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QUIERO HACER COSAS MALAS CONTIGO (by crystalwall & Shun4Ever) por Shun4Ever

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Al día siguiente y a la hora indicada, el muchacho se encontraba esperando al supuesto Saga en el concesionario donde habían quedado. Kanon, que era el dueño del concesionario había visto llegar al peliverde, por lo que abandonó su despacho, cogió la llave del mejor coche que tenía en “kilometro 0” y salió subido en él, como si lo acabara de adquirir, se dirigió a donde Shun se encontraba y bajo la ventanilla del copiloto.

- Vamos, sube

Shun se subió sin decir nada y cuando estuvo sentado en el asiento se acercó al peliazul para plantarle un beso en la boca. Kanon, encantado como estaba le correspondió atrayéndolo desde la nuca para profundizar el beso. Cuando el beso acabó Shun estaba sorprendido por la efusividad que había recibido por parte de “Saga” ya que hasta ese momento nunca había sido tan apasionado y debió de representarlo en su rostro, porque Kanon se apresuró a hablar.

- Te he echado de menos.

“Que suerte la de mi hermano por poder poseer unos labios tan dulces” pensó Kanon a la vez que se ponía las gafas de sol y salían del concesionario rumbo a…

- ¡Ya sé donde te voy a llevar hoy!

- Estoy en tus manos entonces – sonrió Shun que le encantaban las sorpresas

 

Recorrieron la cuidad hasta que llegaron a la autopista, la tomaron y no la dejaron hasta pasados unos 20 minutos pues tuvieron que parar a repostar gasolina, cosa que además, aprovecho Kanon para comprar unas cosas que le servirían para la velada que se le había ocurrido. Retomaron la autopista y condujeron unos 10 minutos más y tras tomar un camino no asfaltado, tras unos minutos llegaron al destino que Kanon había marcado. Shun en todo el camino no hacía más que mirar por la ventanilla tratando de averiguar a donde le llevaba su novio, pero por más que lo hubiera intentado no había imaginado nada igual.

- ¿Un bosque? – preguntó Shun un tanto decepcionado

- No. Aun no hemos llegado – Kanon había ido al maletero y estaba cargando las bolsas con lo que había comprado al repostar. Se aseguro que había cerrado bien el coche – Vamos.

 

Kanon se adentró en el bosque con una sonrisa de satisfacción, pues estaba convencido que el lugar sería del agrado de Shun, mientras este se adentró tras su novio con extrema curiosidad por ver a donde le quería llevar. Unos 5 minutos anduvieron por entre las rocas y los pinos del bosque, hasta que llegaron a una explanada. Shun se quedó paralizado ante la belleza que contemplaba mientras Kanon sonreía mirando a la criatura tan perfecta que le acompañaba.

- No… no sé que decir – Shun de verdad estaba sorprendido.

 

Ante sus ojos verdes, una explanada llena de colores, como si de un jardín bien cuidado se tratara. El verde inundaba el suelo de la explanada, mientras mariposas revoloteaban por el lugar posándose en las flores de colores que inundaban algunas zonas. En medio, un fresco y trasparente riachuelo traspasaba el lugar proviniendo de una pequeña cascada que refrescaba el ambiente. Kanon satisfecho por la reacción que había causado en Shun, comenzó a preparar lo que le quedaba de sorpresa. De las bolsas sacó una manta y tras sacarla de la funda en la que venía empaquetada, la poso en el suelo con sumo cuidado, se arrodilló sobre esta y sacó lo que aun quedaba en la bolsa. Sacó ganchitos, cacaos y más cosas para picar acompañando unos sándwiches y los puso en el centro de la manta, miró a Shun, que aun estaba estático mirando la escena.

- Ven. Siéntate aquí conmigo.

 

Shun no tenía palabras ¿Qué decir cuando todo era tan hermoso que daba miedo despertar? Cerró la boca que aun estaba abierta por la impresión y se dirigió a donde su pareja se encontraba, se descalzó y se sentó junto a Kanon en la manta.

- Gracias – Pudo hablar tras unos minutos. – No pensé que los paraísos existieran.

