Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Un escritor con gripe por YueAkiko

[Reviews - 5]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

LO SIENTO! se que tengo otro fic pendiente pero es que...bueno...vi Zetsuai & Bronce la otra noche y mi lado maléfico e irresponsable me estuvo presionando para que escribiera esta pequeña historia, les prometo actualizar pronto mi otro fic, por ahora espero que disfruten la creación de mi alocada inspiración XD

Hice verso sin esfuezo :B

Notas del capitulo:

aquí les dejo mi insana pequeña historia (digo insana por que Akihiko está enfermito :D) la verdad es que no hay mucho que aclarar; los personajes son lo habituales y bueno, no especifiqué concretamente las edades de ambos, solo tengan en cuenta que niguno ha tenido sexo con otro hombre antes de esto (Akihiko no  recuerda si ha sido así o no XD) y bueno...se quieren mucho mucho :3

 

Palabras en negritas y cursiva significan la "otra personalidad" de los personajes, con las que se debaten antes de declararse XD. 

palabras en cursiva y entre ~ : pensamientos de los personajes :D

Espero les guste, lo hice con mucho cariño

 

 

 

Los siguientes personajes son propiedad de Nakamura-sensei y yo los he tomado prestados sin fines de lucro ni intenciones de plagio

Misaki corría por una calle desierta cerca de las tres de la madrugada, llovía a cantaros y ni un alma se asomaba por las aceras ~estoy pensando seriamente en dejar este trabajo, no me pagan lo suficiente para este sacrificio~ pensó el muchacho pasando inadvertidamente frente a un hombre tirado en el suelo ~¿eh?....¿q-qué era eso? ~  El muchacho se volteó con lentitud, esperando no ver lo que creía haber visto. Efectivamente, en el suelo a unos metros de él yacía un hombre de unos veintisiete años, estaba empapado de pies a cabeza y no se movía para nada…~u-un cadáver…e-esta persona está muerta…es imposible que esté vivo…e-el….él está…~ el muchacho se acercó sigilosamente al cuerpo del hombre en el suelo ~él está respirando~ el alivio que lo embargó fue tan grande que se mareó un poco

-por un momento pensé que tendría que llamar a las autoridades…- susurró inclinándose un poco más hacia el joven frente a él; su piel se veía pálida y suave, y su cabello plateado estaba desordenado alrededor de su rostro; estaba algo largo por lo que algunos mechones cubrían su atractivo semblante deforma parcial; la mano derecha de Misaki se aventuró por el rostro del peliplata; sus ojos se abrieron exageradamente cuando sintió el calor bajo su mano-¡pero si estás ardiendo en fiebre!…si no te hubiese encontrado ahora…habrías muerto- susurró levantando el cuerpo del atractivo peliplata ~no puedo dejarlo aquí, si muere sería mi culpa…~

--------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

En su apartamento Misaki se apresuró a dejar el cuerpo de aquel joven sobre el sofá mientras buscaba las medicinas necesarias ~aunque no se como voy a dárselas estando inconsciente~; luego de encontrar lo que creía necesario, se acercó nuevamente al joven peliplata y tocó su frente ~si no te quito esta ropa húmeda no pasarás de esta noche~ pensó mientras su corazón latía con fuerza ~ ¿pero qué….? Es sólo un tipo al que he recogido camino a casa para no dejarlo morir ahí, soy un hombre y él también, no tengo por qué reaccionar de esta forma~

-valla que eres guapo-susurró el muchacho cuando sus manos temblorosas removieron la ropa empapada del inconsciente peliplata; su cuerpo estaba ardiendo a pesar del frío de la noche y el agua que lo cubría por completo; la figura de aquel hombre si que era una alucinación; su torso estaba tan perfectamente delineado que parecía de mármol; sus piernas fuertes y torneadas, sus brazos…su rostro de facciones fuertes…todo él parecía venir de algún lugar fuera de la tierra; Misaki se enrojeció cuando se sorprendió pensando en acariciar aquella piel blanca y suave ~¿qué demonios te pasa Misaki?...el agua debió haberte afectado, quizás también tienes fiebre….bien, termina de ayudar a este tipo y descansa, mañana no puedes faltar a la universidad ~ el muchacho secó como pudo y sin mirar el cuerpo y cabello del peliplata, lo acostó en su cama y lo hiso tragar las medicinas menos fuertes ~con el aliento a alcohol que tienes, puede que una medicina más fuerte te mate y no quiero ser el responsable ~  pensó luego de cerciorarse de que las pastillas habían bajado por la garganta del mayor. Misaki se dio una ducha tibia para aclarar sus ideas y luego de meditarlo mucho y convencerse de que sólo lo hacía por que no había más opción, se recostó junto al peliplata durmiéndose enseguida.

