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El asesino de la Muerte por Isaku Uchiha

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Notas del capitulo:

GOMENASAI POR TARDAR TANTO EN ACTUALIZAR!!!! Gomen, gomen, gomen de veras n_nU no tengo perdón ni lo tendré, pero por favor pasen y lean :3

 

 

- ¡YA BASTA! ¡DÉJALO YA PEIN!- Derramaba lágrimas cristalinas de puro dolor por lo que pasaba frente a sus ojos. No podía soportarlo, ¿Cuánto más habría de sufrir Itachi por él?- ¡DÉJALO! … déjalo… por favor… ¡DETENTE, MALDICIÓN, DETENTE YA!- Golpeaba con fuerza al suelo de arena, una cadena negra en su cuello lo mantenía atado a él. Itachi trataba de mantener el equilibrio en esa posición tan humillante ahora, desnudo, a cuatro sobre la arena y siendo ferozmente embestido por el demonio que alguna vez reconoció como su hermano.-… basta, por favor… ya no más…- Sasuke sentía la desesperación anidarse en su pecho al no poder hacer nada por proteger a Itachi, era como si él fuese el que estuviera siendo penetrado con semejante brutalidad, pero aún así, el dolor y el remordimiento eran mayores en su alma por saber que aunque su ángel no estaba atado de ninguna forma, era él mismo quien permitía a Pein ultrajarlo así. Porque después de todo era el demonio quien ponía las reglas, y las había puesto de tal forma que obligó a Itachi a escoger; era él, o era Sasuke. La respuesta de la Muerte fue tan obvia como rápida, no se lo pensó ni por un segundo.

- Mmmm… ah… ¡Joder, Itachi! ¡Estás tan maldita y deliciosamente apretado!... Ahhh…- El moreno se deleitaba con la estrechez del azabache, su cálido interior aprisionaba con locura su miembro cada vez que volvía a entrar en él; sus ojos estaban fuertemente cerrados mientras que su boca entreabierta soltaba los gemidos de placer que se agolpaban en su garganta. El acto mismo de tener a Itachi sometido a su voluntad lo excitaba en demasía, y pensaba que después de todo Sasuke tenía muchos usos; uno de ellos, era ser la amenaza perfecta contra la Muerte.- Tienes un culo delicioso… ¡Ahhh!... nhh…

-… Itachi… mierda…- Sus lágrimas caían a la arena rojiza, maldita suerte la que tenía, peor la que le tocaba al mayor por su culpa. Era una porquería de situación, siempre lo mismo; si Itachi sufría él no podía hacer más que llorar y mirar sin otra opción el castigo. No era posible. ¿Qué acaso los ángeles no deberían ayudarlo por estar haciendo su trabajo? ¿El imbécil ángel guardián que se supone todos tienen no debería dejar de holgazanear y ayudar a Itachi a zafarse de aquello? ¡Jodida suerte!-… maldita sea…- La Muerte humillada se mantenía con la mirada baja, oculta entre sus mechones negros que se balanceaban al compás desesperado del demonio. No quería mirar lo que Pein hacia con su cuerpo, no quería ver la sangre corriendo desde su entrada hasta los pies, sintiendo como si tuviera un millón de agujas en su interior, era deshonroso; pero más importante era no mirar a Sasuke, porque sabía que si lo hacía, aún si sólo fuera una mirada fugaz, lo haría derramar más lágrimas por aumentar su dolor con ese aspecto tan deplorable al que se había reducido. Poco le importaba terminar como una puta bajo el cuerpo moreno; lo que era todo su mundo, todo su deseo, era que su pequeño hermanito asesino que tanto amaba no fuera el que terminara sufriendo. Ya lo había dicho una vez y lo repetiría cuantas veces fuera necesario: Lo que sea por él.

- ¿Sabes, Itachi? Ahh… si hubieses nacido como un mortal… nhh… ahhhh… seguro… seguro hubieras sido una perfecta puta… ¡Ahhh!- Las feroces estocadas aumentaron su ritmo con desenfreno, Pein no hacía más que dejarse llevar por las sensaciones tan increíbles y placenteras que le proporcionaba la entrada de Itachi a su miembro, era la gloria… pero seguro podía disfrutar más de aquello.

Juntó su pecho con la espalda blanca de la Muerte para acercarse a sus oídos, y mientras seguía embistiendo fuertemente, le murmuró en un tono superior y demandante.

