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Nuevo Colegio por AkikoYaoi

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7.- Dominando a la Bestia


 


Hanamichi había comenzado a normalizar sus horas de sueño y su ritmo de estudio. Estaba mejorando poco a poco sus notas. Intentaba poner atención a clases y estudiaba por las tardes. Su más grande problema seguía siendo Historia y para eso lo ayudaba Mitsui.


Estaban en medio del entrenamiento que estaba siendo más exigente de lo normal. Todos tenían en su cabeza una idea fija: aquel tipo que era el entrenador bien podría entrenar junto a ellos para que viera lo cansados que estaban.


En el partido de entrenamiento en que se encontraban, solo dos personas seguían jugando como si nada: Hanamichi Sakuragi y Nobunaga Kyota.


-Hana, baja un poco la velocidad ¿sí? -dijo Mitsui-. Somos tus compañeros y no podemos seguirte el ritmo.


-Michi, aunque se esfuercen toda su vida jamás alcanzaran el nivel de juego de este Genio ¡Jajajajajaja!


-Cállate tarado. No dije que jugaras bien, solo que tienes más energías que los demás.


-Ah, sí, eso también. Son una manga de debiluchos.


Al otro lado de la duela se mantenía una conversación semejante.


-Kyota, juega un poco más despacio ¿quieres?


-¡Pero superior Jin! No me pida eso -dijo con ojos de cachorro abandonado. Había solo dos jugadores que él respetaba: Shinichi Maki y Soichiro Jin.


-Es en serio. Que tengas baterías larga duración no significa que nosotros también. Solo intenta ir un poco más lento.


-Está bien -dijo apenado.


-¿Kyota?


-¿Si?


-Reconozco que te tengo un poco de envidia. Me gustaría tener un poco de tu vitalidad -dijo para animarlo.


-Superior Jin… -sus ojos brillaron emocionados.


Luego de eso el juego continuó. Más lento para desgracia de los dos chicos de energía inagotable y demasiado rápido aún para el resto de los jugadores. El entrenador consideró que ya estaba bien, dos de los muchachos jugaban con la mitad de su capacidad y los demás estaban agotados.


Hanamichi miró alrededor. En un lado de la duela estaba Rukawa levemente inclinado con sus manos en las rodillas intentando recuperar el aliento. Él sabía que se entregaba por completo en el juego, aunque no tuviera nada que hacer. Decidió ir a ver si se encontraba bien.


-Hey, Zorrito ¿estás bien? -preguntó preocupado buscando su mirada que estaba pegada al suelo.


-Estoy… muy… cansado -dijo con el poco aire que le quedaba.


Si el pelirrojo no hubiese estado a su lado, el Zorrito se hubiese estampado con el duro suelo. Alcanzó a estirar sus brazos mientras daba una zancada para llegar a su lado y cogerlo en el momento en que sus piernas le fallaron y cedieron. Con cuidado lo dejó en el suelo mientras sus compañeros llegaban a su lado a ver qué ocurría.


-Creo que se exigió demasiado -dijo Sendoh.


-Se deshidrató -se escuchó a Koshino.


-Ya se le pasará -comentó Fukuda.


-Bah, solo intenta llamar la atención -Kyota recibió una fulminante mirada de fuego por su comentario.


-Creo que hay que llevarlo a la enfermería -dijo Jin para evitar otro comentario de su antiguo compañero de equipo.


-Sería lo mejor -acordó Mitsui.


El pelirrojo no necesitó que se lo repitieran. Pasó uno de sus brazos por su espalda y el otro por debajo de sus piernas y lo alzó sin esfuerzo. Antes de salir del gimnasio recordó algo.


-Michi, llévate los bolsos ¿quieres? Los iré a buscar en cuanto pueda.


-Por supuesto, Pelirrojo. Ve tranquilo.


 


˜*˜


 


-Hola, Hazuki -saludó el pelirrojo.


-Hanamichi… -murmuró sorprendida, pero luego vio al chico en sus brazos y reaccionó-. ¿Qué le pasó?


