Lo que pasó tal vez jamás debió de suceder, esa noche jamás tuvo que ocurrir, pero no me detuve, no paré, no pensé lo que pudo suceder. Solo me deje llevar, llevar por el placer, pero no puedo hacer nada, ya no puedo dar marcha atrás.
Ahora estoy pagando las consecuencias de mis estúpidos actos, ahora de un corazón herido, brota una semilla de odio hacia la persona que algún día amé, esa persona a quien siempre idolatré y cuidé en las sombras de la noche, esa persona a la que entregué lo más importante para mí, mi virginidad, esa persona es Sasuke Uchiha. Mi nombre es Naruto Uzumaki y esta es mi historia, de cómo el amor, puede venir en diferentes ocasiones, de diferentes personas, de diferentes amigos y enemigos.
Una tarde de verano, el cielo pintado de matices naranja, acompañado de una brisa deliciosa que recorría todo mi ser, calentando mi fuerte y a la vez frágil cuerpo de adolescente, aparecía mientras paseaba por la árida arena de la playa, disfrutando de ese hermoso paisaje, y de la bella compañía de mi mejor amigo y mi pareja, Sasuke. Nuestro amor era prohibido, nadie sabía que éramos novios, ni siquiera mis padres ni los de él, yo de una familia importante y él también, dos almas unidas por un solo sentimiento, el amor. Habíamos estado juntos a escondidas por un mes desde que me enteré de sus verdaderos sentimientos hacia mí. Esos cálidos sentimientos que siempre anhelé provenir de mi amado y que siempre correspondí.
Un mes ya había pasado desde el mejor día de mi vida pero todo cambiaría, esa maldita noche de luna llena. La tarde se desvanecía mientras la noche llegaba lentamente y cubría el cielo con un oscuro manto de color negro como el cabello de mi acompañante, el cual brillaba con la luz de la luna y al mismo tiempo quedaban reflejados en el cuerpo de mi amante, mostrándome involuntariamente su torso desnudo. Ya era de noche, las estrellas iluminaban el cielo y ya era hora de volver.
Llegamos a nuestra cabaña, llegué exhausto, dispuesto a dirigirme a la ducha a refrescarme, pero algo o debería decir alguien me detuvo. Mi amado me tapó los ojos, se colocó detrás mío y me susurró:” Tranquilo mi zorrito, no desesperes, sigue caminando por donde te guiaré y llegarás a tu sorpresa.” Quedé callado y asentí, no podía imaginar lo que me esperaba ya que mi pelinegro no era de dar regalos ni mucho menos, no era tan expresivo así que lo único que pude hacer fue obedecer y caminar.
Al llegar al comedor me encontré con una sorpresa enorme: velas perfumadas de color rojo, dos platos de ramen, una mesa muy peculiar, muy extravagante y nada informal. Mis ojos se llenaron de lágrimas, mi corazón palpitaba a mil por hora, no pude hacer más que regresar a ver a mi pelinegro y abrazarlo fuertemente mientras susurraba a su oído:” Mi amor gracias por recordarlo”. Después de esas palabras el amor de mi vida soltó unas delicadas lágrimas que caían lentamente en mi mejilla y antes de separarme de él, me abrazó más fuerte, me estrujó entre sus brazos y me dijo al oído:” Perdón mi amor, siempre te amaré, todo para ti, el único y verdadero amor de mi vida”.
No lo entendí, no entendía en ese momento del porqué su disculpa, pero sabía que pronto lo descubriría… Ese abrazo jamás lo olvidaré, era como si no quisiera dejarme ir, como una despedida, se sintió como un adiós, pero me soltó al percatarse que tenía hambre y él también. Nos separamos lentamente, lo tomé de la mano y lo llevé a comer. En la mesa, un banquete delicioso, ramen, nuestro plato de entrada, bolitas de arroz como postre y con cada mirada que recibía, temía que el plato principal, era yo. Terminamos de comer y como todo un caballero, mi amado recogió la mesa y empezó a lavar los platos, mientras yo subía a la recámara y me metía a la ducha, a tomar un baño, desnudé completamente mi cuerpo frágil pero bien formado e ingresé.
Después de un momento me di cuenta que alguien estaba en el baño también preparándose para entrar, era Sasuke que, sumergido en sus pensamientos, no se dio cuenta que estaba en la ducha. Sin fijarme mucho, la abrió, me asusté y grité, él despertó de su trance, me miró y de la impresión dejó caer la toalla con la que cubría su zona más prohibida y se sonrojó, aunque no apartaba la vista de mi cuerpo, y yo por otro lado hice lo mismo, admiré ese bello y bien esculpido cuerpo y era un privilegio poder mirarlo, con razón, ahora lo entendía, siempre fue envidiado por los demás chicos y deseado por todas las chicas, pero ahora era solo para mí, todo para mí.
