[ Mañana, Hora exacta 08:30 a.m ]
No me acostumbraba aun a levantarme tan temprano, las vacaciones de verano habían terminado y con suerte había terminado 10 de 20 juegos en el Xbox.
Ya en mi asiento lo único que hacia era bostezar y parpadear como idiota, si pudiera verme ahora las bolsas debajo de mis ojos me harían ver como un pajeador profesional.
Y hace unas 3 semanas que no me atendía “esa” parte, ustedes sabrán.
[Suzuki Ryo Akira, Reita 19 años, aficiones: Jugar gran parte del dia a la Xbox, consumir grandes cantidades de Kit-Kat y tocar bajo Tipo: Chico Otaku]
Trataba de concentrar mi vista perdida hacia el pizarrón, aunque aun no comenzara la clase, los demás simplemente se encontraban conversando, poniéndose al tanto de las vacaciones ¿y yo? Esperando a que Uruha se dignara a entrar por esa puerta, era mi mejor amigo, tenia que hacerlo.
[ Hora exacta 08:35 a.m. ]
Mire la pantalla de mi celular y el malnacido no aparecía, era oficial, primer día de clases y la pasaría solo, aburriéndome.
-Buenos días alumnos, tomen asiento – escuche la voz del maestro, todos se levantaron al lado de sus respectivos asientos, hice lo mismo, con pesar, bostezando.
-Antes de comenzar saludarles y darles la bienvenida a un nuevo año escolar – -si, si como sea, apresúrese, quiero dormir un rato- pensé, mientras todos saludaron y tomaron asiento, me relaje, apoyando mi mentón sobre mis brazos extendidos en la mesa.
Le observe adormecido mientras miraba hacia la puerta, hablaba con alguien, los demás giraron hacia donde el maestro hablaba y de la nada apareció una muchacha, vistiendo un uniforme improvisado, ya que no era el uniforme de la escuela, su cabello era largo y con muchos rizos, de un color rubio miel, excesivo maquillaje negro en los ojos, usaba lentillas, ya que ojos grises en Japón imposible, cargaba un bolso de hombro fucsia, llena de adornos y brillo, era igual a las chicas de Harajuku, al parecer nadie le había dicho que aquella manera de vestir no era apropiada.
-espero que sepa que solo hoy podrá entrar de esa manera- -¡Ja! Lo sabia, no podía pasearse así por aquí- le comento el maestro, mientras le entregaba una tiza, esta lo acepto sonriendo apenada, sus manos adornadas en uñas largas, llenas de joyas y brillos, demasiado extravagante para mi gusto ¿que seria natural en ella? Nada.
-hahah lo siento, pensé que seria lindo que me conocieran así, le prometo que para mañana estaré ordenada y todo en su lugar - …sonrió, su sonrisa era… ¿linda? … sacudí levemente la cabeza, aun así ella no es una muchacha sencilla, se veia pretensiosa, escuche algunos murmullos desde el grupo de compañeras, no les agrada al parecer, pero entre los muchachos se ve que es popular, porque ninguno deja de mirarla, fruncí el ceño.
“Matsumoto Takanori” escribió en la pizarra.
-me llamo Matsumoto Takanori, tengo 18 años, me gusta los espaguetis y tengo un chihuahua llamado Koron, espero nos llevemos bien, me gustaría ser su amiga y apoyarles – se inclino ligeramente, mientras todo su cabello se dirigía hacia adelante, su bolso colgaba de su hombro derecho junto con la infinidad de adornos que colgaba desde un cierre de su bolso, se irguió y sonrió nuevamente.
Aquello me exalto, desvié la mirada hacia la ventana y apoye mi mentón sobre mi mano derecha.
-bien Matsumoto-san, tome asiento junto a Suzuki-san - ¿Qué? P-pero si allí se sienta Uruha, no, debe haber otro lugar y en efecto, hay demasiados lugares vacíos.
