Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

El asesino de la Muerte por Isaku Uchiha

[Reviews - 94]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Viva!!! Aquí ta la conti, espero que les guste jeje n_n

 

 

Seco.

Finalmente, se había quedado seco de tanto llorar.

Su última lágrima había caído sobre la pluma escarlata, desatando un cálido fulgor al hacerla centellar.

La enrojecida mirada se perdía en la nada que se alzaba sobre su cabeza, con las manos desparramadas en sus piernas, aferrándose con delicadeza al último fragmento que quedaba de Itachi en ellas.

-… mentiroso…- Dijo para sí mismo.-… perro mentiroso…- Quería llorar, pero ya no le quedaba nada para derramar, sólo su sangre.-… dijiste… que te quedarías conmigo hasta el final y que jamás te irías…- Apretó los dientes.-… lo prometiste… nii-san…

- El deceso de una Muerte se conoce como Muerte Eterna por una razón, y esa es que después de esta vida ya no hay nada… ni resurrección, ni reencarnación, ni gloria eterna. Nada… sólo la forma más pura y perfecta de la muerte: dejar de existir.- El demonio clavó su mirada gris en el asesino, contemplando el alma perfecta que se formaba ante él tras finalizar el contrato.- Las almas son las que se purifican, glorifican y reencarnan… pero si alguien que no tiene alma muere… entonces, ¿Qué queda para reencarnar?

Seguía absorto en sus pensamientos, recordando tantas cosas extrañas y desconocidas del pasado que por un momento no se sintió como él mismo, como si los recuerdos que desfilaban en su cabeza no fueran suyos, sino de alguien más; pero eso era obviamente imposible, no sólo por el hecho de que los estaba “reviviendo”, sino por el hecho de que él aparecía en ellos. Un pequeño inocente que perdió a sus padres, muertos por una banda de asesinos peligrosos que se había colado en la mansión aquella noche fatal, y salvado de ellos por el caballeroso ángel que lo custodiaba.

Sí, esa era su realidad, que por alguna razón había olvidado por casi dieciséis años, oculta en los rincones más oscuros de su mente, esperando pacientemente salir a la luz.

Esperando… y volviendo ahora…

- Lo recuerdas ya, ¿cierto? La primera vez que nos conocimos no fue cuando mis sirvientes te trajeron ante mí, no; fue aquella vez, cuando toda la apuesta se puso en marcha y te arrastré adentro con Madara y conmigo.- Se aproximó al asesino con lentitud, demostrando firmeza en cada paso que daba, siempre conservando ese aire de elegante arrogancia, y cuando estuvo a unos pasos de él se detuvo solemne. Desvió su mirada del Uchiha hacia un lado para encontrar la hoz de la recién fallecida Muerte; con la sangre fresca de Itachi en sus manos hizo un corte en ambas para que la suya emanara y se mezclara con ella, y una vez que las heridas sanaron, limpiando su morena piel de cualquier rastro de sangre, se decidió a coger el arma. Primero la derecha, luego la izquierda, y un segundo después, la guadaña era blandida nuevamente contra los cielos rojizos del Hades.

Sonrió.

- Has sido tú, su amo, quien le mató, y con su propia arma. Acabaste con el contrato. Felicidades… o mejor dicho, mi más sentido pésame.- Y como en aquella ocasión, en la que recitó las mismas palabras pero con intención distinta, volvió a reír, frenético y enfermo, divertido y satisfecho; soberbio y victorioso.- Personalmente, me hubiera gustado que viviera un poco más para ver cómo te poseo y te quito el alma, pero supongo que ni siquiera un Dios como yo puede tenerlo todo. Al menos, no aún.

Situó el filo de la hoja contra el cuello de Sasuke y lo obligó a mirarlo a la cara; el azabache permanecía inmóvil, ahora su mente también se había aquietado. Se sentía extraño, en todos los sentidos.