~ah…mi cabeza…ah, mi cuerpo….ah mi garganta… ¿qué demonios estuve haciendo anoche?; recuerdo que dejé la editorial luego de que Aikawa y el idiota de Isaka-san me gritaran por no haberme quedado a firmar autógrafos, conduje hasta el primer bar que vi y bebí hasta que el cantinero dijo que ya no me serviría otra copa; grité, le aventé el dinero y conduje nuevamente hasta otro bar donde dejé mi auto aparcado en un lugar seguro, volví a beber un poco más y luego…¿luego salí? ¡Ah maldita sea no recuerdo que pasó después!~ Akihiko abrió los ojos y se encontró en una habitación desconocida; no recordaba cómo había llegado a aquel lugar, tampoco recordaba haber estado ahí antes; la grisácea luz de una mañana nublada  lo deslumbraba, haciendo que su resaca fuese aún más fuerte ~ ¿u-un chico?…he… ¿he pasado la noche con un chico?~  cerró los ojos y los abrió lentamente intentando comprobar si lo que veía estaba o no ahí

-todavía tienes fiebre….vuelve a dormirte; te encontré tirado en la acera bajo la lluvia pasadas las tres de la madrugada- la voz suave y susurrante del chico junto a él le garantizó que lo que veía no era un sueño; Akihiko se sentó en aquella cama y sintió como todo le daba vueltas; su garganta dolió aún más y la toz que le vino luego de aspirar por la boca lo sacudió dolorosamente

-he dicho que vuelvas a dormirte; no estás bien aún, debes estar con gripe y si no te mejoras podría ser algo grave, estuviste a punto de morir…si yo no te hubiese traído hubieses muerto ahogado de borracho y con una fiebre de los mil demonios- Akihiko obedeció a regañadientes, jamás le había gustado que cuidaran de él –bien…es temprano aún, prepararé el desayuno y te traeré medicinas…por favor, evita levantarte- susurró el chico mientras se levantaba perezosamente y caminaba hacia la cocina ~debo admitir que este muchacho es una monada; me gustan sus ojos verdes…son algo así como…lindos……………..Akihiko la fiebre está aniquilando tus neuronas…mejor duérmete ya antes de que comiences a tener fantasías con este muchacho~ pero los ojos del peliplata no dejaban de pasearse por la figura de su salvador; su cuerpo esbelto, sus piernas escondidas bajo unos pantalones azules, sus ojos verdes, su cabello castaño tan adorablemente desordenado y su torso desnudo e iluminado por la luz de la mañana, no tenía más de veinte años y aun así era adorablemente apuesto. Akihiko sacudió la cabeza de un lado a otro, intentando deshacerse de aquellos extraños pensamientos

-bien…tómate esto y come cuando quieras, yo me voy a dar una ducha para ir a la universidad; tu ropa está en la lavandería así que no podrás irte hasta que llegue, descansa y tómate una de aquellas cápsulas cada ocho horas…. ¿me has oído?- los ojos de Akihiko se habían perdido en los de Misaki mientras este le hablaba; el peliplata asintió levemente, medio embobado por el rostro del universitario; Misaki sonrió divertido y se fue en dirección al baño

~e-este muchacho es…es tan…lindo~ sus ojos no conseguían parpadear, aquella adorable sonrisa lo había deslumbrado por completo y apenas si recordaba como respirar

-hey!...tómate las medicinas y vuelve a dormir- la voz de Misaki sonó divertidamente autoritaria; el peliplata obedeció sin chistar y se acostó una vez más, cubriéndose hasta la cabeza ~no puedo verlo…no puedo, él es….es demasiado lindo, no puedo….no puede ser~

-valla que eres un caso perdido – susurró el castaño mientras cerraba la puerta del baño; sus pensamientos rondaban por la figura del hombre en su cama ~puede que sea un inútil pero…sus ojos si que son algo digno de admirar…él es…waw~

……………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………

-Me voy!....la comida está en el refrigerador, sólo debes calentarla;  recuerda las cápsulas y por favor evita salir o hacer alguna estupidez, yo regreso en la tarde, nos vemos- dijo el ojiverde antes de salir; el chico cerró la puerta evitando pensar mucho en el hombre que se quedaría en su apartamento ~debo estar tranquilo, si continúo pensando en él de esa forma no lograré concentrarme en el examen de hoy y eso si que sería malo~

Camino a la universidad Misaki escuchó en muchas tiendas distintas los noticieros hablando sobre un tal Usami Akihiko, un escritor bastante famoso que había desaparecido el día anterior luego de salir de la editorial Marukawa

