“Mickey… o Micky”
Era sabido por todos que Kim JunSu era un niño alegre, de buenos sentimientos, muy hiperactivo, también poseedor de una hermosa voz a la hora de cantar.
Pero hoy se le veía diferente no sonreía, no saltaba por el parque de juegos con su aguda risa de delfín, solo se encontraba balaceándose lentamente en su columpio favorito rojo chillón. Con una mano sostenía una de las cadenas que suspendían al columpio en el aire, con la otro abrazaba a su peluche de Mickey Mouse que tenía desde su nacimiento.
Esta mañana se había despertado más alegre que otros días, en su mente solo estaba que hoy era su día especial en el cual cumplía diez años, todavía con la pijama de conejito de cuerpo completo corrió a la cocina esperando un desayuno de cumpleaños junto a su hermano gemelo, pero se encontró con todo lo contraria sus padres lo saludaron con un “Buenos Días”, nada mas no había un desayuno especial ni nada, ni a su hermano emocionando como él, pensó que se había equivocado de fecha pero cuando vio el calendario de la cocina vio marcado la casilla del numero 15 de diciembre con una X, no dijo nada, esperando que tuvieran una sorpresa para él y su hermano.
Pero en el transcurso de la mañana todo seguía igual, molesto con sus padres y su hermano por haberse olvidado de su cumpleaños, emprendió camino hacia el parque a ir a ver a sus amigos que seguro si recordaban que hoy era su día especial, pero sucedió lo mismo que con sus padres… Nada de nada.
Ya verdaderamente molesto, con los brazos cruzados y un lindo puchero, se sentó en su columpio favorito con su mejor amigo Mickey.
Después de un rato de estar balanceándose, se levanto y camino hasta los frondosos árboles que rodeaban al parque, hasta llegar a muy adentro del bosque encontrándose con un claro lleno de flores iluminado por el sol de esa tarde, con mariposas revoleteando sobre las flores, una hermosa imagen ante sus ojos.
Con cuidado de no pisar ninguna flor camino hasta el centro, sentándose en el medio de todo el claro, dejo a un lado a su peluche, recostándose en el pasto viendo hacia el cielo, le buscaba forma a las nubes con una sonrisa en el rostro, sin darse cuenta su sonrisa se fue como vino, cerró los ojos con tristeza, dejando que una solitaria lagrima callera de sus ojos recorriendo toda su mejilla.
- ¿Por qué un niño tan lindo como tu está llorando? – escucho como le preguntaba una suave pero ronca y masculina vos.
Entreabriendo los ojos se encontré con un chico de unos quince años, piel pálida, seguramente alto, ojos negros que desprendían un hermoso brillo que te hacía no dejar de verlos, labios finos, cabello largo ondulado de color azabache… Y unas orejas de ratón?...
Abrió los ojos con sorpresa al ver esas orejas de ratón que sobresalían de los cabellos del muchacho.
- ¿Quién eres? – pregunto viéndolo con un poco de miedo, olvidado que su madre siempre le decía que no hablara con los extraños.
- Me llamo Micky – dijo el chico con una preciosa sonrisa - ¿Y tú? – sin quitar la sonrisa de su bello rostro.
- Ju-junSu – respondió viendo al desconocido con un poco de desconfianza.
- Un gusto JunSu, y ¿por qué llorabas? – volvió a pregunto sentándose junto al pequeño, que se había sentando por la sorpresa.
- Es que… Todos olvidaron mi cumpleaños – respondió con un hilo de voz escondiendo su rosto en sus piernas, que las tenia abrazabas a su pecho.
- Yo no lo olvide~ - dijo Micky con un canturreo.
JunSu volteo a ver el mayor, que seguía con esa brillante sonrisa que al parecer nunca iba a desaparecer, con confusión en sus ojos, como un extraño podía saber cuando era su cumpleaños.
- ¿Co-como? – pestañeando confundido.
- Yo siempre estoy a tu lado JunSu aun que no te des cuenta – respondió, colocando una mano sobre la cabeza del pequeño, acariciando esos suaves cabellos castaños oscuros – Mira hasta tengo aquí tu regalo ¿lo quieres ver? –
El niño asintió con alegría y emoción en sus pequeños ojos, olvidando que estaba hablando con un extraño o… quizás no.
Vio como el mayor sacaba un peluche de delfín de color azul cielo, que tenia bordado en un costado “Xiah” en un azul más oscuro.
- ¿De verdad me lo vas a regalar? – agarrando con sus manitas el peluche abrazándolo con fuerza.
- Claro lo compre especialmente para ti – empujándole levemente por la frente con dos dedos – Feliz Cumpleaños Susu – al terminar sintió como el pequeño se abrazaba a su cuello, dándole un beso en la mejilla haciendo que un leve tono rosa apareciera en su mejillas.
- Gracias Micky – separándose del mayor con las mejillas totalmente rojas.
El menor cerró los ojos abrazando a su nuevo peluche, se recostó otra vez en el pasto, sintió como unos labios se posaban en los suyos en un rose, haciéndolo sentir un millón de mariposas en su barriguita, y a su corazón latiendo rápidamente como si quisiera salir de su pecho.