 

Kanon sonrió sin siquiera proponérselo. Si al principio le parecía divertido jugar a ser su hermano, ahora deseaba de corazón poder ser él. Esa cara angelical y ese rubor en sus mejillas le hacían más que perfecto, le hacían parecer un verdadero ángel y más rodeado de tanta belleza. No pudo resistirse y tras acercarse a Shun buscó sus labios para saborearlos mejor. Shun le correspondió con todo el amor que tenía, pues el estar en aquel lugar le abrumo de sobremanera. Se sentía tan bien y en paz que se dejó llevar y comenzaron a jugar con sus lenguas. Sin duda había algo diferente en los besos que ahora “Saga” le brindaba, no sabía que era, pero la sensación le llenaba más de lo que antes hacia. “Quizá le extrañe de verdad y por eso ahora me son tan apetecibles”. Tras unos momentos se separaron para tomar aire y proseguir con la velada que tan bien Kanon había preparado.

 

La velada fue por más agradable para ambos, pero la tarde comenzó a desaparecer y Shun debía volver si no quería enfurecer a su hermano mayor. Se calzaron, recogieron los restos que les quedaban y los pusieron sobre unas rocas para que los animalitos se alimentaran y se dirigieron de nuevo hasta el coche, en donde subieron para, de nuevo, regresar a sus casas. Durante el trayecto siguieron con la amena conversación, tan amena que ni siquiera se dieron cuenta de cuando entraron a la ciudad.

- ¿Dónde te dejo? – Preguntó Kanon sin siquiera saber que su hermano Saga conocía la dirección del chico.

- En casa. Es que llego un poco tarde y sino mi hermano me va a matar.

Ahora sí estaba perdido, “¿en su casa?” Su hermano conocía la dirección del chico, por lo que no podría preguntarle donde vivía. “¡Mierda! ¿Ahora que hago?”

- ¡Mierda! – Se hizo el sorprendido – Me he olvidado unos papeles en el concesionario y debo ir antes de que cierren.

Shun se sorprendió, pero siendo comprensivo como era, le dijo a su novio.

- Está bien. El concesionario no está muy lejos de casa, me las ingeniaré con mi hermano.

“¡Perfecto!” Ahora no solo había salido del apuro del momento, sino que tendría tiempo para averiguar más cosas sobre el chico. En breve llegaron al concesionario, que aun estaba abierto y se despidieron.

- Muchas gracias por lo de hoy. – Shun se ruborizo un momento – Me ha sorprendido mucho.

- Para eso lo hice. – Sinceramente Kanon quería sorprenderle, pues en primer momento su idea era arrebatarle el novio a su “querido” hermano. Se besaron tiernamente y Shun salió del auto, dio la vuelta al coche y por la ventanilla, como ya había hecho en otras ocasiones, besó de nuevo a su pareja.

- Mañana tengo el día bastante ocupado por la universidad.

- No te preocupes, te llamaré en la noche para como quedamos pasado.

- Perfecto. – Le dio un nuevo beso y salió a prisas en dirección a su casa.

 

Kanon, sin malicia pero sabiendo lo que hacía, entró con el coche en el concesionario, lo dejó en donde estaba, se dirigió al panel donde estaban todas las llaves, dejó esta y cogió una llave de un coche viejo que nadie había querido ni probar, ni mucho menos comprar, aunque internamente estaba en condiciones optimas. Se subió en él y salió disparado del concesionario dispuesto a seguir al chico para saber donde vivía. Se sorprendió al ver que el chico no vivía ni mucho menos en las zonas lujosas por las que él se solía mover, sino que se había adentrado en la zona obrera, donde edificios de varias alturas albergaban a las familias en casas de reducidas dimensiones a su parecer. Le siguió hasta un edificio blanco de cuatro alturas y le vio perderse en la entrada del mismo. Suspiró y siguió su camino hasta llegar de nuevo al concesionario, en donde se encargo de realizar todo el trabajo que había dejado a medias por salir con el pequeño peliverde.