- Ahora que el contrato de la Muerte ha finalizado, la mitad del poder de Itachi que permanecía en él ha pasado a ti, convirtiéndote en una Muerte hecha y derecha… ¡Pero ciertamente qué Muerte más débil y patética has resultado ser!- Esas risas infernales resonaron en la cabeza de Sasuke, una y otra vez, golpeándole en el orgullo y despertando algo más grande en su interior. En definitiva se sentía extraño.

Al no recibir respuesta del asesino Uchiha, Pein se decidió a comenzar con el ritual.

- ¿Sabes? Tenemos que hacer esto paso a paso para que salga bien.- Apartó el arma del cuello de Sasuke a la vez que caminaba a su alrededor para quedarse detrás de él. El azabache dejó caer su cabeza, clavando la mirada en la arena roja.- La primera parte está hecha… rompí el contrato para que te volvieras inmortal; la segunda parte también está hecha: tu alma ha sido marcada por la muerte y la desolación, justo como debe ser el alma de una Muerte verdadera.- Sus palabras se volvieron lentas y arrogantes, casi como veneno puro disuelto en el aire.- Y en cuanto a la tercera parte… bueno, seguro ya te imaginas de qué va… ¿no, Sasuke?- Se relamió los labios cínicamente mientras apoyaba las manos en los hombros desnudos del azabache.- Para que seas la reencarnación perfecta de La Gran Muerte, debes deshacerte de la poca humanidad que te quede… sí, tu orgullo y dignidad van de por medio, lo admito… pero te doy mi palabra de que eso ya no importará cuando terminemos, porque para entonces, ya estarás muerto.- Su retorcida mueca de satisfacción se ensanchó de tal manera que ahora era la sonrisa perfecta de un demonio.- ¿Es una buena oferta, verdad? Todos tus miedos, todas tus tristezas… incluso toda tu soledad… será arropada por el dulce manto del sueño eterno… ¿No es eso acaso… lo que quieres? ¿Un breve… y efímero… pero a la vez, eterno… descanso?

 

… yo…

 

- Tú ya no debes preocuparte por nada, Sasuke… me encargaré de ocupar tu lugar en la Casa de La Muerte, prometo no decepcionarte…

 

… ah… es cierto… soy yo quien se convertirá en La Gran Muerte… pero… justo ahora…

 

- Le demostraré al imbécil de mi padre que no se necesita tener sangre Uchiha para ocupar un lugar en el Universo…

 

… sangre Uchiha… yo la tengo… y aún así no soy nada… no puedo hacer nada… ¿o no…?...

 

- Vamos entonces… comencemos…- Se arrodilló hasta quedar a la altura del menor que aún permanecía sin moverse y dándole la espalda. Empezó a depositar suaves besos en el cuello del azabache, degustando el aroma que desprendía aquella blanca y apetitosa piel; sus manos apartaron el abrigo negro de Itachi que yacía en sus piernas, colocándolo ante la vista perdida del Uchiha. Sólo entonces la mente de Sasuke reaccionó.- ¿Te digo algo? No tengo porqué ser tan cruel contigo… la verdad, eres una belleza adorable…- Se acercó más para lamer lascivamente su oído y morderle el lóbulo de éste; sus manos acariciaban de la misma forma su pecho, apoderándose de sus rosados botones, aferrando más el cuerpo blanco al suyo moreno.- Además… al que odiaba era a Itachi, no a ti… tú eres tan inocente y mono… igual que un niño asustado…- Rió por lo bajo; había veces en las que él mismo se sorprendía de lo retorcida que era su mente demoniaca, pero eso era lo que más divertidas hacía las cosas.- ¿Qué dices, Sasuke? ¿Te entregarás a mí sin pelear? ¿Disfrutarías un último placer antes de morir?

 

… morir… ¿qué se sentirá… morir?...