- Itachi… quiero escuchar unas palabras de ti…- Sus labios de canela se curvaron en una sonrisa por demás enferma. Sasuke quería matarlo con todas sus ganas, el maldito bastardo de Pein se iba a arrepentir, pero no ahora, porque en ese momento estaba demasiado asustado, demasiado preocupado, demasiado avergonzado por Itachi, por lo que se veía obligado a pasar para protegerlo; entonces vio la boca del pelinaranja soltar unas cuantas palabras al oído del pelinegro, no pudo escuchar qué le había dicho el demonio a su amor, pero en cuanto se giró a verlo con esos ojos grises tan intimidantes supo que no era nada bueno.

- Oye, Sasuke.- Le llamó el moreno.- Itachi tiene algo que decir… ahhh…- Su lengua libidinosa se pasó por su labio, mostrando cuánto placer sentía en ese momento y cuánto más sentiría.- Escucha por favor.- Siguiendo con el ritmo de las embestidas, clavó una de sus garras en el pecho del azabache, su otra mano le tomó el mentón y lo obligo a encarar al Uchiha menor, pero Itachi aún se resistía y permanecía con los ojos fuertemente cerrados.

-… nii-san…- Aquello no podía continuar; si las cosas seguían así Sasuke sentía que colapsaría.

- Ábrelos.- Dijo Pein con voz aterradora al notar la terquedad de la Muerte, pero el azabache no obedecía.- ¡Ábrelos!

-… no…- Respondió apretando los dientes por la impotencia y la humillación.

- Entonces… será Sasuke quien me lo diga si tú no quieres.

- ¡No!- La retorcida mueca de satisfacción creció en el rostro del demonio.- Está bien, lo diré, yo… yo… lo diré…- Dijo sometido el pelinegro mientras abría los ojos.

- Bien, eres una buena puta.- El asesino estaba a la espera de que Itachi hablara. ¡¿Qué rayos le había dicho Pein?!- Adelante, te escuchamos.

-… yo… yo soy…- Comenzó a decir torpemente.

- ¿Sí?- Inquirió el demonio deteniendo las penetraciones.

-… soy…- Su ojos negros se posaron en los de Sasuke, entonces supo que no podría decirlo sin arrepentirse toda la eternidad por lo que esas palabras lastimarían al menor, pero tenía que.-… yo… soy una débil… y mentirosa… zorra… yo soy… tu zorra… Pein…

-… Ita…- Sasuke apretó los puños, hundiendo sus blancos dedos en la arena roja. No pudo soportarlo más, era injusto, era demasiado. Era suficiente.- ¡¡¡TE VOY A DESTAZAR PEIN!!!- El mencionado reventó en carcajadas ante la amenaza del Halcón, para él eso había sido más un chiste que un peligro.

- Oh, no digas eso por favor. ¿Es que acaso no te ha gustado ver a Itachi “modo zorra”? Además está diciendo la verdad.- Volvió a reír ante sus palabras, y al ver la mirada cabreada de Sasuke tornarse escarlata, las risas demenciales adquirieron mayor intensidad.- Vamos, vamos; no tienes porqué poner esa cara, o estás triste o estás enojado, pero no los dos, así que deja de llorar… o deja de verme con esos ojitos rojos, que la verdad te ves adorable de ambas maneras.

- Maldito desgraciado…- Sus ojos se cerraron con fuerza intentando contener las lágrimas que querían escapar.- ¡Estás muerto, idiota! ¡De ti no quedarán ni cenizas!

- Pero Sasuke… yo ya estoy muerto. ¿Cómo puedes morir… si YA estás muerto? ¡El idiota eres tú!- Siguió con sus risas infernales. El asesino entonces se dio cuenta de una horrible verdad que fue capaz de embargar su alma y destruir cruelmente las pocas esperanzas que le quedaban: ¿Cómo podría matar a Pein? ¿Acaso… la hoz de Itachi sería suficiente? No, quizá no era ninguna arma útil contra el pelinaranja, porque si lo fuera, Itachi ya le hubiera hecho frente al demonio con ella… ¿no?

- Bueno Itachi, continuemos ¿te parece?- La Muerte le dirigió una mirada llena de desprecio, pero en ella también se podían ver claramente vergüenza, miedo y, quizás, una petición de piedad. Pero el demonio ignoró por completo las señales que había en la mirada desamparada del pelinegro, y retomando las envestidas contra el níveo cuerpo debajo de él, aumentó la tortura de ambas almas Uchiha. Esta vez la sangre escurría como un abundante y doloroso río por las largas piernas de Itachi, le dolía a mares, y no sabía si era su entrada o su orgullo lo que más lamentaba, pero aún así ninguno de ellos importaba comparados con la seguridad de su ototo.- Ahhh… ¡Qué delicia!