 

Al día siguiente Seiya estaba esperando a que Shun llegara, pues habían quedado en un parque cercano a la universidad para ir juntos a la biblioteca, donde habían quedado con unos compañeros para hacer unos trabajos en grupo. Ikki seguía preocupado por la relación que su hermano llevaba con ese hombre de pelo azul, por lo que le “acompaño” amablemente a donde había quedado con Seiya y así de paso, asegurarse que no era mentira que estaría todo el día en una sesión de trabajo.

- Ya era hora – Dijo Seiya un tanto alterado

- Lo siento – Shun se trató de disculpar y señalo al auto de su hermano, que aun le estaba vigilando – Mi hermano.

- Venga. Vámonos o llegaremos tarde.

 

Llegaron a la biblioteca y comenzaron a realizar los trabajos, más a mitad de mañana, los cuchicheos se hicieron presentes pero ya sabían que era algo inevitable.

- ¿Saben? El profesor Nakamura fue expulsado. – Decía Ichi, un chico albino que amaba estar informado de todo lo que acontecía a la universidad.

- ¿Qué paso? – Pregunta ahora June, una chica muy guapa que lleva locos a muchos muchachos de su clase.

- Por lo que se rumorea, se lio con un alumno de la universidad.

- Al profesor le han sancionado y no podrá volver a ejercer tan fácilmente. – Comentó de nuevo Ichi.

 

Shun comenzó a sudar frío internamente pues no había pensado en lo que le ocurriría a su reciente pareja si alguien lo detectaba. ¿Y él? ¿Y si le quitaban la beca y no podía acabar la universidad?

- Y… ¿Al alumno que le paso? – Pregunto sin que nadie se diera cuenta del miedo que conllevaba la pregunta.

- Pues que le obligaron a dejar la universidad, como no. – Contestó el informado de Ichi como si le hubiera ofendido la pregunta.

 

Shun quedó pensativo ante la respuesta. Seiya parecía haber leído el interior de su amigo, pues excusando a ambos, se levantaron para ir al baño, llevándose a Shun consigo.

- ¿Qué es lo que pasa contigo? ¡No seas tan obvio! – Le recrimino Seiya en cuanto comprobaron que el cuarto de aseo estaba vacío.

- ¡Si me quitan la beca no podré acabar la universidad! – Abrió los ojos lo máximo que pudo - ¡Ikki me mata!

- ¡Tranquilo! ¡No ha pasado nada aun! Aun te quedan dos opciones.

- ¿Cuáles?

- Una: No dejar que nadie se entere. Dos: Dejar al profesor Omori. Tú verás cual eliges, pero la segunda es más sencilla de llevar a cabo que la primera.

- Pero a mi me gusta y me siento bien con él. – Argumento el peliverde.

- Tú verás.

 

Seiya dejo ensimismado a Shun un rato en el cuarto de baños de los chicos para que pudiera pensar en lo que habían hablado. La verdad es que no le gustaba ese profesor, había algo en él que a Seiya no acababa de gustarle. Durante el resto del día a Shun le costó centrarse pues su mente estaba debatiendo su relación con el profesor.

 

Cuando la noche llegó, Shun recibió una llamada de su querido profesor.

- ¿Cómo te ha ido el día? – preguntó Kanon con real interés.

- Pues he tenido de mejores – Shun no quería pensar de nuevo en lo comentado durante el trabajo. - ¿Y a ti?

- Más o menos como todos los días, pero pensando en ti – Kanon fue sincero. No había podido quitar la sonrisa de ese chiquillo de su cabeza. - ¿A que hora quedamos mañana? ¿Te recojo en casa? – Ahora ya sabía donde vivía el muchacho, por lo que presumió de ello.

- Emm… Mejor no – pensó en su hermano – Quedamos en otro lado que no sea mi casa.

- Pues dime lugar y hora y allí estaré.

- Perfecto, ¿te parece bien en el parque que hay cercano a mi casa? ¿A las 15.30?

- Por mi perfecto. Nos vemos mañana.

- Hasta mañana.

 

Shun se acostó y se dejó llevar al mundo de los sueños, mientras en una casa alejada del centro de la cuidad, Kanon se encontraba llamando a la puerta desesperadamente, pues habían pasado unos días y seguía sin saber nada de la ubicación de su hermano. Rendido y cansado por la espera, decidió volver a su casa y tratar de descansar, pues al día siguiente tenía un día importante en el concesionario y quería dejarse todo preparado antes de su cita con Shun.

