Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Nuevo Colegio por AkikoYaoi

[Reviews - 55]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

16.- Nuevo desafío


 


Acababan de llegar al Internado y Hanamichi seguía pensando en el relajo que necesitaba. No podía quitarle la vista a Rukawa que caminaba un paso más adelante de él.


El Zorro era su amigo. A él el sexo lo había llevado a hacerse amigo de Mitsui, Fujima y Koshino. Pero ahora también estaba lo que había pasado con Yohei y aunque hicieron como si nada pasara, las cosas no mejoraron.


No, el Zorrito era su amigo, no podía arriesgarse a perderlo por una calentura. ¿Una calentura? Eso era ¿no? Lo había visto decenas de veces en la ducha, desnudo. Tenía un cuerpo de infarto, músculos marcados, piernas firmes, brazos fuertes, espalda ancha, cadera angosta… un cuerpo escultural. Además de ese color tan especial, nunca había visto una piel tan blanca como la nieve.


Feliz de la vida lo cogería, y quizás no solo una vez. Pero era su amigo y lo conocía. Él no se tomaría las cosas con tanta calma como sus demás amantes, por eso a pesar de tenerlo en su misma habitación ni siquiera lo había intentado.


No, tenía que pensar en otra persona. Y rápido antes de poder pensar más de lo debido en su compañero de cuarto. Suspiró.


—¿Qué ocurre?


—¿Eh?


—Has estado distraído todo el trayecto, caminas lento y ahora suspiras. ¿Qué pasa, Torpe?


—Nada —dijo adelantándole hasta la habitación.


Ahora fue Rukawa el que suspiró. Y luego decían que él era antisocial y no sabía expresar lo que quería o lo que sentía. Era obvio que al pelirrojo le pasaba algo y que no se lo diría.


 


˜*˜


 


Había pasado más de una semana y Hanamichi aún no podía descargar su tensión de forma alguna. Decidió hacer lo contrario a lo que hacía siempre, así que se dirigió a aquel pequeño claro donde había estado con Ichika hace unas semanas. Era un lugar tranquilo y tal vez solo necesitaba relajarse.


Grande fue su sorpresa cuando se encontró ahí con Sawakita. Nunca pensó que alguien más conociera el lugar debido a lo apartado que se encontraba. Al parecer, el muchacho había estado leyendo pues un libro descansaba a su lado. Ahora tenía sobre sus piernas un block de dibujo.


Su presencia no había sido advertida, así que lentamente se fue acercando por su espalda para ver qué es lo que dibujaba. Se sorprendió gratamente, plasmado en el block se encontraba el claro dibujado con un lápiz carbón. Él no sabía mucho de arte, no tenía el don para eso, pero saltaba a la vista que Sawakita sí.


—Hermoso… —dijo suavemente junto a su cabeza.


Sawakita cerró en menos de un segundo el block y se puso de pie lentamente. Cuando le vio a la cara se dio cuenta de que estaba sonrojado.


—¿Qué quieres, Sakuragi? —dijo a la defensiva.


—Oye, no te molestes —dijo sincero—, solo alababa tus capacidades artísticas. Es un gran dibujo.


—Gracias…—dijo algo turbado.


—¿Te molesta que lo haya visto?


—No es eso.


—¿Entonces?


—Es que… no suelo mostrar mis dibujos a nadie.


—Lo siento, no quise ser impertinente.


—No fue tu culpa, no me molesta. Solo que… me da vergüenza que vean mis dibujos. Son algo… privado, por decirlo de alguna manera. Algo muy mío.


—No te molesto más —dijo girándose para irse.


—No.


—¿Eh?


—¿En serio te gustó mi dibujo?


—¿Estas de broma? Ya quisiera yo hacer alguna vez algo la mitad de bueno que eso.


—¿Quieres ver el resto?


—Solo si tú quieres.


