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Detención por Reikayi Xaro

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Notas del fanfic:

Primeramente, he de aclarar que este fic tenía el nombre de "Español, Matemáticas y Ciencias Sexuales" Por Reikayi, es decir por mí, ahora Reikayi Xaro. Es un gusto saber que me estás leyendo...

Este fic fue publicado: 29/07/09
Última vez actualizado: 19/07/10

He vuelto a publicar despues de tanto tiempo, no sólo no pude por mi ocupación en la universidad y mi apatía... sino también en parte porque mi cuenta anterior en esta página tuvo un problema. Ya no podía accesar a ella y por lo tanto, tampoco podía darle continuidad a mi fanfic, el cuál, si revisan, podrán comprobar lo mencionado.

Agradezco infinitamente a tod@s aquell@s que siguieron desde entonces este fic, y también a las personitas que apenas se van sumando a conocer esta historia que espero sea de su agrado.

Lógicamente agradezco de corazón cada uno de los reviews que recibí cuando fue publicado el fic en su momento, ya que simboliza demasiado para mí lo que comentaron, al ser mi primer fic y en ese entonces mi experiencia como "escritora" estaba a prueba aún. Se conservarán en mi interior, todas esas bellas palabras aportadas por ustedes, hermosa comunidad.

Gracias a todas esas personas que estuvieron, que están, que han estado y a las que estarán...

Sin más explicaciones -y si es la primer vez que leerán esta historia, una disculpa por la demora del tiempo- Comencemos...

 

Notas del capitulo:

Y tal y como expliqué antes -por si no leyeron xD-

Mi cuenta anterior (Reikayi) en esta página tuvo un problema. Ya no podía accesar a ella y por lo tanto, tampoco podía darle continuidad a mi fanfic, el cuál, si revisan, podrán comprobar lo mencionado. Así que al fin decidí poner orden a muchas cosas... y he regresado para compartirles este bonito proyecto con una nueva cuenta.

Este fic fue publicado: 29/07/09
Última vez actualizado: 19/07/10

Y ahora lo traigo de vuelta ^^ no se sorprendan si lo ven por ahí.

*Aproveché para corregir un poco la ortografía al ser esta la segunda vez que lo subo, pero no cambié más, considerando que la idea era preservar el escrito que ya había publicado.

Inicio de clases, para la mayoría un regreso más a la rutina escolar. ¿Soy demasiado joven para esto? Yo Matsumoto Takanori, ¿realmente lo soy…?


Estoy orgulloso de mi primer día de trabajo. Lidiar con un grupo de muchachos ya casi adultos no podía ser tan difícil, los conocimientos básicos ya los tienen, este curso será algo como un repaso de lo que ya han vivido y estudiado. Reafirmar y quizá enseñarles una que otra cosita nueva, solo eso.


Caminaba con mi maletín nuevo, traje de vestir, lentes peculiares, tratando de mostrarme seguro frente a los estudiantes como frente a mis colegas. No fue el mejor día para mi cabello, ya que había amanecido más que enredado y alborotado de la raíz a la punta, por lo que me vi forzado a ‘’arreglármelo’’ yo mismo (como en el PV de Leech *-*) Ligeramente ondulado, cayendo casi en los rizos y largo para el usual corte de un caballero, según los demás maestros. Por ahora, no considero apropiado teñírmelo, lo mantendré castaño oscuro por un tiempo, al menos hasta que me gane la confianza de mi jefe… aunque aun así no servirá de mucho ejemplo para mis estudiantes si lo hago.


Clima perfecto y un sol radiante, un buen auspicio de que todo saldría bien. Los alumnos lucían adorablemente sus uniformes, en especial las chicas. Siempre he estado a favor de las minifaldas… por algo fueron inventadas, ¿no es así? Puro disfrute visual y comodidad para las mujeres. En cuanto a los chicos, tienen aspecto más formal, a diferencia de los que no se ponen la camisa como deberían, solo consiguen llamadas de atención ante esa absurda rebeldía. Los envidio, tengo celos de esa libertad casi sin consecuencias más que un regaño o una cita a sus padres. Ahora con este empleo el riesgo es el despido… realmente necesito el trabajo, no me arriesgaré a perderlo. Seguí mi camino y apreté como reacción el papelito con el número del aula donde trabajaría. Respiré profundo y giré el picaporte con la intención de entrar y ver a mis estudiantes, pero… ¿qué tan difícil puede ser?


Tal y como lo esperaba, la mayoría se puso de pie al verme entrar, me dieron la bienvenida y los buenos días. Pero, no eran todos. Un llamativo trío no lo hizo. Los murmullos podían seguir incluso de pie, pero esos tres hablaban como si nada hubiese pasado. Más que una falta de respeto, lo tomé como una declaración de guerra y más cuando uno de ellos, el más rubio y con una cintilla de tela sobre su nariz, volteó a verme unos segundos y siguió con esa actitud. Supe contra que tipo de estudiantes estaba lidiando, o más bien, con los que lidiaría… esos tres serían problemas. Pero, ¿quién soy yo para juzgarlos? La primera impresión cuenta mucho, sin embargo seré paciente y con mayor razón lo seré con ellos.