-Se desmayó en el entrenamiento. Al parecer está deshidratado.


-Acomódalo aquí -le indicó la cama más cercana.


Mientras buscaba los materiales para controlar sus contantes vitales, el pelinegro despertó.


-¿Qué pasó? -preguntó al ver a Sakuragi junto a él.


-Te desmayaste, ahora estamos en la enfermería.


-Tengo sed.


-Tranquilo, te controlaré y luego veremos que hacer -habló Hazuki.


-Ella es Hazuki Dazai, la enfermera -le explicó el pelirrojo.


Rukawa asintió y permitió que la enfermera hiciera su trabajo. No tenía ni siquiera energías para hablar.


-Deberá permanecer acostado por lo menos 24 horas. Así que mañana nada de clases ni entrenamiento. Buscaré unas bebidas isotónicas para preparar y luego se irá a su habitación -dijo la enfermera.


-Hazuki ¿puedo llevarlo ahora y volver en unos minutos a buscar las bebidas?


-Está bien, Hanamichi, como quieras. Es probable que me demore un poco en encontrarlas y hacer todo el papeleo necesario para mañana.


-Gracias.


Ayudó al pelinegro a ponerse de pie. Tomó uno de sus brazos y lo pasó por su hombro mientras lo sostenía firme, con la mano libre lo sostuvo con fuerza de su cintura para ayudarlo a caminar con una velocidad que sería la envidia de un caracol que se aprecie como tal.


Al salir de la enfermería, Hanamichi se cansó y de un solo y rápido movimiento lo alzó del suelo antes que su compañero pudiese reaccionar siquiera.


-¿Qué haces, Torpe?


-Es obvio ¿no? Llevarte a la habitación. A tu velocidad no lo lograríamos antes de media noche y Hazuki fue clara: por lo menos 24 horas de reposo.


Al llegar, lo acomodó ágilmente en su cama y luego de tenderle un vaso con agua salió en dirección a la enfermería, esperando que Hazuki ya hubiese encontrado las benditas bebidas. No quería estar solo en la misma habitación que ella cuando fue obvio a su llegada que se sentía incomoda con lo que había pasado.


 


˜*˜


 


Aún iba por el pasillo de los dormitorios de los chicos de segundo cuando escuchó que alguien lo llamaba.


-¡Mono Pelirrojo!


-¿Qué quieres Mono Salvaje? -aún no olvidaba su comentario sobre el desmayo de Rukawa.


-Siento haber dicho lo que dije. ¿Cómo está?


-Deshidratado, en la habitación. Ahora voy a la enfermería a buscar bebidas isotónicas para preparar. Acompáñame.


-Está bien. Iba a hablar con el superior Jin, puedo ir después.


-Vaya, lo respetas -dijo asombrado.


-Por supuesto que lo respeto, Mono Pelirrojo. A él y el capitán Maki. Son los únicos jugadores superiores a alguien como yo -se vanaglorió.


-Sí, claro, cómo no -se burló el pelirrojo.


-Y tú -dijo mirándolo significativamente cuando ya estaban dentro de la Preparatoria- te preocupas mucho por Rukawa.


-¿Estas celoso? -quiso picarlo.


-No seas idiota, cómo voy a estar celoso -dijo tan rojo como el cabello de Hanamichi.


-Pues tu rostro no está de acuerdo con tus palabras -dijo mientras le daba un agarrón a su trasero.


Esperaba que le gritara “pervertido” como mínimo, pero nada. Se plantó en el suelo, mudo, con la cabeza gacha y sonrojado hasta las orejas. Vaya, se dijo el pelirrojo.


«La vida es demasiado corta, no la pierda estando molesto por algo o con alguien. Goce el momento presente, actúe de acuerdo a lo que sienta, no se reprima de sus deseos y sufra del placer de estar vivo. La oportunidad perdida no vuelve, por eso no la pierda… hágalo todo y no se arrepentirá de nada.»