El placer del demonio; el dolor de la Muerte; la desesperación del asesino. Todo mezclado perfectamente en la locura del Infierno.

-… arghhh…- Un débil quejido se escapó de los labios del azabache, no pudo contenerlo; al escucharlo, Pein sintió que finalmente había logrado uno de sus propósitos más importantes: lastimar a Itachi de verdad.

- Nhh… ah… yo me… me vengo… ¡Ahhhhh!- Las garras de sus manos se encajaron en el blanco pecho de la Muerte y lo desgarraron sin compasión, dejando tras de sí un rastro fino de sangre y heridas abiertas. Toda su esencia llenó el interior del pelinegro, provocando que éste se retorciera de dolor bajo él al sentir la semilla caliente del otro tocando su entrada lastimada y sangrante.- Mmmmm, ¡Qué magnífico! Sin duda, hubieras sido una buena puta.- Salió del interior de Itachi y arrojó el cuerpo desfallecido a la arena como si se tratase de una simple basura. Aunque sabía que era un verdadero desastre, el mayor de los Uchiha estaba tranquilo, porque ahora que Pein se había saciado con su cuerpo no tendría por qué lastimar así a Sasuke; lo que ahora debía hacer era ganar tiempo de alguna forma y pensar cómo salvar al menor de las garras del demonio, pues aunque no fuera poseído por él, Pein seguiría interesado en su alma.- ¿Qué te pareció, Sasuke? ¿Te gustó cómo me tiré a tu perra?- Rió por lo bajo.

- Te mataré, te mataré, ¡¡¡TE MATARÉ!!!- Pein simplemente movió su dedo índice de un lado a otro mientras le sonreía.

- No seas rencoroso, aprende a compartir.

- ¡Maldito cabrón!

- No vas a ser amable por más que te lo pida ¿verdad? Bueno, tendremos que hacer algo al respecto.- Se acercó al menor peligrosamente, en su mirada se veía la lujuria ansiosa. Itachi entendió entonces que el demonio no cumpliría su palabra de dejar en paz a Sasuke, lo había engañado, esa era su nueva naturaleza; trató de levantarse, pero un dolor agudo en su parte baja lo inmovilizó al instante, todo el cuerpo le dolía, además de que estaba extremadamente débil.- Tú quédate ahí, hermano. Es tu turno de disfrutar una linda escena con un Sasuke sonrojado.- Escuchó decir al moreno cuando éste lo vio intentando levantarse.

- Ven idiota infeliz, voy a destrozarte el orgullo.- Sasuke trató de convocar la hoz de Itachi en sus manos, pero nada apareció; lo intentó varias veces pero no podía conseguirla.- ¿Pero qué…?

- Oh, ni lo intentes, no tiene caso.- Pein aprovechó la distracción del asesino para acercársele por detrás; tomó la cadena negra que ataba al Uchiha y la enredó en su blanco cuello, para después tirar de ella bruscamente y cortarle el aire.- Mientras tengas mi arma atándote no podrás hacer nada como Muerte.

- Sasu…ke…- Veía impotente cómo el demonio lastimaba al menor. Le dolía, y mucho.

- No te preocupes, Itachi. El contrato entre ustedes impide que muera, pero sí le va a doler.- El Halcón trataba de zafarse del agarre del demonio retorciéndose y dando golpes sin sentido, la falta de aire lo había hundido completamente en el miedo y la desesperación; todo su numerito de hacerse el valiente y retar con tanta altanería al moreno se vino abajo, y de la forma más humillante. Itachi tenía que pensar rápido y actuar, no podía seguir permitiendo que su amo, la persona más importante para él, continuara siendo lastimado sin que alguien pagara con su vida por ello; definitivamente habría una muerte, y esa sería la del culpable que torturaba a su pequeño.

Reuniendo las pocas fuerzas que le quedaban se levantó de la arena apoyándose en sus manos, aún no podía ponerse en pie, pero esa no era su intención. Sus ojos negros se clavaron con fiereza en la mirada divertida y expectante que le dirigía Pein, analizando cada movimiento que podría suceder, cómo debería atacar. Estando las cosas tan jodidas sólo tenía dos opciones, y creyó que la primera era la mejor: buscaría el momento adecuado para lanzarse contra la yugular. Si lo conseguía, definitivamente pondría fin a la pesadilla.

- ¿Analizando mis movimientos? Ya veo, tratas de predecir lo que pasará… y cómo deberás actuar.- Esbozó una tétrica sonrisa.- Tan típico de ti.- Sasuke dejaba de luchar de a poco, estaba perdiendo la conciencia. De sus ojos negros, ahora un poco rojos por la falta de aire, corrían un par de lágrimas; estaba seguro de que esta vez ni Madara lo podría salvar.

