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El décimo círculo por PokeGirl Uchiha

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Notas del capitulo:

Bueno heme aquí con un elegante retraso de unas horillas, pero nada que temer :) Los abrumo con todas mis letanías en las notas finales por ahora disfruten :D! Mientras yo estudio civil D: ...

Ethan miró a todos lados antes de entrar en la Hummer. Los halcones la habían dejado en el parqueo cerca del muelle desde el día anterior. Al parecer no era extraño que la gente dejara aparcados sus carros allí toda la noche. Arrancó y se puso en marcha hasta llegar a las afueras de la ciudad donde Morello y los otros le esperaban en el Bentley. Lupo fumaba y tenía una expresión despreocupada mientras veía el mar que bordeaba la carretera. Al ver la Hummer apagó el cigarro y fue directo al asiento del conductor, no sin decirle a Ethan que tuviera cuidado. Él y Lyosha se la estaban jugando más que nadie.

— ¿Llevas el arma?

Ethan asintió— Pero no volveré a matar a nadie…

— Lo sé, pero siempre puedes mutilar a alguien para escapar y eso no tiene nada de malo en nuestro mundo.

La expresión de Ethan se ensombreció un poco—Aún es solo tu mundo, Lupo. Yo no quiero pertenecer a él…

Lupo se limitó a entrar en la camioneta. Vio a su sobrino ir a reunirse con Dante y besarle, esperaba que en verdad él no perteneciera a éste. No podía evitar compararse con Ethan. Él tampoco había querido pertenecer a él, pero una vez que entras ya sea porque el destino así lo quiso o por mera casualidad no hay salida. Lupo tampoco quería que él perteneciera a ese lugar, sin embargo algo le decía que desde el momento en que Ethan conoció a los halcones se había condenado a pertenecer a él.

Alessandro aconsejaba a Ariel hasta tenerlo bastante mareado con tantas instrucciones— No mires nadie directo a los ojos, pero si ellos lo hacen sostenles la mirada, sino creerán que planeas algo— El pelirrojo asentía intentando lucir tranquilo, pero tantas indicaciones solo le ponían nervioso—. Si ves que es muy peligroso o pueden atraparte por sospechoso, no hagas nada, eres un asco mintiendo y nos puedes echar a todos de cabeza.

—Lo sé. Lo sé. Confía en mí. No voy a arruinarlo. Vamos a rescatar a Lamire. Tú eres el que deberías tener cuidado. ¿Seguro que podrás hacerlo?

Morello frunció el ceño al ver cuestionada sus capacidades físicas— Créeme, ricura, si juego bien mis cartas las cosas al final saldrán mejor de lo que espero— Una idea se le había ocurrido de la nada, pero  sabía que funcionaría y lo haría muy bien.

—De acuerdo, es solo que no soporto verte herido. ¿Seguro que estás bien? — Preguntó mirándole el brazo vendado, si bien podía moverlo  anoche lo había notado bastante incómodo. No tenía idea que tan profunda era la herida y le había dado pavor mirar.

—Sí— Miró a todos—. Ya saben su parte del plan. Cualquier contratiempo solo cuentan un margen de cuatro minutos como mucho para ponerse en marcha— Generalmente aquí era la parte donde decía que si algo salía mal el plan debía continuar, pero esta vez no. Los quería a todos vivos y no iba a dejar a nadie atrás—. Son las diez en punto. A las diez treinta necesito que ustedes se pongan en marcha el plan. Solo tienen media hora para sacar a Lamire de ese lugar— Lyosha era el que estaba más preocupado— ¿Estás seguro que puedes hacer esto?

—Si no lo hacemos no solo corre el riesgo de ir a la cárcel. Sabes las reglas de Mapelli, si atrapan a uno o se suicida o espera a que alguien vaya a matarlo para que no hable. No sabemos si ya lo sabe y ha mandado a alguien para que esté pendiente que no lo haga.

Alessandro  lo sabía, en parte era lo que más le preocupaba de toda la parte del plan. Por eso no quería mandar a Ariel a ese lugar. Su ricura tenía la habilidad de encontrar el peligro incluso en los lugares más seguros—Es hora que alguien le enseñe que nosotros podemos hacer nuestras propias reglas. A las once Lamire tendrá que estar con nosotros sí o sí.

Iba a subir a la Hummer cuando recordó a Dante— Tú no tienes que hacer esto. Eres el que más se va arriesgar si nos atrapan. Piensa primero en Tessa y Armand. Aquí todos te conocen.

Dante sonrió— Lo haré. No te preocupes. No van a atraparnos. Además me has dejado bien al margen de todo así que no hay problema— Además sentía que se lo debía a Lamire—. Nos veremos a las once.

Morello entró en la Hummer junto a Lupo quien no dijo nada durante todo el trayecto hasta que llegaron a dónde estaba el helicóptero —Aún no entiendo que hacemos aquí…

—Yo sí. Se supone que debían cargar las lanchas con la mitad de carga a cada uno, pero no fue así. Así que usaré parte del sobrante para lucrarme a mí mismo— Dijo con una sonrisa de lado. Lupo no comprendió nada—. Ya lo verás. Incluso tú saldrás beneficiado de todo esto. Ayúdame a cargar un poco de esto a la camioneta.

Una vez listos arrancaron— Supongo que aún no me dirás el resto del plan…

—Te lo diré cuando se me ocurra— Comentó con una sonrisa maliciosa. Lupo le miró como si se hubiera vuelto loco—. Es broma, cruza a la derecha. Tenemos que encontrarnos con Eddie en el muelle en cinco minutos.

Lupo aceleró. Cuando llegaron al muelle el lugar estaba bastante desolado. La mayoría de la pesca artesanal había sido prohibida a causa del incidente. Sin embargo los negocios estaban siempre abiertos en su mayoría.

—Aguarda aquí— Dijo Morello. Sin embargo notó la mirada molesta de Lupo—. Alguien tiene que quedarse viendo que no nos descubran con la mercancía— Sin más salió. Se ajustó su chaqueta. Siempre llevaba una extra para todas las misiones. A lo lejos vio a Eddie. Morello se puso sus lentes de sol antes de llegar a él. Se apoyó en la baranda y vio como unos pelicanos pasaban sobre ellos.

Eddie solo le dio unas palmaditas y tuvo que reprimir un gesto de dolor al sentir la mano del tipo en su brazo lastimado— Me alegra que hayas sobrevivido. Te dije que anduvieras con cuidado. Había demasiado rumores. Creí que esta no la contaban.

Morello sonrió de lado— Nosotros siempre la contamos, Eddie. No te preocupes.

—No todos. ¿Qué hay del que han capturado?

—Tranquilo. Tengo todo planeado. Solo necesito un poco de tu ayuda. ¿Aceptas? — Morello miró de reojo a Eddie. La pregunta siempre estaba demás, pero era mejor asegurarse que lo hacía por las buenas. Tal como se lo esperó aceptó—. ¿Aún tienes ese contacto con el guardia de la en la prisión de mujeres?