-“el automóvil del famoso escritor Usami Akihiko-sensei fue encontrado frente a este bar en donde, según el cantinero, llegó y bebió hasta apenas saber su nombre >> se fue luego de dejar una buena suma de dinero,  sólo sé que tomó esa dirección, era pasada la media noche y llovía a cantaros<< fue la declaración del hombre quien, según testigos, intentó disuadir al escritor de que se marchara sin compañía…hasta ahora no se ha sabido nada de él y su editora espera que se contacte con ella lo más pronto posible, todos esperamos que Usami-sensei esté a salvo”- cada estación de noticias, tanto de radio como de televisión repetía la misma noticia acerca de aquel escritor ~debe ser alguien muy importante y muy famoso para que todos estén buscándolo ~

-Misaki!....despierta… ¿qué te sucede?, estás distraído esta tarde, ¿tuviste una mala noche? – el senpai de Misaki estaba bastante preocupado; generalmente el ojiverde era bastante alegre y rara vez se distraía en clases que no fuesen la de literatura, en cambio aquel día estaba completamente ido, como si algo lo preocupara

-¿eh?...oh no, no me pasa nada, es sólo que…he tenido mucho trabajo últimamente y bueno…estoy realmente casado, estoy considerando renunciar- susurró el castaño~no es una mentira, realmente me preocupa el trabajo pero…me tiene más preocupado el tipo que está en casa, ¿se habrá tomado las medicinas?… ¿le habrá bajado la fiebre?... ¿habrá destruido mi casa ya o esperará hasta que yo llegue?~

-no se si creerte…pero te preguntaré luego, ahora pon atención si es que no quieres que el profesor vuelva a lanzarte algo…hoy tiene varias cosas en su escritorio- Misaki se alarmó y decidió que pensaría luego en su apartamento y en su huésped convaleciente; por ahora, debía concentrarse si es que quería aprobar la asignatura.

Mientras tanto, el peliplata con gripe intentaba sacarse de la cabeza el rostro, la voz y el cuerpo del muchacho que amablemente lo había cuidado la noche anterior y es que sin siquiera imaginarlo…le gustaba…el ojiverde le gustaba.

-ah demonios… ¿cómo se supone que me pase algo así?, él es un hombre y yo también…e incluso cuando el tema de que sea hombre o no, no me parece un problema muy grande, el hecho de apenas conocerlo es bastante para que no sea posible el que…aquel chico me guste…¡ni siquiera se su nombre por el amor de dios!...ah y ahora invoco a dios sin razón alguna…¿qué demonios me has hecho eh?...no puedo entenderlo- Akihiko caminaba de un lado a otro con sólo sus bóxer encima ~él dijo que mi ropa está en la lavandería por lo que aunque quisiera, no puedo marcharme de aquí hasta que llegue~  

-bien, bien…supongo que me quedaré aquí, después de todo, aún tengo fiebre- susurró para si mismo mientras se volvía a sentar sobre la cama, ya había comido y al parecer había hecho todo lo que el muchacho le había dicho - ¿cada cuánto era lo de la pildorita esta?- Akihiko no le dio importancia y se la tomó de todas formas, después de todo una hora antes o una hora después no lo mataría ¿o si?

El peliplata hizo todo lo que el castaño le dijo e intentó volver a dormirse, no era un arduo trabajo, la fiebre y el dolor lo tenían bastante agotado, sin contar el hecho de que no hubiese dormido en una semana antes de eso. A lo lejos escuchó un montón de cartas caer por el buzón, los pasos del cartero lo atacaron casi como piedrazos en la cabeza, al parecer el tomar la pastilla una hora antes o una hora después…si afectaba

-¡endemoniado cartero camina más despacio!- el sonido de su propia voz era una tortura para su pobre cabeza que parecía a punto de explotar ~demonios…él debe tener pastillas para el dolor de cabeza por algún lado, las necesito, de verdad que las necesito~  se levantó apesadumbrado y su cuerpo le demostró que el movimiento no era lo mejor para él; la habitación comenzó a dar vueltas lentamente, pero aquel movimiento se sentía tan brusco que apenas si podía mantenerse en pie

-demonios…estas pastillas son una tortura, lo que sea que quiten, preferiría tenerlo antes de sufrir estos desagradables mareos ¿de que sirve estar mareado si no has probado ni una gota de alcohol? No tiene gracia- Akihiko avanzó como pudo hasta la mesa donde había comido y encontrado todas sus medicinas; buscó alguna que se pareciera a una aspirina o algo por el estilo, no encontró nada ~quizás en el baño~ pensó moviéndose hacia el cuarto de la parte del fondo de aquel pequeño apartamento; la fuerza de los mareos era cada vez peor y llegó hasta un punto en que sus piernas ya no podían sostenerlo erguido; el peliplata se echó al suelo quedando junto al montoncito de cartas que el cartero había dejado hace un rato “Takahashi Misaki”, todas las cartas estaban dirigidas a ese nombre

-así que Misaki…me gusta ese nombre- susurró mientras comenzaba a sentir el cansancio nuevamente. El suelo parecía tan cómodo que su conciencia se rindió y terminó dormido en el suelo entre la entrada y el pasillo hacia el baño.

