Engel dice
Por que no llamaste a la policia?
Fantôme dice
Para que? Despues de todo me queda menos de un año para cumplir 18 y terminar el colegio, entonces me podre ir, podre ser libre
Engel dice
Fantôme en ese año pueden pasar muchas cosas
el te podria matar y no hagas como que no has pensado en ello
Fantôme dice
El no me matara
no dejare que me haga eso
Engel dice
No puedes estar seguro
Fantôme dice
Engel no te preocupes, estare bien
Engel dice
Esto seria mas facil si nos conocieramos
Fantôme dice
No, seria mas dificil
Engel dice
Por que?
te podria ayudar
Fantôme dice
Y si sales involucrado? y si el te hace daño?
no quiero que te pase nada
Engel dice
Estaria bien, ambos estariamos bien
Fantôme dice
No lo se...
Me tengo que ir, mi tio esta por cerrar
Engel dice
Bueno, hablaremos mañana
Fantôme dice
Cuidate
Engel dice
Cuidate tu
Al fin. Otro día termino. Estoy caminando a mi casa después de haber estado toda la tarde trabajando en el cibercafé de mi tío y estoy simplemente extenuado. Mi tío me ofrecio llevarme en auto, pero preferí caminar, así me demorare más, así quizás mis padres esten durmiendo para cuando llegue a casa y no se den cuenta de que estoy allí. Son las 10, así que las calles no estan ni llenas ni vacias, estan en un punto intermedio que me agrada mucho. Voy escuchando a 30 Seconds to Mars mientras pienso en lo que me dijo Engel. Llevamos hablando por más de un año y nos conocemos bastante bien, diría que hasta me conoce mejor que la mayoría de mis amigos o que cualquier integrante de mi familia, al igual que seguramente yo lo conozco a el mejor que su propia familia; pero aún así, no estoy convencido de la idea de conocernos en prsona, quizás mantenernos así, como dos personas completamente anónimas sea mejor que conocernos, tener que estar conciente de que ya no somos solo un par de apodos, un par de cuentas de correo, somos dos personas tangibles... y que pueden ser heridas.
Llego al departamento y me detengo frente a la puerta. Se que rezar no servira de nada, se que dar la vuelta y alejarme no servira de nada, así que respiro profundamente y entro. Mierda. El televisor esta encendido, se escucha desde el recibidor, por lo tanto mi padre esta despierto y si no soy silencio y rápido se va a fijar en mi. Cuidadosamente me saco las zapatillas para hacer menos ruido y me dirijo hacia mi habitación, cuando voy a medio camino se desata el caos.
- Vaya hora a la que llegas Jong Woon -, por favor, por favor no.
Suena mi alarma y siento como si alguien estuviese taladrando mi cabeza. El esfuerzo que hago para apagarla es épico y me da algo de pánico pensar en como lo haré para llevar el día en la escuela y en el trabajo. De no ser porque se muy bien lo que me espera si me quedo todo el día en la casa no me levantaría de la cama. Por lo que lo hago, lentamente, casi como si de una ceremonia se tratase. Me duele el abdomen y el costado derecho, y mi mejilla derecha apenas la siento. Me levanto, muy rápido, y termino llendo al baño más rápido aún, para vomitar lo poco y nada que tengo en el estómago; este dolor de cabeza me esta matando, y no llevo ni más de cinco minutos despierto. Tomo unas toallas y mi ropa y me encierro en el baño. El agua caliente sobre mi cuerpo relaja mis musculos y por un momento alivia la sensación de dolor lo suficiente como para pensar el algo, cualquier cosa, que no sea mi condición actual. Me lavo el pelo mientras pienso en el examen de biología que tendre el viernes y repaso rápidamente en mi mente lo que he aprendido hasta ahora. Lavo rápida, pero cuidadosamente mi cuerpo; lo que más duele es mi abdomen, realmente patea muy fuerte ese hombre. Salgo de la ducha, me seco y luego me visto apresuradamente, no quiero pasar más tiempo del necesario en esta casa. Limpio el espejo empañado y me enfrento a mi reflejo; me veo mejor de lo que esperaba, el moretón en mi mejilla no es tan malo, pero aún así tendre que cubrirlo con maquillaje, cosa que hago inmediatamente. Termino de arreglarme en mi habitación y voy a la cocina. Mi mamá esta allí. Su ojo izquierdo tiene un feo moretón que ya tiene dos días y su negro pelo enmarca delicadamente su pálido rostro. Me quedo mirandola un par de minutos, desde el marco de la puerta, y luego me dirijo a la cocina para ayudarle con el desayuno.
