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El asesino de la Muerte por Isaku Uchiha

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Notas del capitulo:

Este capi... está muy... bueno... no sé qué decir de él así que simplemente aclararé que hay una violación... aunque no estoy segura de que sea violación (Yo lo escribí y no sé??!! Puta madre!! >.<)


Ustedes dirán asi que... a leer!!!

 

 

Varias semanas habían pasado desde el castigo de Itachi, y él simplemente no despertaba. Sasuke estaba sentado a su lado sobre la cama, miraba con arrepentimiento su rostro descansar, rezaba por que en verdad así fuera, que su querido amor descansara y no sufriera del dolor entre sueños.

- Itachi… ¿Qué te he hecho…?- Pein lo acompañaba desde entonces, sentado en una silla de cedro y decorados de plata del otro lado del lecho. Todo el tiempo se la habían pasado ahí, esperando a que el pelinegro despertara de su letargo; aún no podía verlo, pero Sasuke le decía que se veía tan sereno y tan hermoso con sus ojos cerrados, sus finas pestañas le daban un toque sensual e incitante. “¿Incitante a qué?” le había preguntado una vez al notar la sonrisa deprimente del menor. “A lo prohibido…” fue su respuesta.

Karin les traía comida a las horas que se suponía debían comer, pero el Uchiha albergaba una tristeza inconsolable que no le permitía hacer otra cosa más que esperar al lado de Itachi; en cambio Pein sólo bebía un par de copas de vino de cuando en cuando, no probaba ni un bocado como muestra de su compañía con el azabache, aunque en realidad eso no parecía afectarlo tanto como al otro, que se veía lamentable. De hecho, desde que aquello empezó, la habitación que le había dado al Halcón parecía más un cuarto del tanatorio que un lugar para dormir, con un cadáver “invisible” en la cama y otro velando y pidiendo por él en vez de por sí mismo que ya parecía tener los dos pies en la tumba.

… espero que ya estés contento…

- … cállate…- Esa jodida voz en su cabeza no lo había dejado en paz.

…  míralo bien y recuerda ese día…en qué desastre le has convertido…

- … te dije que te calles…- Fuera quien fuera, el maldito se reía de su desgracia.

… ay, Itachi, pobre de ti… ¡Hasta tu padre se avergüenza de lo que le has permitido a este insignificante mortal hacerte!…

- ¡¡¡DIJE QUE TE CALLARAS BASTARDO!!!- Sus ojos negros se tornaron escarlatas en un segundo.

- De acuerdo, no volveré a insistir en que comas algo… pero no tenías que gritar.

- Lo siento… Pein, no te lo decía a ti.- Miró el rostro de sorpresa del pelinaranja, que le veía como si estuviera tratando con un loco.- Hablaba con alguien más.

- Déjame adivinar, Itachi ya despertó y se está poniendo pesado.

- No, es… ah… no importa.

- Entonces… si eso no fue para mí… deberías comer algo.

- Estoy bien, sólo quiero que Itachi mejore. Creo… que despertará pronto, las heridas ya han cicatrizando y casi desaparecieron por completo…- Su voz volvió a ser triste y distante.

- ¿Se ve mejor?

- Sí…

- Entonces sí, no tardará mucho.- Tuvo una idea.- Se me ocurre que, Itachi no estaría muy contento de verte en un estado tan deplorable… como él.- Sasuke lo miró dudoso.

- ¿Tú crees?- Pein inclinó la cabeza asintiendo.

- Come un poco, si no por ti hazlo por él. ¿Vale?

- … bien.- El moreno llamó a Karin pidiéndole que trajera de nuevo toda la comida que hace unas horas habían rechazado; en unos minutos, la chica de ojos carmesí volvió con un carrito repleto de deliciosos y exquisitos platillos que podrían complacer hasta al paladar más exigente, lo dejó frente al azabache y salió del cuarto. Al ver tan antojable ofrenda frente a él, Sasuke poco reparó en que aquello estaba recalentado, ni siquiera le importó si la pelirroja había sido la que cocinó esos bellos manjares, lo único que casi sacó de su mente a Itachi fue el hueco enorme en su estómago. El pelinaranja se divertía internamente viendo la cara de hambriento que tenía el mejor asesino de todos los tiempos: sus ojos brillaban mientras acechaban con cautela cada plato frente a ellos y de su boca entreabierta colgaba tímidamente un fino hilo de saliva. Hasta alguien tan frío y serio como el Uchiha sería capaz de ceder ante un pedazo de pan después de estar casi tres semanas sin comer. Alzó la mirada hacia Pein, que le respondió de la misma forma invitándolo a comer sin medidas. Diez minutos después, Sasuke había dejado cada plato impecable.

