Es Año Nuevo.
El oscuro cielo de donde caían ligeros copos de nieve, poco a poco, posándose en el suelo. Las luces de colores en todas las casas, niños que jugaban afuera. Eran las once de la noche.
Endo permanecía en la ventana, viendo hacia afuera con su mirada iluminada por las luces, su cabeza posada sobre sus brazos cruzados en el marco mientras esperaba paciente.
Ni siquiera se molesto en darle un vistazo al gran banquete que preparaba su madre sobre la mesa, mucho menos de meterle mano a la comida por adelantado.
Bajo la mano a su regazo, acariciando lentamente al perrito acostado en el. Se lo había regalado Goenji hace unos días en Navidad. Recordó por unos instantes lo emocionado que había estado al recibir la caja envuelta que se movía insistentemente, al abrirla y encontrarse con un cachorro de Beagle. Estaba tan feliz que termino abalanzándose sobre Goenji.
Fue sacado de sus pensamientos cuando el sonido del timbre llego hasta sus oídos.
-¡Debe ser el, vamos Kumbo!-Soltó el moreno antes de levantarse con rapidez del banco donde estuviese y salir corriendo a la puerta, escuchando a su mamá advirtiéndole algo sobre correr en casa antes de girar el pomo plateado.
-¡Goenji!-Grito mientra se lanzaba sobre el pelicrema, casi al punto de tumbarlo al suelo.
-Hola Endo-Respondió envolviendo su cuerpo con una sonrisa, sintiendo lo brazos del otro alrededor de su cuello escuchando unos ladridos mucho mas abajo.
-¿Como están todos?-Pregunto la madre de Endo asomándose mientras se secaba las manos con una toalla, a lo que los padres de Goenji respondieron afirmativamente, quitándose la nieve que había ido a parar a sus abrigos.
-Pasen adelante, mi esposo esta comprando algunas cosas y la cena estará lista en unos momentos-Agrego dándose la vuelta.
-¡Es el perrito!-Dijo Yuka señalando hacia Kumbo antes de cargarlo y correr hacia adentro.
El padre de Goenji se sentó sonriente en el sofá, mientras su hija le mostraba al cachorro entre sus manos.
-Te ayudo...-La madre de Goenji siguió a la de Endo a la cocina hablando amenamente sobre la noche, esas dos se habían hecho muy buenas amigas con el tiempo.
-Me alegro que hayas podido venir-Dijo Endo separándose un poco de el, sin importarle lo cerca que estaban sus rostros.
Un poco de nieve caía sobre ellos.
-Yo también...-Dijo de vuelta el pelicrema, dejando que su caliente aliento chocara contra la mejilla del otro, haciéndole estremecer ligeramente.
-Hace frío aquí afuera, deberíamos e-entrar-Soltó el moreno luego de unos segundos, aunque no hacia nada para bajarse de Goenji.
-Tienes razón...-Respondió el pelicrema, pero tampoco daba señales de querer moverse.
Unos pasos sonaron en la acera, y ambos tuvieron que virar sus vistas hacia la calle, encontrándose con el padre de Endo.
-Buenas noches Señor Mamoru-Saludo educada mente el pelicrema, a lo que el hombre respondió algo jadeante. Goenji noto la gran cantidad de bolsas que cargase el mayor.
-¿Podrían ayudarme chicos?-
-Claro papá-Endo se bajo del pelicrema, quien no se quedo atrás y también tomo algunas cuantas antes de entrar.
Cuando paso por la puerta, miro un poco hacia arriba.
Había un muérdago colgando del marco.
No puedo evitar sonreír divertido ante ello, pero también con un toque de decepción al recordar la noche de Navidad de hace unos días, cuando intento declararse le a Endo allí mismo.
Ya no era un secreto para él el hecho de que le gustaba Endo, le había costado un poco aceptarlo sin embargo, pero al final termino asimilándolo.
Toda la noche de Navidad había intentado llevarle a solas bajo la puerta, pero entre los familiares que venían de visita, sus padres, la cena y los regalos no hubo oportunidad de darle un beso bajo el muérdago.
Los siguientes días se pasaron en idear de como podía hacerlo. Pero no hubo nada.
