Si los muros que lo rodeaban en ese momento comentaran todas las cosas que han pasado, que han visto y que han callado, no terminarían de contar, no por abundancia de palabras, sino, por los temas a tratar la historia que su mascara vivio.
Siempre se pregunto, el que ahora esta entre las sombras, si en su futuro, algo bueno lo esperaba, si algo con las fuerzas suficientes lo podría sacar de la oscuridad en que vivía día con día, quizás su propio hermano fuera el que lo liberara, o quizás no… todo siempre se reducía a una simple pregunta…
¿Podre?
Y cuando creyó que no podría, ese joven, o mas bien, adolecente, se metió en su vida…
¿Cómo se conocieron?... la verdad no lo recorvada bien
¿Cómo termino siendo el guardián silencioso de su templo?... ni el mismo lo sabia
Solo tenia conocimiento de una sola cosa, un solo hecho con claridad, la única luz en medio de su oscuridad…
Estaba ahí, por Asmita de Virgo….
Y día con llegaba a el… quizá simplemente mirándolo, quizás simplemente cuidándolo… o quizás, como empezaba a ocurrir desde un tiempo atrás, viendo como otro se acercaba a el y descubriendo con asombro, como el mismo hermético y alejado Asmita…. Permitía que ese extranjero hombre entrara en su limitado mundo, donde el, tenia el privilegio de disfrutar, pero que, ahora otro tenia similar cupo.
Y desde entre los pilares lo vuelve a ver, a ese hombre con aire helado rodeado su presencia a cada paso que da, no sabe que tiene de especial, pero su sola presencia es respetada por muchos en el santuario, incluso, a notado como el mismo patriarca tiene una visión especial hacia el.
Y ahí va de nuevo, cruzando aquel templo del cual el se encuentra sigilosamente custodio incognito, nuevamente lo ve pasar con el protocolo ante todo, es normal, tiene que si o si pasar por virgo para llegar al propio, pero el que solo tenga que hacer contacto con el, con Asmita, es algo que Deuferos no esta acostumbrado y duda seriamente de que se logre acostumbrar.
Lo sigue con la mirada, como siempre, las sombras son sus colegas y lo cubren mientras con la mirada, evalúa su actuar: siempre serio, siempre distante y demasiado seguidor de las reglas como ha escuchado de aprendices y otros, con ese rostro que parece, de realeza o de un hijo de cuna con privilegios.
Lo sigue mientras este llega hasta la sala de Virgo, pide autorización a su dueño para pasar por su templo, siempre utiliza las mismas palabras, la misma templanza y pulcritud, la misma respuesta… y siempre Asmita le sonríe y le habla.
-Buenos días Degel, ¿Cómo esta Kardia hoy?
Kardia… ese es el nombre del joven guardián de Escorpión, un niño en un cuerpo de hombre que se dedica más que nada a comer manzanas en los campos abiertos y a buscar pelea con cuanto aprendiz o santo que le pueda dar, aunque nunca ha combatido firmemente con ninguno. Aun así, siempre ese hombre sale en las conversaciones de ellos dos... siempre Asmita pregunta, sabiendo que la respuesta es siempre la misma.
-Bien, gracias, con permiso Asmita.
Y cada vez que pasa, el joven santo de virgo lo sigue hasta que el de cosmos frio se retira, solo que esta vez, y para sorpresa tanto de Degel, como de Deuferos, el rubio hoy tiene mas ganas de conversar.
-Dime Degel… ¿Kardia que piensa de que lo cuides?-La reacción del otro, aunque imperceptible para cualquiera, para el de las sobras y el rubio no pasa desapercibido… lo extraña, lo descoloca levemente, no se lo esperaba, hasta ahora el protocolo de conversación entre ellos es siempre el mismo, protocolo que hoy claramente se rompió-Hace mucho que no conversamos tranquilamente, creo no seria mala idea compartir la conversación con una tasa de te, ¿te apetece una?
Su silencio tensa a Deuferos
¿Por qué le ofrece un te a alguien que nunca cruza mas de cuatro palabras?