 

Su mirada aún seguía puesta sobre aquella prenda que solía ser de su aniki, pero esta vez ya no estaba vacía, simplemente, estaba clavada en ese lugar. Podía sentir las caricias de Pein sobre su cuerpo, pero sólo eso: sentirlas; no le causaban ningún placer, pero tampoco le repugnaban, como sería lo normal. Era como estar y no estar en ese lugar, todo tan confuso… ¿Pero así era mejor, no? ¿Qué importaría morir si en principio ya no sentía nada? ¿Para qué preocuparse por una vida que carece de sentido? Era estúpido. Aún si Pein se hacía con su alma y enfrentaba a Madara con el poder de La Gran Muerte que supuestamente recaía en él, ninguna Muerte se le uniría por el odio que le tienen, Madara lucharía hasta su último aliento para derrotarlo, y seguro Minato traería ayuda con algunos “ejércitos celestiales” para apoyarle. Algo así era seguro, porque el mal nunca triunfa, ¿verdad? Es imposible. No sería una buena historia para contar. Por eso, ¿Qué más daba si moría? De cualquier forma, “los chicos buenos ganarían”; además, ya no le quedaba nada por qué luchar, no había nadie con quien pasar la eternidad en vida.

Sí, sólo en la muerte, y con mucha suerte, él le estaría esperando.

Una pequeña sonrisa se apoderó de su rostro, casi imperceptible, pero acompañada de un brillo único en sus ojos. Esperanza. La última chispa viva que quedaba en su alma se encendió tenue, comenzándose a mostrar ante la idea de alcanzar el descanso eterno junto a Itachi. Era un hermoso sueño que estaba a punto de alcanzar.

Morir… ¡Qué grandioso!

 

… no seas estúpido, idiota… ¿Acaso piensas mandar a la mierda todos los esfuerzos de Itachi por protegerte?...

 

Despabiló, abriendo los ojos enormes y soltando la quijada ante la impresión. ¿Había sido… Pein? ¿O sólo su imaginación? No, si Pein le decía eso… sencillamente no tendría sentido, porque él busca matarlo… pero, si fue su imaginación… o era quizá la locura que se apoderaba de él… sí… debió ser eso.

 

… ¡Por todos los cielos!... sí que eres imbécil… pero no queda de otra, eres el último…

 

… ¿Quién eres?... ¿Un… demonio?

 

… ¿Demonio?... ¿Crees que soy algo tan insignificante y vulgar como un demonio?... ¡Me ofendes, niño!... ningún demonio es digno de compararse conmigo… mucho menos de enfrentarme y sobrevivir… pero es en verdad una desgracia la escena de esta obra que me ha tocado interpretar… y todo por tu jodida culpa…

 

… mi culpa… ¡No me jodas!... ¿Qué tan mal te la podrías estar pasando si ni siquiera sé quién coños eres?...

 

… pues ya que eres tan idiota como para saberlo por ti mismo… yo soy tú en esencia… el alma magna forjada a través de cada generación Uchiha… creciendo con cada siglo que vivo… soy la razón de todo lo que pasa… Sasuke… el fin último de la existencia y del ser… ese es quien soy… eso es lo que somos…

 

… lo que… ¿“somos”?... tú…

 

… sí…

 

… en ese caso… déjame decirte una cosa… ¡No tienes ni una puta idea de cuánto te odio!... ¡Por tu culpa Itachi murió!... ¡Por tu estúpida culpa Pein quiere mi alma!... ¡Por tu jodida razón todo es una mierda!...

 

… ¿sí?... mira que no lo había notado…

 

… ¡Eres un puto imbécil!... ¡Estoy feliz de que Pein se quede contigo, idiota!... ¡Arreglen sus asuntos en la puta eternidad!... joder… ¡Joder!...

 

… Sasuke… creí que ya no tenías más lágrimas para llorar…

 

… ¡Cállate!… sólo… cállate ya…

 

… la verdad… no tengo ningún inconveniente con que Pein se quede conmigo… de todas formas yo ya tenía pensado morir…

 

 

… recién me he dado cuenta… de que la vida no tiene ningún sentido para mí… por alguna razón… está vacía ante mis ojos… por eso… ya no quiero… estar aquí…

 

… ¿Tú… te quieres morir?...