—Sí. Además la hermana de Pepe está allí. Ya sabes las piernas largas que siempre te quiso llevar a la cama.

Morello sonrió de lado al recordar a la tipa. Era bonita. Lo admitía. No era tan homosexual para no admitir que habías unas mujeres que estaban como querían— Pues dile a la bonita que me eche una mano con lo que necesito.

— ¿A ti? A ti te echa todo el cuerpo, Morello. ¿Qué tengo que hacer?

Alessandro miró primero a todos lados antes de sacar un sobre manila— Las indicaciones están allí y el contenido. Lamento que mi letra no sea tan perfecta como siempre, pero tenía prisa. ¿Cuánto te deberé?

—Nada. Considéralo un regalo. Si hubieras muerto ya no tendría una buena fuente de ingresos.

—Cabrón…

—Yo también estoy feliz de verte. Vete con cuidado, Morello, y esta vez va enserio.

Morello se encogió de hombros— Así es el oficio.

— ¿Los chicos hicieron un buen trabajo?

Morello solo asintió. La verdad si no hubiera sido por ellos no estaría contándola. Había encargado a los tres tipos que Eddie había conseguido talar gran parte de las palmeras del centro de la isla a manera que el helicóptero aterrizar y despegar sin problemas, de seguro los tipos lo debieron tachar de loco, pero no importaba estaban vivos así que era lo importante— Sí y tú también— Luego fue trabajo de Eddie llevarlo hasta ese lugar. No tenía idea como había hecho para regresar a la costa, pero el dinero que le había dado era el suficiente para que se hubiera puesto creativo.

—Me alegra que estés contento con el trabajo.

—Una última cosa. ¿Han terminado las reparaciones en la casa?

—Todo quedó tal como querías. Ayer hicieron los últimos detalles. Espero que quedes satisfecho.

—Mantenme así— Se limitó a hacer un gesto a despedida.

—Suerte en lo que vayas a hacer.

Morello solo caminó de vuelta a la Hummer. En el interior se lo agradecía porque al parecer iban a necesitarla. Ahora ya estaba librándose de más de un inconveniente. Subió a la Hummer— ¿Y ahora a dónde? — Morello le indicó el camino a su antigua casa. Casa, porque es lugar jamás había sido un hogar para él.

***

Ethan miró el reloj del Bentley. Estaba en el asiento del copiloto. Dante estaba a su lado. Atrás estaban Lyosha y Ariel. Tanto silencio le inquietaba. Cuando el reloj dio las diez treinta los ojos de todos se posaron en Ariel— Es la hora…

Ariel asintió bastante nervioso. Lyosha le pasó el dispositivo— ¿Seguro que Lamire ya iba a salir de la sala de operaciones? — Según el informante de Alessandro, que no sabía bien de dónde lo había conseguido, faltaba poco menos de una hora para que saliera. Eso había sido hace casi cuarenta y cinco minutos.

—Si no hay que esperar y advertir a Morello que no ponga en marcha la segunda fase.

Ariel asintió. Le sudaban las manos y tenía la boca reseca—De acuerdo…

Ethan se giró un poco para mirarle—Toma esto— Dijo antes que saliera y le entregó lo que a simple vista parecía una USB, pero Ariel empezaba a aprender que con Ethan las cosas no siempre eran lo que parecía—. Llévala contigo. Luego te digo que hacer. ¿Tienes el transmisor? — Ariel asintió— Cuando termines tu parte póntelo. Solo tienes diez minutos, recuérdalo. Suerte.

Ariel salió del auto. El resplandor del sol lo dejó ciego unos segundos. Miró alrededor antes de dirigirse al enorme hospital. Un escalofrío lo recorrió al entrar a él. Jamás iba a poder soportar estar en un hospital. Miró a todos lados. Y tragó hondo al notar como el lugar estaba lleno de policías, al parecer esperando noticias de sus compañeros o esperando poder verlos. Ariel pasó de largo por todo el vestíbulo. Dante y Alessandro le habían dado una breve pero muy acertada descripción del lugar. No quería saber cómo lo conocían tan bien, pero era de esperarse al haber crecido en esa ciudad.

Ariel paseaba por los solitarios pasillos, más de una vez se encontró con un policía saliendo de una de las habitaciones, echaba un vistazo rápido antes que la puerta se cerrase. La gente no lo miraba sospechoso, solo un chico más con curiosidad. Esa había sido la principal razón por la que lo habían mandado a él. Nadie creería  que alguien con una apareciera tan angelical estuviera conspirando algún plan maquiavélico. Así que por primera vez agradecía lucir como un niño bueno.

Los minutos avanzaba y no encontraba a Lamire. Empezaba a ponerse nervioso cuando notó que en el pasillo iba pasando un grupo de médicos. Solo fue un segundo, pero la conversación le indicó que era a quien buscaba. Ariel los vio subir al elevador, en un tonto impulso salió corriendo detrás de ellos, pero las puertas se cerraron antes que recorriera siquiera la mitad del pasillo. Estaba vivo. El principal temor de todos había sido disipado. Aún estaba vivo— Resiste Lamire…—susurró vio como el elevador se detenía en el tercer nivel. Ariel subió las escaleras corriendo, no estaba en condiciones de estar esperando pacientemente. El tiempo se les acababa. Cuando llegó al último nivel vio como lo estaban entrando a una de las habitaciones privadas de la unidad de cuidados intensivos. Ariel corrió para instalar el dispositivo justo en la puerta de Lamire. Miró a todos lados antes de ponerlo en la puerta. Temblaba nervioso al notar como no cambiaba de color, fue cuando recordó que tenía que apretar el botón del centro para activarlo. Lo hizo justo en el momento en que la puerta se abrió y los médicos salían de esta.

— ¿Qué está haciendo aquí? Esta ala está restringida por el momento, jovencito.

Ariel intentó seguir todos los consejos que Alessandro le había dicho hacía unos minutos— Lo siento, no sabía. Yo buscaba a alguien…—Si de por sí ya estaba nervioso cuando vio que un grupo de policías se dirigía a dónde estaba no le hizo sentir más relajado.

— ¿Qué sucede? — Preguntó uno de los policías.

—Encontramos a este jovencito merodeando en esta ala.

Ariel hizo todo su aplomo para que por una vez no fuera un asco mintiendo— Yo solo estaba buscando a alguien…

— ¿Quién? ¿Podrías darnos su nombre? — Cuestionó el policía ya moviendo sus esposas.

Ariel intentó en esos momentos no pensar en que terminaría en la cárcel o en que si no hacía algo rápido no iba a ver crecer a sus hermanos y Alessandro tendría que ir a visitarle a la cárcel— John…—Dijo no muy seguro al principio, pero luego recordó algo importante que Ethan le había mencionado—. John Erbil…—Los policías se miraron atónitos unos a otros y luego palidecieron un poco. Ariel quien había dicho un nombre al azar ahora se arrepentía de haberlo dicho— ¿Qué pasa? Él está bien ¿verdad?

