- Y se fue con otra!! ¿Ahora que voy a hacer?...- decía entre llanto y más llanto mi pobre amigo Kanon. Y así como él, la mayoría de mis compañeros de clase en secundaria ya tenían o habían tenido pareja. Parecían ovejas estúpidas que saltaban cada vez que sus personas especiales se les acercaban. Hacían todo lo que ellos querían, para que después burlaran sus sentimientos.
- Anda Kanon…Bou era una puta, todos lo sabían. No llores por quien en este momento pueda estar riendo o cagando en el baño-
-CALLATE!!- acto seguido mi amigo de pelo azabache me cachetea y sigue llorando en mis piernas. –esta noche será muy larga…-
Desde que tuve ocho años decidí que no me iba a enamorar, ni siquiera pensaba en el tipo de persona que podría soportar mi genio. Yo era por así decirlo un marginado en primaria por lo que me hice la (tonta) idea de que era imposible de que alguien se fijara en mi, si ni tenía amigos.
Por esa razón, pasaba por alto las cuestiones de amor, las parejas o la diferencia entre como sienten los hombres y las mujeres; hasta reconozco que fui malo y les especifique a mis amigos que no me contaran sus tristezas amorosas porque simplemente me harían vomitar. Paraba en mi mundo de viodeojuegos, anime y mangas de Warumono (mi ídolo hasta ahora). En la clase, cada vez que un compañero venía llorando por sentimentalismos, yo era el más duro y decía la verdad como la veía por más que a este le doliera. Aunque opté por dejar de hacerlo cuando me tildaron de "insensible" y "descorazonado".
Recuerdo que leí un cartel que decía "Uno no sabe lo que es el amor hasta que lo experimenta". Me reí tanto de ese mensaje mientras pensaba “oh vamos, no es tan dificl definir el amor, es cuestión de encontrar a la persona ideal y que se quieran mutuamente. Me imagino que con eso basta”. Teniendo esa ideología, llegue a cumplir 14 años; mi circulo social se abrió más dándome la oportunidad de conocer diferentes tipos de personas, sentimientos innatos del ser humano cuando se llena de rencor y lo injusta que era la vida. A decir verdad, al principio no parecía tan mal ya que al relacionarme con otra gente me hizo bien para desenvolverme. El problema se originó por mis dediciones…
La primera vez que vi a Andou Daisuke me gustó. Fue muy inoportuno, ya que me encontraba en mi frecuente sala de videojuegos. Terminé de jugar The God of Wars para al fin relajarme con un jugo de fresa, al voltear vi a un chico más alto que yo con el pelo rojo que decía muchas tonterías y que con sus disparates llamaba la atención. Era de esas personas carismáticas que a todos agradan. Esa fue la razón principal por la que me fije en el desde un inicio. Casi no me reconocí cuando por mi cabeza paso la frase "serás mío como sea".
Después de cranear lo que iba hacer para que no me viera como una persona más, cogí una silla y se la tiré de lleno en la cabeza. Todos se me quedaron mirando mientras el pelirojo se paraba para gritarme que mierda me pasaba.
-Haces mucho ruido, tarado- dije de lo más calmado.
-Jodete!- me grito para darme un puñete que esquive con facilidad para golpearlo en los testículos.
-Cállate a la próxima vez debilucho- me gire con las manos en mis bolsillos ante la mirada atónita de los presentes murmurando que era la primera vez que alguien se le enfrentaba así al gran Die. Bueno, así al menos le había hecho notar mi existencia no?
Al día siguiente, volví a la sala de juegos muy tranquilo. Cuando entre vi a un peliazul alto que tenía sus ojos posados en mi mientras fumaba. Se llamaba Toshiya, nunca había cruzado palabra con él pero todos decían que era antipático y que escondía algo malo detrás de su cara de niño. No le di mucha importancia hasta que se me acercó y sin más me tiro de la mano diciendo que nesecitaba hablar conmigo.
-suéltalo mariquita, que quieres?-
-Es sobre Die, creo que le gustas-
Mi cara de sorpresa o como digo yo, mi cara de “what the putamadre?!” era indescriptible, simplemente eso estaba fuera de lugar.
-No me jodas, me largo a jugar-
-Soy uno de sus mejores amigos, le conozco bien. Y por lo que le hiciste, es evidente que le odias por eso te quería advertir...-
-Espera, estas diciendo que le gusto a Die porque lo golpe?-
-Como explicarlo ehm...el es algo sádico y hasta ahora nadie se le había enfrentado-
Mis mejillas ardieron, así de fácil era conseguir el gusto de una persona? Y sobre todo, había hecho algo para que más bien me agarrara bronca, no para que se fijara en mi...
-Estas sonrojado? anda no me digas que a ti te...-
-Si si, es lo que piensas...-
-Pero...entonces porque no te le acercaste como una persona normal y le hablaste civilizadamente?!-
-Pensé que así no me haría mucho caso- reí con gotas en mi cabeza.
-Bueno, bueno. En ese caso tendrás mi apoyo ne?- me extendió la mano.
-Ay y porque tan buena gente eh?- dije sarcástico mientras estrechaba su mano.
-Porque Die es mi amigo y quiero que sea feliz, además que tu pareces ser buen chico-
-Soy un Warumono!! Con el kanji de Waru "malo" y Mono "cosa, objeto", es decir soy una cosa mala, muy mala!-
El peliazul soltó una gran carcajada y me dio algunos consejos para que esta noche pudiera conocer "civilizadamente" a Die. Y así el puto día se hizo de la puta noche cuando el pelirrojo hizo su parición. Apenas me miró saco un arma para ponérmela en la cabeza, cosa que vi muy kawai...