 

 

… ¡¿TÚ te quieres morir?!... ¡¿En qué mierdas estás pensando?!... si tú te mueres, entonces… entonces… ¡¿Qué carajos le espera a este mundo?!... ¿No lo dijiste tú?... ¿Piensas mandar al traste todo lo que Itachi hizo por ti?... ¿Lo que sufrió por nosotros?... ¡¿Qué clase de Gran Muerte eres tú?!...

 

… pues… soy La Gran Muerte que vive en el alma de Sasuke Uchiha…

 

… ¿Mi… alma?...

 

… tan arrogante como tú… tan inteligente como tú… y tan cobarde e inútil como tú… ¿Qué más da que muera?... el interés que tenía por vivir se ha ido… y se ha ido para no volver jamás…

 

… eso es… ¡Eso es lo más-!

 

… ¡¿“Estúpido que podrías decir”?!... sí… ciertamente lo es… pero así lo decidiste, Sasuke… y tu orgullo no te dejará mentir… aunque últimamente tu orgullo ha andado volando muy bajo… por no decir que arrastrándose lamentablemente entre las patas del demonio…

 

… qué estupidez… si yo no soy así de patético… ¡Esa es una mierda!...

 

… sí, toda una mierda… estamos de acuerdo en eso… pero te guste o no… esa es la realidad… es lo que has estado haciendo desde siempre… dime, Sasuke… y no te atrevas a mentir, porque lo sabré… dime… cada vez que Itachi te salvaba el pellejo… y luego te echabas a llorar al verlo siendo castigado por lo que no debió hacer… ¿Alguna vez te funcionó?... ¿Lograste hacer que el dolor de Itachi desapareciera?...

 

… yo… pues… no… no lo hice…

 

… no lo lograste… y aunque pasó muchas veces… no entendiste la lección… seguiste llorando y lamentándote por todo… maldiciendo a todos y culpándolos de lo que pasaba… igual que un tonto crío… cuando la verdad tú bien pudiste hacer algo al respecto… ¿O me equivoco?...

 

 

… pero, vaya… aún ahora puedes voltear la situación y hacerte con el alma de Pein sin problema… después de todo… tú eres La Gran Muerte… y si tú no detienes esta humillación… ¿Cómo jodidos piensas mirar a Itachi a los ojos de nuevo?... deberías hundirte en la vergüenza… pero eres demasiado terco para eso… eres demasiado… demasiado…

 

… Uchiha…

 

Pein había aprovechado la distracción del menor y lo había recostado en la arena, abriendo sus piernas y exponiendo la entrada del azabache ante su mirada lujuriosa. Era una hermosa vista la que tenía enfrente, estaba seguro de que no resistiría un segundo más sin hundirse en aquella deliciosa carne, realmente lo necesitaba; no podía pasar desapercibido ese frágil y delicado cuerpo, sería pecado ignorarlo y no disfrutar de su esencia, además de eso, la belleza de los Uchiha era famosa entre ángeles y demonios, y desde luego entre las Muertes. ¿Cómo podría resistirse a semejante tentación? Su pérfida mente imaginaba múltiples escenarios en los que envestía ferozmente al asesino, haciéndole preguntarse cómo sería mejor tomarlo. Quizá deba ser misericordioso y tratarle con un cariño fingido, que bien podría acercarse al que Itachi le daba. O quizá, sería mucho mejor y más placentero romperle el culo junto con el mítico orgullo Uchiha. Sí, lo segundo le gustaba más. Alzó las caderas de Sasuke y acercó su despierto miembro hasta  la entrada. De una sola estocada entraría.