Sawakita asintió con la cabeza mientras le entregaba el block que el pelirrojo hojeó. Ahí había de todo: arboles, flores, atardeceres e incluso los miembros del equipo de basquetbol.


—¡Wow! —dijo mientras miraba su dibujo—. ¿Sabes? Te estás perdiendo como basquetbolista, deberías ser pintor.


—¿Y dejarte el camino libre? No, gracias —dijo con una sonrisa.


—¡Oye! Yo no necesito que nadie se retire para ser mejor.


—Lo sé, es solo que con tus habilidades y capacidades puedes ser mucho mejor de lo que ya lo eres.


—¿En serio lo crees?


—Sí, pero ya te dije. Yo no te dejaré el camino libre.


—El gimnasio aún está abierto —dijo luego de mirar su reloj—. Juguemos un uno a uno —propuso.


—Me parece interesante.


 


˜*˜


 


—¿Y bien? —dijo el pelirrojo.


—Bien ¿qué?


—¿Qué apostamos?


—Mmm… —meditó unos segundos—. Si gano tendrás que pintarte el pelo rubio.


—Está bien —dijo luego de pensarlo unos segundos—. Si yo gano te lo diré después.


—Como quieras, en todo caso no vas a ganar.


—¿A los 100 puntos?


—Está bien.


Jugaron como si lo que hubiesen apostado hubieran sido sus vidas. Sawakita estaba 90-82 arriba. El pelirrojo no se dejaba vencer tan fácilmente, había mejorado mucho en el último tiempo en la efectividad de sus tiros y ahora sabía defender, su altura seguía siendo un plus para ganar los rebotes, aún así iba perdiendo, y eso era inaceptable para él.


De pronto recordó la dificultad que tenía el chico para concentrarse. Solo tenía que hacer algunos comentarios que lo desestabilizaran para lograr alcanzarlo. Si jugaba bien sus cartas, aún podía ganar.


—¿Qué piensas de que Fukuda sea gay?


Lo vio parpadear confuso y aprovechó su oportunidad para anotar un tiro de tres puntos. Sawakita no dijo nada y al intentar tirar falló, el pelirrojo se hizo con el rebote y otro tiro de tres puntos.


—¿Por qué crees que sea gay?


Cuando intentaba tirar escuchó la respuesta del pelirrojo, por tanto falló.


—Duermes con él, deberías saberlo.


Corrió hacia el balón y lo recogió para encestar nuevamente de tres puntos. Tenía que hacerlo así para ganar más puntos, su efectividad en esos tiros era casi tan buena como los tiros sencillos.


—Yo no duermo con él.


—¿No es tu compañero de cuarto? —dijo inocente.


Se dio cuenta de que había malinterpretado al pelirrojo en el momento que lanzaba, como las veces anteriores falló, frustrado además de que el pelirrojo le ganase el rebote y encestara tres puntos más. El condenado pelirrojo le estaba distrayendo. Ahora iba perdiendo 90-94.


—Claro que lo es. Dedícate a jugar.


—Como quieras.


Le tocaba tirar a Sawakita y sin interrupciones por parte de Sakuragi encestó de dos puntos. Antes de que pudiese volver a defender el pelirrojo había anotado tres puntos más. Bufó frustrado. Si el pelirrojo volvía a anotar otro de tres puntos le ganaría.


Sawakita tenía posesión del balón, tiró para anotar de tres puntos y se interpuso inmediatamente entre Sakuragi y el aro, no le permitiría anotar. Eso pensaba hasta antes de escuchar su último comentario que le impidió reaccionar a tiempo.


—Aún me pregunto… ¿quién será el chico que le dejó ese notorio chupón?


Hanamichi acababa de ganar 100-95 y aún no le decía al otro chico que es lo que esperaba de la apuesta.


—Eso fue sucio —dijo Sawakita sin molestarse.


—No aclaraste antes que debía permanecer callado —levantó los hombros inocentemente.


—Tienes razón. En cuanto a la apuesta ¿qué quieres que haga?