- Sasuke…- Sólo una pequeña distracción, un instante en el que se mostrará indefenso su objetivo, era todo lo que Itachi necesitaba. Sin embargo, todo se vino abajo antes de poder comenzar. Justo cuando Pein pegó el cuerpo del menor al suyo de esa forma tan vulgar, cuando deslizó sus manos por el blanco pecho del azabache apartando el abrigo que Itachi le había puesto cuando los arrastró al Infierno, en el momento en que se deleitó con el embriagante aroma de los cabellos y la piel de Sasuke… justo cuando inconscientemente mostró su cuello desprotegido a Itachi… la Muerte no hizo nada.

Se había paralizado por completo. Y todo porque el demonio pasó descaradamente su lengua sobre la mejilla de Sasuke, probando el dulce sabor a sal de sus lágrimas y lo amargo de su alma sin esperanza.

Con eso era suficiente. Ya había soportado demasiado. Con él podrían hacer lo que quisieran, insultarlo, golpearlo, violarlo y humillarlo, pero a Sasuke…

- ¡¡¡NI SI QUIERA LO TOQUES!!!- El aire a su alrededor fue convertido súbitamente en una extensa neblina negra, de la cual salió un enorme y majestuoso lobo negro, con sus nefastas mandíbulas abiertas y sus negras zarpas por delante, con la mirada escarlata destellante de venganza. Se abalanzó a una velocidad tremenda contra el demonio, tanto que ni siquiera Pein se dio cuenta de él hasta que lo tenía encima suyo.

- ¡No me jodas!- Retiró la cadena del cuello de Sasuke y la convirtió en una barra de metal para enfrentar a la bestia; el impulso que llevaba la Muerte los hizo caer estrepitosamente al suelo. Las afiladas garras intentaron alcanzar su carne y cercenarla, pero fueron detenidas apenas por el arma oscura del cuerpo moreno debajo de ellas.- ¡¿De dónde mierdas sacaste tanta fuerza?!- Espetó aturdido contra los colmillos que se le enfrentaban.

Sasuke miraba sorprendido la escena; su mente en blanco intentaba procesar todo lo que había pasado hace unos instantes y la pelea a muerte que ahora presenciaba. Sus sorprendidos ojos negros parecían ver en cámara lenta cada zarpazo que Itachi daba, cada mordedura fallida que se cerraba en el aire, haciendo retroceder la cabeza y volviéndola rápidamente, soltando rugidos de odio y ferocidad contra la presa que no se dejaba vencer. Sí, podía verlo claramente.

Sus manos frías comenzaron a temblar; una sensación extraña rugía en sus entrañas; los labios se entreabrieron, como queriendo formar una sonrisa de… placer. Un sentimiento nuevo afloraba en el centro de su alma, uno que finalmente, después de tantos años de ser heredado por sus ancestros, brillaba ahora en todo su esplendor.

El legado de La Gran Muerte.

El placer del asesinato.

Sin siquiera pensarlo, la hoz de Itachi se materializó en su mano. La tomó con firmeza. Su mirada adquirió el bello color de la sangre. Y finalmente, corrió a ayudar a su aniki. Pein se dio cuenta del peligro que lo acechaba; con un difícil movimiento de sus piernas, empujó a la bestia hacia el lado contrario de donde venía Sasuke. Ahora se encontraba entre los dos.

- ¡Pein! ¡TE DIJE QUE TE IBA A DESTAZAR, MALDITO BASTARDO!- Gritó el asesino acercándose con rapidez; Itachi se había lanzado nuevamente al ataque acompañando a su amo. Si escapaba con sus alas el lobo lo derribaría con facilidad de un solo salto; si se quedaba para enfrentarlos no podría con ambos; no podía desaparecer en una neblina roja, la guadaña y los colmillos estaban demasiado cerca… quizá demasiado.

La hoja afilada del arma se alzó en un segundo y descendió perfecta; las garras negras se despegaron de la arena y cortaron el aire. Fueron las señales que indicaron el inicio de la carrera contra reloj del demonio. Huir de la Muerte corriendo hacia el asesino. Irónico.

Pero por más ridícula y peligrosa que fuera su situación, lo había conseguido.

El aire se impregnó de ese olor tan particular y distintivo, un aroma metálico inconfundible. Las gotas del líquido carmesí se aferraban pesadamente a la arena oscureciéndola, descendiendo por la hoz y las manos de quienes le sostenían. El cuerpo cayó pesadamente detrás de ambos, dejando a un Sasuke en estado de shock y con el rostro manchado de sangre. No podía creer lo que había hecho, simplemente no podía ser.