 

-¡nos vemos mañana!- se despidió el muchacho antes de partir corriendo a casa; de paso hablaría con el dueño de la tienda donde trabajaba luego del restaurante y le diría que no podía continuar con el trabajo; quizás debería ajustar su presupuesto pero no podía continuar trabajando hasta las tres de la madrugada.

En el camino las mismas noticias de la mañana se repetían una y otra vez; el famoso escritor Usami Akihiko no aparecía por ningún lado ~pues debe de estar tirado en algún motel junto a alguna mujer barata o algo por el estilo; si dicen que no es primera vez que desaparece es entonces por que es un irresponsable ~  

-Takahashi, ¿por qué has venido tan temprano muchacho?- el dueño de la tienda era un hombre bastante amable y había ayudado mucho a Misaki durante el tiempo que había trabajado para él

-oh…justamente quería hablar con usted…quisiera, quisiera presentarle mi renuncia- susurró el joven bastante apenado, de verdad le debía mucho a aquel hombre, quizás no monetariamente pero si en cuanto a apoyo…pero no tenía más remedio, el poco descanso le estaba afectando en las clases y ya no sabía que más hacer.

-oh…bueno Takahashi, esto es bastante repentino y…y me da pena dejarte partir por que te has convertido en alguien agradable para mí, pero si esa es la decisión que has tomado, entonces no me queda más que aceptarla…debes saber que estarán las puertas abiertas si es que necesitas volver-

-gracias….- la conversación de ambos hombre se vio interrumpida por una sarta de gritos provenientes del televisor; una mujer pelirroja bastante atractiva al parecer había arrebatado el micrófono de la periodista que hablaba con ella y había decidido tomar las riendas de aquel comunicado

-¡….Usami-sensei,  esta es mi última advertencia; si no aparece hoy en la noche tenga por seguro que lo buscaré por cielo, mar y tierra y esta vez si lo voy a asesinar, así que más le vale aparecer escritor irresponsable!- bajo la imagen de la pelirroja aparecía su nombre “Aikawa” ~de veras compadezco a ese tal Akihiko; esa mujer si que se ve furiosa~ pensó el ojiverde asustado; enseguida una imagen lo hizo espantarse aún más; un peliplata alto y apuesto aparecía en una especie de conferencia de prensa; según la televisión , esas eran las últimas imágenes que se tenían del autor que…con sus ojos violeta parecía mirar a Misaki a través de la pantalla

-e-el… ¿él es Usami Akihiko?- preguntó el chico un tanto alterado

-valla, como se nota que tú no lees Misaki; Usami sensei está en todas las contraportadas de sus libros; libros que tu mismo vendías aquí- susurró el ex jefe del muchacho; Misaki respiró hondo

-b-bien, c-creo que yo mejor me marcho…humm, gracias por haber comprendido…nos vemos- susurró el muchacho saliendo precipitadamente de la tienda en dirección a su casa ~ ¿por qué demonios no le pregunté su nombre?,¿Por qué no revisé su cartera en busca de alguna licencia de conducir o algo así?....¿por qué no lo mencionaste tú tampoco Usami-sensei?~  el chico corrió aún más rápido cuando se vio más cerca de su apartamento; necesitaba ver a aquel peliplata que había recogido la noche anterior, quizás no podía sacarlo aún de su casa por la gripe que lo atacaba pero…al  menos podía pedirle que se comunicara con su editora para que dejaran de preocuparse tanto por él…

-Ya llegu…- Misaki se quedó helado al ver al peliplata que acababa de reconocer tirado en el suelo, con los ojos cerrados y semidesnudo ~¿qué demonios?~  

-¿U-Usami-sensei?....¿Usami?...¿p-puede escucharme?-

-sólo llámame Usagi ¿si?- la grave y susurrante voz del peliplata alivió profundamente al muchacho quien estaba a punto de declararse culpable de asesinato involuntario

-¿qué te pasó Usagi-san?- le ayudó a que se levantara pero al parecer las piernas no le respondían y tubo que cargar con casi todo el peso del mayor hasta lograr apoyarse en una silla cercana

-pues…no se si tomé antes o…después de lo previsto la pastilla que tu me dijiste que tomara- susurró el peliplata recordando el horrible dolor de cabeza que le había venido y que poco a poco parecía disminuir

-ah….supongo que debí haberme quedado aquí contigo; después de todo hemos tenido suerte y no te has matado…bien…supongo que te duele la cabeza ¿o me equivoco?- Akihiko lo miró apesadumbrado

