Ha pasado una semana desde que desperté, las cosas están muy extrañas. Bueno, siempre es extraño que no recuerdes ni la mitad de tu vida.
Me acabo de enterar que tengo 32 años, esos son muchos años. Aparentemente mi pasatiempo de escritura se volvió profesión y ejerzo de ello, y afortunadamente no vivo con mi familia.
A lo que me informan, fue un choque, me lastime con gravedad la cabeza al golpear con el volante. Que en pocas semanas recuperaría todo lo perdido, pero simplemente no me importa, no creo que algo haya pasado sea tan importante.
Aunque si hay un inconveniente con mi vida. Nunca me ha agradado las personas, me gusta estar solo y mejor aún en un hermoso departamento sólo para mí. Pero para mi desgracia y no tengo idea porque tengo un inquilino. No es como si afectara mucho mi vida, raras veces lo miró pero su presencia me incomoda, el saber que se encuentra en este departamento y que en cualquier momento podemos coincidir, aquellas conversaciones obligadas y esos silencios incómodos, son quizás lo que más detesto, bueno, además de fingir ser lo que todos esperan que sea.
Creo que se llama Takahashi Misaki, no me explicó nada de cómo lo conozco, de hecho no me ha hablado. Siempre encuentro notas en la mesa o en el microondas. Lo único que sé de él es que limpia mi departamento, me hace todas las comidas y que aparentemente va a la universidad y trabaja.
Quizás por eso le dejé vivir conmigo, pero debo decir que no es una razón lo suficientemente buena como para tener a otra persona aquí.
En ocasiones coincidimos, cuando me levanto temprano, por eso últimamente evito hacerlo, sólo me da los buenos días, más específicamente es “buenos días Usami-san” no me mira, a decir verdad en esta semana de conocerlo no tengo idea de qué color son sus ojos e inmediatamente se va, estoy seguro que evitándome diciendo “me retiro”.
Me parece que nuestra relación debió ser complicada para que me trate así. Sé como soy, es lo más seguro es que siempre hubiéramos estado en discusión en discusión, obviamente yo con la última palabra porque es MI casa.
Empieza otro día, son las… once y media, bien, me encanta no tener que esforzarme en no verlo. Salgo de mi habitación, para encontrar como yo esperaba el gran departamento solo.
Bajo sin ninguna prisa las escaleras para encontrar como siempre la nota amarilla pegada en el borde de la mesa, la tomo, no es como si me sorprendiera el contenido, siempre son las instrucciones para el desayuno.
“Usami-san.
El desayuno está en el refrigerador, es el gran envase azul y el papel aluminio.
El envase, destápelo y póngalo en el microondas 2 minutos mientras que el papel aluminio, es una salsa sáquelo del papel y póngalo 30 segundos.
Espero que le guste.
Llegaré a las 9”
Sigo las instrucciones con cuidado, nunca he sido bueno en toda el área de la cocina. Tengo que admitir que cocina muy bien y que es cómodo que me laven la ropa, mantenga limpio el departamento y me cocinen pero francamente odio, ODIO me invadan mi espacio, estoy seguro que en algún momento le diré que se busque su departamento, es decir no tengo idea porque no se lo había dicho cuando estaba en toda consciencia con mis recuerdos.
Han pasado varios días, después del incidente de Usagi-san, a decir verdad me quede sorprendido cuando los doctores me dijeron que no recordaría nada.
Ellos me dijeron que no lo forzara a recordar que el mismo recordaría. Él no me recuerda, no recuerda a mi hermano, tampoco a Aikawa. Sólo a sus amigos de infancia y su familia.
Me entristece, él se comporta muy frio conmigo, nunca se comportó así antes, ni cuando no nos agradábamos.
Tal vez lo evito porque me entristezca verlo así, tal vez por la recomendación de los médicos o porque… aún que es difícil aceptarlo creo… creo que Usagi-san está mejor así.
Es decir, estar en una relación homosexual es altamente complicada sobre todo para un novelista tan famoso, yo siempre le fui una carga y ahora aunque duela… porque no puedo mentir, duele… Él podrá tener su vida como antes.