- ¿Te digo algo Pein? Me sorprende que no puedas ver a Itachi siendo que tú has hecho un trato con otra Muerte, digo, eso debería darte el poder de verlo o algo así… por cierto, ¿En dónde está… o es que así como tú no ves a Itachi yo no puedo verlo?- El moreno contuvo el aire, pensativo, después suspiró con tranquilidad.

- Es eso exactamente, sólo puedes ver ala Muertecon la que pactaste pero… hay una razón especial por la que jamás podrás verla a ella.

- Ah, es una chica… bueno una mujer… eh… no sé exactamente porque las Muertes son viejas pero… bueno, Itachi no se ve como un anciano, y Madara tampoco aunque es el más viejo… pero…

- Dejémoslo en una chica.- Dijo tratando de contener las risas.

- Uh… sí.

- Lo que pasa es que mi querida Konan… murió.- Sasuke abrió enorme los ojos. ¿Las Muertes pueden morir?- Sí, pueden morir.- El azabache casi se va de espaldas, ¡Pein le leyó la mente!- Está bien, era una pregunta obvia.

- E-entonces… ¿Ellos pueden morir?

- Desde luego, con o sin contrato.

- ¡Pero Madara me dijo que no! Él dijo que Itachi y yo estábamos fuera de su poder y ninguna Muerte podría tomar nuestras almas. ¡No lo entiendo!- Pein se sorprendió sobremanera ante la revelación del menor, hizo un esfuerzo olímpico para no romper su hasta entonces inquebrantable seriedad.

- ¿Él… te dijo eso? ¿De verdad te dijo eso? ¡¿Itachi no puede morir?!- Su pecho ardía con ferocidad.

- ¡Sí! Dijo que estábamos fuera de su jurisdicción, excepto por un pequeño detalle que no me dijo, no sé a qué se refería pero… ¿Cómo es posible que Konan- chan muriera?- Una pregunta aún más importante cruzó su pensamiento.- ¿Cómo pasó?- El pelinaranja le veía serio, parecía emanar un aura sepulcral. La única ventana en la habitación apagó repentinamente sus destellos de luz; Sasuke pudo sentir cómo los cabellos de la nuca se le erizaban junto con el resto de su piel, la temperatura descendió bruscamente, pero justo antes de que el azabache viera su propia respiración, y notara que la de Pein faltaba, todo volvió a ser como antes.

- ¿Qué demonios…?

- Ella fue asesinada.- No había ningún rastro de emoción en sus palabras.

- Oh… disculpa, lo siento mucho yo… no lo sabía.

- Por supuesto que no lo sabías.- Se levantó molesto y con una mueca de desprecio en su rostro.- ¡¿Cómo ibas a saberlo?! Qué estupidez, ¿Por qué siempre dicen lo mismo? “No lo sabía, no lo sabía”.- Sasuke bajó la mirada un poco apenado por lo que dijo, había sido una respuesta mecánica, algo muy torpe, pero tenía que decirla; Pein se asomó a través de la ventana y miró indiferente el precioso jardín a unos metros de donde estaba, después de un incómodo silencio el azabache trato de calmar la tensión.

- La muerte de Konan-chan quiere decir que incluso entre las Muertes hay cierta rivalidad… tal vez compiten por hacer tratos con nosotros o quizá sólo fue para medir fuerzas, pudo ser por muchas cosas…

- Fue venganza.- El odio adornaba cada palabra que salía de sus labios, al menor le dio la impresión de que estaba muy seguro de lo que decía.- La venganza de un imbécil… que la mató a sangre fría.- Se giró para mirar a Sasuke.- Tú debes entenderlo perfectamente, la venganza es tu moneda.

