Era una calurosa tarde de verano en el castillo, habían cancelado las clases de la tarde por que los profesores se habían negado a darlas. Así de simple. El varón menor de los Weasley iba camino al lago, su actual novia Hermione Granger lo había citado en ese lugar para decirle algo bastante importante y le había remarcado que sólo debían estar ellos dos.
-¿Para qué será? –Murmuró Harry preocupado.-
-No le des importancia, las chicas como Granger son así –Había interferido el peliplata, quien ahora era el novio de Harry.
-Bueno chicos… -susurró Ron mordiéndose el labio inferior.- Iré, deséenme suerte.-
-Sí, si lo que digas Weasley.- Dijo Malfoy y antes de que Harry pudiese hablarle le cerro los labios con un fuerte beso, causante de varias miradas a su alrededor.
Ron intento sonreír ante esto, hizo un gesto con la mano y salió corriendo del castillo, “En el lago, en el lago” Se repetía en la mente, para no pensar en otra cosa. Aunque estaba bastante asustado, había que aceptarlo.
-Te tardaste Ron… -Murmuro la castaña, dándole la espalda.-
Ron se acercó para abrazarla por la cintura y besarla, pero ella lo intercepto negándole el contacto.
-De eso… quería hablarte, Ronald –exclamó sería.
Era grave, Hermione nunca. NUNCA. Se refería a él como ‘Ronald’ si no era para darle noticias sobre problemas o cuando estaba molesta.
-¿Qué sucede Hermione? –Comento lanzando una piedra sobre la superficie del lago.
-Yo… esto no es fácil para mí y no espero que me entiendas tampoco. Pero… -Hermione hizo una mueca y se refregó el cabello –Pero… esto ya llego a su punto final Ronald. No podemos seguir juntos, terminamos y no habrá un mañana ni un hasta pronto entre nuestro amor. Si quieres podemos seguir siendo amigos, siempre debió ser así, así nos conocimos… ¡Ron! ¿Ron?
Pero el pelirrojo estaba ausente, la miraba fijo aún con una piedra en la mano lista para lanzarla al lago. Intentaba procesar todo eso ¿Ya no le amaba? ¿Terminaba con él?
-Ron yo…
-N-nada Hermione, hablamos después.
Y se marchó corriendo al castillo, dejando a la castaña junto al lago mirándolo fijamente, se notaba preocupada por el chico, pero no podía admitirlo. No ahora que acababa de terminar con él, eso destruiría aún más su corazón.
Corrió dentro del castillo, con los ojos llenos de lágrimas sin saber siquiera hacía donde se dirigía. Choco con muchas personas quienes voltearon a verle entre enojadas y asustadas. Gritándole quien sabe qué cosa.
-¿Qué sucede hermanito? –Cuestionó Fred, con una de sus manos en el pecho de Ron.
-¿Acaso tu novia te dejo? –Bromeó George, levantándole la cabeza desde el mentón.
-Déjenme en paz… -Dijo entre dientes, con los ojos rojos por las lágrimas e intentando librarse.- No es de su incumbencia.
-Todo lo que le pase a nuestro hermanito…
-Nos interesa~ -Terminó Fred.
-¿Recuerdas ese salón que encontramos hace unos días Fred?
-¿El del 5to piso George?
-Exacto…
Los gemelos terminaban las frases del otro de manera cómplice, tomando a su hermano menor cada uno de un brazo mientras este en silencio los miraba interrogante. Las escaleras del colegio los llevaron rápidamente al 5to piso, moviéndose en los momentos justos hasta llegar a un retrato quien al decirte ‘Grageas de Sandía’ se abrió inmediatamente, dejándolos pasar a un salón pequeño iluminado de un caoba intenso, al entrar Ron no noto casi nada, pero cuando sus ojos se fueron acostumbrando pudo ver que había una cama de dos plazas, y un pequeño mueble rojo intenso junto a esta.
-La encontramos hace unos días –murmuro Fred, empujando al menor de los varones Weasley a la cama.
-Ya lo habíamos hecho en casi todo el colegio, cuando está habitación apareció en el mapa del merodeador.-Agregó George acercándose a su gemelo por la espalda.
-¿Q-que sucede? –Cuestionó Ron mirándolos con curiosidad.