Los segundos pasaron tan lento como les fue posible, volviendo la espera en una asfixiante eternidad llena de silencio. En su mente se repetía una y otra vez el terrible acto que había cometido, y después de superar la impresión, empujó el cuerpo del demonio que estaba detrás de él y corrió aterrado hacia donde yacía el lobo herido.

-… ¡Nii-san!... – Su grito desgarrador resonó en el cielo rojo del Hades.

Pein vio desinteresado a ambos Uchiha, pensó que no habría ningún problema en dejarlos un rato en paz, al menos mientras Itachi decía sus últimas palabras. Todo le había salido jodidamente bien.

- ¡Nii-san! Reacciona, dime algo, vamos, ¡Habla!- Cayó de rodillas al lado de su aniki derramando copiosas lágrimas; tomó su peluda cabeza y la colocó en su regazo para tratar de ayudarlo, aún sin saber cómo lo haría.- Mierda, Itachi… nii-san… lo siento… lo siento, lo siento, lo siento de veras… perdóname…- Su corazón latía fuertemente, casi podía sentir que se le saldría del pecho, si es que antes no estallaba. Entonces vio cómo el lobo era cubierto por una débil neblina, y al desaparecer ésta pudo ver a su amado aniki de nuevo, pero no sólo eso, también vio la profunda herida que le había hecho con la hoz a lo largo del torso; una herida cruel y sangrante.

-… Sa… su…- Intentó decir su nombre, pero algo tan fácil  le resultaba más que imposible ahora.

- No hables, no digas nada. Yo… te curaré, ya verás cómo te pondrás mejor nii-san… no te preocupes, déjamelo a mí… tú… ya has hecho demasiado por mí… vas a estar bien, te lo juro…- Decía el menor entre sollozos. Se quitó el abrigo de Itachi y trató de cubrir el cuerpo de su amado mientras hacía presión contra la herida para evitar que escapara más sangre. La vida de la Muerte era imposible de salvar, ambos lo sabían, pero él se resistía a aceptarlo; se resistía a vivir en un mundo sin Itachi.

-… Sasuke… no… no te preocupes… déjalo así… ya no… me duele…- Su voz era suave y débil, aún con ese toque de amabilidad que buscaba calmar al menor, y era eso mismo lo que más le dolía al asesino.

-… Nii-san… ¡No digas estupideces! Puedo ayudarte… ¡Yo puedo salvarte!- Apretó fuertemente los puños sobre el pecho de Itachi, dejando caer sobre el otro las lágrimas de sus orbes oscuras que permanecían cerradas por la impotencia.- Debe haber algo… que pueda hacer… yo puedo… salvarte… lo sé… puedo salvarte… nii-san…- Una calidez repentina se posó en su rostro, acariciando con compasiva ternura su mejilla y limpiando delicadamente las lágrimas que corrían sobre su piel de porcelana. Se sentía bien, igual que en su infancia, y por ello se animó a abrir los ojos, encontrándose con la dulce mirada negra del mayor. Itachi le sonreía.

-… no, no puedes hacer ya nada…- Sasuke lo miró incrédulo y con un inmenso pesar en el corazón.-… La Muerte no puede dar vida… sólo… muerte… y eso es lo que me has dado…- El menor movió despacio la cabeza negándose a creer que lo que estaba pasando era real; no podía ser, era imposible… ¡Tenía que ser una maldita pesadilla!

-… no… no, no, no, ¡NO!... Itachi… ¡Te dije que no digas estupideces! ¡¿Acaso quieres que te lo ordene, idiota?!- Tomó el rostro del mayor entre sus manos sólo para comprobar que aún tenía esa cálida sonrisa en la boca.

- Sasuke…- Acarició su mejilla.-… te amo…

Se paralizó. Por un segundo le pareció que su corazón había dejado de latir, pero no; sólo había muerto. El cuerpo de Itachi se alzó al aire lentamente, ligero, convirtiéndose en un montón de plumas negras que danzaron sublimemente alrededor del Uchiha; en ese triste remolino, unas cuantas plumas se pasaron por los labios del menor, un beso de despedida, para después ser arrastradas lejos por una frágil corriente de aire frío; al final sólo quedó una pluma escarlata entre las manos de Sasuke. 

 

 

 

 

 

 

Notas finales:

Se aceptan amenzas de muerte, mentadas de madre, amenzas de violación o lo que deseen hacerme por matar a Itachi... y si gustan un pequeñito review :3


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