- ¿Estás listo, Sasuke? Porque yo no resisto más…- Retrocedió un poco para tomar impulso y entrar sádicamente en el menor, y justo cuando la punta de su miembro se acercaba al otro peligrosamente, se vio obligado a detenerse.-… ¡¿Pero qué… mierda…?!- Sobre el cuerpo del Uchiha se alzaban un centenar de guadañas de todo tipo protegiéndolo, con sus mortales hojas afiladas apuntando oscuramente hacia él.-… esto es… ¡Rayos!- Las armas se cerraron hacia él para destazarlo en pedazos, pero un segundo antes de ser atrapado por ellas se apartó lejos con un revolotear de sus alas.-… ¿Qué es esto, maldición…?

Las guadañas comenzaron una danza lúgubre alrededor de su amo, que lentamente se ponía de pie; despacio, una a una comenzaron a deshacerse en esa típica ventisca negra desde su base hasta la hoja, cubriendo el cuerpo desnudo que protegían. Pein estaba impresionado por lo que pasaba ante sus ojos, pero no lo demostraba. Cuando la neblina negra se esfumó completamente, una figura salió a su encuentro.

- Lamento dejarte con las ganas, pero no tengo intención de ser la puta de un demonio. Espero que no te ofendas, Pein.- Sasuke vestía de una manera muy elegante, con sus zapatos bien lustrados, el pantalón y la camisa de un negro profundo, y con la corbata del mismo color que su mirada escarlata. Un perfecto caballero de La Muerte. El moreno simplemente lo miró aparentando desinterés.

- Resurrección.- Fue lo único que dijo. No estaba para nada asustado, sólo se preguntaba cómo haría ahora. Sin duda se le había complicado el juego, quitarle el alma a Sasuke, no, a La Gran Muerte sería un problema ahora que había despertado. Pero aun así, el hecho era que el Uchiha seguía siendo un crío idiota; no podía complicarle tanto las cosas.- Puede que tengas el poder de La Gran Muerte, pero ya que no creciste como un ángel desde el principio, te costará controlar su poder.- Con una neblina roja hizo aparecer sus ropas, eran parecidas a las de Sasuke, pero la diferencia era que él tenía los botones de la camisa abierta.- Ah, y no te preocupes por esto…- Dijo señalando la erección en sus pantalones.- Cuando tenga tu alma ya me follaré a Karin para celebrar.

- ¿En serio? ¡Qué valiente! Lástima que no pienso dejarte con vida.

- Una zorra llorona como tú que no sabe hacer nada no debería ser tan atrevida con sus palabras… te podrías arrepentir.- En su mano izquierda apareció una negra barra de metal mientras que en la otra permanecía la hoz de Itachi.- No quieras hacerte el fuerte, de mocoso inútil no pasas.- Rió un poco por lo dicho. Sasuke bajó la mirada y se encontró con el abrigo de Itachi; lo miró por unos segundos, recordando el aroma de su aniki, y se dio cuenta de que aquél delicioso aroma aún permanecía en la prenda. Se arrodilló para levantarla, sacudiéndole la arena que tenía encima y notando la sangre fresca que aún quedaba en ella.

- Itachi…- Aspiró de nuevo ese magnífico olor que le había sido arrebatado. Ni en mil años lo podría olvidar.

- No hay duda de que todavía eres medio humano… ya te estás poniendo sentimental.- Ignorando por completo las palabras del demonio, La Muerte se aferró a lo último que quedaba de su extinto amor, no abandonaría nada suyo jamás. Con un movimiento rápido, extendió la prenda sobre los cielos rojizos y se la vistió; la pluma roja que yacía en la arena apagaba su brillo lentamente, pero cuando Sasuke la tomó de nuevo se encendió vivaz como un eterno Sol, reconociendo y anhelando la compañía de quien le sostenía. El asesino sonrió con ternura. Guardo con cuidado su estrella en uno de los bolsillos internos del abrigo, cerca del corazón.- Qué estupidez, voy a vomitar…- Había visto a detalle el actuar del menor, todo de él le parecía ridículo y patético, tan débil y emotivo; sin duda que aún era humano.- Criatura frágil e inútil, un simple niñato… crío de mierda.- La Muerte alzó el rostro y lo enfrentó con esos fieros ojos bermellón que destilaban rencor.