Ahí estaba de nuevo la bendita frase, debía agradecérsela a Hiroto. Las clases ya habían terminado así que el lugar estaba vacío. De dos zancadas llegó al lado de Kyota y lo besó con fuerza mientras comenzaba a empujarlo hasta la puerta más cercana, era una sala.


Quería hacerlo y lo necesitaba, pero no tenía mucho tiempo. Será rápido, se dijo. Tenía que ir a buscar las bebidas de Rukawa para que se rehidratara.


Mientras besaba al muchacho más bajo comenzó a masajear su miembro por sobre el pantalón. Al instante se escucharon gemidos, audibles gemidos. Siguió besando sus labios para bajar a su cuello, le encantaban los cuellos, pero esta vez haría algo distinto. Succionó tan fuerte que supo que al otro día tendría una marca. Mentalmente se rió a carcajadas.


-Date vuelta -le susurró el pelirrojo.


-Pero… -no pudo terminar.


-Date vuelta -dijo firme y claro alzando un poco la voz.


-S… si… -tartamudeo.


Le bajó rápidamente los pantalones y su ropa interior. Lo mismo hizo con su ropa. Se ubicó atrás de él y mientras besaba su cuello y mordía su oído lo masturbaba con una mano y pellizcaba sus pezones con la otra. Cuando creyó que el chico estaba preparado y él lo suficientemente excitado con sus gemidos le indicó como ubicarse.


-Coloca tus manos en la pared, inclínate y abre un poco las piernas.


-¿Seguro?


-Maldición… -casi gritó.


Iba a seguir gruñendo que se ubicara de una maldita vez, pero su casi grito y su mirada de fuego, habían hecho que Kyota estuviera en dos segundos en la posición que le indicara Sakuragi.


El pelirrojo sonrió. Era obvio que el chico estaba temeroso y no sabía muy bien lo que hacía. Pero le causaba gracia el que le obedeciera en lo que le decía.


Se volvió a ubicar tras su compañero y colocó su pene en su entrada. Comenzó a presionar lentamente mientras lo masturbaba. Solo el primer intento de entrar provocó un grito de la boca de Kyota, pero con un rotundo “cállate… nos oirán” logró que el chico no volviera a emitir sonidos más fuertes que un suspiro. Una vez que estuvo totalmente dentro comenzó a embestirlo.


-Ah… si… ah… más… ah… no te… ah… detengas... Mono… ah… Pelirrojo.


-Ah… ¿así?... ah… dímelo… ah… pide que…ah… no me detenga… ah.


-¡No te detengas! -el pelirrojo había parado solo para torturarlo.


-Que no grites -dijo serio.


-Lo siento -susurró.


El pelirrojo continuó embistiendo, luego de tocar su próstata varias veces sintió que el chico acabaría, pero él se lo impidió presionando su pene. Siguió embistiendo más y más fuerte cada vez hasta que sintió que no podría aplazarlo más. Unos segundos después ambos eyaculaban a la vez.


-Eso fue… genial, Mono Pelirrojo -dijo Kyota.


-¡Jajajajaja! Por supuesto, un Genio como yo hace todo bien, todo. Espero que lo hayas disfrutado, porque no se volverá a repetir.


La cara de Kyota se descompuso levemente. A pesar de sus continuas peleas, le agradaba el chico, pero eran demasiado parecidos en carácter como para ser incluso amigos, pelearían a diario. Ya estaba vestido y sin pensarlo mucho se dirigió a su lado y le plantó un furioso y apasionado beso.


-Lástima, me agradaron tus besos -dijo Sakuragi-. Nos vemos mañana en clases -dijo caminando hacia la puerta y levantando una mano a modo de despedida.


Kyota quedó plantado en el lugar donde había sido besado por Sakuragi, lo más probable que por última vez. Se llevó los dedos a sus labios. ¿Qué demonios había sido todo lo que paso?


 


˜*˜


 


-Tardaste -dijo Rukawa.


-Lo siento, Hazuki aún no encontraba las condenadas bebidas. Pero aquí están, las prepararé y te las traeré.


