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A los quince por Eisheth

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Notas del capitulo:

Pues esta historia la basé en la canción Fifteen de Taylor Swift :3

¿Por qué? No lo sé, pero me las ingenié para hacer un SebasxCiel 

Bueno pues las letras en cursiva son POV's de Ciel y como supondrán aqui tiene 15 años.

Espero que les guste (:

Pd. Los personajes de Kuroshitsuji pertenecen únicamente a Yana Toboso. Esta historia salió de mi imaginación.

A los quince.


Respiras profundo y traspasas la puerta: es la mañana de tu primer día.

Saludas a tus amigos que no has visto hace tiempo e intentas no meterte en el camino de nadie.

 

Primer día de escuela…

Nueva escuela, nuevos amigos y una nueva vida.  Ir con buena actitud, listo para hacer amigos y sonreír son los principales requisitos para tener un buen primer día; sin embargo, eso no va conmigo.

 

-          Uff…Ahí voy- Dijo un ojiazul antes de abrir esa gran puerta. Era el temido primer día de clases en aquella preparatoria pública. Él estaba acostumbrado a pequeñas escuelas, pero esta era una de las más grandes que jamás había visto.

 

-          ¡Ciel! – Grito un rubio de cabello corto y ojos verdes con una mirada tan fina que parecía mujer a primera vista.

 

-          ¡Finnian! Uff…qué bueno que te veo, ¿dónde está bard?

 

-          Está con Maylene, ¡vamos! – El rubio tomó del brazo al pequeño y se dirigieron entre toda la gente buscando a sus amigos de la secundaria.

 

-           

Es tu primer año en la secundaria [1] y estarás los siguientes 4 años en este pueblo, esperando que uno de esos chicos te guiñe el ojo diciéndote que no te había visto antes.

 

Mucha gente, demasiada para mi gusto. Hay de todo: hombres y mujeres en distintas proporciones y formas de carácter. Veo a un grupo de señoritas con minifalda y pompones, deben ser las porristas, que esbeltas. Otro grupo con instrumentos pesados, la banda de la escuela. Más y más grupos, ¿me pregunto en dónde encajaré?

 

-          ¡Ciel, los encontré! – Gritó Finnian sin siquiera saber que el otro no le prestaba mucha atención al estar absorto en sus pensamientos. Se detuvieron frente a un chico de cabello rubio y ojos verdes y una pelirroja de ojos marrones.

 

-          Qué bien que los hayamos encontra… - De pronto calló. Una simple imagen lo había cautivado. Nunca en toda su vida había visto a una persona con unos ojos tan seductoramente hermosos. Aquella persona le había hecho sonrojar, sin embargo… - Es un chico- susurró por lo bajo, nadie le había oído.

 

***

 

-          Debido a que es su primer día y no conocen las instalaciones, cada uno será asignado a un tutor del tercer grado. Si tienen preguntas no duden en hacerlas, confíen que en esta escuela tendrán una gran estadía – Concluyó de hablar un hombre de traje, el director de esa escuela. Los alumnos de dividieron en grupos según la inicial de su apellido y de ahí fueron llamados uno por uno para asignarles a su tutor.

 

-          Phantomhive Ciel – Convocó una mujer de alta edad.

 

-          Aquí – El pequeño se dirigió a la mesa donde tenía que firmar que había sido entregado a un tutor. “Entregado”, vaya manera de decirlo.

 

-          Muy bien señor Phantomhive, usted estará a cargo del joven Michaelis. Por favor, trátelo amablemente y él lo será con usted –Finalizada esta plática, otra mujer lo dirigió hacia su acompañante. Sintió el corazón salirse de su pecho al descubrir que estaría nada más y menos con el dueño de aquellos ojos carmesí que tanto lo cautivaron. – Joven Michaelis, por favor, sea amable con el joven Phantomhive.

 

-          No se preocupe, cuidaré bien al pequeño novato – Una sonrisa amable, de esas que conquistan a quien sea, se asomo por el rostro del pelinegro. La mujer se fue y dejó a solas al tutor y al tutorado.

 

-          Y-yo… - Decía un Ciel sonrojado debido a la presencia de esos ojos sobre él, que lo miraban de pies a cabeza.

 

-          No eres muy alto – Dijo con simpleza el mayor. Éste, a diferencia de Ciel, era bastante alto a sus 17 años, además de portar una figura atlética, pues claro, era jugador del equipo de futbol. – Disculpa, mi nombre es Sebastian, ¿y tú?

 

-          Ci- Ciel…

 

-          Bueno, Ci-Ciel – Respondió irónicamente –Primero hay que recorrer la escuela, vamos.

