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El milagro de los Andes por Pecado Olvidado

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Notas del fanfic:

No se decepcionen de mi, ya vendrá el porno~

 

Para mi ese iba a ser un día como cualquiera, la única diferencia, es que era viernes 13… Viernes 13 de Octubre de 1972.

Iba a ser un día como todos en realidad, tranquilo, yo tomando mate en casa y hacer todo lo que tuviera que hacer para mi supervisor, aquellos tiempos estaban algo convulsionados recuerdo, teníamos muchos problemas de guerras urbanas, pero nada que otros de mis hermanos no estuvieran sufriendo como yo, capaz hasta peor.

Lo único que modifico la mañana fue… una llamada.

"- ¡Señor! ¡Señor!" –me decía un encargado del antiguo Aeropuerto de Carrasco"- ¡El Fairchild Vuelo 571 de la Fuerza Aérea Militar estrello contra la cordillera de los Andes! Cuarenta y cinco pasajeros en él, incluyendo un grupo de estudiantes que iban a jugar Rugby en Chile, del Old Christians"

"- ¿Cómo? ¿A dónde iban? ¿Quiénes iban?" –no podía comprender aquello, no me parecía real.

"- A Santiago, se iban a Chile" –logro decir el hombre antes que yo, sin mucha educación lejana de mi persona le cortara. Desesperado busque en mi agenda donde muy organizado tenía el número de todos mis conocidos. En ese momento solo se me ocurrió una persona, en grado de urgencia solo a él podía llamarlo, esperando a encontrarlo en su casa…

"- ¿Alo?" –su voz era cansada y soñolienta, sabía que era mucho más temprano allá, pero no quedaba de otra.

"- ¿¡Manuel!? Carajo, perdona que te desperté pero es urgente."

"- ¡Weón! Son la' ocho casi de la mañana ¿Qué queri' a estas horas? Espero que no tenga nada que ver con el maricón de Martín…"

"- Un avión de la fuerza Aérea Uruguaya estrello y al parecer iba a Santiago de Chile" –no  le dí oportunidad de continuar con su réplica, realmente estaba desesperado.

"-….. ¿Qué dices?" –su tono de voz cambio de segundo al otro, al parecer noto la seriedad de mi voz, y a su, de que yo no iba a bromear con algo así.

" – Que estrello un avión de mi país que iba al tuyo… "–sentí algo de angustia en aquel momento, cuantas cosas habían pasado en mi país estos últimos dos años… El desastre aéreo de Quibón, los jóvenes muertos por la canoa… "Cuarenta y cinco pasajeros salieron de Montevideo hoy con un grupo incluido de jóvenes estudiantes que iban a jugar Rugby…"

El silencio se apodero de ambos, ninguno decía nada, capaz él no sabía que decirme para consolarme o yo a él por no molestarlo…

"- Perdón Manuel, iré a Chile. Me quedaré en tu casa. Perdón de nuevo." Corte el teléfono y metí en una mochila lo que yo podría necesitar, pero no era mucho, me puse mi uniforme militar y llame al ejército para que me  llevaran de inmediato a Chile, pero antes de eso, llamé a mi hermano Martín, sabía que él también querría ayudarme al fin y al cabo… más allá de lo molesto que a veces es, él siempre está conmigo y yo con él.

" – Quédate tranquilo boludo, los vamos a encontrar, entre los tres los vamos a encontrar, te lo juro como que me llamo Martín Hernández" fue lo último que me dijo antes de colgar el teléfono y dirigirse a él con voluntarios rescatistas desde Mendoza, donde supuestamente, podrían haber pasado el avión.

Yo llegué algunos días después, como no sabíamos que esperar los del ejército Uruguayo, no nos arriesgamos en ir por aire. Fuimos por vía terrestre, pasando por toda la Argentina, donde me encontré con mi primo hermano, más hermano, Martín. Fui, cabizbajo durante todo el camino que resto a Chile, pero si sentía como Martín pasaba su brazo por mis hombros, tratando de darme su apoyo… a su manera claro, pero en el fondo me basto para sentirme acompañado, las palabras estaban sobradas.

En el grupo de personas que iban a Chile estaba notificado que iba Carlos Páez Villaró, el pintor y un fotógrafo, Sebastián Carusso, mi tocayo le decía en mis adentros cada vez que fotografiaba lo que sucedía durante la búsqueda.

Llegamos a Chile y allá estaba Manuel esperándonos, ya había comenzado a formar un equipo de búsqueda, Martín sin perder tiempo comenzó a hacer la misma actividad y yo, menos que menos, tampoco podía quedarme quieto, hacía lo que mi capacidad me permitió, estaba como en una nebulosa, pero cuando escuche a Carlos decir "Quédate tranquilo, que mi hijo está bien, está vivo y los vamos a encontrar a todos con vida" simplemente duplique mis esfuerzos para encontrarlos, pasaba incluso noches sin dormir con tal de tener la ubicación de los pasajeros.

"- Ya Sebas, no seas pelotudo, no te sirve de nada exceder tus límites hacemos todos todo lo que podemos para encontrarlos…" un día intento consolarme Martín.

"- Todo saldrá bien" –Manuel también me daba su apoyo.