Sé que le incomodan las personas y está claro que no le agrada mi presencia en su casa. Intento ser lo más útil posible e incluso estoy buscando un nuevo domicilio. No obstante aún me siento ligado a Usagi-san, es decir… He estado con él, más de cuatro años, l…lo quiero.
Y hacer esto.
Como si nada hubiera pasado, es difícil.
Creo que últimamente ha empezado a escribir, Aikawa-san se presento nuevamente, me dijo que no le dirá lo de Akikawa Yayoi por temor a incumplir los consejos de los médicos. Ella está consciente de que no le he dicho nada a Usagi acerca de que “esta” conmigo.
De algún u otro modo se veía desilusionada.
Mi rutina se basa en levantarme a las seis de la mañana, un poco más temprano de lo que acostumbro, hacer el quehacer, el desayuno de ambos, coloco el suyo en recipientes mientras que yo lo como en la mesa.
Se siente muy triste comer solo.
Especialmente cuando antes solía comer con la persona… que quiero.
A las siete treinta acomodo mis cosas y dejo una nota de cómo preparar la comida y mi hora de regreso. He cambiado mis horarios en mi trabajo para tenerlo más cercas a mi horario en la universidad para así permanecer más tiempo lejos de casa.
Ahora salgo mucho con Toudou cuando no está viendo a su novia, a veces he salido con Shizuku-san pero creo que no nos llevamos del todo bien, sólo platicas laborales, y últimamente he vuelvo a ver a Sumi-sempai, supongo que también está bien para mí… Es decir, ya no tengo un novio exageradamente celoso.
Entonces ¿Por qué estoy tan triste?
Cuando estoy en casa, bueno, ya no la llamo casa, todo el ambiente se siente muy frio. A diferencia de antes, de hecho ese lugar nunca me pareció frío, nunca, ni cuando Usagi-san se encerraba en su cuarto para trabajar.
Cuando salgo temprano del trabajo me quedó en un parque hasta que se haga de noche, parece como si le tuviera miedo a Usagi-san, de hecho creo que si le temo.
Temo que me diga algo que no podré olvidar, algo me lastimara demasiado.
Que aunque sé que ese no es el mismo Usagi que yo conozco, su voz aún resuena en mis oídos, mi cuerpo se altera cuando siento su cercanía y se hiere cuando siente esa mirada llena de desprecio.
Cada vez me siento más triste en ese lugar.
Saber que no puedo hacer nada, ya sea porque percibo el odio de la persona que quiero o porque quiero demasiado a esa persona como para perjudicar su vida.
Y es bien sabido por todos que mi presencia en su vida es sólo un estorbo.
Ya ha pasado dos semanas más, y Usagi-san no ha recordado nada. Probablemente es una manera en que el destino me dice que tengo que dejarlo ir. Ya he conseguido un buen precio en un departamento, ya he firmado sólo falta mover mis cosas, de alguna forma me siento liberado, estar en esa casa estas semanas era como aguantar la respiración.
Salgo de mi habitación a la hora normal seis, recojo la ropa que lave ayer, aspiro el piso de abajo, Usagi-san debe de estar trabajando, hace poco Aikawa vino para entregar un proyecto, le dio tiempo para que lo hiciera pero pareció interesado, tal parece que su talento sigue intacto.
Si trabaja más…
También es bueno para la editorial…
Suspiro fuertemente, tengo que acostumbrarme a ya no estar con él, así es como siempre debió ser. Yo sólo soy el inquilino de un escritor solitario.
Mañana ya no lo seré.
A lo mejor ni siquiera se acuerda de mí.
Vuelvo a suspirar, sacudo mi cabeza para sacar esos pensamientos, aunque es inútil siempre están ahí, es imposible sacarlos, yo lo sé, cuatro años es mucho como para borrarlo en dos semanas. Voy a la cocina para hacer el desayuno, por alguna razón siempre me esmero para que Usagi-san le guste mi comida, y luego actuó como si no me importará.