El era un chico al que le es un tanto difícil expresar sus sentimientos con palabras, cosas como cartas o declaraciones abiertas eran para el algo aterrador para realizar, y mas si era en publico.
El era alguien mas dado a la acciones y a lo hechos como forma de demostrar su amor.
Solo esperaba el momento adecuado para declararse le.
-¿Que están haciendo papi?-Pregunto Yuka a su padre, señalando en la ventana a unos vecinos afuera que parecían preparar algo, la cosa no seria rara si no fuera porque era en todo el vecindario.
-Ah, están sacando los cohetes...Este vecindario es popular porque en Año Nuevo todos en la comunidad lanzan fuegos artificiales. He escuchado que la cantidad es tanta que es difícil ver con tanto humo.
-¿Enserio...?-
-¡La cena ya esta lista1-Llamo la madre de Goenji desde el comedor de la casa.
-Yupi!-Grito Yuka bajándose del sofá, siendo seguida de cerca por Kumbo quien ladraba y de su padre.
Todos se fueron a cenar, ambas mujeres hablaban sobre cosas triviales, y los dos hombres conversaban sobre sus trabajos mientra Yuka a escondidas le daba parte de su cena a Kumbo bajo la mesa.
Endo como siempre comía, aunque esta vez lo hacia aun mas voraz, al parecer creía en la profecía de que en el 2012 se iba a acabar el mundo.
Faltaba solo poco para las doce...
-¿Ustedes lanzaran cohetes?-Pregunto la madre de Goenji, dejando caer un poco el tenedor entre sus dedos.
-Oh claro, aqui eso es casi una tradición, ya nosotros los instalamos, nos da mas tiempo-
-Entiendo...-
-¿Fuegos artificiales?-Solto Goenji curioso, levantando su rostro del plato ya casi terminado, preguntándose que tenían de especiales.
-¿Goenji-kun no lo sabe?...es algo impresionante cuando suenan las doce-Respondió la madre de Endo sonriente.
-Um no...-
-Lo malo es el ruido-Agrego el Sr. Mamoru, poniendo su granito de arena.
-Tienes razón-Aseguro su esposa, posando el dedo indice en su boca.
-De igual manera deberías verlos...-Endo intervino de repente-Son como luces de colores que danzan en la neblina y la nieve-
-¿Por que no se los enseñas hijo?-
¡¡10!!...Sono afuera de repente.
.
.
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-¡Ya esta empezando!¡Salgan!-Dijo la madre de Endo levantándose apresurada.
No se se habían dado cuenta de la hora.
9...Nadie supo quien lo había dicho...
8...Pero todos empezaron a seguir la cuenta hacia atrás.
7...Endo le halo de la muñeca y lo llevo hacia afuera, su bufanda se movió con el frió de la noche, vio expectante el cielo aun claro.
6...El no le había soltado de la mano.
5...Goenji se pregunto que pasaría si se le declaraba a Endo el año que viene, que seria en cuatro segundos.
4...Endo no bajo la cabeza, resistiendo la fuerte tentación de mirar hacia Goenji.
3...La gente ya tenia preparado los fuegos artificiales, esperando únicamente la señal del reloj para encenderlos. Un gran grupo estaba dispersado por todo el barrio, cargando inmensos cohetes.
2...Goenji se dio cuenta de lo cerca que el y Endo estaban.
1...Los encendedores dieron fuego a la mecha.
Un incesante ruido empezó a expenderse, las explosiones que sonaban sin control, el ambiente que se lleno de humo en cuestión de segundos que ya no se veía ni la copa de los arboles.
Era humo que les oculto cuando se atrevió a darle un beso.
-FELIZ AÑO NUEVO-Gritaron todos, aturdiendo su cabeza, que ya de por si daba vueltas ante la sensación de sus labios chocando contra los de Endo.
Le costaba un poco respirar, el aire estaba muy contaminado con el olor de la pólvora.
Pero nada le importo cuando sintió a Endo correspondiéndole.
En ese momento, ni el pequeño temblor del suelo, ni los llamados de sus padres, ni el asqueroso humo, ni el fuerte ruido de las explosiones que amenazaba con dejarles sordos les importo.
Les valía un comino.
Para ellos, esto era lo único que había en el mundo.
-...Feliz año nuevo Goenji-
-...Feliz año nuevo Endo-
Fin