-… es cierto, eso es lo que soy… pero… Itachi murió por este crío de mierda… por eso… ¡No dejaré que se haya ido en vano!- Sin pensarlo dos veces se abalanzó contra el demonio, y cuando sólo se encontraban separados por escasos centímetros, la pelea comenzó.- ¡Chokuto!- La negra espada apareció entre sus manos y chocó violentamente contra las armas de Pein.

Podía sentirlo a cada golpe que daba, su fuerza y velocidad habían aumentado, lo mismo que su habilidad con la katana, incluso sus reflejos se habían agudizado enormemente, permitiéndole esquivar con facilidad los contrataques del moreno y acercar el filo de su arma peligrosamente a su cuerpo. Era el poder de La Gran Muerte en él… y vaya que disgustaba al demonio.

- “Maldita sea, ¿Acaso un inútil humano como este me piensa derrotar?”- Por primera vez, desde hace mucho tiempo, Pein consideró la posibilidad latente de que podría morir en una batalla.- “¡De ninguna manera!”- Se empeñó aún más en cada ataque; primero intentó distraer al Uchiha y sacarlo de balance usando la guadaña de Itachi, para después dejar su defensa abierta y atravesarlo con su propia arma, pero al parecer Sasuke de alguna forma podía predecir sus movimientos y bloquearlos. Ese niño no podía ser tan bueno, ¡No podía!

 

Mientras los dos espíritus se enfrentaban encarnizadamente, otros dos miraban interesados la batalla desde un risco cercano, procurando ocultar sus presencias para no ser molestados.

- Debo admitirlo, sí que sabes elegir lugares para disfrutar de una buena vista panorámica con estos dos, Madara.

- Se llaman lugares preferenciales, Minato. Como Muerte, uno tiene ciertos privilegios.

- Sí, y también como muerto.- Ambos rieron.- Pero, ¿sabes? Creo que debimos ayudarlo desde antes…- Madara gruñó un poco molesto por la idea.

- Pero nos hubiéramos perdido la diversión…- Se quejó casi como un niño pequeño, apartando un instante la mirada.

- Quizá… es que no me parece justo que Itachi haya muerto estando nosotros aquí… la verdad, pudimos hacer algo…

- …

- ¿Madara?

- Itachi bien sabía lo que pasaría, desde hace años que lo sabía, y aun así nunca se negó. No sólo no debíamos hacer nada, él mismo hubiera pedido que no hiciéramos nada.

- Eso es mucha determinación para alguien, incluso para un Ángel de los tuyos. Pero me pregunto, ¿Por qué una Muerte renunciaría a su eternidad para proteger a otro? Digo, ya sé que Sasuke era la última rencarnación de La Muerte y por eso debía sobrevivir a toda costa, pero… ¿Itachi nunca lo dudo?

- No.

- ¿No? Qué noble…

- Me gusta pensar que al principio sólo siguió mis órdenes porque simplemente yo era su padre y me debía obediencia, pero cuando finalmente conoció a Sasuke… no sólo aceptó su deber fielmente, sino que se aferró a él.

- Por “él” ¿Te refieres al deber… o a Sasuke?- El pelinegro sonrió.

- ¡Ya quisiera saberlo!

- No jodas…- Ambos volvieron a reír, poniendo sus miradas sobre los que combatían.

- Minato… quisiera pedirte un favor.

- Me preguntaba cuánto más tardarías.- Respondió alegre.

- En ese caso, y ya que estás tan de buen humor, que sean dos.- Se miraron cómplices de lo que sabían perfectamente; el rubio volvió la mirada a Sasuke y respondió.

- Dalo por hecho.

 

 

Notas finales:

Uuuu qué planearán estos dos??? XD y entre Pein y Sasuke partiéndose la cara quién ganará??? Yo también quiero saber!!!! XD 


Nos vemos en los reviews :3


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).