Unos minutos después llegaba con un vaso y con una jarra con la bebida preparada y los dejó en el velador junto a la cama del muchacho.


-Debo ir a buscar los bolsos. Los tiene Michi, volveré lo más rápido posible.


-Mnñn… -gruñó Rukawa. Le daba celos esa relación.


El pelirrojo salió de la habitación y subió a toda velocidad hasta el dormitorio de Mitsui.


 


˜*˜


 


-Hola, Jin -saludó al chico que le abrió la puerta.


-Déjalo pasar, por favor -escuchó desde dentro.


-Hola, Sakuragi. Adelante -dijo haciéndose a un lado.


-Gracias -era idea suya ¿o lo miraba feo?


-¿Quieres ver algo divertido? -preguntó Mitsui desde el asiento de su escritorio.


-¿Y qué sería? -preguntó ubicándose por detrás y mirando por sobre su hombro.


-Esto -dijo hojeando su cuaderno.


-Wow -se asombró. Cientos de fechas, lugares y encabezados mostraban la cantidad de cosas que tendría que aprender el próximo año para Historia.


-Eso es quedarse corto.


-Si no repruebo el ramo este año, lo haré el próximo.


-No seas pesimista, Hana -lo reprendió.


-Lo siento, Michi. No es pesimismo, es realismo.


-Bah, como si fuese a permitir que reprobaras el ramo. Cuando todo esto termine te quedaras con mis cuadernos y guías de estudio. No es mucho, pero de algo te servirá.


-Michi -dijo seriamente- te amo -agregó con una sonrisa mientras pasaba sus brazos por los hombros de su compañero para abrazarlo.


-No seas tarado, Pelirrojo -dijo completamente avergonzado.


-¡Jajajajajaja! Ya no te enojes. Te saldrán arrugas y te verás muy feo -dijo frunciendo el ceño.


Hanamichi se entretuvo hablando, molestando y viendo estudiar a Mitsui por un rato. Recordó porque estaba ahí cuando Jin le habló.


-¿Cómo está Rukawa, Sakuragi?


-¡El Zorro! Maldición lo olvidé completamente -dijo poniéndose de pie-. Michi, ¿puedes traerme los bolsos por favor?


-Si -dijo mientras se dirigía a un rincón de la habitación.


-Estaba deshidratado y la enfermera le dio bebidas isotónicas para preparar. Tiene un día de licencia -dijo dirigiéndose a Jin. Tenía la impresión de que lo miraba un poco molesto, claro, había interrumpido su tranquila tarde de estudio.


-Aquí está, Hana -dijo Mitsui extendiéndole los dos bolsos.


-Gracias, Michi.


Mitsui lo acompañó hasta la puerta y una vez ahí el pelirrojo gritó hacia el interior de la habitación para que Jin escuchara.


-Siento haber interrumpido su estudio.


-No te preocupes, Sakuragi -escuchó la respuesta.


-Nos vemos mañana, chicos.


-Nos vemos -contestaron Mitsui y Jin a la vez.


 


˜*˜


 


Cuando llegó a su dormitorio, Rukawa ya estaba durmiendo, pensó que era entendible, aún debía estar cansado e intentando reponer energías. Se desvistió silenciosamente y luego de bañarse se acostó.


Pensaba en lo que había pasado con Kyota. Estaba realmente sorprendido por la actitud del chico. Tan dócil y subyugado a sus deseos y peticiones. Se preguntó dónde había quedado en ese momento el chico altanero y engreído que conoció el año anterior y que se proclamaba, al igual que él, como el novato del año.


No es que le molestara su actitud. Todo lo contrario, le gustaba tener el poder y en este caso el control de la situación. La actitud del muchacho era lo que lo había llevado a colocarle el apodo por el cual lo llamaba, por lo tanto, si lo pensaba fríamente, esa tarde había dominado un Mono Salvaje.

Notas finales:

Espero que tengan un muy feliz año nuevo y que este 2012 se venga de lo mejor! Saludos a todos! :D


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