Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Lecciones por Mimi_nuna

[Reviews - 50]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Haaai~

He vuelto con una historia corta, espero que alguien esté interesada, he publicado esto hace algunos meses en un foro de SHINee pero he decidido revisarlo y corregirlo para compartirlo aquí.

 

-¿QUE?!..¿Qué cosa quieres ahora?!- Mi padre casi me arrancó el brazo metiéndome dentro otra vez –Pero…el entrenamiento- sentándome a la fuerza en la mesa de la cocina –Papá tengo cosas que hacer, por eso iré a cumplir con mis obligaciones como me enseñaste toda la vida-

-Minho- aquel tono nunca traía nada bueno -Solo haces lo que te conviene, cumples a rajatabla con lo que te interesa y nada más-

-Sí, si…me descubriste, ¿Qué quieres?, puedo tomar el siguiente autobús si me lo dices rápido-

-Nada de eso, tienes una cita- ¿Eh? -Te ayudara con algunas asignaturas, dile que te da problemas y hará lo posible para que esta vez no me dejes mal parado-

-¿De que carajo estás hablando?- como sincrónizando el gag a la perfección aquel chico dio unos pasos cortos antes de mirar a mi progenitor y luego a mí sosteniendo la mochila como si fuese un niño.

Mi padre puso frente mi a Onew una tarde de Sábado después de cancelar mi entrenamiento sin aviso previo.

-No te lo tomas enserio así que tomé medidas- Lo aclaró ante mi desconcierto; no podía hacer una escena y menos ante alguien como el que miraba el suelo haciéndose el distraído, mi dignidad era importante, no me interesaba si había visto mis exámenes, mis calificaciones o que tipo de información académica mi padre le había facilitado pero no me vería haciendo un berrinche por perderme de mi actividad favorita. Mascullando mentalmente me mantuve cruzado de brazos a tiempo completo hasta que hubo organizado todas sus porquerías sobre la mesa.

-¿Que te causa más problemas?, ¿Tienes algún examen pronto?...¿Algún trabajo por hacer?- Ante mi silencio buscó más papeles apilando y hojeando mientras lo espiaba por el rabillo del ojo.

¡Miren a quien me traía la marea justamente ahora que estaba molesto y me picaban los nudillos!, a la persona indicada para liberar toda frustración, a quien le había pateado el culo innumerables veces no hace muchos años atrás para sacarme las ganas.

Había algo irritante en aquel chico que un día después de haber sido maltratado física y psicológicamente por mi y mis amigos volvía a acercarse como si su memoria fuese inestable, no sabía si era idiota o tenía algún tipo de transtorno, pero en mi infancia no había blanco más fácil y más satisfactorio que Onew. Nunca habíamos sido amigos, mas bien por conveniencia éramos conocidos, alguien a quien podía recurrir si necesitaba una cuota extra de atención de alguna de esas chicas a las que le gustan los chicos malos, algo en lo que encajaba a la perfección.

::::::::::::::::

-¿Alguna duda?- ¡Como si fuese a responderle! Llevaba dos fines de semana aplastado en mi silla, cuatro tutorías sin ningún cambio, mi resistencia era pacífica y realmente aburrida, como oírlo hacer un monólogo explicando algún tema que reconocía de oído y al verlo marchar comprendía había pertenecido a alguna clase reciente. Durante la semana y con entusiasmo alguna de mis compañeras se acercaba a preguntar por la utilidad de aquellos apuntes. Muy bien, Onew era listo, se las ingeniaba para mantenerse hablando durante el par de horas en las que mi padre monitoreaba las actividades.

-No vuelvas a pedirle nada a la gente de mi clase- Me echó una mirada menos sorprendida de lo que hubiese esperado, llevábamos cinco tutorías y estas eran mis primeras palabras.

-Estoy recibiendo una paga por esto, por lo tanto me esforzare así tú no lo hagas- continuó con la explicación sobre algo que no tenía una pizca de mi atención.

-Pagaré para que te calles y te vayas-

-Tengo un trato con tu padre no contigo-

-Te daré el doble-

-No negocies conmigo, no puedes darme nada que me interese- reí internamente dada su desbordante seguridad, ahora parecía casi una persona inteligente, no el esbozo de idiota que era mi víctima favorita.

Mi padre no rondó durante un largo rato y aquello me envalentonó, no resistiría una semana más esta perdida de tiempo.