-Vas a volarme los sesos? de veras?- le dije con una cara entusiasta.
-Te gustaría que hiciera eso?-
-Me encantaría- le sonreí. Jaló el gatillo y disparó un chorro de agua.
-Lastima que solo tenía una pistola de juguete, pero cuando cumpla 18 me voy a vengar de ti!-
-Para ese entonces querrás ponerme el arma en otro lado- reí juguetonamente. Adoré como las mejillas de Die se tornaban rojas y comenzamos a platicar de una manera muy extraña. Estuvimos un mes en ese plan mientras nos conocíamos por así decirlo.
-Cortaré tu cabeza y la llenaré de mermelada- le decía mientras inflaba mis mejillas, el tarado me había ganado en mi juego favorito!
-No me importaría si eres tu quien lame y saborea mi cerebro-
-Idiota! entonces te crucificaré! y serás mi Jesucristo en alto relieve!-Die rompió en risa.
-Con que Jesucristo eh? con tal de protegerte sería hasta un demonio - dijo y beso mi frente. Sonreía cada vez que me decía cosas como esas, era tan apacible y feliz cuando estaba a mi lado, era un sentimiento nuevo para mi, uno que me inquietaba y me obligaba poner expresiones tontas frente a él…de una vez quería decirle lo que sentía...mi corazón estaba estallando de amor.
El día que decidí confesarme, me aterré, el tenia 16 años y tal vez solo me veía como un hermanito menor. Por estúpido que parezca, esa idea me estresaba mucho y fue la razón para que le rompiera el cuello a muchos gatitos que encontraba por la calle. Muy nervioso le esperé fuera de los juegos repasando una y otra vez como rayos le iba a decir la verdad.
Daisuke apareció detrás mió preguntándome porque estaba sudando. Me paralice...me perdí en sus hermosos ojos mientras el seguía diciendo qué me pasaba y me agitaba levemente. Hasta que se lo dije:
-Andou Daisuke, yo Tooru Nishimura quiero decirte que me gustas mucho!- no le di tiempo de contestar ya que un gatito caminaba por ahí y corrí a cortarle el cuello con una expresión muy avergonzada. Yacía el animal muerto en mis manos cuando lagrimas se asomaban en mis ojos por el hecho de quedar como un estúpido o no ser correspondido. De pronto sentí que su mano se posaba en mi hombro.
-Levántate-
-NO...No sabes lo que me costo decirte esto…del stress mate gatitos y…y...-
-Tu también me gustas, Tooru- ni siquiera había entendido bien lo que dijo cuando me besó, mi primer beso...fue largo y tierno. En ese momento sentí que mi corazón se llenaba de felicidad, latía a mil! Al igual que el de él, y lo se porque después del beso me abrazó muy fuerte y sus latidos eran casi palpables. Así nos volvimos pareja y dueños de una bonita relación.
Admito que fueron muy raras las condiciones bajo las que nos enamoramos pero valió la pena. De hecho el era sociable, optimista y carismático; en cambio yo era un marginado friki que se deprimía por tonterías. Cuando eso pasaba, Die me cargaba como si un bebe fuera y me cantaba para que no llorara. Lo veía como una imagen paternal también ya que mi Papa no era esposo legitimo de mi madre. El tampoco había tenido una imagen paterna ya que el hombre dejo a su mamá cuando él era un bebé. Me gustaba hablar de cosas íntimas con Die, así sentía que nuestro lazo se estrechaba.
Éramos la envidia de todas las parejas ya que no peleábamos. Siempre reíamos, jugábamos, nuestros sentimientos eran mutuos y hasta me pidió ser su prometido! cosa que a mi me hizo tan feliz...de veras creía que no podía existir persona más maravillosa que mi lindo Andou.
En el transcurso de la relación, me hice muy buen amigo de Toshiya a pesar de que era un dolor de cabeza. Se deprimía muchísimo más que yo, se cortaba los brazos, y a pesar de que tenía un novio que lo amaba, este no podía estar siempre presente para protegerlo. Los demás le odiaban y yo no entendía el porque en ese entonces. Era mentira que siendo tan alto fuera un año menor que yo, pero su carácter reafirmaba eso ya que a pesar de ser un chiquillo, ya no era virgen.
Llego a ser Septiembre, Die y yo cumplíamos 5 meses de estar juntos. Pero tuvo que viajar todo ese mes por cuestión de estudios, razón por la que me deprimí muchísimo y para consolarme solo estaba el idiota de Tochi, que a esas alturas ya era mi mejor amigo, el mejor que halla podido tener. Con decirles que le contaba otras cosas que a Daisuke no. Creo que para no llenarle con mis tonterías de niño.
Hasta ahora me pregunto como fue o como rayos pasó...pero si mi pelirrojo no hubiera viajado, tal vez los siguientes 2 años que se aproximaban yo no habría sufrido.
Mi amor por Die era incondicional...pero al parecer el hecho de nunca haber tenido un mejor amigo a quien confiarle mis cosas fue de peso para que mi amistad con Toshiya se convirtiera más adelante en otra cosa.
Las decisiones que uno toma lo pueden llevar al abismo a veces…*ríe de medio lado*