- Yesung, no te preocupes, yo puedo.
- Esta bien. Así nos demoramos menos y estamos fuera de la casa en menos tiempo - le doy una sonrisa complice y ella me devuelve una débil, cansada.
En cuestion de minutos el desayuno esta listo y mi hermana llega con su bebe, lista para ir al trabajo. Comemos en silencio mientras se calienta la leche del bebe y pronto ya hemos terminado. La primera en irse es mi hermana, ya que yo tengo que lavar los platos y mi mamá se ocupa cubriendo sus moretones con maquillaje. Estamos por terminar cuando mi padre aparece.
- ¿Dónde esta mi desayuno?
- Las tostadas estan a punto, y el jugo esta en la mesa. El café sigue caliente, ¿te sirvo un poco? - mi mamá trata de sonar lo más calmada posible, y su única respuesta es un gruñido y un "vayanse".
Terminamos todo y vamos al baño a lavarnos los dientes; lo hacemos juntos, como la mayoría de las cosas, para demorarnos menos y sentir algo de seguridad. Cuando salimos del edificio caminamos juntos hasta la esquina, donde nos separamos; ella hacía la derecha, donde quedan las oficinas donde trabaja de secretaria, y yo sigo de frente, hasta mi escuela. A diferencia del trayecto de ida y vuelta al cyber de mi tío, el trayecto hacia la escuela lo hago en skate, ya que queda un poco lejos y no me gusta gastar dinero en el autobus; la única incomodidad es que cuando llego tengo que dejar el skate en la oficina o con el guardia de la entrada, porque de lo contrario me lo pueden quitar. Apenas llegue a la escuela y deje mi skate en la oficina fui directamente al baño, tenía que asegurarme de que el maquillaje cubría perfectamente las marcas de los golpes. Estaba en ello cuando escuche una voz llamandome.
- Yesung - dirigi mi mirada al reflejo de Donghae, uno de mis pocos amigos -, ¿qué mierda te hizo ahora ese tipo? - esquive su mirada de preocupación y rabia apenas pronuncio esas palabras y la dirigi a mi propio reflejo.
Mi mejilla tiene una macha notoriamente morada que seguramente requerira de un par de capas más de base para que mi piel se vea de un prolijo color piel. Donghae se acerca lentamente a mi y me agarra del brazo hasta que me voltea. Su rostro es puro dolor e impotencia, y no sabe que más hacer aparte de darme un abrazo, el cual correspondo mientras una lágrima solitaria baja por mi mejilla.
- Yesung...¿cómo puedes dejar que te haga esto?
No supe que responder, por lo que solo lo estreche más contra mio. Estuvimos así por un par de minutos hasta que nos separamos. Todavia quedaba algo de tiempo para que las clases empezaran así que me dispuse a maquillarme cuando alguien entro al baño. Ambos volteamos nuestros rostros y vimos a un chico un poco más alto que nosotros, probablemente un año menor, que nos miraba inquisitivamente. Cuando el chico vio mi rostro y luego el maquillaje en mi mano parecio darse cuenta inmediatamente de lo que pensaba hacer, puesto que su rostro mostro un semblante serio al verme directamente a los ojos. Luego de un minuto o dos él desvio su mirada y se dirigió a uno de los cubículos, retome mi tarea y rápidamente sali de allí junto a Donghae.