-sólo dame una aspirina; luego me contarás de tus habilidades como telépata- susurró  intentando sonreír; Misaki se alejó un poco para ver si es que el peliplata mantenía el equilibrio; cuando comprobó que si, fue de una carrera al baño y volvió tan rápido como pudo con la famosa pastilla en la mano ~así que si estaban en el baño~ Akihiko sonrió y aceptó la pastilla con agrado

-no leí tu mente; lo se por experiencia propia- susurró Misaki tomando uno de los brazos del convaleciente y cruzándolo por su espalda para llevarlo a la cama

-Misaki… ¿cómo has sabido mi nombre?- Akihiko se estremeció; pronunciar aquel nombre y saber que le pertenecía a él lo hacían sentir…extraño

-han hablado de ti todo el día en la radio y todas las estaciones televisivas- susurró el ojiverde caminando lentamente; conocía los efectos de esa pastilla cuando no se tomaba a tiempo y Usami debía de sufrir un mareo horrible. -¿tu como has sabido el mío?- el peliplata sonrió de medio lado y rio por lo bajo; el aliento caliente del ojilila le dio a Misaki en el cuello lo que le provocó una placentera sensación de calosfrío

-tienes correo- susurró como respuesta; Misaki echó un vistazo hacia la puerta de entrada y vio unos cuantos sobres esparcidos por el suelo, la mayoría algo pisoteados por él mismo en su espanto al ver al peliplata en el suelo

-¿a eso te levantaste? – Misaki comenzó a quitar el brazo de Akihiko de detrás de si mismo para poder recostarlo con lentitud….algo que parecía bastante difícil dado que el peliplata apenas se podía a si mismo

-no, quería buscar aspirinas, pero camino al baño no pude más y…bueno…vi los sobres y tu nom…- Akihiko y el menor perdieron el equilibrio cayendo precipitadamente a la cama del menor –nombre- susurró algo adolorido; todo el peso del chico estaba sobre él y a pesar de que quizás no eran más de cincuenta y cinco kilos; el debilitado cuerpo de Akihiko apenas podía soportar ese peso

-gome ne…Usagi-san- susurró Misaki al notar que su cuerpo estaba sobre el de su huésped;   la repentina cercanía de sus rostros hizo al menor enrojecer levemente lo que provocó una dulce y a la vez traviesa sonrisa en el rostro del peliplata.

-no te preocupes…estoy bien- susurró con tranquilidad mientras una de sus manos, al parecer involuntariamente rodeaba la cintura del castaño apegando (si es que se podía más) sus cuerpos; Misaki pudo sentir el caliente torso del ojilila incluso a través de su camisa

-t-tienes fiebre de nuevo- susurró el chico mientras la cercanía de aquel rostro comenzaba a marearlo; su aliento se mezclaba con el del escritor producto de la cercanía y su mente no podía evitar volar hacia lugares inexplorados.

-humm…¿s-si?- Akihiko respiraba por la boca, saboreando el aliento del menor sobre él; su lado más descuidado le rogaba un beso, su lado pervertido le exigía tener sexo lo que quedaba del día y toda la noche…y muy a lo lejos, su conciencia daba pequeños golpecitos, indicándole casi como una sugerencia que por favor se alejara, que no era muy buena idea.

El sentido común de Misaki pudo más y el chico se removió lentamente como apenado por dejar tan cálido cuerpo atrás sin siquiera darle una probadita ~Misaki demonios contrólate, está completamente afiebrado…debes ayudarlo y…decirle que se marche mañana para evitar que la mujer de la televisión lo asesine como prometió; además…ambos somos hombres y él es totalmente atractivo por lo que las mujeres le deben llegar de a montones~  Misaki se sorprendió a si mismo cuando una ola de celos enloquecedores lo  embargó al pensar a aquel sexy sujeto en una cama con alguna hermosa mujer.

-uh…humm- comenzó el muchacho volteándose para ocultar su rostro de la mirada del escritor, intentó despejar su mente de aquellas desagradables imágenes pero el deseo de ser él quien compartiera la cama con aquel hombre en vez de la bella mujer de su imaginación era bastante más grande que su cordura –yo…y-yo te traeré algo para que te cubras y…y un paño frío para la fiebre- susurró el chico respirando profundamente

-Misaki…dudo que algo de tu ropa me quede, déjame así que la verdad no me molesta….o ¿a ti si?- aquella pregunta salió involuntariamente seductora, Akihiko hacía todos sus esfuerzos por mantener la calma pero es que con semejante enfermero era difícil resistirse ~vamos Akihiko, él es un chico al que apenas conoces ¿y eso qué? No le quita lo apetecible vamos Akihiko contrólate, no puedes obligarlo, te apuesto a que él no querrá pues siempre puedo convencerlo ¿y luego de eso que harás?, ¿Pedirle que salgan?, ¿convertirse en amantes? ¿Y por qué no? Después de todo es atractivo, dulce, se ha preocupado mucho por mí y se ha tomado las molestias de traerme y cuidarme en su casa ¿estás diciendo que te gusta? Pues si…supongo…waw…bien…supongo~  su mente era idéntica a la de un esquizofrénico, la única diferencia era que en vez de hablar con una voz desconocida que provenía de su cabeza; conversaba con otra de las partes más importantes de su cuerpo…su corazón, un órgano al que no había escuchado en años.