—Chico, Erbil no está en esta ala…

Ariel apenas y había cruzado palabra con el tipo, pero jamás le desearía mal y su preocupación por él fue genuina—N-no está muerto ¿verdad?

—Deberías ir al vestíbulo a pedir información— Sugirió uno de los policías.

Ariel solo asintió atónito. No le gustó nada el tono que habían empleado. Cuando las puertas del ascensor se cerraron frente a él. Aún notó la mirada lastimosa de los policías sobre él. Si había despertado sospechas estaba seguro que ahora no habría ninguna. Ariel se apoyó contra la pared del elevador. ¿Estaría realmente John Erbil muerto? No era que tuviera el gran vínculo con él, pero el pensar que una persona que al menos le era conocida podría estar muerta le hacía generar un vacío en el estómago.

También pensó en Clarissa. La mujer era una arpía y él por muy bueno que fuera no era ciego en ver lo evidente, sin embargo si Erbil estaba muerto no pudo evitar sentir una pisca de compasión hacia ella, es decir, si en verdad amaba al tipo iba a ser un golpe muy duro para ella. No le deseaba ni a su peor enemigo perder a la persona más importante para él o ella.

Ariel se puso el transmisor— ¿Ethan? — Susurró cerrando los ojos.

—Lo has conseguido, pero todos habíamos olvidado un detalle importante.

Ariel abrió los ojos de golpe— ¿Eh? ¿Qué pasa?

—Hay cámaras grabando por todos lados— Ariel se alarmó ante esa idea—. ¿Tienes lo que te di?

—Sí…

—Perfecto. Tienes que entrar a la sala de seguridad. Allí buscas un dispositivo para conectarla.

— ¿Qué va a hacer?

—Absorbe toda la información de las cámaras y las desactiva automáticamente a todas ellas.

— ¿Hay alguien en la sala?

—No. Tienes el camino libre. Al haber tantos policías allí se están confiando. Dirígete a tu derecha.

Ariel fue guiado por Ethan por los numerosos pasillos. Ahora que sabía que no quedarían pruebas de su intrusión no le importaba moverse con un poco más de obviedad. Cuando llegó a la sala tardó un poco más de tres minutos en encontrar un lugar donde conectarlo. Apenas lo hizo, todas las pantallas se volvieron grises.

—Creo que ya está. Las cámaras no muestran nada.

—Perfecto. Sal de allí rápido. Dos personas creo que se dirigen a donde estas.

No tuvo que decírselo dos veces, se apresuró a salir de allí. Cuando lo hizo solo alcanzó a notar como Lyosha e Ethan cruzaban la calle para entrar al hospital. Ariel entró en el Bentley en el asiento del copiloto. Dante estaba analizando el holograma del hospital y tenía puesto un intercomunicador, listo para guiar a  Lyosha— ¿Tuviste algún problema para entrar? —Ariel negó simplemente con la cabeza mientras cercioraba el suyo propio  para guiar a Ethan—Ariel ¿estás bien?

—Creo que le pasó algo malo a John Erbil…

***

Ethan con Lyosha se detuvieron antes de entrar al hospital— Ya sabes dónde está— Ethan asintió—. Busca la manera de entrar por el sistema de ventilación o por otra parte. Así si me atrapan tu podrás seguir con el plan.

—No van a atraparte. No van a atrapar a nadie— Le aseguró.

— No deberías estar haciendo esto…

Ethan sonrió a su pesar— Todos tenemos derecho a luchar por estar con el amor de nuestra vida. Personas como Lamire no se encuentran todos los días, así que vamos por él.

Lyosha sonrió avergonzado a su pesar. No estaba acostumbrado a pensar en alguien como el “amor de su vida”, sin embargo al pensar que se trataba de Lamire el epíteto no era tan malo.

Ambos entraron al hospital. Ethan fue por la izquierda y Lyosha por la derecha. Caminó directo a dónde estaba la recepción. En un simple descuido de la persona que estaba en ese lugar le sirvió para tomar la lista de residentes que empezaban ese día a trabajar en el hospital. Morello había llamado a uno de sus contactos que tenía en el hospital y en poco tiempo le habían dado la lista. Lyosha no pudo evitar pensar que si aún trabajaran en esa ciudad todo sería más fácil. Morello la controlaba como si fuera un titiritero. Su vista pasó por la lista y encontró un sujeto que no entraría hasta las once y treinta. Perfecto. Lyosha empezó a caminar entre los pasillos concurridos con personas. Miraba un poco desorientado el hospital cuando se sobresaltó al escuchar la voz de Dante por medio del auricular indicándole que lo que buscaba estaba a dos puertas a la izquierda y que en esos momentos  no había nadie en ella.

Se deslizó hasta la habitación y lo primero que fue buscar el casillero del tipo que entraría hasta las once y treinta. Se puso la gabacha blanca. Y se miró unos segundos en el espejo. Era extraño, volver a estar en un lugar así. No le hacía nada ninguna gracia estar en un hospital y pretender que trabajaba allí, porque solo le hacía recordar ese día.

Un escalofrío le invadió antes de repetirse así mismo que lo hacía por Lamire. Salió de la habitación intentando dirigirse a la habitación donde estaba Lamire. Dante le iba guiando justo cuando le advirtió que dos personas se acercaban a él. Lyosha intentó mantener la calma. Era una señora con un niño de unos tres años— Gracias a Dios. Llevamos horas intentando que alguien atienda a mi hijo, pero todos los doctores están atendiendo a los oficiales de policía. ¿Podría ayudarme?

Lyosha le miró confundido unos segundos, pero luego recordó que era “un doctor”.  El español miró el reloj, aún tenía tiempo si se apuraba. Vio al pequeño que lloraba, al parecer era una fractura—Yo este…

—Por favor, doctor.

Lyosha vio a la mujer y le recordó a su propia madre. Suspiró un poco antes de asentir—Síganme.

***

Ethan caminaba entre la multitud de personas que estaban amontonadas en la sala de espera. Al parecer el jefe del hospital daría pronto una conferencia de prensa ya que, en medio de todos los policías con expresiones agotadas, también veía a un buen grupo de periodistas; fotógrafos y camarógrafos.

Eso no pintaba nada bien. Aceleró el paso, tanto que el aviso de Ariel que había dos personas en el pasillo llegó tarde. Ethan se detuvo en seco al ver a la mujer que lloraba y asentía desesperadamente, decía unas palabras incomprensibles al doctor que solo se limitó a decirle una serie de palabras en voz baja que no lograron tranquilizar a la mujer, pero el hombre ya había cumplido con su trabajo  así que se dirigió al lado contrario del pasillo.