- Su… JunSu… ¡JUNSU! – sentí como alguien me empujaba tirándome de la cama.
- ¡Ha! ¿Qué pasa, ChangMin? – pregunte viendo a mi mejor amigo que se reía a carcajada limpia de mi.
- Nada, solo que ya es muy tarde y vamos a llegar tarde a clases así que apúrate – riéndose todavía de mí salió de mi habitación.
- Idiota – dije levantándome del suelo.
Había tenido otra vez el mismo sueño, ya había pasado diez años desde ese día que conocí a Micky no lo había vuelo a ver pero todavía guardaba ese peluche que me había regalado.
Agarre al peluche de delfín entre mis manos abrazándolo contra mi pecho, todavía recordaba ese primer beso.
Lo único que me hacía creer que todo había sido verdad era el peluche, todo parecía un sueño ese día. Lo deje en su lugar de siempre al lado de mi Mickey Mouse.
Ya totalmente arreglado me dispongo a salir de mi habitación, del apartamento que compartía con ChangMin. Me lo encuentro recostando en el sofá junto a TaeMin, olvidado que íbamos tarde a clases, sin querer molestarlos salgo del apartamento sin hacer ruido.
Ya en las calles llenas de gente de Seúl, empiezo a caminar hacia la parada de autobuses. Me levanto al ver a los lejos el bus, está medio vacío, me siento en uno de los puestos que daba a la ventana, me coloco los audífonos de mi iPod, colocando aleatorio.
Con aburrimiento recuesto mi cabeza en la palma de mi mano, viendo el paisaje de la gran ciudad de Seúl, hasta que veo una cabellera y unas orejas demasiado familiares.
Me levanto de mi asiento de golpe, le digo al conductor que se detenga, me bajo del autobús casi cayéndome en el proceso, corro persiguiendo a la persona de las orejas que empezó a correr, como guiándome.
Veo como da un pequeño brinco dándose la vuelta, mostrándome su rostro.
- Micky – murmuro deteniéndome al llegar enfrente de, el, seguía igual como hace diez años.
Al tratar de acercarme el me detiene colocando su mano enfrente de mí, todavía con la sonrisa en su bello rostro voltea hacia la izquierda en donde se encontraba la autopista.
Al voltear a la misma dirección veo como un hombre de espalda cruza la calle hablando por teléfono, sin notar que un carro se acercaba a toda velocidad hacia donde estaba el.
Me acerco corriendo, jalo al hombre, que estaba a punto de ser atropellado haciendo que cayéramos los dos al piso. Uno en frente del otro, me quede asordo al ver sus negros ojos, al parecer el igual.
- ¿Están bien? – escucho como nos pregunta un hombre, sacándonos de nuestros ensueños.
- ¿He?... Si, gracias – responde el sonriendo amablemente a la persona, que se nos había acercado – ¿Estás bien? – me pregunta el, levantándose y tendiéndome su mano, para que me levantara.
Dudoso sostengo su mano, sintiendo una corriente correr por mi espina dorsal, me apretad la mano, para después jalarme levemente haciendo que me levantara.
- Si, gra-gracias – respondo tartamudeando.
- No, gracias a ti, me salvaste la vida – dijo con una sonrisa.
- No fue nada – respondo rápido, volteando un momento para ver a Micky, que guiñándome el ojo, levanto su mano como despidiéndose y desapareció.
- Y… Mmm… ¿Cómo te llamas? – volteo al escuchar la voz, del hombre de cabellos negros largos recogidos en una elegante coleta.
- Kim JunSu – respondo sonriendo como yo solo sé hacerlo.
- Un placer Kim JunSu, me llamo Park YooChun, te parece si vamos a otro, lugar te invito un café – dijo sonriendo… “Así que Park YooChun” pienso con una sonrisa.
- En estos momentos no puedo tengo que ir a la universidad, pero si quieres podemos quedar para otro momento – digo mientras buscaba en mi bolso una hoja de papel y lápiz rápidamente escribo mi numero junto a una P.D – Aquí está mi numero, ya me tengo que ir fue un gusto… Mmm, Salvarte hehehe – entregándole el papel, para después irme corriendo.
Volteo un momento viendo como una sonrisa se forma en su rostro al ver el papel en sus manos. Con mi mirada otra vez al frente, corro hacia la parada de autobuses con una sonrisa en mi rostro.
YooChun vio con una sonrisa el papel, que su al aparecer ya no pequeño Susu le había dejado.
“JunSu: 0414-272-165 ;D este es mi numero.
P.D: y otra vez gracias por el peluche. Micky”
- Al parecer tu también me recordaste – dijo para sí mismo, para después empezar caminar hacia su trabajo, donde seguro su mejor amigo JaeJoong lo debe estar esperando molesto por su retraso, pero eso ya no importaba.
Había encontrado a su amor de infancia, al cual siempre su mejor amigo le había dicho pedófilo por gustarle alguien que de seguro todavía dormía con peluches.
Pero eso no importaba, siempre después de clases y durante su receso, escondido entre los arbustos veía a ese pequeño niño de hermosa sonrisa, jugar con su peluche de Mickey en donde estaba los columpios, a veces acompañado y otras veces solo.
Fin?...