Iba a levantar la mano, pero ella ya caminaba hacia mi lado, trague saliva, no quería que ella tomara el lugar de Uruha, era un lugar sagrado, pero demasiado tarde, paso por al lado mio y se sentó.
y fue allí cuando supe que algo no iba bien.
Su aroma.
[ Mañana, Hora exacta 08:30 a.m ]
Demasiado tarde, mi madre ya se encontraba doblando con dirección a mi nueva escuela, no sin antes reclamarme de la manera en la que iba vestida.
Ellos dicen que yo soy hombre, que nací hombre, pero esta claro que no les creo, yo soy una mujer.
“Disforia de genero” eso les indico el sicólogo hace ya 15 años desde la primera vez que entre a su oficina, me llevaba bien con el, hasta ahora seguía viéndole, sabia todo de mi, por lo que tenia un amigo fiel, él era un hombre de ya avanzada edad, pero muy sabio, y como él les había dicho, cambiarme de escuela, empezar una vida como la chica que era, seria lo mas sano.
-cariño, por favor, si alguien te dice algo por la manera en la que estas vestida… -la interrumpí suspirando, mientras dejaba de textiar a Aka, Aka era una amiga por chat que conocí, es de Hokkaido.
-si lo se, decirles “solo hoy estaré vestida así” –inflando mis mejillas, guarde el celular en mi bolso y observe la ventana.
-…hago esto solo porque Nakata-sensei lo recomendó… trata, por favor trata de no decir nada de esto…yo no quiero… si te pasa algo otra vez…- le vi desde el espejo retrovisor, ella, intentaba llorar, justo vi la escuela frente a mis ojos.
-es aquí…- dije abriendo la puerta cuando ella estaciono, bajo en silencio y ambas entramos al establecimiento.
Me sentía feliz, muchos me miraban impresionados, una chica como yo, les agradaba, mis mejillas sonrojaron cuando mis ojos chocaron contra las miradas de los chicos, mi madre me tironeo fuertemente del brazo.
[Matsumoto Takanori, Ruki-chan para las amigas, 18 años, aficiones: comprar ropa, sigue el estilo Gyaru fielmente, ir a conciertos y participar en foros Tipo: Chica del Harajuku]
No había vuelta atrás, mi corazón latía a mil por hora, al fin me conocerían como lo que era, una muchacha normal, estaría en una escuela usando un uniforme como tal, la puerta del salón se abrió y el maestro me invito a pasar, entre, observe muchas nuevas caras, estaba feliz, el maestro me regaño por la manera de vestir, dije lo que mama me había dicho y escribí en el pizarrón.
Me presente y ante las miradas de todos camine hacia mi nuevo puesto, al lado de un muchacho rubio, no me observaba, pero no había problema, era normal, me senté y deje mi bolso a un lado, casi cerca de él.
Acomodé un mechón de mi cabello detrás de mi oreja y cuando me proponía a sacar un cuaderno y un lápiz le vi observándome con una cara rara, y ahora lo notaba, el chico vestía una especie de “cosplay” una banda blanca cubriendo su nariz.
-Suzuki-san, ya empezó el año desobedeciéndome ¿verdad? Quítese eso de la cara, ya todos sabemos como es – dirigí mi vista hacia el maestro, luego hacia “Suzuki” así se apellidaba el muchacho, que ahora avergonzado se sacaba la tira de tela de la cara, no era feo, me parecía “normal” ¿hacia cosplay? Le preguntaría apenas el maestro volteara a escribir en el pizarrón.
Cuando eso paso.
-...oye… -susurre muy bajito, él no me tomo en cuenta, seguía mirando el pizarrón, apoyando su mentón contra su mano izquierda.
-...oye…oye…-volví a llamarle y nada ¿este niño es sordo o que?
Intentaría otra vez más.
-iguana – ¡perfecto! se volteo a mirarme escéptico, le sonreí y para mi sorpresa volteo la mirada…
¿soy fea? ¿Le abre molestado? Suspire y me concentre en lo que el maestro hablaba, me desanimo, yo pensaba entablar conversación, tener un amigo, mi primer amigo en esta escuela, pero no.