La mujer intentó limpiar las lágrimas que habían corrido su maquillaje, cuando se volteó  miró directo a— Ethan…—Susurró antes de correr y abrazarlo con fuerza—. Ethan, has venido. Has venido. Oh Dios, le dije a John que no participara en esa misión, que era peligroso y no me hizo caso. Ahora él…—Su voz se quebró y siguió sollozando.

Ethan quien en ningún momento había correspondido el abrazo se limitó a tomarla de los hombros y separó a su madre de él. Clarissa le miró sorprendida— Tú no has venido por John…—La mirada vacía que le dedicaba su hijo le hizo comprender todo—. ¡No! — Gritó con fuerza, pero Ethan fue más rápido y le tapó la boca ahogando el grito.

Clarissa se removió en los brazos de Ethan quien miró a todos lados antes de entrarla a una pequeña puerta que estaba a su lado. Era un almacén de medicamentos. Clarissa forcejeó hasta que se vio liberada por su hijo— ¡Estás de parte de ellos! ¡Vienen a rescatar al tipo que le hizo esto a John! —  Ethan no se movía, estaba como ausente mirando a la mujer que alguna vez amó, pero ahora no sentía nada por ella—. No voy a dejar que lo hagan. No voy a dejar que salga libre. Voy a avisarle a la policía y…—Calló al notar como Ethan sacaba de su sudadera un arma y la apuntaba con esta.

Su voz fue suave, pero lo suficientemente intimidante para hacerle ponerle los pelos de punta a la mujer—No, Clarissa. No vas a decir nada porque yo no voy a permitirlo…

—No te atreverías…

—Lo haré, sino me dejas otro remedio—Le aseguró alzando una ceja a manera de desafío—. No me provoques. Ya lo has hecho durante muchos años y la paciencia que te tenía se me ha agotado. Créeme cuando te digo que me importa bien poco el saber si estás viva o muerta.

—Ethan…Ethan cálmate…no vayas a hacer ninguna locura —La voz de Ariel resonó en su cabeza por el auricular, pero Ethan no lo escuchaba.

Clarissa se pegó más a uno de los estantes al notar como el seguro del arma era quitado—Eres un mounstro…

Ethan sonrió de lado mirando con asco a la mujer que temblaba e intentaba controlar sus sollozos— ¿Estás orgulloso de mí ahora? Soy el  mounstro que siempre quisiste que fuera. Yo solo cumplí tus deseos.

—No te atreverías a matar a tu propia madre…

Empezó a juguetear con la pistola, la tanteaba. Río de una manera que hasta Ariel, del otro lado del intercomunicador, le hizo empezar a sudar frío— ¿Madre? Yo no tengo una madre. Yo no tengo un padre. Yo no tengo familia. Tú misma me lo pediste y yo te lo concedí. Tú ya no tienes un hijo, por lo tanto lo que cometeré será un simple homicidio de una persona que en primer lugar no debió existir.

En medio del silencio solo le llegó la voz quebrada de Ariel— Ethan, Ethan te lo suplico no lo hagas, te vas a arrepentir toda la vida. Sé que se lo merece pero no lo hagas. Tú no eres así.

Ethan se quitó el aparato y lo guardó en su bolsillo ante la mirada atenta de Clarissa— No tienes idea de lo que me alegra verte así ahora. Tantos años yo estuve en tu misma posición y es bueno ver que los papeles ahora se invierten— Sentía rabia, rencor, desprecio por esa mujer. Todo lo negativo se estaba acumulando en él.

—Siempre supe que eras una maldición…

— ¡¿Entonces por qué me dejaste con vida?! — Gritó furioso—. ¡¿Por qué me tuviste si no me querías?! Una mujer como tú no tiene escrúpulos. ¡¿Por qué no simplemente me abortaste y me ahorraste vivir en este infierno?!

Clarissa de encogió del miedo—No podía. Él no me dejó. Me dijo que me mataría si lo hacía dijo que tú eras la clave para que él lo tuviera todo…

— ¿Quién? —Exigió saber.

—Mapelli…

Los ojos azules siempre claros ahora se habían vuelto de un azul metálico, perturbadores, aterradores. Clarissa no pudo seguir mirándolo— ¿Te da miedo en lo que me convertiste? — Preguntó con ese tono de voz que parecía que hubiera perdido todo lo humano en él—. Debiste haberme matado cuando pudiste. Debiste saber que si Mapelli no lo hacía yo lo haría en su momento, después de todo soy su hijo y nada bueno hay en mí. Estoy podrido desde la raíz. Clarissa Lenz. Y si para cumplir esta misión tengo que matarte no voy a dudar en hacerlo…

La mujer parecía como si hubiera dejado de respirar, solo miraba aterrada el arma que seguía firme en la mano de su hijo—Siempre supe que volverías a matar por eso intenté meterte a la cárcel dónde no pudieras herir a otros…

Ethan frunció el ceño— Que alma tan altruista tienes. Me había prometido no volver a matar a nadie, pero supongo que contigo puedo hacer una excepción— Su otra mano buscó la daga de su padre al escuchar unos pasos apresurados en el pasillo. La puerta se abrió en esos momentos e Ethan solo giró sin darle la espalda a ninguno de los dos, sin embargo no se esperó ver a Dante allí. Pálido, exhausto de haber corrido del Bentley hasta allí.

—Ethan suelta el arma—Susurró aterrado al ver lo que se proponía—. Suéltala— Pidió pero no cedía, la mano seguía extendida apuntando a Clarissa con el arma, pero la que lo había estado apuntando  a él con la daga empezó a descender con lentitud.

 Clarissa que no cesaba de llorar— ¿Vienes a ver como esta mujer recibe su merecido?

—No. Vengo a evitar que hagas una locura—Dante sin apartar la vista de esos ojos azules empezó a caminar hasta él—. Todo está bien, lindura, tranquilízate.

—No es cierto. Tengo que hacerlo, Dante.

Dante no interrumpió sus pasos— No. No tienes. No eres tú, Ethan. Este no es el verdadero tú. El verdadero Ethan fue el que llegó la primera vez a mi restaurante dispuesto a hacer todo para ayudar a sus amigos, el que sonreía no solo con su boca sino también con sus ojos. Ese eres tú…

Pareció como si las palabras de Dante removieron algo en Ethan que hizo que su expresión fría se volviera vacilante— Este no eres tú. He visto la bondad que hay en ti y por eso sé que este no eres tú.

La expresión de Ethan mostró el dolor que estaba cargando hace años y las lágrimas se aglutinaron en sus ojos—No. Tú no lo entiendes. Nunca seré así. Este, el que estás viendo, soy yo…

—Déjame demostrarte lo contrario—Pidió Dante—. Déjame demostrarte que puedes tener una vida normal. Si estas personas arruinaron tu pasado—Dijo mirando con asco a la Clarissa—. No dejes que arruinen tu futuro. Tú puedes ser lo que tú quieras, puedes tener a quien quieras…

La mano que sostenía el arma tembló—Te quiero a ti…

Dante bajó su mirada intentando esconder la pequeña sonrisa de ilusión que le hizo escuchar eso, pero luego pensó que Ethan merecía saber lo feliz que lo hacía escucharlo hablar de esa maneras— Entonces me tendrás. Todo de mí. Tómalo y construyamos ese futuro que te mereces—Ya no había distancia entre ellos. Dante lo rodeó con sus brazos. Posó con suavidad su mano sobre el brazo de Ethan que aún estaba alzado—. Baja el arma, Ethan— Le susurró al oído—. No mates todo lo hermoso que hay en ti por alguien que no lo merece.