-…..¿me oíste? Usagi-san…¿te sientes bien? Akihiko-san por favor contéstame- susurró Misaki al notar que el mayor no le respondía; el peliplata pareció salir de un sueño profundo y cuando vio el rostro del ojiverde tan preocupado por él no tuvo duda alguna…estaba sintiendo algo más que sólo atracción física por ese chico.

-oh, lo siento Misaki… ¿qué dijiste?- sonrió tanto como pudo…su corazón despertaba luego de años dormido y empolvado en el rincón más oscuro de su ser.

-d-dije que…que no me molesta que estés así- susurró el ojiverde sonrojado nuevamente; Akihiko se incorporó sobre la cama quedando a pocos centímetros del estudiante quien comenzó a respirar entrecortadamente ~¿por qué sonríe?, ¿por qué es tan endemoniadamente guapo?,¿ por qué mi corazón late tan rápido?, ¿por qué no puedo apartar la vista de él?, ¿por qué quiero besarlo?….¿por qué?...detesto el por qué…no tengo respuesta para él….te gusta…acéptalo y sabrás por qué ¿eh?... pero…si él es un hombre…y…y………..y me gusta~  Misaki estaba cada vez más sumergido en su mente; junto con admitir que aquel hombre le gustaba, su cuerpo comenzaba a pedirle cosas que jamás le había pedido…

Akihiko rio por lo bajo al notar lo embobado que parecía el joven estudiante; aprovechando esto, decidió acallar las suplicas de sus llameantes labios y con un movimiento lento y seductor rozó con sus labios los del ojiverde; primero fue un suave y delicado roce que hizo que Misaki cerrara los ojos, seguidamente la punta de la lengua de Akihiko rozó juguetonamente el labio superior de su enfermero para luego encerrar en un dulce beso los labios del pequeño castaño

~¿eh?....¿q-qué demonios está pasando? Lo encontré anoche ahogado de borracho y lo traje a casa por que no podía más de fiebre; lo cuidé y lo ayudé y… y encima de todo ¿se burla de mí? ¿qué acaso no nota lo mucho que me gusta?~ La mente de Misaki era un mar dividido entre la excitación y la  incertidumbre; los labios de aquel apuesto peliplata se habían apoderado de los de él y lo besaban tan dulcemente que Misaki no pudo más que responder. La danza de sus lenguas duró sólo unos segundos debido a los miedos de universitario ~a mi me gusta pero ¿y yo a él?~  Misaki se alejó bruscamente y lo miró con falso reproche.

-h-hey n-no te burles…y-yo no soy de esos- susurró con sus mejillas coloreadas de carmín.

-yo tampoco, y aun así me gustas… ¿no crees que es raro?- Akihiko sonrió luego de aquella respuesta, las sensaciones transmitidas con ese beso valían más que mil palabras; ese chico sentía lo mismo por él.

-s-si….lo es- susurró el ojiverde aún más sonrojado ~yo le gusto~

-y yo también te gusto… ¿no es aún más raro?- pregunta tramposa…~¿caerá?…¿confesará?~

-si…lo es…- Misaki se dio cuenta de lo que acababa de decir ~niégalo~ - oye…¿a-a ti quién te dijo que tu me gustas? – Akihiko sonrió

-pues tú, acabas de decírmelo- Misaki bajó la cabeza…no podía creer lo que había dicho, lo había admitido para si mismo, pero que Akihiko lo supiera…bueno era algo…diferente.

-n-no escuché bien y…y sólo respondí lo primero que se me vino a la mente – susurró totalmente avergonzado. Akihiko volvió a sonreír y acarició el rostro del menor con dulzura; Misaki alzó la vista y notó los dulces ojos del peliplata admirándolo como si se tratase de un tesoro; su corazón dio un vuelco  y ya no pudo más que rendirse a aquellos encantos

-me gustas- susurró Misaki volviendo a posar sus ojos en el suelo; si sus oídos hubiesen sido más sensibles habría notado lo rápido que latía el corazón del ojilila al escuchar aquellas palabras

-Misaki….mírame- susurró con aquella voz aterciopelada llenas de emoción; el castaño obedeció y alzó su rostro para confrontar el de Akihiko quien sin esperar más volvió a aprisionar los labios del menor en un beso lleno de felicidad. Las manos del peliplata se posaron a ambos lados del rostro del ojiverde quien, sin previo aviso y contrario a cualquiera de sus instintos se sentó tímidamente sobre las piernas del mayor quien se mantenía aún sentado al borde de su cama; un suspiro se escapó de la boca de Akihiko mientras exploraba con su lengua la dulce y tibia cavidad del menor ~ah…esta sensación es tan agradable…no quiero que se acabe nunca…~  sin saberlo, aquel pensamiento invadía lamente de ambos quienes poco a poco se dejaron llevar por la situación y los factores que intervenían en ella (como el hecho de que Akihiko ya se encontrara semidesnudo).