- Y la tuya, según veo. ¿Acaso… lo que dijiste que buscabas, algo más valioso y único que el dinero, era la vida… de una Muerte?- Se miraron por un largo rato, ninguno se atrevía a pronunciar palabra.

Un enorme y lujoso reloj de pie estaba en el corredor, a una distancia considerable de la entrada a la habitación en donde estaban; comenzó a dar su anuncio de cada hora. Eran las seis de la tarde.

- Me tengo que ir.- Caminó hasta la puerta ante la mirada inquisidora del menor, se detuvo un momento.- Deberías dormir un poco, se nota lo cansado que estás.- Abrió la puerta y salió, cerrándola tras de sí. El azabache miró el lugar por donde había salido el moreno, suspiró. Sus ojos se posaron en la majestuosa figura que reposaba a su lado; los ojos le pesaban, tal vez sí debería dormir un poco, quizá cuando despertara, Itachi también lo haría.

- P-pero sólo un ratito.- Se dijo a sí mismo, acurrucándose junto al mayor con el cuidado de no molestarle. Cayó dormido al instante.

 

 

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Un calor inmenso lo llenaba, un calor que sonroja… su interior ardía.

- Ah… ah…- Su boca entreabierta pedía por algo que calmara su sed, clamaba desesperado por un dulce sabor que lo apaciguara.-… Ita… ahhh…nhh…- El corazón le latía desenfrenado, sus manos se aferraban con fuerza y desesperación a las sábanas, mientras un tortuoso cosquilleo crecía y crecía en su entrepierna.-... ah…nhh…Ita…chi…- No podía evitar revolverse en la cama, esa asfixiante y placentera sensación invadía todo su cuerpo, lo tensaba, era imposible resistirse.- ¡AHHH!- Despertó llevándose las manos a la boca para callar ese gutural gemido, la vergüenza hizo que sus mejillas se colorearan de un adorable carmín. ¿Qué coños le pasaba? ¿Desde cuándo Sasuke Uchiha gemía en sueños?

Temblaba, sudaba frío y estaba excitado.

- ¿Pero qué…?- Miró hacia abajo, encontrándose con una sorpresita despierta en sus pantalones. Giró el rostro a un lado buscando a su querido aniki, pensó que tal vez lo había despertado con ese vergonzoso inconveniente entre las piernas, pero Itachi no estaba. Ahora tenía dos problemas. Trataba de normalizar su respiración y bajarse la calentura mientras examinaba con la vista cada rincón del cuarto buscando al mayor, pero sólo se encontró con el reloj en la mesita de a lado que marcaba media noche. Se levantó de la cama. Estaba un poco triste por no despertar en los fuertes brazos de Itachi, su frialdad le daba una sensación de seguridad incomparable, además de que estando tan cerca podía degustarse con el delicioso y embriagante aroma que desprendía su blanca piel… como cuando aún era pequeño e inocente.- ¿Itachi? ¿Dónde estás?- Preguntaba débilmente, apenas escuchó lo que decía, era como si tuviera miedo de que alguien que no fuera su nii-san le contestara algo que pudiera acabar con su corazón, pero ni siquiera eso sucedió. Nadie respondió. Con su problemita más frío, el típico carácter orgulloso y sereno de los Uchiha volvió.- Joder… no me digas que te caíste de la cama…- Rodeó el mueble en donde se supone debía estar descansando el pelinegro, miró con interés el piso alfombrado color beige, pero Itachi tampoco estaba ahí.- Claro, Sasuke, como si a Itachi le pudiera pasar algo tan estúpido…- Se reprimió a sí mismo por la lucidez de su mente; desde luego que Itachi no podía ser tan idiota como para caerse de la cama y menos en el estado en que estaba. Giró sobre sus pies quedando frente a la puerta del baño.- Tal vez esté ahí tomando un baño o… ah… ¿Las Muertes podrán hacer eso?- La imagen de un Itachi tratando de alcanzar el rollo de papel cruzó por su mente, por lo absurdo de la idea sacudió la cabeza.- No digas estupideces Sasuke ¡Contrólate! Por supuesto que no pueden. Su dieta consiste en almas mortales, ¿no? ¿Qué podrían sacar… así?... Ah, ¡Demonios! Quizá salió por un poco de aire.- Abrió las puertas y salió de la habitación.