—Si no lo hago va a delatarnos…

Dante miró a Clarissa que aún temblaba, pero ahora también miraba con asco la escena. Le miró furioso— No lo hará. Te lo aseguro— Su mano terminó de bajar el brazo y buscó quitarle el arma. Ethan la soltó y abrazó a Dante con fuerza—Váyase no vuelva a aparecer en la vida de Ethan porque le aseguro que se las verá conmigo. Tampoco diga nada porque  será lo último que diga en su vida—  La mujer asintió y salió a paso tambaleante del lugar. Ethan empezó a llorar al escuchar los tacones replicar contra el piso.

—Soy un mounstro…

—No, eres un ángel—Susurró Dante mientras acariciaba sus cabellos—. Eres mi ángel. Tranquilo. Todo está bien. Hay que salir de aquí— le pidió. Había sido una pésima idea envolver a Ethan en todo esto.

—No, hay que salvar a Lamire…

—Lyosha podrá él solo…

—No. No podrá. Necesita que lo respalde.

—Ethan tú no estás bien— Le alzó el rostro y no pudo evitar sentir alivio de poder reconocer a la persona que amaba en la mirada. Ya no tenía esa mirada que le hizo estremecerse—. Hay que irnos…

Se limpió las lágrimas y respiró hondo—Tengo que hacerlo, Dante, estaré bien. Ya estoy bien. Confía en mí—  No era que Dante no confiara en él, pero empezaba a creer que había otra persona habitando en el cuerpo de Ethan y era en esa que no podía confiar—. El tiempo se nos acaba, confía en mí. Todo va a salir bien…

—Ethan…

—Sé que después de lo que acabas de ver te pido demasiado, pero confía en mí. Tengo que hacerlo—Sus ojos mostraban determinación a pesar de haber estado hace unos segundos en un estado de máxima vulnerabilidad.

Dante besó su frente—Ten cuidado…—Miró el arma y luego a Ethan vacilante.

—No. Quédatela tú, fue mala idea haberla traído. Te veo luego—Se apresuró a volver a ponerse el intercomunicador y a intentar recuperar todo el tiempo perdido.

***

Lupo miró el reloj. Estaban retrasado más de cinco minutos con el plan— Algo no va bien…

Morello miraba por la ventana la calle que estaba frente a ellos. Tenía la mirada perdida en el cielo. La voz de Lupo exasperada lo hizo salir de sus cavilaciones— Todo estará bien. Si algo fuera mal ya nos hubiéramos enterado.

—Tú estás tranquilo porque no es ese enclenque que corre más riesgos de ser atrapado.

Morello le ignoró, pasó su mirada hacia el cargamento de coca que había llevado a su casa. Tal como había pensado había tenido que regalar unos cuantos gramos a los de su antiguo barrio a cambio de un favor.

Su teléfono empezó a vibrar y paró antes de contestar. Era la señal. Había que hacer la llamada. Miró a través de la calle dónde varios hombres estaban atentos a sus instrucciones y asintió. Vio a uno marcar un número telefónico antes de llevarse el móvil al oído— Te dije que todo va bien. Prepárate. Pronto viene nuestro turno.

***

Lyosha miró orgulloso su trabajo. Al final si había sido una fractura. No porque hubiera esperado a la radiografía, sino que recordó que varios de sus compañeros se habían fracturado el brazo tenían las mismas características. Cuando trabajas en un medio tan hostil no tienes tiempo para hacer radiografías y cosas por el estilo. El pequeño le abrazo y le dio las gracias, la madre hizo lo propio— No es nada, de verdad.

—No en verdad se lo agradecemos. Sabemos lo atareados que están. Una vez más muchas gracias.

El niño solo se despidió con su mano sana con una sonrisa. Lyosha los vio salir del hospital y sintió una extraña satisfacción que no sentía hacía años por un trabajo bien hecho. No era que no se enorgulleciera de lo que hacía salvado vidas con los halcones, pero esta satisfacción de curar a un completo desconocido era más gratificante y pura.

Cuando notó el reloj supo que se había retrasado más de la cuenta y ahora tenía que volar para recuperar el tiempo perdido. Apretó el auricular contra su oreja— ¿Dante?

—Es Ariel. Van retrasados.

—Lo sé. ¿Dónde está Dante?

—Aquí estoy, Lyosha— Dante había entrado al Bentley en ese momento y retomado el puesto que había dejado. Ariel le miro preocupado, pero le indicó que por el momento no deberían preocuparse de eso—. Ethan está ya en la tercera planta. Hay  cinco personas. Dos en la entrada y tres adentro de la habitación. Nadie había entrado hasta el momento así que deben estar intentando hacerle el reconocimiento y tomándole fotografías. No deben dejar que salgan con ellas.

—Decirlo es más fácil que hacerlo— Susurró Lyosha mientras se dirigía al elevador—. Avísame si hay movimientos— Sacó dos jeringas e introdujo el aguja en uno de los frasquitos. Buscando algo para tratar a su pequeño paciente había encontrado algo muy curioso: Un sedante muy fuerte de los que les inyectan a los pacientes que necesitan atención psiquiátrica. Al menos tenía lo suficiente para noquear a dos. Las puertas se abrieron. Y Dante empezó a guiarle. Llegó a la esquina y se asomó. Notó a los dos policías haciendo guardia mientras caminaban de un lado a otro— ¿Dónde está Ethan? Así nunca podré llegar a la puerta.

—Según lo que esto indica está encima de ti…

Lyosha no comprendió en un primer momento y volvió a asomarse por el pasillo cuando Dante le informó que se le había adelantado. Los policías caminaban de un lado a otro en direcciones contrarias, dándose la espalda. Fue en ese momento en que lo notó, uno de los cuadros del encielado estaba siendo removido, la mirada de Ethan se paseó por el pasillo analizando el panorama, como era de esperarse no tardó en fijarse en la posición de Lyosha. Ambos asintieron planeando su improvisada y silenciosa táctica e Ethan desapareció un segundo antes de ver como sus pies empezaban a colgar del cielo. Ethan se mantuvo firmemente sujeto del borde del encielado que había dejado abierto solo con sus manos. Miró sobre su hombro y haciendo uso de todas sus fuerzas dejó todo su cuerpo suspendido en horizontal hasta el momento en que uno de los policías pasaba justo debajo de él, el otro estaba de espaldas, así que dejó que sus piernas cayeran alrededor de su cuello para luego hacer fuerza con sus brazos y elevar el cuerpo del sujeto. El hombre no podía gritar, pero forcejaba con fuerza. Ethan reprimió un gemido de dolor y apretó sus piernas alrededor del cuello un poco más, a manera de asfixiarle lo suficiente para dejarlo inconsciente, cuando sintió que no forcejaba lo dejó caer al suelo. El cuerpo de desplomó con fuerza y él se dejó caer también.

