EL MISTERIO DEL OSO
-Yo me voy a dormir ya, hermano. – alegó el menor de los Uchiha, Sasuke, mientras subía las escaleras para ir hasta su habitación.
-Muy bien. – Itachi estaba más interesado en la televisión que en su hermano. Entonces, empezó la publicidad. – Por cierto… - dijo, girándose hacia su hermano. – Han dicho por televisión que esta noche a lo mejor nieva. ¿Quieres que te ponga una manta más en la cama?
Sasuke no se lo pensó ni una vez:
-No, en absoluto. Estoy seguro de que no pasaré frío. – alegó con una sonrisa. - Porqué tengo a Suzu.
-Lo comprendo…
Suzu era el oso de Sasuke. Bueno, no era un oso, era un oso gigante de peluche. Sasuke dormía con él desde pequeño y siempre, en invierno, aprovechaba para dormir abrazado sobre él. Además de darle calor, era un mullido cojín.
Cuando llegó a su habitación, Sasuke cerró la puerta y sonrió. Se estiró sobre la cama con una sonrisa y abrazó a su suzu. Iba a dormir muy bien.
A la mañana siguiente, la alarma le sonó, como siempre, a las seis y media de la mañana. Sasuke entreabrió los ojos mientras cerraba el despertador y observó desilusionado al suelo. Desde hacía unos días, su suzu siempre aparecía tirado en el suelo, y quieras o no, eso le producía a Sasuke una leve tristeza.
Se sentó en la cama y cogió al peluche.
-¿Qué ha ocurrido de nuevo, suzu? – preguntó entristecido. Entonces decidió que eso no podía pasarle más.
Al día siguiente, antes de acostarse, cogió una cámara grabadora y la colocó estratégicamente sobre un armario. De esa manera, podría saber el motivo por el cual su preciado muñeco acababa siempre en el suelo.
Cuando despertó por la mañana, no tardó ni tres segundos en pasar el video al ordenador y empezarlo a ver.
La noche pareció calmada – y Sasuke se estaba aburriendo – hasta las tres de la mañana. Justo en ese momento, pareció como si la puerta de su armario se estuviese moviendo lentamente…
Una sombra apareció de pronto. Una sombra… ¡rubia!
-¡Naruto! – gritó sobresaltado el moreno mientras observaba el video.
-¿Estás bien, Sasuke? – preguntó Itachi desde la cocina.
-Sí, sí, no te preocupes… - respondió Sasuke, volviendo su vista hasta el video de nuevo.
Naruto se acercaba lentamente a la cama donde yacía el moreno. Lentamente, paso a paso… Sasuke pudo leer en sus ojos algo parecido a la lujuria. Se acercaba - como ya hemos dicho – lentamente a la cama de Sasuke, cuando de repente… ¡Itachi apareció en la habitación, agarró a Naruto por el cuello y se lo llevó a la fuerza!
En medio de la pataleta de Naruto por quedarse en la habitación de Sasuke, una de las patadas fue hacia el oso y le tiró al suelo.
-Así que por eso está siempre en el suelo… - susurró Sasuke ante su descubrimiento.
Itachi salió de la habitación con Naruto y a los pocos segundos volvió, dejó el oso sobre la cama de nuevo y se marchó.
-Ah, pues no es por eso…
El video siguió sin ningún signo más de interés hasta las cuatro de la mañana, cuando una sombra sospechosa empezó a moverse bajo la cama.
Sasuke observó con los ojos abiertos de par en par por el horror como Orochimaru se deslizaba como una serpiente bajo la cama y se levantaba, quedando delante del menor. Lo más horroroso de todo era que la serpiente estaba… ¡completamente desnuda!
-¡¡Noooo!! – gritó con horror el menor.
-¿Ocurre algo, hermano? – preguntó Itachi ahora desde el salón, donde estaba viendo la telenovela.
-No, no, tranquilo… - la voz de Sasuke sonó mareada.
En el video, Orochimaru sacó su miembro más largo (la lengua, malpensados) y empezó a hacer círculos en el aire sonriendo como loco con cara pervertida. Por los movimientos de su lengua, suzu cayó al suelo de nuevo. En ese momento, Itachi entró de nuevo en la habitación, agarró de la lengua a Orochimaru, abrió la ventana y le empujó hacia abajo, asegurándose que el villano quedase lo bastante lesionado como para no moverse más. Itachi depositó el oso de nuevo sobre la cama y se fue – dejando la ventana abierta.
Sasuke se fijó entonces en que había empezado a nevar.
A las cuatro y media, saltando por la ventana abierta, apareció el maestro Kakashi. Entró y se acercó al durmiente moreno para acariciarle la mejilla. Se estaba a punto de desvestir cuando empezó a estornudar por el frío que había pasado fuera y tuvo que correr y saltar por la ventana de nuevo por miedo de ser descubierto por el durmiente chico.
Itachi abrió la puerta, comprobó que no había nadie y se marchó de nuevo.
Sasuke se estaba asustando por la cantidad de personas que se colaban en su cuarto para intentar hacerle cosas feas. Y cuando parecía que la noche no podría ser más movida, de pronto, las cortinas de desplazaron a un lado y de detrás de ellas salió el monstruo más horrible que haya podido salir jamás.
-¡Sakura! – gritó el menor asombrado.
-¿Sasuke?
-No importa, Itachi, estoy bien, gracias. – le gritó de nuevo Sasuke a su hermano sin despegar la vista de la pantalla.
Sakura se acercaba a Sasuke con la boca babeante, cuando de pronto… El teléfono le empezó a sonar y salió de la habitación en busca de cobertura.
-¿Y así es como va a acabar todo? – se preguntó Sasuke. El misterio de suzu no había quedado arreglado. Siguió mirando el video hasta las seis de la mañana, cuando de pronto, un rayo de sol entró por la ventana, iluminándole la cara.
El Sasuke dormido del video sintió calor y de una patada, envió a volar al pobre peluche, que quedó encastado contra el armario.