Estuvo recorriendo la mansión de Pein por casi dos horas y no encontró ni rastro del mayor; revisó cada cuarto y habitación, miró dentro de la enorme biblioteca que tenía el moreno, estuvo en la blanca y reluciente cocina, se paseó por los jardines, desde el principal hasta el de atrás de la casa, que tenía una piscina, un kiosco y una preciosa fuente de cisnes en cantera, incluso entró a la oficina de su “jefe” y echó un vistazo por debajo del escritorio. Itachi no estaba por ningún lado. Su preocupación se volvía molestia con el pasar del tiempo.- ¿A dónde mierdas se metió este baka? Maldita sea mi suerte…

 

- ¡Nii-san! ¡Por favor no te vayas¡

- No te preocupes, Sasuke. Aunque no me puedas ver, yo siempre estaré a tu lado.

 

-… Itachi…- Se detuvo en medio del largo corredor, ya casi estaba frente a la puerta de su habitación; la luz platinada dela Lunallena se colaba con armonía a través de los coloridos cristales del vitral a su derecha, acariciando con sutileza su rostro de porcelana. La figura que estaba dibujada con ellos era un esqueleto sosteniendo una hoz con la hoja hacia abajo. Un extraño sentimiento se apoderó de él y se albergó en su pecho; se llevó la mano al corazón.-… Itachi…

 

- Recuerda que yo soy tu ángel guardián, fui asignado para protegerte. Jamás te abandonaré, porque soy tu hermano.

-Volverás mañana… ¿Verdad nii-san?

- Todas las noches hasta que muera.

 

- “Todas las noches hasta que…” Oh, Itachi, lo siento.- Caminó de vuelta a su habitación esperando que su aniki ya hubiese regresado de cualquier lugar al que hubiera ido. Abrió la puerta con ilusión, pero seguía sin encontrarlo. ¿A dónde había ido? ¿Por qué si despertó no lo había despertado a él también? Acaso en el fondo… ¿Itachi le tenía rencor por lo que había pasado? Si era así, tenía todo el derecho de odiarle y hasta de cobrárselo, había sido muy estúpido al actuar de esa manera sin medir las consecuencias que tendría, pero, aún así, el pelinegro no tenía por qué pagar su culpa.

Cerró la puerta y se sentó en la cama con desgano; cuando no estaba trabajando, le gustaba muchísimo estar dormido en la madrugada, yacer apacible en un tibio y reconfortante lecho, cubierto por las suaves cobijas, un lugar tan calmo y silencioso como en el que estaba en ese momento… pero no podía dormir en un momento así. SU Itachi estaba algo herido, seguramente muy débil, y lo más probable era que anduviera vagando como alma en pena en algún lugar externo a la mansión; definitivamente, no se iría a dormir hasta ver a Itachi de nuevo y estar seguro de que nada malo le pasó… ¿Pero cuánto tiempo tardaría el mayor en volver?

…tal vez…finalmente…se dio cuenta de su error contigo…

- ¿Otra vez ? ¿Qué coños quieres de mí? ¿No puedes dejarme en paz ni a las dos de la mañana?- La siniestra voz rió en un tono bajo.

…Sasuke…si tú estás despierto, yo lo estoy…

- Maldito enfermo, ¿Me espías? Debes ser una jodida Muerte…

…cuidado con tus palabras, muchacho, recuerda que el objeto de tu amor es aquello que desprecias…

- Itachi no es como tú, asqueroso miserable.

…es cierto, no es como yo…él es más oscuro, porque es una Muerte…pero yo soy más directo, porque no lo soy…pronto descubrirás  cuán verdadero y leal es el can al que le entregas tu corazón, y cuán nobles son realmente sus intenciones…

- ¿Y eso qué se supone que significa?- No obtuvo respuesta.- Tsk… te callas cuando te conviene.