Sakuragi miró su reloj. Aún le quedaba tiempo. Así que le dijo que lo siguiera. Lo llevó hasta la salita donde se guardaban los implementos deportivos y cerró con pestillo.


«La vida es demasiado corta, no la pierda estando molesto por algo o con alguien. Goce el momento presente, actúe de acuerdo a lo que sienta, no se reprima de sus deseos y sufra del placer de estar vivo. La oportunidad perdida no vuelve, por eso no la pierda… hágalo todo y no se arrepentirá de nada.»


Aún no encendían la luz, estaban totalmente a oscuras. El pelirrojo se acercó al muchacho y lentamente lo fue empujando hasta dejarlo acorralado entre la pared y su cuerpo. Había liberado tensiones jugando ese uno a uno, el chico era bueno y le había ganado, además había alimentado su ego. Y para coronar todo esto tenía que cumplir la apuesta de la cual aún no le informaba, pero si no lo sabía ya, estaba a punto de enterarse.


Tal como aprisionó su cuerpo, ahora aprisionaba sus labios. Era claro lo que quería de él y también era claro que el chico no se lo esperaba, porque no reaccionaba de manera alguna. Metió lentamente su mano por debajo de su pantalón acariciando sus tersas nalgas.


Lo escuchó gemir y aprovechó la oportunidad para meter su lengua en su boca, suavemente fue mordiendo sus labios mientras su lengua se afanaba en conseguir una respuesta de la otra parte. En un par de segundos recorrió cada rincón de aquella cavidad, metiendo su lengua hasta el fondo. Pero Sawakita ya había comenzado a reaccionar.


Era imposible que no lo hiciera, tenía hormonas y aquel beso le estaba provocando sensaciones desconocidas. Casi inconscientemente había ido llevando sus brazos hasta los hombros del pelirrojo para profundizar en el beso.


Lamentablemente la idea que tenía Sakuragi era algo mucho más profundo que un simple beso. Llevó sus manos a la cintura del muchacho y lo acercó hacia sí, provocando que sus miembros levemente excitados se encontraran, causando que terminaran de reaccionar.


Cuando escuchó el leve gemido de su acompañante, separó un poco su pecho, dejándolo aún encerrado con sus caderas. Aprovechó la posición para sacarle la camiseta y hacer lo mismo con la de él.


Volvió a meter, ahora ambas manos dentro del pantalón del chico mientras lo besaba, aprovechando así de alzarlo para que lo cruzara con sus piernas. Ahora que lo tenía un poco más alto dejó su boca para dedicarse a sus pezones, solo los dejó cuando pensó que por más que lo estimulara en aquella zona, no podía gemir más de lo que ya lo estaba haciendo.


Volvió a su boca para retirar una de sus manos de su trasero y comenzar a acariciar su sexo por sobre la tela del pantalón. Cuando lo consideró bastante excitado lo dejó lentamente en el suelo y lo fue empujando hasta que cayó en una superficie más blanda que el suelo: una colchoneta. Por eso la elección del lugar.


Rápidamente le sacó los pantalones y ropa interior. Ya antes había hecho desaparecer la suya. Ambos estaban desnudos y excitados, sabía cómo terminaría aquello. Se posicionó sobre sus piernas y las elevó sobre sus hombros para comenzar a jugar con uno de sus dedos en su ano. Acariciaba alrededor sin llegar a entrar, luego comenzó a tocar sin entrar tampoco. Lo que más le agradó fue darse cuenta de que a pesar de que apenas y lo tocaba, sus esfínteres se abrían para él. En una de esas, introdujo dos de sus dedos, causando la sorpresa del chico. Comenzó a hacer movimientos de tijera y en redondo para dilatarlo, consideró que ya lo había preparado lo suficiente, necesitaba su liberación.