 

-          C-Como diga…

 

-          Oh por favor, no me trates de “usted” y déjate de ser tan formal, seamos amigos, ¿sí?

 

-          Está bien, Sebastian…

 

-          Ja, ¿sabes?, eres muy lindo para ser un chico…

 

Porque cuando tienes quince algunos te dicen que te aman y tu les creerás.

Y cuando tienes quince te sientes como si no hay nada que entender.

 

-          Bueno, ya es hora que vayas a clases.

 

-          No quiero ir.

 

-          ¿Por qué?, siempre es divertido el primer día.

 

-          No conozco a nadie.

 

-          Lo harás, te espero a la salida, Ciel-chan – Sonrió.

 

-          ¿Ci- Ciel-chan? – un leve sonrojo asomó en sus mejillas.

 

-          Jajaja, en verdad eres muy lindo. – Acarició su cabello y se fue.

 

Cuenta hasta diez y entra, esta es la vida previa antes de saber que tendrás quince.

 

Gente, más y más gente desconocida. No me agrada para nada. ¿Cómo puede ser divertido el primer día de clases?, es detestable. Tanta gente sin saber a lo que se enfrentan.

 

En clases te sientas alado de la pelirroja Abigail [2] y rápidamente son mejores amigas, riéndose de las otras chicas que se creen lo mejor. Saldremos de aquí lo más pronto que podamos.

 

-          ¡Por aquí! – Señalaba una rubia de coletas para indicarle el último puesto vacío, pues había llegado tarde.

 

-          Gracias –respondió este.

 

-          Hola, me llamo Elizabeth, pero puedes llamarme Lizzy – Comentó la niña con voz cantarina

 

-          Soy Ciel, mucho gusto- Sonrió sinceramente ante la amabilidad de la niña

 

-          Y dime, ¿conoces a alguien del grupo? – Se notaba su nerviosismo, evidentemente ella no conocía a nadie.

 

-          Realmente no, mis amigos están en otro edificio.

 

-          Entonces, ¿te sentarías conmigo los demás días?

 

-          Por supuesto – y rió por lo bajo tras descubrir que tenía una nueva amiga –¿Qué sabes de nuestros compañeros?

 

-          Pues, ¿ves ese grupito de chicas en la esquina?. Todas ellas se les insinuaron al rubio de por ahí, él es Alois y es muy, pero muy presumido…

 

-          Jajajajaja – Ambos reían tras ver como el mencionado Alois tropezó y cayó al suelo. Éste les miró con mala cara.

 

-          Tal vez la preparatoria no sea tan mala como lo imaginé.

 

-          Si, espero que podamos ser buenos amigos

 

-          Lo seremos, Lizzy…

 

-           

Y luego estás en tu primer cita y él tiene un auto,  te sientes como volando, tu madre te espera y tú crees que él es el indicado.

Tú bailas en el cuarto cuando la noche termina, cuando la noche termina.

 

-          Sebastian.

 

-          ¿Sí?

 

-          ¿A dónde vamos? – preguntó el ojiazul después de 20 minutos de viaje en el auto de su acompañante.

 

-          ¿A donde más si no a la playa? – Respondió con una sonrisa en el rostro

 

-          ¿Por qué?

 

-          Porque eres mi tutorado y debo tratarte bien.

 

-          Eso fue hace tiempo

 

-          No importa…

 

***

 

-          Sí que eres lindo.

 

-          ¡Deja de decir eso!

 

-          ¿Por qué?, realmente lo eres – Un pequeño roce en los labios del menor hizo que este se estremeciera y ruborizara al mismo tiempo. Sus ojos estaban muy abiertos  por la sorpresa que le causó el gesto.

 

-          Se- Sebastian, tú…

 

-          ¡Shh!, no digas más…- Y acto seguido besó suavemente al pequeño Ciel.

 

***

Mi primer beso… Siempre creí que exageraban al decir que era maravilloso, sin embargo lo fue. Pero algo debe estar mal conmigo, ya que este fue con un hombre…

 

-          Vaya, ¡pero qué feliz estás, bebé! ¡Estoy muy contenta por ti!

 

-          Mamá, ya no soy un bebé

 

-          Pero para mí siempre lo serás, Ciel. Dime, ¿por qué tan feliz?

 

-          No lo sé, tal vez la escuela no es tan mala.

 

Siempre odié la escuela, sin embargo ahora me gustaba estar ahí, así estaba con él. Desde que lo conocí no he hecho más que sonreír, algo que creía imposible después de la muerte de mi padre. Lo quiero, quiero a Sebastian.