…disfruta la noche, tú, que aún respiras y permites a tu alma cantar con fervor desde un cálido cuerpo…ojalá hayas descansado, vas a necesitar fuerzas…

- ¿Qué? ¿Qué demonios quieres decir? ¡Con una mierda, responde!- Una fuerza extraña lo tumbó de espaldas a la cama, intentó levantarse pero había alguien sobre él, la habitación estaba sumergida en tinieblas y no pudo ver de quién se trataba. Se tensó al instante cuando sintió unas hábiles manos recorrer su cuerpo por debajo de la ropa, era un toque gélido y desesperado, pero desbordaba placer por donde quiera que pasara.- D-dé… jame… ahhh…- Pudo sentir la respiración excitada del otro cuando acercó el rostro a su cuello, lo lamió lascivamente hasta llegar a la oreja y morderla de la misma forma.-… ah… basta… ya… ahhh…- Su cuerpo estaba respondiendo traicioneramente a las caricias desquiciantes de esa persona, ya volvía a sentir despertar su miembro; en ese momento, una mano le desgarró la camisa con fuerza dejando su pecho descubierto, acarició uno de sus rosados botones y después comenzó a pellizcarlo de una manera deliciosa y asfixiante.- ¡Ahh!…no…- El placer que lo consumía lo hacía temblar entre esos reconfortantes brazos, quería salirse de debajo de aquél sujeto pero su cuerpo pedía lo contrario; la otra mano descendió ávida y descarada por dentro de sus pantalones, y con un rápido movimiento los hizo pedazos, arrojándolos a algún negro rincón de la habitación. Tomó el palpitante miembro de Sasuke y acarició la punta, sacando más gemidos excitados del menor.- Ah… ah… ahhh… nhh… ah…- Descendió aún más hasta llegar a la entrada del Uchiha, metió el dedo medio hasta su interior sin reservas y comenzó a moverlo en círculos, haciendo pequeñas embestidas con él.- ¡AHH!... ¡Detente!... no ahh… te atrevas…- Sabía lo que venía, no quería que sucediera; si alguien iba a poseerlo sería Itachi y sólo Itachi, pero ni siquiera él lo había pedido. ¿Cómo iba a dejar a un perfecto extraño tomarlo así como así? Claro que no. Hizo grandes esfuerzos por recuperar el control de su cuerpo, se retorcía persistentemente en la cama, movía violentamente sus piernas, golpeaba con sus manos el pecho desnudo de ese tipo… ¿Desnudo? ¡Sí, estaba desnudo! ¡El muy bastardo estaba listo!- ¡Quítate de encima mal nacido! ¡Si te atreves a hacerlo te juro que… que…- Había empezado a hablar seguro de sus palabras, pero se había quedado a medias.

…¿Qué “qué” muchacho? ¿Qué vas a hacerle?...

- Yo… yo… voy a matarte.- Qué imbécil soy… Sasuke Uchiha, ¿Cuál es tu jodida profesión?- ¡Voy a matarte cabrón, no sabes con quién te metiste!

…jajaja…los sujetos como él poco le temen a la Muerte, mejor suerte para la próxima, aunque ya tienes bastante…

- ¡No me chingues! Y tú…- Espetó contra el otro sobre él.- ¡Apártate idiota!- No supo cómo, pero de alguna manera vio entre la penumbra una torcida mueca de satisfacción, acompañada por unas orbes escarlata. Su corazón se detuvo, el cuerpo se le paralizó. Estaba bloqueado mentalmente por obra de esa mirada tan penetrante, un brillo espectral había en ella, sentía cómo su alma era escudriñada por esos ojos refulgentes. Tenía miedo.-… Itachi… ayúdame…- Un susurro salió de sus labios, esto era algo que definitivamente no podía controlar, no podía defenderse de una Muerte tratando de tomarlo y que seguro quería devorar su alma, ¡No podía hacer nada!- Itachi, por favor… sálvame…- Lloró. Estaba indefenso, estaba desarmado, estaba aterrado. Estaba solo.

Notó el miedo en los ojos del menor y aprovechó su quietud. Se acomodó de tal manera que él quedó sentado sobre la cama tomando a Sasuke por la cintura; levantó sus caderas y se introdujo de una sola estocada en el menor.