-Tengo cosas más interesantes que hacer que verte hablando solo ¿Entiendes? Si necesitas el dinero acepta mi ofrecimiento...seguro tienes algo mejor que hacer también, probablemente algún curso extracurricular o una interesante visita a algún museo, lo que sea que un tipo como tú haga-

-Debes tener hecho esto para mañana y recuerda el ensayo para la clase de Historia- se echó la mochila al hombro luego de girar unas hojas frente a mí -¿Extrañas tus entrenamientos? prepárate para verlos desde afuera, tu padre pretende que subas un par de posiciones en la tabla escolar, a este paso te quitarán incluso el televisor de la habitación- Durante varios días me había habituado a oírlo hablar incansablemente pero este había sido el único momento en el cual atendí cada una de sus palabras.

Mi padre volvió a hablar después de mi marejada de porqués y peros solo para recalcar que así como se habían esfumado mis fines de semana deportivos desaparecerían el resto de mis intereses si las mejoras académicas no hacían aparición.

-Es vergonzoso que nada te inspire a mejorar, si la vida dependiese de correr tras algo que rueda o bota el mundo estaría patas para arriba como estarás tú después de que te pateé el culo frente todos tus amigos si las cosas siguen como hasta ahora- Ya que cumplía su obligación como padre y proveedor sin ser retribuido de ningún modo estaba cansado del asunto, debería comenzar a dar síntomas de un cambio positivo o realmente me las vería negras.

-¡O te enderezas o ya verás!- No es que tuviese miedo, pero siendo razonable no tenía un sitio propio o forma alguna de sustentarme por mi mismo.
Mientras mi celular daba evidentes signos de agotamiento crediticio y comenzaba a mirar con cariño los ahorros de toda mi vida comprimidos en un cerdo lo suficientemente pequeño como para caber en mi mano supuse que el esfuerzo no me mataría, si podía anotar mas de un tanto en cualquier deporte sin duda podría taparle la boca a mi padre, a mi madre y darle por el culo al altanero de Onew.

Durante los días subsiguientes opté por actuar mansamente, de vez en cuando osaba prestar atención suficiente como para tener alguna duda razonable que esmeradamente mi tutor con cara de estúpido procuraba cubrir con una docena de explicaciones y especificaciones que acababan por desbaratar mis momentos de lucidez. Algo fallaba conmigo, honestamente no entendía nada.

-¿Y si soy disléxico?- después de echarme una mirada incrédula esbozó el atisbo de sonrisa más entusiasta que había visto en su rostro desde el principio.

-Eso es imposible, pero tu lectura comprensiva realmente es pésima, probablemente haz leído muy poco en la vida o lo haces a desgano procurando saltear lo aparentemente superficial, nada funcionará así y será peor en la Universidad si no logras avances ahora- Me reí sin querer para dejárselo en claro, tenía planes para mi futuro y no era el estudio por lo cual no era algo que me quitase el sueño, pero Onew ignoró mis palabras sin dudas -Por favor, a partir de mañana busquemos un sitio sin distracciones- No es que me interesase particularmente el drama que mi madre seguía en la sala pero era más interesante que los asuntos que nos ocupaban -De todos modos eres el único perjudicado, termina con eso- su lápiz punteó mis papeles apresurándome y me dieron ganas de ahorcarlo automáticamente ¡Que superior debía sentirse ahora para actuar tan valiente!

En nuestro siguiente encuentro Onew se sentó sin duda en el piso, estaba cumpliendo, después de haber pedido un sitio que no nos distrajese se lo conseguí, sacudió la cabeza asintiendo a mi autoalabe antes de hurgar por sus cosas.

-¿Es incómodo para ti?- sonó agradable al verme revolviéndome en el lugar por quinta vez, la mesa era muy baja, mis piernas muy largas…¡Claro que era incómodo! -¿Deberíamos ir a mi casa?-

-¡Ni lo pienses!, alguien podía verme entrando allí…estoy bien aquí- el silencio de mi propia habitación me permitía prestar mayor atención, y en cuanto a él, parecía volverlo más accesible.

Para la semana siguiente lo tomé por sorpresa poniendo mis apuntes bien tomados y completos en su poder, había algo agradable en verlo sonriendo para si mismo, incluso sonriéndome si después de un par de intentos conseguía captar algo y plasmarlo con buenos resultados. Era satisfactorio, hacer las cosas bien me brindaba cierta motivación.
Aunque la motivación estuviese ligeramente emparentada con el evidente cambio de actitud de ambos, con la confortable atmósfera que envolvía la habitación cuando trabajábamos a la par y sin miradas curiosas o represivas.
Onew era una persona diferente a la de la sala cuando llegábamos a mi habitación y pasaba los tiempos muertos jugueteando con cualquier objeto a la mano robándose mi atención.

Notas finales:

Espero saber de ustedes!


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).