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Del odio al amor solo hay un paso... y yo me enamoré de ti, Near. por RyuzakiL

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Notas del capitulo:

Bueno, este es el primer capítulo de mi fic, el primero que subo a Amor Yaoi. Solo espero que tenga buena aceptación y que les guste.

Los personajes pertenecen a Takeshi Obata y Tsugumi Ohba.

Maldito enano, bola de algodón con patas... ¡Por qué siempre tiene que ganarme en todo! Incluso es el más cercano a ser el próximo L… ¿Por qué él? ¿Por qué no yo? Estoy harto de que se crea superior a mí, porque estoy seguro de que soy superior a él. Algún día llegare a ser el número uno, el mejor, el próximo L, y ese enano no podrá hacer nada para evitarlo.

Con todos esos pensamientos en la cabeza me dirigí a la biblioteca de la Wammy’s House a buscar algún libro con el cual distraerme. Mi cara fue de sorpresa mezclada con asco cuando lo vi parado allí, cogiendo un libro de una de las estanterías. Saqué una barra de chocolate del bolsillo de mi chaqueta y me dirigí a otro lado de la biblioteca, que por cierto, era bastante grande.

Antes de llegar allí su suave voz me detuvo.

-¡Mello!-me llamó.

Me di la vuelta para poder mirarle a la cara.

-¿Qué quieres, enano?-le contesté con el tono más frío que fui capaz de poner.

Me miró desde abajo, retorciendo un mechón de su blanco pelo con un dedo.

-Necesito que me cojas un libro. Yo no llego-dijo con una expresión de indiferencia, lo que era habitual en él.

Suspiré y me dirigí hacia él un poco asqueado.

-¿Cuál es?-pregunté mirándolos todos.

-Ese-señaló con un fino y blanquecino dedo, un libro de gruesa tapa color verde oscuro con letras plateadas. No me fijé en el título, lo que quería era coger un libro para mí y largarme de allí. Tomé el libro que me había pedido y se lo tendí, esperando a que me lo recibiera.

-Gracias Mello.-me agradeció Near.

Yo simplemente asentí, como diciendo “de nada” con la cabeza, y me di la vuelta para irme de su lado.

Cuando llegué a las últimas estanterías, donde solían estar los libros que me gustaban, me detuve ante todos. Me quedé un rato examinándolos con la mirada para decidir cuál me llevaba.

Al final me decidí por uno bastante grueso, de más de 800 páginas. A juzgar por el título y los colores de la portada se trataba de un libro sobre vampiros. El fondo era liso y negro, sin ningún dibujo o forma en él, con el título destacando en brillantes letras rojas color sangre.

Lo ojeé un poco y al cabo de un momento lo cerré, encaminándome a mi habitación para comenzar a leerlo.

///

Después de estar un rato con el libro entre las manos, decidí que era inútil seguir intentando concentrarme en él. No podía seguir la lectura, no tenía la cabeza en el sitio que debía… y todo era gracias a una bola de algodón con patas llamada Near.

Mi mente seguía pensando en ese roce que tuvimos cuando le di el libro. Era un simple roce inocente, se produjo solo porque le di un libro al mocoso. No es nada especial.

Pero… si no era nada especial… ¿por qué seguía pensando en ello? Se suponía que si no había sido nada no tendría que estar tan sumido en ese hecho. Entonces… ¿por qué seguía esa imagen en mi mente, ese roce, ese momento?

No podía responder a ninguna de las preguntas formuladas por mi mente, no sabía la respuesta.

///

Llevaba unos días dándole vueltas a lo mismo, y la cosa no mejoró cuando en una de las comidas de la semana, nuestras manos de volvieron a rozar cuando los dos quisimos coger la sal.

Estaba furioso conmigo mismo por sentirme de ese modo. ¡No es posible que yo estuviera así solo por un roce con el enano! Definitivamente no… ¡¿Qué me está pasando?!

-¡Mello!-me llamó Matt, intentando captar mi atención.

Estaba seguro que de mi cuerpo se desprendía un aura más oscura que la mismísima noche, la furia permanecía en mi cuerpo… Pero con él debía ser amable, no quería herir a mi mejor amigo solo por estar molesto conmigo mismo.

-Mello…-dijo mientras entraba a mi habitación.-estás raro. Llevas días encerrándote aquí, no me diriges ni una sola palabra ni siquiera para quejarte de Near… ¡y no has comido chocolate! ¿Estás bien?-preguntó preocupado.

¿Estoy bien? Lo siento Matt, pero no puedo responderte, más que nada porque yo tampoco se la respuesta. Me alegra que te hayas preocupado por mí a lo largo de estas semanas, pero aún así, aún siendo mi mejor amigo, no puedo decirte el motivo de mi estado.

-Estoy bien-dije con voz baja, fue apenas un susurro no muy convincente, pues su rostro mostraba una expresión que denotaba que no estaba conforme con la respuesta.

Se acercó a mí lentamente, sentándose a mi lado, y me abrazó.

-Mello… si no me quieres decir nada no tienes por qué hacerlo, es tu decisión. Pero no me digas que estás bien cuando se ve a leguas que no lo estás.

Aún no me acostumbraba a eso, aun no me acostumbraba a que Matt me conociera mejor que yo mismo, a que pudiera notar incluso antes que yo los sentimientos y emociones que pasaban por mi cuerpo. Supongo que por algo es mi mejor amigo.

Le devolví el abrazo a mi amigo, ocultando mi cabeza en su cuello.

-No es nada, enserio. Es solo que hay algo que me tiene inquieto. No es nada grave-intenté explicar lo que me pasaba pero sin decir realmente el problema ni el motivo. Suponía que por las palabras antes dichas por él, mi explicación era más que suficiente.