Empecé mal, muy mal.
[ Mañana, Hora exacta 09:30 a.m ]
Hace media hora el primer receso, algunos compañeros salieron del salón y tan solo quedábamos pocos, observe de reojos a Matsumoto, estaba sumergida en su celular, sus dedos tecleaban de una manera que pensaba que en cualquier momento esas uñas plásticas se destrozarían y no fue así, cuando me concentre mas escuche una débil melodía y cuando observe mejor se trataba de su celular, al parecer no entablaría conversación con nadie porque estaba escuchando música.
Genial.
Pero ahora que lo analizaba mejor, ella no olía como una muchacha, olía como Uruha…
pero, podía ser paranoias mías… ¿quién se daría cuenta de los aromas? Yo, tal vez…
...
-¿perdón? ¿Ahora dejaste de ser sordo? - ¿y ese tono? Subí mi mirada y estaba ella mirándome seria, la risa tonta de su cara no estaba ¿y ese tono tan altanero?
-¿Qué? – fruncí el ceño espantado, el tono que ocupo no era para nada cortes.
-hace media hora intente entablar conversación contigo, pero ni bola me diste…- inflo sus mejillas indignada ¿Qué? Es que no entiendo, de la nada me entro el cuco y no supe que decir.
-no te oí, lo siento – solo eso atine a responderle, ella fijo su mirada hacia su celular lleno de adornos, entre sus manos llena de anillos y esas uñas plásticas llenas de brillo y exactamente ¡todo en ella era adorno!
-no importa…-murmuro textiando nuevamente, me le quede mirando y no dije nada.
A los segundos volvió a hablarme.
-¿Cómo te llamas? – esta vez note que su mirada se ablando un poco, lucia nerviosa.
-Suzuki Akira, me dicen Reita ¿y tu? –pregunta tonta, estaba escrito en la pizarra, pero no quise mirar, me hice el loco y no mire.
-Matsumoto Takanori, me dicen Ruki –note como sus ojos observaron hacia otro punto, sus pómulos se elevaron, como si intentara reír por algo.
-Ruki te diré entonces- solo eso pude decir, intentaba ocultar mi nerviosismo, pero al ver su cara me contagio.
-Reita, perdona por decirte iguana ¿es por eso que no me contestaste? No quería ofenderte, yo no se como tratar al resto, en mi antigua…- y hablo y hablo y hablo, yo no entendí absolutamente nada, me ponía nervioso su presencia, había algo que no dejaba que yo despegara mi mirada de sus adornos, de sus uñas llenas de adornos, de sus pulseras, de sus collares, de sus aros, de su maquillaje, sus lentes de contacto, sus plásticas pestañas largas, su cabello largo, rizado y teñido, eran tan, tan falsa, todo en ella era tan falso ¿como seria sin todo eso encima? Una mujer demasiado fea supongo, y cuando termino de hablar, yo termine de pensar.
-si, te entiendo, es difícil, pero no fue eso por lo que no te respondí, el maestro estaba mirando, solo eso – le eche una ultima mirada, ella asintió y volvió a textiar, su celular estaba en silencio, porque percibí como casi salto de la silla cuando comenzó a vibrar entre esas manos.
Al rato me volvió a pescar.
-¿Tienes mas amigos en el curso?
-si, uno, Uruha, se sentaba allí – le apunte con el dedo a donde estaba, de inmediato su cara se torno roja, me pareció linda en ese momento, pero no quitaba el echo de verse tan falsa.
-perdón, el maestro dijo, de saberlo me hubiera sentado allí –apunto hacia una mesa vacía, casi cerca de donde estábamos.
-no importa, esta bien, mañana el llegara y con lo alaraco que es puede que te eche de su lugar – lo imagine y me eche a reír mentalmente, la tipa en cuestión no me caía mal, me desagradaba el echo de ser tan prefabricada, solo eso, no era desagradable, hasta ahora no se le había salido lo tonta.