 

El día siguiente llegó y la pareja se encontró en el parque citado más de pronto comenzó a llover y les pilló sin paraguas. Corrieron hasta refugiarse bajo un edificio con porche y se quedaron un momento a esperas de ver si amainaba la lluvia. Viendo que esto no sucedía y que empezaban a notar el frío, Kanon instó a que Shun le siguiera hasta el primer local donde pudieran entrar, puesto que era mejor idea que quedarse helados bajo la lluvia. Llegaron a un hotel, pues fue el primer lugar de servicios que encontraron y Kanon pagó una habitación para que se pudieran duchar con agua caliente. Shun sin pensar en nada más que no fuera el agua caliente de la ducha accedió al plan de su “Saga” y pronto se encontraron en la habitación asignada.

 

Cuando se encontraron en la habitación, Shun entró directamente en la ducha, mientras Kanon cogía las ropas mojadas y las colocaba en una silla cerca de los radiadores, que había encendido previamente. Kanon se desvistió quedándose en ropa interior e hizo lo mismo con su ropa, con la intención de que con el calor se secaran. Un rato después Shun salió de la ducha llevando unos calzoncillos rosas y secándose el pelo con la toalla, corrió hasta la cama y se metió dentro con la intención de calentarse un poco.

- Que pésima está siendo la cita – Dijo apenado Shun.

 

“Vamos a hacerla más entretenida” Pensó Kanon y se acercó con cautela al único hueco que quedaba libre en la cama de la habitación, con la intención de entrar en calor.

- Necesito entrar en calor – Le dijo a Shun que le miraba como pregunta que hacía, al ver que desprendía las sabanas de la cama.

 

No pudo quejarse, pues solo había una cama en la habitación y la verdad es que habían quedado verdaderamente hechos sopa. Shun sintió la necesidad de darle las gracias y se incorporó un poco para buscar los labios de su novio. Kanon se sorprendió pero eso no quitaba que el deseaba lo que venía después, así que con esa idea, le devolvió el beso a Shun incrementando su intensidad. Kanon se incorporó mejor haciendo que Shun se volviera a tumbar de espaldas en la cama y despacio y sin prisa, se colocó encima del chico con la escusa de poder besarlo de mejor manera. Shun parecía estar un poco nervioso, pero debido al preciado calor que emanaba del cuerpo de Kanon se quedo quieto recibiendo sus caricias y sus besos, que dicho sea de paso, habían incrementado la intensidad hasta hacerle olvidar el frío intenso que había pasado por correr sobre la lluvia.

 

El calor fue incrementando a la par que lo hacían los besos y las caricias y aunque aun se sentía un poco nervioso, no impedía que acariciara la fuerte, tersa y morena espalda de su novio. Se le habían ido las dudas de su relación, en ese momento solo le importaba entrar en calor, mientras Kanon solo le apetecía probar ese cuerpo blanquecino y fuerte, perteneciente al novio de su hermano Saga. Shun bajó las manos por la espalda de Kanon y llegó hasta el trasero endurecido y firme del mayor, este al notar el contacto, separó sus labios de la boca del chico y comenzó a besarle en el cuello y a bajar su mano hasta el miembro del pequeño que parecía temblar bajo su cuerpo. “¿Saga?” pensó en su hermano y se detuvo un momento, se incorporó en la cama, se colocó su ropa y se preparo a marcharse ante la cara de sorpresa de Shun.

- Quédate el tiempo que quieras, la habitación está pagada hasta mañana.

 

No espero contestación, recogió sus cosas y dejó a Shun sentado en la cama, mirando la puerta de la habitación con total asombro por la marcha de su pareja. 

Notas finales:

Para explicarlo un poco. 

Cada una de nosotros escribio un capítulo. En este fic, los impares le pertenecen a la Gran Diosa crystalwall, los pares a mi misma. 

PD: Por si no lo habeís notado, admiro a Cris como escritora y por ella fue que me anime a escribir fics, por eso, como mi sensei la admiro y quiero que quede constancia que la mitad de este fic, es obra suya (por si había alguna duda :p)


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