- ¡¡¡AAAAAAAHHHHHHH!!! ¡Sácalo! ¡Sácalo! Me… duele… basta, detente…- Su interior estaba ardiendo, dolía terriblemente. Ese sujeto en verdad la tenía grande, no le había preparado para metérsela y encima, el muy desgraciado empezó a embestirlo.-… p-por fa… vor… te lo… suplico… detente… me duele mucho…- Lloraba desconsoladamente mientras ese enorme pedazo de carne salía de él una y otra vez sin ningún pudor. Lo estaban violando y no podía hacer nada, su parte baja sangraba, le dolía tanto que se había quedado sin fuerzas; era un simple muñeco a su merced. Sin embargo, el dolor era mayor en su corazón por dos cosas: uno, Itachi no fue el primero en poseerlo, y dos, él lo había abandonado; nunca llegó a rescatarlo de ese desgraciado aunque le había prometido que siempre estaría a su lado, protegiéndolo.- “…perro mentiroso…”- Eso había dicho Pein de él.- “…cuán verdadero y leal es…”- Eran las palabras de esa maldita voz; ese infeliz altanero… tenía razón. Pein tenía razón. Todo el mundo tenía razón, él fue el único que creyó en Itachi. Él fue el único que se equivocó.

Tomó el pecho de Sasuke y lo apoyó contra el suyo, no dejaba de embestirlo ferozmente; mientras, el menor se dejaba hacer como un simple trapo, había perdido toda esperanza y el dolor apenas disminuía muy lentamente, ahora el miembro que lo penetraba con sádico placer resbalaba perfectamente con su sangre. Ese hombre podría estar desgarrando su entrada, pero Itachi ya había desgarrado su corazón. Sintió los gemidos de quien lo poseía en su oído, con una mano lo tomaba de la espalda y con la otra sujetaba su cabeza por los cabellos, haciéndole hundir la cara en su cuello; su voz demostraba cuánto estaba disfrutando el desvirgar al Uchiha. Tiró con violencia de sus cabellos azabaches y lo hizo mirarle; de las orbes de obsidiana de Sasuke seguían escurriendo lágrimas amargas. Lo besó salvajemente. El menor sintió la lengua hábil y escurridiza de ese sujeto probar cada rincón de su boca, lo sintió jugar con su propia lengua aunque él se resistía, sintió cómo lo tomó del labio inferior con los dientes y rasgó su piel, brotando como resultado un líquido escarlata; se separaron. De nuevo esa ansiosa lengua se acercó a su rostro y probó con lujuria la sangre que emanaba de la herida. No podía escapar a su tormento.

Finalmente, después de desvariar por tanto placer, los ojos bermellón se cerraron, su cuerpo se estremeció; sujetó a Sasuke con fuerza por su espalda, el goce de su miembro siendo apretado por las paredes del menor transformó involuntariamente sus manos en garras y arañó la nívea y perfecta piel del Uchiha, quien respondió de la misma forma a causa del dolor. Se vinieron al mismo tiempo. Salió de la entrada del azabache, tomó con sus dedos un poco del semen que el menor había expulsado en su vientre y lo degustó como si fuera el manjar más delicioso de todo el mundo. Sasuke temblaba al sentir el semen caliente de esa persona en sus entrañas, estaba asustado, ahora que había acabado no podía comprender nada. ¿Por qué sus caricias eran tan deliciosas? ¿Por qué sus gemidos resultaban tan agradables? ¿Por qué sentía como si siempre hubiera necesitado de esa penetración tan familiar? ¿Por qué su lengua tenía un sabor tan dulce y embriagante? ¿Por qué la semilla en su interior le había causado un orgasmo desquiciante? ¡Había sido violado, por Dios! ¿Lo había disfrutado?

Antes de que pudiera hacer otra cosa, Sasuke vio con terror cómo los ojos escarlata se acercaban a él. La punta de su lengua dejó un camino de saliva por donde pasaba, desde el vientre y atravesando el pecho, subiendo por el cuello del menor, escalando su mentón y entrando a su boca. Esta vez el beso estaba lleno de pasión y ternura, la delicadeza de su tacto era sublime y tranquilizante, llenaba de paz su alma y unía con cariño las piezas rotas de su corazón. Sasuke lloró inconsolable. Sí, ese era un beso de Itachi.

-…Itachi…¿Por qué…?...



Notas finales:

Itachi es el culpable O.o habré hecho bien o mal???

Ustedes díganmelo porque yo no sé!!! Nos vemos en los reviews u_u


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