PESADILLA
BY: GPE_UZUMAKI…. DANNYMAY
El día era como cualquier otro, nuestro profesor favorito (N/A: no, no es hiro-san ¬¬) se encontraba revisando uno que otro examen, definitivamente tenía unos excelentes alumnos… o al menos la mayoría eran buenos en su materia.
-Esto es estresante… aahh como quisiera que todo fuera más… no sé cómo un manga o algo así – pensaba el profesor, hace no mucho tuvo que confiscar un manga, donde al empezar a leerlo se dio cuenta que así debería de ser las cosas… muy según él.
1.- que Kamijou respondiera a sus muestras de cariño y no frunciera tanto el ceño
2.- que Shinobu no cocinara siempre repollo (sentía que en algún momento esa cosa lo atacaría)
3.- que su alumno Misaki fuera más atento y no tuviera que ir a su oficina cada vez que Hiroki le aventaba un libro
4.- que… por una vez en su vida se acordaran que podían confiar en el… (Bueno el único que lo hacía era Misaki y rara vez Hiroki)
-¿entonces quiere un día así profesor? – pregunto una chica desde el marco de la puerta, su pelo era negro con mechones rojos al igual que sus ojos, un par de rubíes, su ropa totalmente negra con nos toques de color rojo.
La mirada del pelinegro se fijó en aquella chica, él estaba seguro que la había visto antes… pero donde…
-yo puedo concederle eso si en verdad lo desea – dijo desinteresadamente, mientras veía sus uñas
-¿ah sí?... ¿y qué es lo que deseo? – pregunto… no podía evitarlo le mato la curiosidad, pues aunque algo de él decía que conocía a la chica y (de una u otra forma) sabía que decía la verdad.
-usted quiere que su vida sea más como un manga – dijo segura de sus palabras.
-te escucho –
Después de darle unas hojas de té al profesor junto con una pequeña oración en latín, la cual tenía que decir antes de beber él te, y pedir sinceramente un deseo se marchó diciéndole seriamente.
“Hasta el más dulce sueño, puede tornarse en su peor pesadilla”
Al llegar a su departamento, el profesor Miyagi hiso lo que la chica le había indicado, calentó agua y se sirvió en una taza que contenía un poco de las hojas. Recito las palabras que escribió la pelirroja en un pedazo de papel y se tomó aquel “Té” mientras pensaba su deseo.
“Un día al estilo de un manga”
Su sabor era espantoso, tanto que deseo haberle puesto toda la azúcar que tenía en el frasco, su cabeza la sentía mareada, sus piernas le flaqueaban y su estómago lo sentía pesado, tratando de mantenerse de pie se agarró de la barra inútilmente, ya que cayó al piso desmallado.
Un rubio oji-gris que acababa de entrar al departamento del mayor vio cómo su pareja caía al piso con brusquedad, se deciso de su mochila y corrió a socorrerlo y ver qué fue lo que le había pasado.
A la mañana siguiente…
El profesor Miyagi empezaba a levantarse, sentía aunque la cabeza le daba vueltas y el estómago le dolía un poco, salió de la cama y empezó a vestirse lentamente, al terminar se dirigió a la cocina, pero antes hiso una pequeña parada para dejar su saco en el sillón.
-¿Qué es eso? – se preguntó en el momento que vio una nota, “Shinobu” fue la primera persona que se le ocurrió que dejaría una nota, la leyó una y otra vez, pues aun no creía lo que leía.
“Miyagi: te dejo el desayuno listo en el refrigerador, tuve que salir a casa de mis padres, te quiero.
Atte.: Shinobu”
Se acercó con cautela al refrigerador, pues tenía miedo de lo que pudiera encontrar en él, abrió lentamente la puerta mientras mantenía sus ojos fuertemente cerrados… lentamente los fue abriendo, pero… nada, ya no estaban las toneladas de repollo que habitualmente veía, tampoco estaba las pocas latas de cerveza que el juraba aun tener, al contrario, en él se encontraban tomates, lechuga, huevos, leche, jamón y lo que normalmente tendría una persona.
Diviso un toper de color azul que tenía un dibujo de un conejo en la tapadera, se le hiso tierno pensar que su niño tuviera ese tipo de cosas, abrió el refractario para toparse con un omelet, verduras y arroz. Sus ojos brillaron al verlo, pues pensó que aquella chica si le había concedido aquel deseado.
A la hora del almuerzo…
Su día no podía ser mejor, aunque no había visto aun a Hiroki y tenía muchas ganas de ver como reaccionaba este a su muestra de afecto, en ese momento sonó la puerta de su oficina.
-um?... adelante – dijo en el momento que revisaba unos libros para su próxima clase.
La persona que entraba a la oficina era un castaño de grandes ojos verdes y piel clara, quien llevaba un portafolio y dos cajas de bento, uno con una pañoleta roja y otro con una pañoleta verde.
-profesor Miyagi… me mandaron darle esto – enseñando el bento con la pañoleta roja, para después dejarlo en la mesita – el portero dijo que un chico de pelo rubio lo trajo para usted
-¡ah!... gracias Misaki-kun – le dijo al chico, aunque se dio cuenta que el tono que Misaki utilizo era algo serio, incluso se podría decir que molesto - ¿te paso algo?... te noto molesto
-no es nada profesor… solo estoy algo cansado – dijo desviando la mirada y sonrojándose levemente