"...Me gusta cuando callas porque estas como ausente.
Distante y dolorosa como si hubieras muerto.
Una palabra entonces, una sonrisa bastan.
Y estoy alegre, alegre de que no sea cierto."
La ansiedad me había obligado a abandonar mi lectura y vagos pensamientos de si conocía a alguien que causara ese efecto en mí, aunque esa persona no existía (o al menos no lo conocía), a causa de mi hemorragia nasal, lo cual era común en mí en momentos de ansiedad o extremo calor.
Me dirigí al baño y, viéndome en el espejo noté como el líquido rojo salía por la fosa nasal izquierda y, levantando ligeramente la cabeza podía sentir el sabor del hierro y otros elementos característicos de la sangre posarse sobre mi garganta. Agradecí que esta vez me durara mucho menos de lo acostumbrado, no tenía ganas de estar en el baño cambiándome de algodón cada 2 minutos. Me lavé con agua y algodón hasta que estuve segura que la sangre ya no amenazaría con salir.
-"nunca he reparado en tu existencia
Ni en tu forma de ser o apariencia
Pero no creas que no me afecta tu ausencia
Te quiero aquí, hombre o mujer, no interesa."-
Aún faltaba una hora para que mi despertador me ^despertara^ así que me volví a dirigir al baño y llené la tina de agua templada, no muy caliente, no quería provocar otra pérdida de sangre. Dejé caer varias gotas de jabón líquido y creé espuma; me quite la ropa y me deje sumergir en el agua una vez estuviera lleno.
*/*/*FLASH BACK */*/*
-¡no te vayas por favor!-mi miedo por fin estaba haciéndose realidad, aunque me sorprendía lo bien que fingía tristeza.
-sabes que no es sano para nosotros-sin embargo podía darme cuenta que realmente estaba sufriendo por este adiós-¡tú sabes que yo te amo!
-¡no es verdad!-¿acaso no podía dejarlo ahí? Claro que no, tenía que sacarle en cara que el NO me amaba...-si de verdad me amaras, ¡no te la hubieras tirado!
-¡QUE ELLA ME OBLIGÓ!-estaba en llanto, en ese momento me desconocí, yo no era este tipo de persona, él me estaba cambiando, y eso no era algo bueno.
-¿desde cuándo aquí las chicas son las que obligan a los chicos a que se las tiren?-estaba realmente absorta en ese pensamiento
-¡LIAH!
-¿qué?-lo miré a los ojos, y él...me ¿besó?-¡IMBECIL!-le había dado una bofetada, de esas que te hacen doler la mano, enserio me dolía, pero ahora estaba más dolida por el beso, fue agresivo, dominante, violento y de alguna forma, me sentí violada...fue algo que nunca pude olvidar, habíamos estado por 6 semanas, lo contaba por semanas, porque él me daba un presente cada lunes diciendo: "por nuestra primera semana juntos", "por nuestra segunda semana juntos", etc. Pero en esos seis semanas, me rehusé a besarlo en los labios, los únicos besos que recibía de mi eran, a lo mucho, media luna, aunque eso era cuando el giraba su cabeza cuando iba a la mejilla. Nunca había besado a alguien en los labios, estaba esperando a alguien que "me mueva el piso". Y ahora él lo había arruinado todo, un nuevo sentimiento apareció en mí, odio...lo odiaba.
-¿imbécil? ¡Si soy un imbécil por seguir con una santa como tú!-estaba a menos de un minuto de devolverme la bofetada que le había proporcionado hace unos instantes
-¡Edward! ¿¡QUÉ HACES?!- Marie se puso delante de mí, y tomó su mano para que ésta no pudiera moverse.
-...-no podía hablar, se había quedado petrificado ante la presencia de Marie
*/*/* FIN DEL FLASHBACK */*/*
-Marie...-desde ese día nos habíamos vuelto inseparables, especialmente porque Edward insistía en que me amaba y no quería perderme por algo como un simple beso, argumentaba que era algo normal que un chico calmara a su enamorada con un beso, que la del problema era yo. Marie fue la primera persona que me hizo sentir apreciada de verdad, aunque solamente fuimos amigas, siempre supe que ella quería algo más...
Rocé la yema de mi dedo contra mis labios...nunca me había sentido así, había estado esperando y cuidándome tanto por guardar ese preciado instante, mi primer beso y él me lo arrebató. Escuché que mi alarma ya estaba sonando y decidí abrir la llave para dejar que el agua de la tina desaparezca y terminar de bañarme con el agua de la ducha.
Salí de la ducha y me vestí, por alguna razón quería sentirme apreciada, linda, coqueta... quería sacarme el recuerdo amargo de esa ocasión tan amarga para mi...me puse una falda rosa pálido hasta por encima de la rodilla y un polo blanco que acentuaba mi cintura y caderas.
Una vez vestida me mire al espejo, deje mi cabello suelto para variar, siempre lo tenía atado, me puse unos aretes sencillos y salí. Tomé un panecillo de la mesa y una botella de agua. No había nadie en el departamento que mi padre había comprado para mí. Quería que fuera independiente, ya que él nunca estaba para cuidarme.
Saludé al portero con el nombre Marcel en el bolsillo y me dirigí a la estación para ir a la academia. El bus eléctrico estaba casi vacío, no era la primera vez que me movilizaba en uno así, pero siempre estaban casi llenos y era muy difícil encontrar un asiento decente.
Me imagino como serán las personas de la academia, por lo que he podido apreciar, las personas de aquí son muy amables, aunque estoy segura que solamente me tratan así por haberme visto llegar en un lujoso Audi plateado con mi padre. Él estaba en la obligación de mostrarme la localidad para no perderme estando sola, también me enseñó cómo llegar a la academia, y de paso hacer los papeleos necesarios ya que estaba siendo transferida a mitad de semestre y necesitaba estar mi padre para eso...
Apenas llegué había un señor con un pantalón negro y una camisa celeste esperándome, era uno de los profesores.
-Srta. Faillen, acompáñeme para recoger sus cuadernos de apuntes e ir al aula que le corresponde- asentí con la cabeza y lo acompañé al primer edifico, ya me estaba pegando el nerviosismo del "primer día de clases"
Una vez terminé de poner los cuadernos en un bolso fui escoltada a un salón de no más de 30 alumnos, había una carpeta vacía así que supuse que ese sería mi asiento. El profesor apenas terminó de introducirme ante el salón insistió en que dijera algunas palabras, dije lo básico y alguien tocó a la puerta. El profesor dio un ademan para que la chica entrará, aunque dude un poco si era chica o chico, porque llevaba puesto un polo gris y una camisa a cuadros blanco con negro y azul y unos jeans desgastados casi a la cadera. Ella no se dio cuenta de mi presencia, pero no podía quitar mis ojos de ella, se parecía a Marie...