Cuando alzó la mirada solo vio como Lyosha tenía al otro policía bien sujeto cubriéndole los ojos y le clavaba una jeringa directo en la yugular de una manera silenciosa pero mortífera. El cuerpo no tardó en caer inconsciente.

Lyosha se apresuró a arrastrar al tipo hasta donde estaba Ethan, sin decirle nada le pasó unos guantes de huele para que se los pusiera y no dejaran marcas. Ambos arrastraron los cuerpos de los policías hasta dejarlos en un pequeño armario que Ariel les indicó que había cerca de allí. Le echaron seguro para evitar inconvenientes. Ambos se miraron con una pequeña sonrisa de un trabajo bien hecho.

La voz de Ariel sonó en su auricular—Ethan, uno de los hombres está saliendo del lugar. Tienes que ver que no sea un policía— Ethan salió corriendo por el otro pasillo, tuvo que rodear medio edificio, pero alcanzó a ver como en efecto era un policía el que iba entrando al elevador. Se precipitó gradas abajo.

— ¿Hay alguien esperando el elevador de la segunda planta? — Preguntó con voz ajetreada.

—No. Tampoco hay nadie cerca, tienes el camino libre. Ten cuidado.

Saltó las últimas cinco gradas y logró llegar a tiempo para presionar el elevador, la puerta se abrió de inmediato e Ethan no dejó siquiera que el policía lo viera cuando ya se había abalanzado dispuesto a noquearlo.

***

Morello vio la ambulancia dirigirse a una de las casas vecinas que convenientemente estaba desocupada. Los camilleros no tardaron en bajarse, pero nunca salieron. Miró a Lupo quien ya se había puesto su pasamontañas y él solo se bajó el suyo fueron directo por el conductor de la ambulancia. No querían problemas con los hombres, así que se limitaron a noquear al conductor y echarlo con el resto a la casa, donde sus “adorados” vecinos se encargarían de ver que no despertaran hasta que devolvieran a ese lugar la ambulancia. Lupo subió del lado del conductor y Morello subió del otro. Se quitaron los pasamontañas— Estás loco, Morello, mira que robar una ambulancia…

—La devolveremos antes que se den cuenta de lo que pasa— Dijo con una sonrisa de lado mientras ponía en marcha la sirena. Se limitó a dejarle una llamada perdida a Ariel para informarle que todo iba a acorde al plan.

***

Ariel recibió la llamada— Ethan, Alessandro va en camino. Tienen como máximo diez minutos.

Ethan se limitó a escuchar mientras intentaba limpiar el hilito de sangre que estaba cruzando por su rostro. No esperó que el tipo tuviera tan buenos reflejos, le había atinado a pegar en la cabeza con fuerza con la culata del arma que este portaba. Por un segundo todo se había vuelto negro, pero había logrado evitar que el tipo lo viera bien antes de noquearlo— ¿Dónde guardo a este, Ari?

—Hay una habitación sola a dos habitaciones después de la de Lamire.

Ethan se apresuró a cargarlo intentando no llenarlo con su sangre. Lo llevó hasta el lugar que le había indicado. Examinó que no hubiera dejado nada que pudiera delatarlo. No había ni una gota de sangre. Eso era bueno. Miró el pasillo y tampoco vio nada— ¿Dónde está Lyosha?

—Sobre los dos policías que quedan. Aguarda que los noquee.

Ethan no tuvo más remedio ya que el pedazo de cielo falso había vuelto a su respectivo lugar— ¿Seguro que no viene nadie?

—No, tranquilo. Todos están en el primer nivel conglomerados.

Ethan pensó que lo más probable era que la conferencia de prensa hubiera empezado. Miró la cámara que había logrado quitarle al tipo. Ahora ya no tenían manera de rastrear a Lamire también palpó que estuviera en su bolsillo los tubitos transparentes que contenían una  muestra de saliva y cabello que había tomado para hacerle el ADN. La puerta se abrió, Lyosha lejos de lucir feliz por haber logrado entrar hasta allí tenía un aspecto sombrío— Estás herido…

El azabache simplemente negó— No es nada. Solo un golpe nada más. Estoy bien. ¿Qué pasa? — Entró detrás del español y cerró la puerta. Tenían que esperar la señal antes de salir.

—Es Lamire…

Ethan dirigió la mirada hacia dónde estaba el halcón por primera vez desde que habían entrado al lugar y deseó no haberlo hecho. Ese no era el Lamire que había conocido. Tenía una pierna enyesada al igual que un brazo. Tenía vendada  toda la frente y su rostro, no era el que recordaba, completamente estaba inflando a tal punto que no lo reconocía. Si no hubiera sido por un pequeño y muy discreto lunar en su cuello hubiera dicho que ese no era él— Se pondrá bien. Volverá a hacer el mismo…

Lyosha negó y apartó la mirada de allí— No. No volverá a ser el mismo— Apretó con fuerza los papeles que tenía en su mano—. No será el mismo. No lo entiendes…

—Ethan, Alessandro está a unas calles de allí. Tienen que salir ya …

— Hay que irnos—Lyosha no se movía—. Lyosha. Hay que salir de aquí— Dijo intentando saber que tenía que desconectar y qué no.

—Si lo movemos hay gran posibilidad que muera…

Ethan se detuvo en el acto al escuchar eso— Entonces que hacemos—Lyosha se llevó las manos a la cabeza, pero no era capaz de pensar en algo aparte que era su culpa. Él le había hecho esto a Lamire— ¡Lyosha! ¡¿Qué demonios hacemos?!

—No lo sé.

La voz de Ariel indicándole que el tiempo se les acababa no ayudaba mucho— Piensa, piensa. ¡Eres Lyosha! Tú siempre sabes que hacer. No importando las situaciones. Tú siempre lo has superado todo y con una sonrisa— Ethan le miró preocupado—. No me digas que todo lo que me enseñaste eran solo palabras. Lamire te necesita ahora más que nunca. Sé que si estuviera consciente no dudaría poner su vida en tus manos. Nadie nunca ha dudado en poner su vida en tus manos. Él necesita de ti así que has algo, lo que sea— Lyosha miró hacia la cama donde estaba el coreano.

— ¿Y si fallo y por mi culpa muere?