-Te enseñaremos un juego Ronald… Ya lo probamos con Percy, pero queremos ver cómo va contigo.-Sonrío Fred.
-Pero primero… tienes que desvestirte –Completó George, comenzando a quitarse el uniforme de Gryffindor.
-Claro… con ropa no es divertido.- Dijo Fred imitando a su gemelo.- Parece que no lo hará por sí mismo .- Agrego una vez hubo terminado.
-Tsk… tendremos que hacerlo todo nosotros hermanito.- Comento George, terminando de bajarse los boxers.
-¡¿Qué hacen?! –Reacciono el menor, demasiado tarde ya que sus hermanos estaban sobre él besándolo y arrancándole las ropas de manera salvaje.-
-¿Puedes decirle lo mejor de esta sala Fred? –Murmuró George quitándole la camisa a su hermano, para dejar su blanquecino torso al descubierto.
-Oh claro, los que están afuera –susurró para darse aires interesantes –No escuchan nada –Terminó con una carcajada, al tiempo que le quitaba los slips para dejar al menos completamente desnudo sobre la cama.
-Ahora… -Exclamó George, levantándose de la cama y dirigiéndose hacia el pequeño mueble rojo.- Vamos a probar unos juguetitos –Le sonrío de manera cómplice a su gemelo y saco un par de cosas, para luego volver a la cama. –Bueno… no deberíamos usar esto, porque efectivamente afuera no se escucha nada. Pero lo usaremos igual para que sea más divertido –Sonrío mordiéndose el labio inferior.
-Q-que es… -No término de formular la interrogante, su hermano le sello los labios con un bozal, pero no uno cualquiera, uno con una bola para aumentar los gemidos. Sólo que a propósito se lo puso a revés, para causar que los gemidos se ahoguen y se estimules mucho más rápido. Este par si que sabe lo que hace.
-¿Empezamos? –Cuestionó Fred poniéndose de rodillas en la cama y obligando a su hermano menor a hacer lo mismo, se acomodó detrás de él y extendió una de sus manos para recibir una varilla anal de 10 bolitas (es cómo un consolador pero anal, con bolitas de que van desde la más pequeña hasta la más grande).
-Cuando quieras –Dijo George, acercándose por delante de Ron para dejarlo en medio. Paso su cabeza por sobre el hombro de éste y beso a su gemelo en los labios, mientras el menor los miraba aterrorizado.
-Dolerá sólo un poquito Ron… -Dijo divertido Fred.
-¿Se la pondrás bien o como a Percy? –Cuestiono su gemelo, quien ahora estaba mordiendo los delicados pezones del menor.
-Me diste una idea Hermano… -Susurró y la volteó para comenzar a metérsela desde las bolas más grandes. -¡Weasley go! –bromeó y luego de meterle un par de dedos bañados en su propia saliva comenzó a introducir de a poco la varilla, logrando así los espasmos y el arqueamiento de columna del menor. Quien entre gemidos pedía que pararan. O eso entendí de lo que intento decir.
-Aún estamos comenzando Ronald… -George reemplazando sus labios por sus dedos, para bajar al miembro ahora erecto del menor. –Si te corres en mi boca te dolerá –Amenazó entre risas y comenzó a practicarle sexo oral, mordiéndole el glande y succionando todo su miembro en intervalos.
-Falta poquito Ronny… -Comentó Fred quien seguía introduciendo la varilla en ese virgen (o ya no) ano. Lágrimas caían por las mejillas de menor, mientras con su lengua intentaba librarse del bozal sin lograr nada. Su cuerpo estaba completamente bañado en gotitas perladas de sudor, pero una parte de él igual estaba disfrutando todo eso.
-¡Hijo de…! ¿Tan rápido? –Grito escupiendo George, Ron no había aguantado más y se había corrido en su boca. Lo miraba intentando disculparse con el rostro completamente sonrojado y un hilillo de baba cayendo por una de las comisuras de su boca.
-Supongo que es mi culpa… -Dijo Fred acercándose a la cara de su gemelo para limpiarle con su lengua y luego besarlo.-Un poquito más –agrego guiñándole un ojo.-
-Esto no se queda así.-Murmuró sonriendo George, volvió la cara al menor y le quitó el bozal, luego lo tomo del cabello y lo llevo a su miembro para que le hiciera lo mismo.- Sin morder ¿Eh? –Susurró metiendo su miembro desnudo y erecto en la boca del menor.
