudiar—
—Mira quien lo dice—
—Al menos yo no platico con paredes—
—Hm—
*****
Si, si, si definitivamente a Sasuke cada vez le agradaba más aquel pizarrón, tenían mucho en común, aunque se contradecían, en sus gustos por los colores, porque al pizarrón le gustaba el amarillo y al él el azul.
—Creo que mañana te daré algún regalo—
—O vaya, enserio crees poder, bueno digo que podrías darme—
Naruto dudaba de que la pared le pudiera regalar algo.
—sí, no te preocupes, por detalles—
—O gracias—
—Entonces, creo que nos vemos mañana, o más bien, nos oímos—
—Jajaja si adiós—
Continuara… (¿?)