-Creo que la aceptare... muchas gracias Asmita…
El rubio le sonríe, le ofrece asiento en uno de esos cojines cómodos que Deuferos a probado en las noches cuando recorre su templo bajo el manto nocturno, en el mismo que se acomodo anoche, hoy el francés bebe de la tasa de te, con elegancia, con pulcritud, como dicen las sirvientas que atienden a su hermano, es un hombre con muchos modales, por lo que ve como ellos se reflejan en su forma de tomar de aquel liquido, Asmita es ciego por lo que no lo puede ver, pero el de géminis tiene la extraña sensación que sabe y siente (que es lo peor) como Degel toma de su te.
Mira la piel de ese hombre, es sumamente blanca, se ve tersa también, quizás no tiene las características de las de Asmita, pero en comparación con las del griego, se ve mucho mas cuidada.
Sus manos se ven de iguales condiciones, como si con ellas solo tocasen oro puro, como el de las armaduras, no como las suyas que solo rozan día con día las correas de cuero que atan la mascara a su parte posterior, y así sigue con las comparaciones con ese hombre, cabello, piel, ojos, voz, educación, todo es en contra.
Se concentra tanto en sus pensamientos, que no nota que Asmita dirige sus ojos, como si estos en verdad pudieran ver, hasta el lugar donde se refugia del mundo, se sintió observado, analizado… y se retiro antes de que Asmita entrara a “compararlos”.
-¿Asmita pasa algo?- la pregunta de Degel es clara, no sabe por que, pero cree tener la sensación de que algo mas alla de una conversación entre ellos pasa en ese lugar y eso… asusta… y lo confunde… y el joven Asmita no ayuda mucho, por que después dirige sus ojos ciegos y privados de vida hasta el, y el francés siente de nuevo esa extraña sensación en su piel, esa sensación de que Asmita lo toca con tan solo hacer ese gesto, es de dirigir sus ojos muertos hacia el….
-Nada, no te preocupes Degel… por favor continua…
Luna…
La noche era demasiado pesada para el mismo Deuferos, la misma noche lo ahogaba como si el aire fuera agua, y se metía en sus pulmones y no lo dejaba vivir, no lo dejaba tranquilo, impidiendo vivir… y es que lo que tenia se llamaba Vida…
Camino despacio, sus pies no hacían mayor ruido que el de una hoja en otoño cayendo sobre las demás que yacen muertas en el piso…
Virgo es demasiada Fría por las noches… quizás, el que Degel pase siempre a esa hora, deja el templo en ese estado, o quizás…
Quizás a Degel le gustaba dejar su esencia en los mismos lugares donde Asmita camina, vive y siente….
Movió su cabeza, negándose seguir pensando aquello, cada quien es dueño de sus actos, pensamientos y hechos, el nada podía cuestionar que el francés últimamente fuera amigo del rubio, nada podía decir, el mismo le habia dicho en muchas oportunidades a Asmita, que no era bueno que se hablaran, que se juntaran, que ambos tenían un destino complemente distinto uno del otro…
El mismo se lo dijo muchas veces….
Tomo asiento en el mismo cojín donde horas atrás, Acuario se acomodo y bebió te junto al guardián del sexto templo…
Se sentó derecho, alzo su mano como si en ella una tasa hubiera…
-Asmita yo…-pero no había caso… no había punto de comparación entre ellos…
Marfil contra hierro
Suavidad contra Aspereza
Elegancia contra Torpeza
Santo Dorado contra…. Sombra…
Se puso de pie, algo cansado por su propio pensamiento…
Temía por que sentía que perdía algo que no era de el, se alejaba aquello que nunca tubo a su lado…
Lo mejor es regresar a Geminis y al silencio que le toca mientras siga siendo el segundo o el relegado…
Mientras espera tener algo que le pertenezca solo a el…
Las sombras lo cubren, lo amparan mientras se retira en el mismo silencio con que llego, acostumbrado que este lo cobije y le de protección, mientras, desde el umbral de su puerta, con las manos puesta en el piso, y arrodillado, escondido, se encontraba el dueño de dicho templo, sintiendo como los latidos aturdidos del corazón de dicho santo se alejaban y dejaban de hacer eco en el piso, perdiendo la única conexión que tenia con el…
Ese puso de pie molesto…
Deuferos…
Deuferos no se movía… y Asmita empezaba a penar, que nunca lo haría…