Sin dejar de besarse, Misaki acarició con timidez la suave y blanca piel que tanto había querido tocar; rozó aquella espalda amplia, los hombros firmes, el torso delineado; el abdomen plano y ligeramente marcado, todo era tan desesperantemente perfecto.

Por su lado, Akihiko liberaba lentamente cada botón de la camisa que Misaki llevaba puesta; rozando con las yemas de sus dedos cada trocito de la piel erizada y tibia del menor en sus piernas; su delgado cuello y aquel pecho perfecto lo habían hecho delirar toda la mañana y por fin ahora, sus manos podían explorar todo lo que sus ojos habían visto y deseado previamente.

-ahh- gimió el menor cuando el peliplata rozó con deliberada lentitud uno de sus pezones; Akihiko sonrió y volvió a atrapar los labios del menor esta vez en un corto pero profundo beso.

-quiero tenerte para mí…sólo para mí- susurró acomodando al menor en sus piernas de modo que las delgadas piernas del castaño quedaran una a cada lado de sus caderas. Misaki suspiró ante aquel movimiento y se estremeció cuando sintió los labios de Akihiko besar toda la extensión de su cuello y hasta su clavícula; las manos de Usagi-san recorrieron los muslos del menor desde las rodillas hasta las caderas, empujándolo más hacia si mismo; cuando su miembro fue capaz de sentir el de Misaki por entre la ropa supo que ese chico era el único a quien quería tocar por el resto de su vida.

-Usagi-san ahh- susurró el castaño cuando el mayor lo recostó sobre la cama y se posicionó sobre él para encerrar uno de sus pezones en un lento y delicado beso; la lengua de Akihiko rozó apenitas la sensible piel de aquel botón, la punta de su lengua jugueteo un poco con la parte más alta de aquella sensible partecita, para luego bajar con lentitud por toda la extensión del abdomen del menor, memorizando cada textura, cada aroma…cada sensación.

-aahhh ahhh Usagi…san-  gimió el estudiante cuando una de las grandes manos del peliplata se apoderó de su miembro y lo masajeó apasionadamente; su mente era un mar de placer que sólo hacía que la sensación de aquel tacto se incrementara, llevándolo al borde del delirio.

-Misaki…- ronroneó el escritor volviendo a los labios del pequeño mientras con cierto nerviosismo desabotonaba y quitaba los pantalones de este último. Misaki se estremeció al sentir el roce de la tela y las manos  del ojilila rozar la ahora muy sensible piel de sus piernas ~te quiero…te quiero Usagi-san~  pensó acariciando la suave espalda del hombre sobre su cuerpo

-te quiero- ronroneó Akihiko con una voz tan profunda que penetró los oídos del menor sin ningún remordimiento; un calosfrío los recorrió a ambos y de la nada…todo se sintió absolutamente correcto.

-yo también te quiero a ti…Usagi-san- susurró el menor acariciando lentamente la piel del torso de su querer

-ahh…Misaki- susurró el mayor cuando la tibia palma de su pequeño presionó levemente el bulto entre sus piernas; sin dejar de mirarse a los ojos y con un evidente color carmín adornando sus mejillas; ambos hombres introdujeron sus manos en la ropa interior del otro, rozando con delicadeza su abultada virilidad ~el es a quien estaba esperando~

-ahh….ahhhh Usagi-san-

-Misaki…mi…Misaki-

Los suaves gemidos invadían la habitación con un adulce profundidad; sus cuerpos acalorados se rozaban mutuamente brindándoles aún más sensaciones…el amor crecía en aquel pequeño apartamento y sin arrepentimientos; ambos cerraban sus destinos, comprometiéndose sin palabras, a estar con el otro y sólo con el otro…por el resto de sus vidas

-ahhh ahhh Usagi-san….me m-me vengo- susurró el castaño completamente sonrojado

-y-yo también…y-ya ahhhhh- el cálido líquido del interior de  ambos hombres se liberó en sus manos y cuerpos, haciéndolos sentir aliviados y a la vez ansiosos por el siguiente paso.

Akihiko removió su ropa interior y lo mismo hizo con la del menor; se sentía nervioso…era su primera vez con un hombre…al menos estando consciente; y al parecer, Misaki estaba en la misma situación.