Quiero que él sea feliz.
Otro suspiro, siempre es lo mismo cada mañana son mínimo cinco suspiros. No puedo evitarlo, es peor que romper una relación, es… que esta deje de existir.
Sirvo mi comida y como lentamente, Usagi-san nunca sale de su cuarto tan temprano.
Mi mente divaga en tantas cosas, mejor dicho en tantos recuerdos. Este departamento me trae tantos recuerdos, de los días festivos, nuestra rutina de comer juntos o Usagi exigiéndome cosas extrañas para comer, como nos la pasábamos.
Era divertido, era tan cálido.
Recuerdo cuando le dije que quería permanecer a su lado. Fue muy vergonzoso decirlo pero él se lo tomo muy bien, cosa que aunque no disminuyo mi vergüenza, me alegre de que él también pensara igual. Esa noche estaba tan feliz, ese era mi mayor deseo.
Estar para siempre con él.
Un pensamiento completamente egoísta, no pensé en nadie más que en mí, no pensé en su carrera, en Aikawa-san, en mi hermano que desea que haga mi vida normal.
Es que ese era mi deseo… Mi único capricho.
Aunque fuera sólo uno, es imperdonable y hacer lo que hago es corregir mi error.
De nuevo otro suspiro. Me levanto con los platos vacios para lavarlos. Terminado todo hago la nota pacientemente y acomodo mis cosas para irme.
Hace algo de frio, me pongo mi abrigo y mi bufanda.
--¡Takahashi!--;Escucho decir erizándome la piel, como odio me llame así, bajo la mirada, odio ver esa mirada llena de aborrecimiento.
--;¿Q..Qué pasa?--;No le miro pero escucho como baja las escaleras.
--;¿Te metiste a mi cuarto? ¡Sabes que odio eso!
Yo no me metí a su cuarto, de hecho ni siquiera limpio ahí.
--No, no es ciertor--;Le miró desconcertado. Me mira sorprendido pero inmediatamente endurece la mirada.
--¡Mientes! No sólo te metiste a MI cuarto sino que también usas MI computadorar--Sus palabras me golpean, no estoy acostumbrado que él me hable así.
--Usami-san, en serio. Yo no fuir--Mi garganta se está cerrando.
--¿¡Entonces quien!? No hay nadie más viviendo en este sitio, te estoy dando un lugar donde vivir e invades mi espacio ¡Pensé que habíamos aclarado LIMITES!
Asiento rápidamente, no voy a llorar, no voy a llorar, tengo veintidós años soy lo suficientemente fuerte como para soportarlo mientras él esté enfrente.
--Pusiste documentos en mi laptop, misma que uso para trabajar ¿Cuándo fue? ¡Te metiste a escondidas!
--No, le digo que yo no fuir--Procuro mantener mi voz.
Usagi-san si vas a gritarme no lo hagas con la misma voz con la cual me decías que me amabas.
Siento como mi brazo es tomado fuertemente y jalado hacia arriba, me obliga verlo.
Estás siendo muy brusco.
Mis acuosos ojos no lo soportan más y liberan un silencioso rio salado mientras le miró.
Él no cambia su mirada, esa mirada que desconozco. Definitivamente él no es mi novio, él no es Usagi-san.
--En mi computadora estaba una carpeta con tu nombre con TUS fotos ¿¡Si no son tuyas de quien?!
Di un respingo, son las fotos de Usagi que siempre le dije que borrara, las que le paso mi hermano.
¿Qué debo decir?
--Ohh parece que ya te acordaste.
Trago saliva fuertemente, el agarre en mi brazo esta comenzado a doler mucho y dejo de sentir mi brazo.
--S…si, eso f..fue hace mucho tiempo… Por favor, elimínelas, no importan.
--Ya lo he hecho ¿No volverá a pasar?
Niego rápidamente, Usagi-san da miedo.
Mucho mucho miedo.
Siento como afloja su agarre salgo corriendo de inmediato.
Me alegro de irme a vivir a otro lado.