¿Cómo puede existir tanta belleza acumulada? ¿Cómo puedo ser tan perfecto? Nadie me puede igualar - pensaba Kim Kibum de si mismo mirándose en el espejo antes de irse a su escuela.
Todos los años era lo mismo, declaraciones de miles de chicas y chicos, incluso profesores habían caído a sus pies, pero a él todo eso le importaba una mierda.
Odiaba la rutina, odiaba el colegio, pero sobre todo odiaba al estúpido de Lee Jinki.
¿Cómo puede existir tanta estupidez acumulada? ¿Cómo puede ser tan torpe? Definitivamente nadie le puede igualar - pensaba Kibum cada vez que el "idiota niño pollo" se le acercaba a hablar.
Onew, como se hacia llamar, podría ser inteligente, y si que lo era, para poder manejar el centro estudiantil y ser el mejor alumno del establecimiento, realmente era inteligente; pero eso no le quitaba el hecho que fuera la torpeza en carne y hueso.
Es que no te puedes tropezar con tus propios pies, no puedes caer siempre que te levantas de una silla, no puedes hacer el ridículo en cada discurso con tus chistes fomes donde se supone que debe hablar de los planes del consejo, sinceramente ¡NO PUEDES! - insultaba mentalmente Key, el lindo apodo que le dio Onew a Kibum.
Como odiaba cuando le sonreía, debía reconocer su perfecta sonrisa que hacia estremecer a cualquier chico y sacar numerables suspiros de alguna chicas que tuviera el privilegio de verla, lo cual no era difícil, ya que siempre andaba con esa estúpida sonrisa en el rostro – No se le cansa la cara? – pensaba Kibum cada vez que le dirigía una sonrisa, como odiaba que le dirigiese esas sonrisas.
Lo hacia sentir inferior, y nadie pero NADIE hace sentir inferior a Kim Kibum y eso le daba otro motivo más para odiarlo.
Odiaba su voz, su dulce voz con la cual cantaba en cada despedida de año, una voz que solo podía ser comprada con los ángeles, odiaba que esa voz que le hablaba todos los días de cualquier estupidez, cosas sin sentidos que quitaba de su valioso tiempo. Odiaba perder el tiempo.
Odiaba esos labios, carnosos y gruesos, labios con los cuales el perdía el control, esos labios que robaron su primer beso.
Odiaba a esa persona que robo su corazón... Odiaba no poder evitarlo ni olvidarlo, odiaba amarlo.
Te Amo Kibum - susurro al oído Onew al ver a su novio arreglarse en el espejo.
Odiaba a ese idiota que vivía en su misma casa, en su misma pieza, y dormía en su misma cama. Que le había dado mil y un noches de amor... Odiaba estar perdidamente enamorado de él...
Odiaba ser dependiente de él, odiaba soñar que algún día él se iría de su lado... Pero lo que más que odiaba Kim Kibum de ese hombre que estaba a su lado, era su perfección... Porque para él era el hombre perfecto.
Yo también te amo idiota - dijo Key sonrojándose... Como odia cuando le dice Kibum.
Porque a pesar de todo, lo único que actualmente odia Kibum, es que ese idiota no le diga Key, el lindo apodo que le dio Onew el día que lo conoció.
The End