///

Tras permanecer en ese lamentable estado unas cuantas semanas más, al fin decidí que no podía permanecer así para siempre. Tendría que buscar una solución, y se me ocurrió que una de las maneras podía ser yendo a la fuente del problema. En otras palabras, tendría que hablar con Near.

-Mierda…-susurré para mí mismo, encaminándome hacia la habitación del enano de pelo blanco.

Al llegar a la puerta de su habitación me di cuenta de que o tenía ni idea de que decirle, puesto que el enano no sabía nada de mi problema y mucho menos que ÉL era mi problema. Definitivamente no tenía ni las más remota idea de que decirle a Near.

-¿Mello?-¿Qué? ¿Cuándo salió el enano de su habitación?

-N-Near…-dije nervioso. ¿Y ahora qué demonios hacía? No tenía excusa convincente para explicar el motivo de mi presencia allí, y mi cabeza era un torbellino de pensamientos, por lo que tampoco pude pensar nada.

Near tomó un mechón de su blanco cabello entre sus finos dedos de tez nívea y comenzó a enroscarlo con lentitud sin dejar de mirarme. Algo dentro de mí comenzó a moverse ante ese inocente gesto. No sabía con certeza lo que me pasaba… pero veía al enano… ¿adorable? Puede que esa fuera la palabra adecuada.

-P-pasaba por aquí para… para…-cada vez me ponía más nervioso.

-¿Para…?-me dijo para incitarme a que terminara la frase.

-Para… ¡ver si estaba Matt aquí!-dije con una fingida sonrisa. “Ahora solo falta que el enano se lo crea…” ¿Pero cómo demonios se lo va a creer? La respuesta tardó en llegar y el motivo era estúpido.

Además la bola de algodón era una de las mentes más brillantes de la Wammy’s House, los otros eran el gran detective L que ya no vivía con nosotros, Matt y…yo.

-Esa respuesta es un poco falsa Mello-como lo esperaba… ¡La bola de algodón no se lo creyó!

Nos quedamos un rato en silencio, el mirándome mientras seguía con el mechón de pelo en su mano y yo con la cabeza agachada sin saber que decirle.

-Bueno… ¡ADIÓS!-grité ya bastante lejos del enano, pues había echado a correr como nunca antes en toda mi vida.

///

¿Qué mierda me pasa con el maldito enano? No podía entenderlo, no tenía explicación lógica… ¿o sí?

-Matt-dije entrando a toda prisa a su habitación sin molestarme en llamar primero.

-Adelante Mello, puedes pasar-dijo sarcásticamente una vez que hube entrado y acomodado en su cama.

Como de costumbre, mi amigo estaba concentrado en un juego nuevo que había comprado para Play Station 3 antes de que yo llegara.

Cuando vio mi rostro el suyo pasó a mostrar una expresión de preocupación.

-¿Qué ocurre Mello?-me preguntó al tiempo que se levantaba del suelo donde estaba sentado para sentarse a mi lado en la cama.

Dudé unos segundos sobre como explicárselo. Al ver que no se me ocurría ninguna buena forma de empezar, decidí decir lo primero que se me viniera a la cabeza.

-Llevo varios días sin dejar de pensar en el enano de Near. ¡Es como si se me hubiera quedado pegada su imagen en la cabeza!-comenté preocupado.

Matt lo pensó un rato y luego me sonrió. Yo lo miré extrañado. ¿Por qué sonreía?

-Matt, esa sonrisa me da miedo-comenté mirándolo.

-¿Por qué?-preguntó ampliando la sonrisa.-Lo que te pasa es obvio.

Fruncí el ceño. ¿Obvio dice?

-Obvio para ti, pero no para mí-suspiré cerrando los ojos-Si sabes qué me pasa, dímelo por favor.

Matt apoyó el codo de su brazo derecho sobre su pierna para poder apoyar con su mano su cabeza de cabello pelirrojo.

-Mello, Mello-dijo en una especie de burla, usando un tono gracioso.-Es obvio que estás enamorado de Near.

¿Q-qué…? ¿Qué yo estaba… qué? Y de ¿quién? No daba crédito a lo que mi mejor amigo había dicho. ¿Yo? ¿Enamorado? ¿Y de Near? Por favor, jamás había oído una locura tan grande.

-E-eso es imposible Matt-dije moviendo mi cabeza de un lado a otro dando una negativa.-No puede ser.

Matt me miró murmurando un “¿Ahh?” con cara de sorpresa, pero después sonrió otra vez.

-Ya sabía que no serías capaz de darte cuenta de lo que sentías por él. Y ahora que te lo he dicho, no quieres aceptar la realidad.-desvió un poco su vista clavándola en el suelo.-El orgulloso Mello jamás admitirá que esta enamorado, y mucho menos de un hombre.

-Matt-dije captando su atención-no es por mi orgullo. Estoy seguro que no siento nada por Near. ¡Odio a ese niño! ¿Cómo voy a sentir amor por él?

Matt miró al frente, sin dirigirme la mirada, sin dejar de sonreír.

-Entonces, explícame por qué has venido bastante preocupado a contarme esto. Acabas de decirme que no dejas de pensar en él, eso solo pasa con aquel a quien amas. Además-me dirigió una mirada-del odio al amor hay solo un paso.-dijo sonriéndome a la vez que cerraba los ojos.

///

Cuando me fui de la habitación de Matt no pude evitar pensar en todo lo que me había dicho. Me había asegurado que yo estaba enamorado de Near. ¿Cómo se supone que debo llevar eso?

Pero después de pensarlo mucho y lamentarme por el hecho, me di cuenta de que, en efecto, estoy enamorado del enano.

-Mierda…

Notas finales:

Ahora les toca opinar. ¿Merezco un comentario?


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