Amor mío...
Si estoy debajo del vaivén de tus piernas
Era de noche, y como todas las noches anteriores desde que habían empezado en esa relación se tocaban y disfrutaban del sexo con el otro. Probando de diferentes formas como los adolescentes que son.
Si estoy hundido en un vaivén de caderas
Esto es el cielo es mi cielo
-M-más.... ¡Más fuerte! -Los gritos del moreno retumbaban en la sala de los menesteres, que cada vez que la joven pareja se paraba en frente se transformaba en una habitación con diferentes fachadas para que disfrutaran al límite los escasos minutos que tenían dentro del castillo.
Amor fugado...
Me tomas, me dejas, me escribes y me tiras a un lado
Te vas a otros cielos y regresas como los colibríes
-Te vi besándote con Snape... -Murmura Draco, poniendo uno de sus brazos bajo el cuello de su azabache, descansando para volver a sus sesiones de sexo.
-Yo... no es lo que crees Draco Snape es un idiota... -Se apresuró a decir el moreno.- Tu sabes que te amo a ti.
-Te amo Harry...
Me tienes como un perro a tus pies
Exclama el rubio y regresa a besarle el cuello, para bajar por su torso desnudo hasta llegar sus genitales y de ahí de vuelta. Dándole ese barato placer...
Otra vez mi boca insensata...
Vuelve a caer en tu piel
Harry sonríe sonrojado y se acerca a besarlo nuevamente, repitiéndole esos ‘te amo' malgastados.
Vuelve a mí tu boca y provoca
Vuelvo a caer
De tus pechos a tu par de pies
Pero Draco lo sabe, sabe que le toca compartir a su amado pelinegro. Porque viene en la personalidad de él y sabiendo esto lo ama. Ama esos instantes, fugaces en los que el moreno le dedica su cuerpo, sus te amo, su existencia.
Labios compartidos...
Labios divididos mi amor
Yo no puedo compartir tus labios
Y Harry, a sabiendas de todo esto lo sigue engañando. Sigue manteniendo esas citas con su profesor, porque le gusta cómo le hace el sexo y cree que su novio jamás se enterará. Negándolo una y otra vez estúpidamente.
Que comparto el engaño y comparto mis días
Y el dolor
Pero el Rubio se aburrió. Está harto de verlo engañarlo, de ver ese cuerpo que le pertenece ser de alguien más. Ver esos labios que le pertenecen gimiendo y pidiéndole más a otra persona. Y está dispuesto a decírselo, a enfrentarlo y hacerle esa patética escena de celos.
Yo no puedo compartir tus labios
Ooh amor ooh amor compartido
-Júrame que no me engañas Harry...
-Te lo juro amor... Sólo te amo a ti -miente el moreno, haciendo que el rubio se levante molesto y camine hacia la puerta. Si siquiera volverse a mirarlo.
Ambos se dirigen a sus salas comunes, para quizás verse el otro día y terminar teniendo sexo en la misma sala que va y viene.
Amor mutante...
Amigos con derecho y sin derecho de tenerte siempre
Y siempre tengo que esperar paciente
El pedazo que me toca de ti
Esto terminará... -se Repite una y otra vez el rubio, pero cuando se dispone a buscar a Potter sus piernas tiemblan y todo lo que tenía planeado decirle se desvanece. Con un solo te amo de éste toda la rabia contenida desaparece y es reemplazada por ganas de tenerlo, tenerlo ahora que ésta sólo para él y no con ese asqueroso profesor.
Relámpagos de alcohol...
Las voces solas lloran en el sol
Eh, mi boca en llamas torturada te desnudas angelada
Luego te vas
Y así, con despecho se marcha a Hogsmeade por el fin de semana con sus amigos de Slytherin. Intentando olvidar la rabia contenida, en cabeza de puerco pueden tomar hasta vomitar y nadie se enterará en el castillo y luego con un ‘muffiato' se encargan de que nadie escuche las estupideces que hablan bajo los efectos del alcohol desmesurado. Sus amigos saben que ama a Potter, lo han visto llorar por él, lo han visto destrozar la sala común de Slytherin luego de ver a su novio con el profesor. Y siempre lo escuchan, le dicen que lo deje... Pero este jamás hará caso. Porque lo ama demasiado.
Otra vez mi boca insensata...
Vuelve a caer en tu piel de miel
Y gracias al mapa del merodeador Harry se da cuenda de que su novio acaba de entrar a los terrenos del colegio, sale corriendo a recibirlo y éste. Sin palabras queda cuando lo ve, besándose frenéticamente. Prometiéndose el cielo, el mar y la tierra.
Vuelve a mi tu boca, duele
Vuelvo a caer
De tus pechos a tu par de pies
-Prométeme que sólo serás mío Harry...
-Te lo prometo mi Dragón -miente nuevamente el azabache.
Y lo peor es que el rubio sabe que miente, pero le cree, siempre finge creerle.
Labios compartidos...
Labios divididos mi amor
-¿A quién más besas? -Cuestiona el rubio. La maldita pregunta repetitiva que siempre, cada vez que se ven es pronunciada.
Yo no puedo compartir tus labios
Que comparto el engaño
-Solo a ti tonto...
-Espero...
y comparto mis días y el dolor
Ya no puedo compartir tus labios
Y después de unos días, cuando el rubio vuelve a tener esas sospechas (siempre ciertas) se pasa disimuladamente por fuera del despacho del profesor de Pociones. Y para su maldita sorpresa vuelve a escuchar esos gemidos. Gemidos que le pertenecen a él.
Que me parta un rayo...
Que me entierre el olvido mi amor
Corre a través del castillo, con lágrimas cayendo de sus ojos, se promete que no volverá a caer. Pero siempre vuelve y siempre se ve enredado nuevamente en las sabanas junto a el moreno.
Pero no puedo más
Compartir tus labios compartir tus besos
Labios compartidos
Esto se terminó. Se dice decidido, volviendo ahora mucho mejor a su sala común. Intentando mantener una sonrisa para sus amigos, pero estos están sentados alrededor del fuego con un Snap explosivo. Lo miran de reojo y sonríen, haciéndole un gesto con la cabeza hacia su dormitorio.
Este lleno de curiosidad entra al lugar y ahí lo encuentra. Su novio esta sobre su cama, y esta está llena de chocolates.
Te amo con toda mi fe sin medida...
Te amo aunque estés compartida
Tus labios tienen el control
Corre hacia la cama y comienza a besarlo como un estúpido, poniéndose luego un chocolate entre los dientes para bañar el cuerpo de su novio con este y luego quitárselo con la lengua.
-Te amo tanto Harry...
-Yo también mi dragón.
Te amo con toda mi fe sin medida...
Te amo aunque estés compartida
Y sigues tú con el control.