Ethan apretó su mandíbula con fuerza— Entonces estarás en paz contigo mismo—le aseguró. Lyosha le miró sin comprender—. Cuando creíste que había muerto te reprochabas que había sido tu culpa y que no habías hecho nada para salvarlo ¿o me equivoco? — El español negó—. Entonces ahora tienes la oportunidad de hacerlo, de luchar por él, de hacer todo lo que esté en tus manos y así no podrás reprocharte nada. Así que piensa, Lyosha, piensa y dime qué hacer para ayudarte que el tiempo se nos acaba.

Lyosha miró todo el equipo— No podríamos. No hay tiempo…

—Dime qué hacer— Le pidió Ethan—. Cree. Tú siempre has creído que todo es posible, así que hazlo ahora.

Lyosha asintió— Lamire puede estar sin ellas un máximo de quince minutos. Hay que llevarnos al menos tres de estas maquinas, pero es imposible que salgamos con ellas sin ser vistas. Y…

—Dime cuales son yo me encargaré de ellas— Lyosha le señaló rápidamente cuales son e Ethan asintió. Apretó su auricular para poder hablar—Ariel, necesito que lleven el Bentley al callejón que da con el hospital en dos minutos—Miró a Lyosha que empezaba a desconectar una —. ¿Hay alguien en las plantas debajo de nosotros?

—No toda esa ala está vacía al menos de las habitaciones. ¿Qué vas a hacer?

Ethan miró su cinturón negro. Y luego a Lyosha— No nos has enseñado todos los juguetitos de espía que traías ¿verdad? — Se limitó a encogerse de hombro y a tomar una de las máquinas y a dirigirse a la ventana, pero esta no tenía dónde abrirse— Joder. ¿Alguna idea? — Antes que pudiera voltear Lyosha ya había tomado una de las sillas y la lanzó con todas sus fuerzas contra el cristal que se hizo añicos. Ethan apenas tuvo tiempo de cubrirse el rostro— Que fineza— El español solo sonrió de manera un tanto traviesa—. Enseguida subo— Apretó un botón del cinturón que salió disparado hasta una de las paredes donde la perforó para incrustarse a ella. Ethan dejó caer un poco de su peso.

— ¿Has probado eso alguna vez?

—No, pero espero que los experimentos del señor Shiheflit sigan siendo igual de buenos— Tomó el aparato que pesaba más de lo que había planeado antes de saltar de la ventana. Cerró sus ojos con fuerza al sentir que se tensaba el cable. Su cintura fue apretada dolorosamente y su brazo se golpeó con fuerza contra uno de los cristales que por fortuna no se quebró. Sin embargo lo que llevaba en las manos se le escapó de las manos y cayó los que los separaba del suelo. Ethan maldijo por lo bajo y apretó el botón de su cinturón cuando tocó suelo. Se apresuró a inspeccionarlo, pero creía que estaba aún en buenas condiciones. Por fortuna el aparato tenía ruedas abajo, así se le sería más fácil. Miró a todas partes antes de echarse a correr con el equipo que estaban robando del hospital—. Ariel, sal del auto y entra al callejón— Pidió mientras corría a través de la estrecha calle. El tiempo se les agotaba. Vio a su amigo bajando del Bentley. Dejo que este rodara hasta el pelirrojo— Déjalo en el Bentley hay más— Fue todo lo que dijo antes de volver al lugar, tuvo que subir la calle y repetir el proceso.

Lyosha ya había desconectado por completo a Lamire de las máquinas. Su mirada no se había apartado de él por temor que eso fuera su perdición, pero nada pasó. La voz de Dante le avisó que era hora de ir hasta la salida más próxima ya o ya. Se apresuró a correr hasta el elevador y apretó la planta de abajo— ¿Dante seguro que está todo en orden? — El corazón le latía con fuerza.

—Sí. Date prisa. Morello va a dónde acordaron—Cuando las puertas se cerraron del elevador intentó tranquilizarse— ¿Ethan ha llevado todo el equipo? — Preguntó.

—Sí. Ya ha sacado el último no te…Mierda, mierda…

— ¿Dante que pasa?

—Bájate en el segundo nivel hay tres personas que se dirigen al elevador— Lyosha apretó el segundo nivel justo a tiempo—. Ve al lado izquierdo. Los tipos van al tercer piso.

— ¿Qué vamos a hacer? Sabrán que Lamire no está.

—Ethan va a ayudarte ahora mismo. Está subiendo las escaleras. Quédate dónde estás.

Ethan subió los peldaños de a dos. Lucía exhausto, apenas hace unos días había salido del hospital. Lyosha temió por su salud— Hay que bajarlo por las escaleras. No hay otra manera entre ambos podemos hacerlo— Asintieron y alzaron la camilla. Lamire sentía que pensaba más que nunca.

La voz de Ariel y Dante les indicó que se dieran prisa, los policías estaban subiendo por el elevador en esos momentos. Iban a mitad de las escaleras cuando les informaron que estaban  saliendo del elevador. Ethan y Lyosha se miraron preocupados y tomaron las pocas energías que les quedaban. Llegaron al nivel de abajo cuando Ariel y Dante les dijeron que ya habían descubierto que Lamire no estaba.

— ¡Corre! ¡Llévatelo! ¡Yo los alcanzo! — Ethan salió corriendo entre la multitud buscando algo para distraerlo— ¿Ariel, siguen allí? — Estaban esperando el elevador. Intentó pensar lo más rápido que podía fue cuando recordó la alarma de incendios. Empezó a buscar una en toda la planta hasta que encontró una cerca de la sala de esperas. Se precipitó contra esta y la activó. Apenas empezó a sonar la alarma y el sistema contra incendios empezó a arrojar agua. La gente empezó a correr de un lado a otro asustada. Ariel le informó que los ascensores fueron todos cancelados con los oficiales adentro de éste.

Ethan hubiera corrido directo a la salida sino hubiera visto la figura de Clarissa inmóvil, entre la multitud mirándole,  directo a los ojos. Ambos se quedaron donde estaban hasta que Ariel le dijo que tenía que salir ya mismo que Lamire y Lyosha ya estaban en la ambulancia. Ethan empezó a retroceder. Nunca supo que mirada le hizo a Clarissa para que  palideciera de esa manera  y solo moviendo los labios le advirtió que no debía abrir la boca.

Salió corriendo siendo guiado por Ariel. A lo lejos escuchó las sirenas de las patrullas—Díganles que se vayan, sino toda la misión habrá sido en vano— Ariel le indicó que lo estarían esperando ellos en su lugar. Cuando Ethan llegó al Bentley estaba empapado. Se dejó caer en el asiento trasero sintiendo que su cuerpo no podía moverse un segundo más. Cerró sus ojos intentando no pensar que debió haberla matado.

***

La sirena resonaba con fuerza. Lyosha no podía despegar la mirada de Lamire— Lupo, date prisa. Lamire no puede estar mucho tiempo así— Dijo nervioso.

—La casa de Dante está muy lejos, Morello, no lo lograremos en el tiempo que Lamire necesita.

