Bǐsài ~
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Cuatro paredes, tres centímetros de distancia separando a dos personas rodeados únicamente por solo un silencio incomodo
Ellos ya lo habían admitido, se amaban con locura quizá una más allá de la imaginación de ambos. Mucho más allá de la imaginación de cualquier ser humano
¿Entonces si ya habían profesado su enfermizo amor porque estaban allí jugando a ver quién sostenía por más tiempo la mirada del otro cuando podrían estar haciendo otras cosas? –Por no decir teniendo sexo del duro–
La razón era simple. Era tan clara como el agua y a la vez tan complicada como la historia de la existencia misma de la creación
Quien de ellos dominaría y quien de ellos sería aquel que desempeñara el papel del sumiso
Sus miradas chocaban entre sí de forma tan penetrante que prácticamente salían rayos de sus ojos, creando así la tormenta perfecta de incomodidad y tensión sexual
Alguno debía ceder en algún determinado momento
Pero nada
Ni una palabra
Ni siquiera parpadeaban
¡Jashin! ¡Ríndete maldito ateo! –Se repetía mentalmente de forma constante el albino el cual estaba perdiendo la paciencia. Le habían dado muchos maravillosos dones, oh si, sin duda, pero lamentablemente –para el– la paciencia no era uno de ellos
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–Tobi no me dejas ver, un–se quejó un rubio que al igual que el nombrado estaba observando con sigilo la situación en la que se hallaban el “equipo inmortal”
–Senpai tampoco me deja ver–contesto este apartando a su superior tratando de lograr visualizar la escena con mayor claridad
–Si te sacaras esa mascara verías mejor, un–el rubio también comenzó a empujarlo tratando inútilmente de ver más de aquel entretenimiento
Tras empujones y golpes constantes por fin el rubio logro perder la paciencia
E hizo lo que mejor sabía hacer
Hacer explotar una figura de arcilla provocando un estruendo de tamaño colosal
Por tal acción la puerta frente a ellos cayó dejando que los dos integrantes de la habitación noten su presencia
– ¡Fue idea de Tobi!–se excusó prontamente el rubio para luego salir corriendo de allí
–Tobi, ¡Tobi es un buen chico! –grito huyendo al igual que su Senpai
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En ese mero lapso de tiempo el albino volteo su rostro para observar con desagrado a ambos molestosos compañeros que osaban interrumpirlo de aquella forma
Un minuto ¿interrumpirlo?
¿Eso significaba que…?
Poso su vista en su compañero inmortal el cual sonreía satisfecho, eso significaba solo una cosa, si, había perdido y de la forma más estúpida del mundo. Malditos los que lo distrajeron, maldito el jodido de Kakuzu y maldito el por caer
–Así que ya está decidido–inicio el dueño de los orbes jade–El uke en la relación eres tu Hidan–finalizo sonriendo victorioso. Sin una palabra más salió de la habitación caminando por los largos pasillos de la guarida
– ¡Eso no! ¡Mierda! ¡Vuelve aquí ateo tacaño! –grito molesto el albino siguiéndolo
–No debiste desviar la mirada, acéptalo perdiste uke–se burló siguiendo su camino estando plenamente consciente de que aquello no finalizaría allí al menos no para él. Con el carácter que su pareja poseía no le impresionaría si aquella discusión seguía por días
Pero ya se encargaría de que se encariñara con la idea de ser el sumiso en la relación