 

Porque cuando tienes quince algunos te dicen que te aman y tu les creerás.

Y cuando tienes quince te sientes como si no hay nada que entender.

Pero en tu vida harás cosas mejores que salir con un chico del equipo de futbol.

Pero no lo supe yo a los 15...

 

-          Te quiero… -Susurró Ciel.

 

-          ¿Dijiste algo?

 

-          No, nada.

 

***

 

-          ¡Alcánzame si puedes! – gritó un pelinegro corriendo por la costa esa soleada tarde. El sol amenazaba con empezar su camino a ocultarse.

 

-          ¡Sebastian!, ¡regrésamelo! – Ciel refunfuñaba mientras trataba de alcanzar a su “tutor”, pues le había quitado el móvil cuando se mensajeaba con Elizabeth.

 

-          Jajaja, ¡corres como niña! – A Sebastian le encantaba ver molesto a su amigo, solía ruborizarse y decir cosas incoherentes.

 

-          ¡Cállate y regresa aquí! – Dicho esto, Sebastian paró en seco, haciendo que Ciel (sin poder detenerse) chocara contra él, cayendo ambos al suelo, uno sobre otro. – Auch…

 

-          ¿Estás bien? – La cercanía de ambos rostros era demasiada, realmente insoportable.

 

-          Yo… yo…- Ciel por su parte había quedado ensimismado por el hecho de estar tan cerca de él, tan cerca de esos ojos escarlata, tan cerca de sus labios…

 

Un roce que habló por todo su silencio…

 

-          ¿Ciel? – estaba sorprendido

 

-          ¡N-no es lo que parece! - Desesperadamente intentaba levantarse y alejarse del mayor suponiendo que éste estaba molesto. -¡perdóname!, en verdad yo… - Una fuerza ajena a él lo hizo caer sobre la arena. Tardó en procesar lo que estaba pasando. Sebastian estaba sobre él, lo estaba besando.

 

-          Eres lindo cuando te enojas, no se te entiende nada de nada – Dijo el pelinegro burlándose de su acompañante. Lo volvió a besar, un beso más demandante, más lascivo… El rostro del pequeño estaba más que rojo y trataba de acostumbrarse al ritmo del mayor, después de todo no tenía experiencia…

 

***

 

-          Ahh.. Sebastian…

 

-          Eres muy lindo – Besos y caricias acompañaban el vaivén de la pareja…

 

-          Te… te quiero Sebastian, ahh…

 

-          Yo te amo… ¡Ciel! – Gemidos roncos salían de sus labios…

 

***

 

-          ¡Ciel!

 

-          ¡Elizabeth!, ¿qué pasa? ¿por qué vienes corriendo?

 

-          Tu madre…

 

-          ¿Mi madre?

 

-          Ella está… está grave en el hospital…

 

***

 

Él, ella, ambos se han ido…

 

***

 

-          Sebastian, te necesito… - Un susurro, una súplica que nunca sería escuchada...

 

-          Sebastian, no… - se escuchaba a lo lejos. Bajo las gradas una pareja. La mujer indescriptible, el hombre de piel clara, cabellos oscuros y roja mirada…

 

-          Sebastian, te quiero…

 

-          Yo también te quiero

 

Una simple frase, un débil corazón destrozado…

 

Cuando todo lo que querías era ser querida, desearías poder volver y decirte a ti misma lo que sabes ahora.

 

-          ¿Por qué? – se lamentaba el ojiazul, sumergido en la soledad de su hogar. Todo, lo había perdido todo.

 

-          Ciel, ¿estás aquí? – su amiga había entrado a su casa

 

-          ¿Lizzy? – Instantáneamente corrió a abrazarla, desahogarse de todo el dolor que tenía.

 

-          Tranquilo, no llores más, ella está mejor así.

 

-          Ya no hay nadie, Lizzy. Mis padres, la persona que me robó el corazón… Sólo me quedas tú.

 

-          Siempre estaré contigo, Ciel…

 

 

Antes prometí que me casaría con él algún día, pero me di cuenta que tenia sueños más grandes en mi vida. Y Abigail dio todo lo que tenia a un chico que cambio de parecer y las dos lloramos.

 

Ha pasado todo un  mes, recuerdo el día en que fingí que todo lo que pasamos fue por una apuesta. Me odias, lo sé. Ahora estás con esa chica, todo el rato, no has vuelto a dirigirme la palabra desde entonces…

 

-          ¿Ciel, estás bien?

 

-          Lo siento Lizzy, estaba pensando.