Alessandro miró todas las calles antes de decirle a dónde cruzar. Por el retrovisor vio que el Bentley por suerte iba detrás de ellos. Las calles eran borrosa a cada segundo— Lamire, Lamire, bonito, resiste— susurraba Lyosha desesperado al notar como el ritmo cardiaco empezaba a caer poco a poco—. Resiste. No puedes dejarme. Ya te perdí una vez. No me dejes, aún tengo que golpearte por haber hecho tan estúpido…

—Lupo, date prisa…

El halcón aceleró hasta que los autos parecieron casi desaparecer. Luego de cinco minutos la ambulancia frenó de golpe — ¿Qué hacemos aquí? Creí que nunca volverías a este lugar —  Morello apenas pudo disfrutar la primera vista de su hogar.

—Hay veces que no decimos a nosotros mismos que no haremos cosas para intentar borrar el pasado— Dijo antes de bajarse de la ambulancia. El Bentley frenó a escasos centímetros de ellos. Ethan fue el primero en bajarse llevando parte del equipo robado del hospital. Ariel se apresuró a hacer lo mismo. Alessandro miró a todos lados, pero a esa hora sabía que era poco probable que estuviera alguien en sus casas, pero igual no quiso correr riesgos y mientras bajaban a Lamire y el resto de las cosas. Una vez se aseguró que en el lugar no había nadie que pudiera delatarlos entró a la casa. No notó que el suelo de madera había sido barnizado y ahora parecía brillar de nuevo, así como las paredes tenían una nueva capa de color. Ni siquiera notó que el piano de media cola de su madre había sido una vez más trasladado al centro de la sala.

Morello fue directo a una de las habitaciones donde notó a su compañero una vez más conectado a las máquinas. Nadie decía nada— ¿Va a ponerse bien?

Lyosha alzó la mirada y asintió— Eso creo.

Sonrió un poco— Hazlo seguro. No nos arriesgamos con que nos atraparan para nada. Buen trabajo— Para sorpresa miró a Ethan—. A todos. Lupo, vamos a devolver la ambulancia. Dante no te separes de la televisión, puede que ya haya noticias de lo que hemos hecho y debemos asegurarnos que no hay indicios.

Ariel solo lo vio salir de la casa. Miró a Ethan que aún sangraba un poco— Anda. Voy a curarte— Se ofreció con una pequeña sonrisa.

Ambos entraron a una de las habitaciones. Ariel no pudo evitar notar que todo parecía nuevo. Incluso la ropa de cama. Tal como había esperado encontró un botiquín en el baño. Luego de ver que todo aún pudiera utilizarse empezó a limpiar la sangre de Ethan— Solo aplicaré un vendaje. Lyosha puede echarle un vistazo después— Decía con tranquilidad, pero Ethan tenía la mirada baja.

—No quise asustarte…

— ¿De qué hablas?

Le miró a los ojos—Lo que pasó con Clarissa. No quise asustarte. No sé qué sucedió.

El pelirrojo dejó todo de lado y se sentó al lado de él a la orilla de la cama— No dejes que todo lo malo mate lo bueno que hay en ti, Ethan. Olvida todo, te lo suplico. Sé que no debe ser fácil, pero es lo mejor.

Ethan suspiró a su pesar— Lo sé. Intentaré hacerlo. Es solo que la vi tan destrozada, tan necesitada de consuelo, sola en el mundo. Así me sentí tantos años y el ver que ella también podía experimentar por una vez todo lo que yo pasé me hizo sentir feliz.

Ariel tomó la mano de Ethan entre las suyas— Yo no puedo decirte si está bien o está mal. Si es lo que sentiste no deberías reprochártelo. A veces no podemos evitar sentir ciertas cosas ante algunas situaciones o personas y eso no nos hace malos. Solo humanos.

Ethan le miró a los ojos y acarició una de las mejillas del pelirrojo— ¿Me ayudarías? A que lo que pasó allá no vuelva a suceder…

Ariel sonrió a su pesar— Por supuesto, mi amigo súper especial, no lo dudes—Ariel lo abrazó intentando olvidar el miedo que sintió al escuchar a su amigo hablar de esa manera—. Nosotros: Los halcones, Dante y yo somos tu nueva familia ahora.

—Mi familia— Susurró cerrando sus ojos y apoyó el rostro en el hombro de Ariel—. Es bueno saber que no estoy solo.

—Aquí me tienes…

—Te quiero. No quise decirte todo lo que…

Ariel lo estrechó con fuerza y lo interrumpió— Lo sé. No te preocupes. Deberías descansar. Aún no estás bien y estás pálido.

—Estoy cansado—Admitió. Física y mentalmente. Sin embargo no quiso separarse de Ariel. Se sentía muy bien teniéndolo tan cerca—. Te quiero, Ari, te quiero— Susurró sin parar mientras sentía como su amigo pasaba su mano por su espalda relajándolo al máximo, hasta que fue inevitable que se quedara dormido en su hombro.

Ariel lo recostó en la cama y se quedó largo rato mirándole—Yo también te quiero. No dejaré que la oscuridad que hay en ti tome el control…

Notas finales:

Ummm Bien ¿qué opinan? :D! Espero que les haya gustado este capítulo ^^ también gracias a todos por sus reviews!! Ya me faltan poquitos para terminar de responderlos todos :D!!! Y vamos a lo que creo que todos esperaban y las votaciones quedaron así con los de twitter y los reviews de acá: 

1. La primera vez que se hablaron Ethan & Ariel. [4 VOTOS]

2. Los momentos más memorables de Lamire & Lyosha desde el punto de vista del sexy español. [4 VOTOS]

3. Marcus confensándole a Aaron que es gay. [6 VOTOS] 

4. La primera vez de Ariel & Alessandro desde el punto de vista de Morello. [13 VOTOS]

5. La vez que cortaron Alessandro & Ariel POV Morello [7 VOTOS]

Así que felicidades a los pervertidillos que han ganado xD Y su premio es ...¡NADA! En palabras de Wartful Morello no piensa en nada cuando lo hace jejeje...Ok no malísimo chiste xD si tendrán algo ¿cuando?

El Jueves! :) Y creo que será en lugar del capítulo porque la semana la tengo algo ajetrada, pero si me organizo bien si saco el POV xq es más corto de hacer que un capítulo así que el Jueves esperenlo :B Estará en este link: http://amor-yaoi.com/fanfic/viewstory.php?sid=68726 al cual creo que le cambiaré el nombre, pero solo constanten que sea de la serie de universo infierno de ángeles :D Y listo! Será el primero que esté porque sucedió antes de lo de Ethan & Dante así que hasta el jueves nos leeremos por el otro ladito y continuación de EDC Hasta el día Lunes.

Por cierto para quienes se quedaron con ganas de leer algo más de las preguntas y respuestas aquí está la 2° parte y ya no hay problemas para comentar en el blog me informa Kira y que perdonen las molestias :) 

http://hnh-ks.blogspot.mx/2012/05/preguntas-y-respuestas-parte-2.html

Besos & Feliz semana! Julie!


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