Cinco segundos que duraron toda una eternidad ya habían pasado, despertamos de nuestros pensamientos, yo mecánicamente tapé mi cuerpo con mis manos y él en cambió se acercó a mi lentamente me besó, ese beso era distinto de los otros, este beso no era cargado de dulzura y ternura como solían ser los demás, no, este era un beso lleno de pasión y lujuria, lleno de desesperación y deseo.
Para mayor comodidad, entró en la ducha y me atrajo hacia él, en ese momento noté que su miembro había reaccionado y el mío también por la pasión y excitación que ese momento nos producía, jamás pensé que Sasuke Uchiha reaccionaría así, tan correcto y serio como era, jamás pensé en algo así provenir de él y peor con un chico y mucho menos conmigo, todo por mí. Mis ojos tan abiertos como platos, se cerraban lentamente mientras disfrutaba poco a poco de ese delicioso beso, me abrazó y los besos aumentaron, cambiando cada segundo de lugar, haciendo que mi cuerpo y corazón se estremecieran. A continuación sentí sus caricias, sus fuertes manos recorriéndome de pies a cabeza, analizando cada parte de mi ser, tratando de alcanzar todo lo que mi cuerpo le ofrecía, yo sabía que estaba mal, yo con 17 años y el 18, yo frágil, él fuerte, yo amándolo y él a mí, un amor prohibido, un amor que jamás debió suceder, pero sucedió. Lentamente seguía y me hacía gemir, él el maestro, yo el alumno, él el cazador y yo la presa. Pero yo me dejé y no lo detuve, al contrario rogaba por más, más de sus caricias, de sus besos más de Sasuke Uchiha. Así paso a paso llegábamos a un momento especial, mientras las gotas de agua caliente caían y una espesa manta de vapor nos cubría, aunque no lo diré, ya que al recordarlo me mata, solo diré que la mañana siguiente él se fue, como yo lo veo, para nunca más volver.
A la mañana siguiente a esa maravillosa y a la vez trágica noche, desperté suavemente ya que dormí como un bebé, tan profundamente que no había notado la partida de mi amado. Me levanté, tomé mi bata blanca, me dirigí al comedor y encontré una carta con una rosa. Me preocupé, al ver que la carta se situaba en la silla donde siempre mi pelinegro se sentaba, corrí a verla y rompí en llanto al ver la letra de mi Sasuke en la ella. Empecé a leerla y decía:
Naruto
Disculpa por lo que haré, mi amor nuestra noche fue única, te di lo más valioso que tenía para darte y tú me la entregaste también a mí, como pude notar. Me siento dichoso y orgulloso de tenerte, te amo más que a nada pero debo irme para no volver, no pienses que quiero hacerlo, te juro que preferiría la muerte antes de alejarme de ti, pero trágicamente debo hacerlo, verás mis padre se han enterado de lo nuestro y me han amenazado con decírselo a tus padres y no quiero que lo hagan, te amo demasiado para poder permitir que tu vida se vuelva un infierno por mi culpa, y peor aún cuando por fin te encuentras de nuevo con tus padres y eres feliz.
Me voy, perdón, en verdad lo siento.
Te amo mi amor, siempre seré tuyo y siempre te amaré.
ATT: Sasuke Uchiha
Al terminar, lloré tanto que me desmayé, en pocas horas desperté, volví a ver la carta y empecé a llorar de nuevo, mi ira incrementaba y al mismo tiempo mi demonio interior se liberaba, ahora ya no tengo lágrimas para llorar, me he vuelto uno con mi kyubi, mi demonio, mi zorro interior. Mi corazón se ha partido en dos y nadie jamás lo va a volver a curar.
Mi mente y corazón es solo de un hombre, Sasuke Uchiha, aunque ahora lo odio, algún día lo ame. Pero ese odio no debería ser por él, sino por su maldita familia ya que todavía lo amo. Maldito clan, malditos Uchiha. Pero no hay vuelta, ahora estoy solo, mi demonio se ha fusionado conmigo, ahora solo busco venganza. Ya han pasado cinco años desde esa terrible, noche y juro con mi sangre, que me vengaré ya que nadie reemplazará al hombre que tanto amé y todavía amo, y nadie me hará olvidará este sentimiento que tanto me hace sufrir, jamás olvidaré este sentimiento de DESILUSIÓN.