-humm…s-sé que esto va a doler-susurró intentando infundirle confianza al menor –pero…pero si en algún momento te hago daño…sólo dímelo ¿si?- susurró mientras sus manos temblorosas separaban las piernas de castaño y las acomodaban para hacer más fácil la entrada –sujeta mi mano y no olvides… que te quiero- susurró; Misaki respiró hondo y asintió, dando a entender que prosiguiera con la penetración. Akihiko intentó hacerlo lo más lento y delicado posible pero era difícil; las entrañas del menor estaban apretadas y era difícil adentrarse para poder continuar. Por las mejillas del chico corrían suaves lágrimas que combinaban el dolor y el placer mientras su mano apretaba con fuerza la de su seme.

-l-listo- susurró el mayor cuando por fin estuvo completamente dentro; Misaki ya no lloraba y su interior comenzaba a acostumbrarse a tener dentro la masculinidad del ojilila; el mayor se movió lentamente, iniciando una suave y placentera embestida que fue seguida por un pasional gemido por parte de ambos

-ahh…ahh Usagi-san…ahhh- gimió quedito el ojiverde mientras el dolor se veía  empequeñecido por las numerosas descargas de placer que el mayor le otorgaba; Akihiko mientras tanto, levantó el cuerpo del menor y lo sentó sobre si para así poder hacer de aquel acto, lo más cómodo y menos doloroso posible para su Uke

-ahh…ahhh ahhhh- cada embestida significaba un nuevo roce y una nueva sensación dentro de ambos, cada gemido era una declaración de amor…cada beso era un viaje al paraíso

-ahhh ahhh Akihi-ko…t-te quiero- susurraba el menor aferrándose a la espalda de su amante, siendo llevado por una ola de placer.

-yo también te quiero…Misaki- las embestidas aumentaron su ritmo así como también los gemidos de Misaki y los suspiros del peliplata

-ahh ahhh ahhhh – gemía el menor

-Misaki…Misa-Misaki- susurraba el ojilila

-ahh ahhh m-me vengo- susurró el menor luego de un rato siendo penetrado deliciosamente por el escritor.

-Misaki…¿pue-puedo terminar dentro de ti?- con apenas cordura el ojiverde asintió y su cuerpo se movió arriba y abajo para sentir un poco más antes del climax

-ahh ahhh ahhhhhh- su esencia volvió a salir a la luz, regalándole un pasaje de ida al paraíso; Akihiko terminó su acto en la calidez de su Uke, sintiendo cómo las estrellas se lo llevaban al cielo.

-te quiero, te quiero, te quiero…- susurró el peliplata mientras besaba cada parte del rostro del menor; con suaves caricias volvieron a acostarse y con movimiento lentos salió del interior de su Uke intentando no hacerle daño

-y yo a ti- susurró el estudiante, divertido y agradecido del ojilila. Se abrazaron  con dulzura mientras sus labios se rozaban tiernamente; y sin alejar aquel rose cayeron presas del sueño, del cansancio y del amor que los sedaba poco a poco regalándoles un sueño en el que ambos participaban.

A LA MAÑANA SIGUIENTE…………….

~d-de debo levantarme, debo ir a la universidad~ pensaba Misaki con sus ojos aún cerrados; poco a poco adquirió consciencia y notó la cálida respiración que chocaba contra su rostro; como un rayo cada recuerdo del día anterior volvió a su mente y se estremeció de felicidad al saber que no era un sueño; abrió los ojos sólo para ver el perfecto y angelical rostro de su amante dormido frente a él, abrazándolo contra su cuerpo, acurrucándolo con su calor.

-te quiero- susurró quedito, intentando no despertarlo; de la misma forma comenzó a alejarse para prepararse para la universidad pero una mano lo retuvo de forma repentina; Akihiko sin siquiera abrir los ojos le impedía la salida de la cama y del abrigo de sus brazos

-Usagi-san…déjame ir, debo ir a clases- susurraba el menor con una sonrisa en su rostro; las violáceas pupilas del peliplata vieron por primera vez la luz del día y al mismo tiempo el sonrojado rostro de su amante –por favor- susurró el estudiante besando los labios de su seme por un breve instante

-¿acaso estas loco?- susurró el peliplata posando su mano derecha sobre la frente del menor –estás ardiendo en fiebre; tomaremos las medicinas y volveremos a la cama, no pretendo dejar que mi novio enfermo deje el apartamento- susurró; Misaki se estremeció ante la palabra “novio” pero no protestó, la idea de pasar la tarde entera en los brazos de su amante lo volvía loco de felicidad

-por cierto…yo también te quiero Misaki-

FIN

Notas finales:

espero lo hayan disfrutado =3 

recibo de todo, en especial críticas XD

los amo mucho! gracias por su apoyo

cuídense 

ATTE. Yue-chan

 

 

 

 

 

P.D: STOP THE SOPA! =B


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).