 

-          ¿En qué?

 

-          Mi madre falleció por la baja atención del lugar. Quiero dinero, mucho dinero para poder ayudar a las personas que quiero.

 

-          ¿Sabes? Yo quisiera dedicarme a la medicina, ayudar a las personas, serles útil. Tal vez sea un sueño algo lejano, pero me esforzaré por cumplirlo… Ciel, ¿me acompañarías a estudiar en el extranjero?

 

-          ¿El extranjero? ¿Por qué yo?

 

-          Porque eres mi mejor amigo, y te prometí estar siempre juntos.

 

-          ¿Y qué pasará con Alois?

 

-          Se acabó…

 

-          ¿Eh? ¿Por qué? Se les veía tan bien juntos…

 

-          “No soy lo suficientemente buena para él”

 

-          Es un imbécil.

 

-          Lo sé…

 

-          ¿Estás bien?

 

-          ¿Hay razones para no estarlo?

 

-          Tú lo querías, de verdad…

 

-          Ciel…

 

Ella quería a Alois tanto como yo quería a Sebastian. Indudablemente le dolía, a mí me dolía. Ambos son unos imbéciles, pero tal vez nosotros lo somos aún más al dejarnos engañar… Odio a Sebastian.

 

Porque cuando tienes quince algunos te dicen que te aman y tu les creerás.

Y cuando tienes quince te sientes como si no hay nada que entender.

Me di cuenta que el tiempo puede curar lo que sea y solo debes ser quien se supone que seas, yo no sabía quién se suponía que era a los quince.

 

-          ¡Hey!, desde que venimos has subido de peso, estas rechonchito jajajaja.

 

-          Cállate Lizzy, no es verdad.

 

-          ¿Estás bien? Te vez pálido.

 

-          No me siento bien…

 

***

 

Sebastian, después de 3 meses comprendí que no sirve de nada resentirme por algo como eso. Ahora hay cosas más importantes, gente más importante. Lizzy decidió ayudarme junto con una de su maestra Paula Itsuji [3], que quiere estudiar este extraño caso, nunca lo esperé. A veces me pregunto qué será de tu vida, sin embargo no creo que sea bueno para nosotros, el estrés no debe existir en mí por un tiempo. Mi meta por ahora es únicamente concentrarme en mis estudios y terminar mi carrera lo más pronto posible, no dependeré siempre de Elizabeth y Paula, son un gran apoyo, pero debo independizarme para darle lo mejor a ella…

 

Es tu primer día. Respira profundo, nena, y respira profundo mientras camines por esas puertas…

 

El auto se detuvo. Un hombre y una mujer miraban fijamente fuera de la ventana. Un colegio privado que parecía una mansión.

 

-          Bueno, ya llegamos Scarlett.

 

-          No quiero bajar.

 

-          Es el primer día, lo vas a disfrutar.

 

-          Si claro, eso dices.

 

-          ¿Sabes?, en mi primer día en la preparatoria también me negaba a asistir, pero a pesar de todas las consecuencias que tuvo, no me arrepiento de ello.

 

-          Bueno, tú nunca me mientes. Te creeré, hasta luego.

 

-          Adiós, mi pequeña.

 

Mucha suerte…

 

***

-          ¡Auch! – la joven cayó al suelo junto con su móvil, quedando éste a los pies de con quién chocó.

 

-          Lo siento, ¿está bien? – preguntó una voz masculina mientras se agachaba a recoger el móvil y levantar a la señorita.

 

-          Descuide, no fue na…da…. – Ambos quedaron boquiabiertos frente a lo que veían. Ambos jóvenes eran parecidos, realmente demasiado, sobre todo por esos ojos carmesí. Ambos se ruborizaron.

 

-          Yo... lo siento, debí tener más cuidado… Mi-mi nombre es Demian, Demian Michaelis…

 

-          Mucho gusto, yo soy Scarlett, Scarlett Phantomhive…

Notas finales:

[1] - Debido a que vivo en México (quien pregunto? e.e) pues lo adapte de la secundaria de EUA a la preparatoria de mi pais xD

[2] - No supe a quien poner como la amiga pelirroja en la que Ciel confíe, asi que use a una Elizabeth más madura (:

[3] - Itsuji es un apellido que invente ._. pero por Paula me refería a la niñera o no se de que le toque a Elizabeth

 

Estoy pensando en agregar algunos capitulos para explicar lo sucedido con la pareja, pero realmente no se :/ opinen si continúo la historia o se quedan con el final MUY abierto xD

En fin, gracias por leer.

 


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