Al décimo día de búsqueda me llego las únicas palabras que no esperaba escuchar ni de Manuel ni de Martín…

"- Lo siento Sebastián, pero tendremos que detener la búsqueda."

"- No, déjense de joder, tenemos que seguir. Ellos están vivos, lo sé."

"- No los podemos encontrar, mis helicópteros han sobrevolado la cordillera por el volcán Tinguiririca y podemos verlos."

"- Pero…"

"- No podemos seguir, y el clima tampoco nos lo permite… tenemos que parar."

Pase esa noche entera pensando aquello, si bien conservaba la esperanza de encontrarlos, tenían razón en algo: el clima hacía imposible la búsqueda sin poner en riesgo a los rescatistas. No podía hacerle eso a Manuel ni a Martín. A la mañana les dije que esperaría un poco antes de irme, Carlos no se iba, estaba seguro, aunque tuviera que subir la cordillera, él volvería con su hijo a Montevideo. Yo lo admiraba, pero sabía que era un imposible encontrarlos.

Para no molestar más a Manuel, más allá que él insistió me fui de su casa y me quede en la embajada de mi país, muchas noches no dormía pensando en los muchachos, en lo que sufrirían allí si estaban aún vivos. Aunque sabía que aunque no los buscaran directamente aun estaba el ejército Chileno buscando posible lugares donde encontrarlos.

El tiempo avanzaba… por alguna razón no quería irme… no quería abandonar aquel país aun, Manuel como sabía dónde estaba venía cada tanto a verme y contarme lo que aun podía hacer. Un gran amigo sin dudas…

El 22 de diciembre de ese año, me dije a mi mismo, "ya no da más, no los van a encontrar, murieron todos" así que comencé a prepararme para volver a Montevideo, con los uruguayos que habían ido. Pero algo cambió.

Al día siguiente, el 23, Manuel me llamo, me dijo que fuera a Curicó, no me dio el porqué, pero algo en su voz me dio esperanza, así que tome mis cosas y me dirigí allá; a penas llegué sentí el abrazo del Chileno, sonriendo de felicidad, yo correspondí a su abrazo y me murmuraba constantemente "ellos lograron llegar, están vivos, ¡sobrevivieron!". Mi felicidad no tenía nombre, la gratitud, toda la angustia del momento se desvaneció en menos de uno segundos.

Luego de setenta y dos días, de nieve, frío, falta de comida, agotamiento y cansancio, ellos estaban allí vivos, eran solo dieciséis, pero era mejor que ninguno. Manuel me dijo que Fernando "Nando" Parrado y Roberto Canessa habían caminado por toda la cordillera hasta los valles y habían enviado una carta atada a una roca a través de un riachuelo a un arriero del lugar.

"Vengo de un avión que cayó en las montañas. Soy uruguayo. Hace 10 días que estamos caminando. Tengo un amigo herido arriba. En el avión quedan 14 personas heridas. Tenemos que salir rápido de aquí y no sabemos cómo. No tenemos comida. Estamos débiles. ¿Cuándo nos van a buscar arriba? Por favor, no podemos ni caminar. ¿Dónde estamos?"

Me leyó Manuel, yo simplemente me quede sentado en una mesa, escuchándolo, esperando a que dieran la lista de los sobrevivientes…

"- Pedro Algorta… " comenzaba a decir la radio de uno de los rescatistas "Roberto Jorge Canessa Urta… Alfredo Daniel Delgado Salaberri… Daniel Fernández Strauch… Roberto Fernando Jorge François Álvarez… Roy Alex Harley Sánchez… José Luis Nicolas Inciarte Vázquez… Álvaro Mangino Schmid… Javier Alfredo Methol Abal … Carlos Miguel Páez Rodríguez…" grito de júbilo de un padre, el pintor celebrando que sí, que volvería a casa con su hijo "Fernando Seler Parrado Dolgay… Ramón Mario Sabella Barreiro… Adolfo Luis Strauch Urioste…Eduardo José Strauch Urioste… Antonio José Vizíntin Brandi… Gustavo Zerbino Stajano."

Sobrevivientes… grandes sobrevivientes, que vivieron por hacer lo impensable, debilitados, quemados por el sol, esqueléticos por la falta de alimento, pero vivos. Luego, años después, volvieron a la cordillera y elevaron un altar para los que murieron allí. Y cada año van a visitarla… Yo voy a visitarla, a veces. Hasta el día de hoy le agradezco a Manuel por todo, por todos los servicios que nos proporciono, por las atenciones, por el cariño, más que nada, me quedo con el cariño de decir, más allá de todas las cosas, tengo un buen amigo, que estará cuando lo necesite.. y que ni dude, que yo estaré allí para él, cuando necesite de una mano amiga. Como ahora, 13 de octubre del 2010, cuando luego de tantas penurias este año para Chile, hoy milagrosamente rescata a los mineros atrapados… sabés… es el segundo milagro, un encabezado lo nombro "El segundo milagro de los Andes" y así es…

 

Notas finales:

 

Bueno, no tiene grandes cosas yaoi (digáse que nada tampoco) pero me sirve para que el mundo entienda lo que vendrá en otro fic.

 

Disfruten y critiquen ^^

Atte, Sebastiana

 


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