-haha si eso pasa tendré que abstenerme, a mi me pusieron en este lugar, aquí me quedare – sonrió, mi sonrisa se esfumo, no me parecía una buena idea, ese lugar seguía siendo de Uruha.
-perdóname, pero allí se sentaba mi amigo mas antes que tu – endurecí la voz cabreándome.
-ya ¿y? ahora no – sonrió gustosa, bufe y deje de hablarle, ahora si me cayo mal y no pienso hablarle, me desagrado completamente.
[ Mediodia, Hora exacta 12:56 a.m ]
Desde que le dije que no me movería me dejo de hablar, me ignoró y hace 1 hora Aka no me respondía el sms ¿Qué hare? Yo no quería quedar como engreída, no era mi intención, estaba jugando ¿coquetear? Eso dijo Aka que hiciera, lo hice y ahora él no me habla.
Ya, me doy por vencida, no mas, no le hablare en lo que quede del año, que piense lo que quiera, hay mas personas en el salón con quien hablar, lastima que nadie lo haga.
¿Me veo muy pesada?
Me quede unos minutos mirando mi móvil, y nada ¿y si le textiaba de nuevo? No, no puedo rendirme tan fácil, debo disculparme con el, eso hare.
Trague fuerzas y le llame en susurros.
-...oye… -le llame sin mirarle, bien bajito para que la maestra, ni nadie oyeran.
Nada, igual que la otra vez.
-...oye…oye… ¿me escuchas? – nada, esta vez nada.
Me harto que me ignorara, así que sonriendo le llame de una forma que sabia que me miraría.
-Iguana – le dije entre una sonrisa burlona, quería ver su cara avergonzada.
-¡deja de molestarme puta de mierda! - me quede sin palabras, sentí una vergüenza invadirme, ni siquiera me miro, solo se limito a gritarme, sentí las risas de los compañeros de adelante, la maestra no había escuchado al parecer porque no recibió ningún reto.
Volví mi mirada hacia mi móvil, mis ojos se humedecieron… y-yo no quería molestarlo… todo mal, este año empieza mal.
“¿y? ¿Ya te volvió a hablar? ( o o ? ) “
Aka me respondió, al leerlo unas lagrimas cayeron directo a la pantalla.
[ Tarde, Hora exacta 13:03 p.m ]
Estaba emputecido, tanto que fue lo primero que se me ocurrió decirle ¿Qué le pasaba? ¿Acaso yo le gustaba? ¿Tanto quería hablar conmigo?
Que se joda, no me interesa, ni siquiera me parece atractiva, es bastante fea.
Me quede atento a lo que la maestra enseñaba en la pizarra, anotando una que otra vez, algo me hizo mirarle y le vi sollozando disimuladamente, estaba llorando, trataba de ocultar su rostro entre sus cabellos pero yo sabia que estaba llorando porque el sonido lastimero era difícil de ignorar.
Vamos, solo le dije puta, nada mas, no es la gran cosa, la tipa sensible.
Al rato se levanto cabizbaja, guardo sus cosas torpemente en su bolso y sin mirar a nadie se dirigió a la maestra, ni mierda que le abra dicho, pero ella le dejo irse, y no volvió en lo que restó de clase.
[ Tarde, Hora exacta 17:03 p.m ]
Ya a la hora de salida, cuando me disponía a guardar mis cosas vi un lápiz portaminas rosado, lleno de brillo a un lado de mi pie, era de ella, y no había pensado en ese incidente -recalco, la mina en cuestión no me agrado- hasta que vi ese lápiz.
Pero ahora con la cabeza fría me sentí un poco mal, había llegado hoy, nadie, nadie se le acerco a hablarle y yo, el primer pendejo que lo hizo, le insulto cuando ella solo quería hablar y todo por un estúpido asiento.
Recogí el portaminas, lo guarde en mi bolsillo trasero y salí del salón con destino a mi casa, a comer algo frente al pc, a insultar a Uruha por Facebook y a jugar en la xbox.
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