-Ya… -Exclamo Fred quien al fin había terminado de meter toda la varilla de bolitas.- 1, 2 y… ¡3! –Un grito enorme retumbo en la habitación el cual se escuchó entre dolor y placer. –Ahora, entro –Sonrío e introdujo su pene erecto en la cavidad del menor.-
-Nghng D-duele… -Susurró dejando de lado el sexo oral.
-Un poquito más.- Comentó George, empujándolo nuevamente a su miembro. Mientras su gemelo le daba lentas pero fuertes estocadas agarrándolo de las caderas.- Ronald es aburrido –agregó- Al menos Percy ponía de su parte –suspiro mordiéndose los labios.
-Tsk, es porque es su primera vez- ¿Cierto Ron? –El nombrado asintió lentamente. George ¿Entremos los dos? –Pregunto mirando a su hermano menor con malicia.-
-Espera… -Siguió moviendo su pelvis, para introducir a la fuerza todo su miembro en la boca del menor quien torpe y lentamente chupaba y succionaba.- ¡Ya! –gritó triunfal corriéndose dentro de la boca de éste, quien se alejó para escupir y lamerse los labios.-Pero no me gustan sus gemidos así que… -Lo tomo del mentón y le puso el bozal nuevamente. Perfecto.
Su gemelo se recostó en la cama, sin sacar su miembro de la cavidad del menor, llevándolo con él sobre sí. Este los miraba asustado, pero no negaría que lo disfrutó. Se mantuvieron unos minutos así hasta que George, poniéndose de rodillas alrededor del torso de su hermano introdujo con fuerza su miembro en la delicada cavidad del menor. Quien grito fuertemente, lanzando el bozal con la bolita contra una de las paredes. Comenzó a gemir con fuerza, profiriendo gritos de dolor e insultos. Aunque los gemelos lo ignoraron, abrazando su torso desnudo para acercarlo aún más a sus miembros, apretados dentro de la pequeña, ahora dilatada cavidad.
-Duele… paren… duele mucho… -Gemía, mientras lágrimas caían por sus mejillas que ahora tenían un fuerte color carmín.
-Nhgn… me encanta… -Murmuro entre gemidos George, acercando las caderas del menor cada vez más hacia sí. Sintiendo como un líquido tibio bañaba sus miembros, lubricándolos para seguir con la penetración.
-¡George! ¿Qué hora es? –cuestionó Fred.
El aludido miro el piso, de uno de sus bolsillos sobresalía su reloj de muñeca, Entrecerró los ojos para ver mejor y luego de unos segundos se levantó inmediatamente, haciendo que la cavidad del menor sangrará un poco más.
-¡Mierda! En 3 minutos tenemos que estar en la lechuzeria, llegarán los pedidos para nuestros clientes.- Exclamó Fred levantándose también y comenzándose a poner la ropa.
-Mierda, mierda, mierda. –repetía George, vistiéndose rápidamente.
Ron estaba acostado de lado en la cama, tomándose las nalgas con las manos y gimiendo aún. Los miraba con curiosidad y deseo mientras estos le daban la espalda.
-¿Quieres más hermanito? –Sonrío Fred.
-N-no…- se apresuró a decir Ron, desviando la mirada.
-Si te levantas…
-Si es que puede…
-Claro –Completo George, riendo a coro con su gemelo.- Si lo haces, ve a la sala común y no le digas a nadie de este lugar. Si quieres más, sólo espéranos aquí.
-Ah, creo que tendrás que ir a donde la enfermera, necesitaras… suturas allá atrás –Dijo Fred dándole una nalgada a su gemelo. –Inventa algo, no creo que sea lindo decir que tus hermanos te penetraron al mismo tiempo ¿Cierto? –Sonrío.
Ambos salieron riendo, dejando a su hermano pequeño acostado en la cama, con unas punzadas de dolor terribles en toda la espada. Pero con unas increíbles ganas de más. Ni siquiera intentaría levantarse, no tenía el valor suficiente como para salir caminando de la manera que imaginó. Además aún quería jugar un poco más para olvidar a su ex novia.