Rápidamente se ubicó más cerca de su entrada y fue entrando de manera lenta en aquel lugar. El placer que le causaban las paredes de sus esfínteres al contraerse alrededor de su pene era genial, lo que necesitaba. Cuando estuvo completamente adentro le dio unos segundos para acostumbrarse, por mientras lo masturbó con una de sus manos para que el dolor que sabía le había causado, desapareciera.


Cuando lo escuchó gemir comenzó a embestir, al principio lento para luego ir aumentando el ritmo y terminar como desaforado descargando en su interior. El chico no se había quejado, había alcanzado el éxtasis a la par que el pelirrojo.


Tardaron unos minutos en recuperar el control sobre su respiración y sobre el resto del cuerpo. Sakuragi buscó entre las cosas hasta que encontró un par de toallas que usaron para limpiarse y poder así acomodarse sus ropas. Aún no habían hablado.


Cuando se consideraron medianamente presentables salieron de la salita, pero antes de llegar a la puerta del gimnasio para dirigirse cada uno a su habitación, el pelirrojo detuvo a Sawakita.


—Pagaste muy bien la apuesta.


—¿Volverá a repetirse? —preguntó entre ansioso y temeroso.


—No. Solo fue eso, una apuesta. Y nadie se enterará, tranquilo.


—Bien —disimuló su molestia.


—Nos vemos en el entrenamiento de mañana.


—Nos vemos.


El pelirrojo salió del gimnasio pensando que por fin había alcanzado su tan ansiado momento de renovación. Ahora que sentía que no tenía problemas que resolver podía continuar con sus estudios. El tiempo se acababa y por suerte, o por esfuerzo, no se encontraba peligrando en ningún ramo. Aunque claro, casi en todos faltaba una última evaluación, así que no estaba todo dicho.


 


˜*˜


 


—¿Dónde estabas?


—En el gimnasio.


—¿Estabas entrenando? Podías habérmelo dicho y lo hacíamos juntos.


—Estaba con Sawakita.


—¿Eh?


—Eso.


—¿También es tu amigo? —sintió algo de pánico.


—No lo creo. Solo estábamos jugando un uno a uno.


—¿Y?


—Gané, obviamente.


—Fanfarrón.


—Si no quieres no me creas —dijo entrando al baño.


 


˜*˜


 


El que el Zorrito le hiciera constantemente esas preguntas cuando se desaparecía le causaba sentimientos contradictorios. Generalmente venía de algún encuentro con alguno de sus amantes y él solo le había hablado del primero: Sendoh. Le contaba la verdad, pero omitía la parte del encuentro sexual.


Le gustaba que le hiciera esas “escenas de celo”, pero no podía evitar sentirse molesto por tener que dar explicaciones a alguien, no estaba acostumbrado.


Golpeó la pared del baño. ¿Por qué demonios pensaba tanto en Rukawa? No es que eso fuera malo, sino que la forma en que lo hacía no era la mejor. Pensaba en el pelinegro gimiendo bajo él, siendo penetrado por él, en su cuerpo de ensueño siendo marcado por él, gritando el nombre de él, haciéndole escenas de celo a él… estaba mal. Tenía que detenerse pronto, aún podía.


El Zorrito era su amigo y no quería perderlo solo porque se le antojaba un revolcón con él. Todo esto había comenzado como una vil calentura del momento en que el Zorro estaba enfermo en cama y aburrido le pidió que lo entretuviera, fue la primera vez que se masturbó en su nombre. Luego, por si no fuese poco el pensamiento libidinoso con su compañero de cuarto, vino el relato de su encuentro sexual con Sendoh que los dejó a los dos al límite. Y para finalizar había comenzado a mirar su cuerpo con lascivia y a poner atención a sus celosos comentarios cada vez que se desaparecía. Estaba seguro que ahora estaba encaprichado, tenía que resistir a la tentación de querer sacarse la espinita


—Maldita y vil calentura que te transformaste en capricho —dijo molesto saliendo del baño.

Notas finales:

Siento la desaparición y por tanto la demora xD Un par de capítulos más :)


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).