A veces me pregunto por qué es necesario el relacionarse con las otras personas siento que no ganaras nada al hacerlo, sabemos que lo hacemos porque es parte de la naturaleza humana pero creo que sería más fácil el encerrarme en una cueva y evitarme tantos problemas.
Todo me tiene que pasar a mí y no es por parecer una típica adolescente que hace un tornado en un vaso con agua sino que simplemente es la realidad.
Comencemos describiéndome a mi misma…quien soy yo? Esa es la pregunta que me vengo haciendo desde que tengo uso de razón, nunca he sido realmente buena en algo y no destaco en nada en particular, simplemente soy una más del montón, no, no soy ni siquiera parte del montón, soy invisible, nunca me toman en cuenta en nada, pero que se le va a hacer, simplemente tengo que seguir con mi vida y aprender a lidiar con eso.
Rayos que me pasa soy una desquiciada solamente soy una simple extraña que se va a poner a relatar su vida y las cosas que le suceden en su día a día.
Mi nombre es kurusugawa Himeko llevo casi que un año enamorada de una chica su nombre es Himemiya Chikane desde hace tiempo atrás me di cuenta que mis gustos eran diferentes me agradan los chicos pero realmente quienes llaman mi atención son las mujeres y eso lo sé porque ya había sentido atracción por otras chicas antes pero nada se compara con lo que siento por Chikane-chan.
Para mi ella es la mujer más perfecta que pudo haber pisado la tierra todo lo que hace lo hace tan bien y es tan hermosa, desde ayudar a una niña pequeña con su bolsón y comprarle un algodón de azúcar. Hasta comer una simple merienda, sus modales y sus gestos, parece una princesa, además es tan educada y amable, aunque por ratos se mira algo fría y distante con sus amigas y a veces me dicen que mejor no me acerque a ella porque nunca querrá hablar conmigo, me dejara ignorada y pasara de largo como que si yo fuese algún tipo de poste, igual no lo creo Chikane-chan nunca haría algo como eso, me rehúso a creerlo!.
Ahh…-suspiro-todavía recuerdo la primera vez que vi a Chikane-chan fue cuando yo estaba en la entrada del instituto esperando a que mi oto-san me llegara a recoger recuerdo que escuche risas atrás de mi y por instinto volví a ver entonces la vi a ella, era como un ángel, estaba con un grupito de chicas sentadas en el suelo esperando que a ellas también las llegaran a recoger y nuestras miradas se cruzaron ella solo me vio y me sonrió y yo hice lo mismo, luego me marche.
Después de ese día no me la había cruzado en casi un mes pero sin que ni para que simplemente me la comencé a encontrar cada vez que yo iba a clases y ella terminaba su almuerzo yo solo me limitaba a observarla, luego todas las alumnas nos teníamos que reunir para un acto donde teníamos que practicar una especie de desfile.
Recuerdo que para ese entonces no sabía su nombre asi que me las tuve que ingeniar y le puse “la tía guapa” un apodo un poco extraño he de admitir pero eso que no han escuchado los que vendrán después.
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