-Buenos días y gracias por la bienvenida – dije sonriente – también gracias a la mayoría, por ponerse de pie – agregué mientras que aquellos 3 estudiantes me miraban desafiantes.


Pasaron unos instantes de silencio, cada uno de los alumnos me examinaba de pies a cabeza, pude darme cuenta de ello. Las estudiantes se deleitaban más que sonrojadas, soltaban risitas de pena y bajaban la mirada si mis ojos se cruzaban con los suyos. Me sentí como un estudiante nuevo, en vez de un maestro nuevo.


-Yo soy Matsumoto Takanori y seré su profesor durante este periodo, deseo y espero que todos nos llevemos muy bien… es un honor estar hoy aquí con ustedes. Supongo que ya se conocen, pero yo aun no, así que primeramente- suspiré – pueden sentarse.


Una ola de susurros comenzó usándome como su tema principal. Saqué las listas y algunos cuadernos para hacer los primeros apuntes del día. Alcé mi vista y me sentí extrañamente cautivado con uno de aquellos tres chicos, el de la bandita en la nariz. Era el único que hacía contacto visual conmigo. No evadía mis expresiones en lo más mínimo, sin importar que tan serio lo mirase. Incluso yo era quién escapaba de su mirada, él era… diferente.


-Vamos a empezar con… - traté de no tartamudear, para ser un adulto, me sentía intimidado - bueno, creo que lo mejor es que se presenten, ¿no creen? es una buena idea… van a decirme sus nombres completos, que les gusta hacer o sus pasatiempos, ¿si?


-¡Yo primero Matsumoto-sensei! – dijo una chica seguida por su amiga y el resto de las estudiantes cautivadas por mi presencia – ¡¡¡Yooo!!- levantaban al máximo sus manos.


-Vaya… - sonreí – veo que están muy entusiasmadas… jeje – como había predicho, aquel rubio y sus otros dos amigos no habían levantado sus manos o hecho señas de poner atención – pienso que sería mejor hacer esto al azar – propuse llevándome los suspiros de mis alumnas – veamos… - leí con cuidado cada nombre y número, ¿cuál sería el de ese rubio…? – ¿Shiroyama Yuu…? – miré hacia los asientos mientras que los alumnos que se sentaban en las primeras filas giraban sus cuerpos y miradas hacia los últimos bancos.


-¿Si…? – un alto pelinegro se levantó de su lugar despacio.


Me detuve para observarlo, tenía una mirada más que superior, expresión de calma y de intensidad a la vez. Noté que estaba sentado al lado de aquel rubio y aquel castaño que llamaron mi atención junto con él.


-Bien, por favor preséntate - dije.


-Ok… bueno pues… - pasaron unos segundos – yo soy Shiroyama Yuu… ¡ja! aunque creo que eso ya lo saben… -guardó silencio.


-¿Eso es todo…? – pregunté al no escucharlo decir más – uhm… como te gustaría que te llamara? ¿por, ‘’Yuu’’? les recuerdo que a mi no me gusta llamarlos por apellido…


-¿En serio? bueno, entonces llámeme Aoi… todos me conocen así - suspiró en una atmosfera de más confianza – si… Aoi, y me gusta tocar guitarra… eso es lo que más me gusta hacer… - se sentó llevándose palmadas en la espalda departe de sus dos amigos y chillidos de las enamoradas chicas a su alrededor.


-Esta bien… - sonreí – un gusto conocerte… Aoi, me parece estupendo eso de que toques guitarra… - leí de nuevo la lista y me dejé llevar por el nombre de "Taka" sonaba algo como el mío… - ¿Takashima Kouyou…? – sin darme cuenta había elegido nuevamente, a uno de los 3 chicos llamativos.


-Mande – un castaño aun más alto, se puso de pie y se apresuró con su presentación – hola Matsumoto-sensei… puede llamarme Uruha… y me gusta tocar guitarra al igual que Aoi – tomó asiento como si nada seguido de más murmullos y suspiros de las jóvenes.


-Hola Uruha… un gusto en conocerte a ti también… -pensé que a ese ritmo, todos en la clase terminarían diciendo que les gusta tocar guitarra.


Las cosas se estaban poniendo tediosas con ambas presentaciones pésimas, sinceramente esperaba que fueran más espontáneos, en especial ellos. La apariencia casi femenina que tenían arreglándose así daba a entender otra cosa. Sin embargo, hasta parecía que se habían puesto de acuerdo para responder eso y hacerme ver como un baka con mi idea de las presentaciones.


-Bien… continuemos…

-Oiga… am… Matsumoto-sensei - una profunda y atrayente voz se escuchó desde el fondo del aula – Yo quiero ser el siguiente…


Había sido aquel rubio. Hasta se había levantado de su asiento sin importarle mi autorización o no.


-Me agrada tu actitud, pero dije que sería a azar… por favor, sólo siéntate- le contesté mirándolo fijamente, él solo se cruzó de brazos y obedeció – Lo siento pero tendrás que esperar, continuemos con… uhm… veamos, póngase de pie… Suzuki Akira…


Todos en el aula rieron. Yo no había entendido el porqué si ese nombre era tan normal, hasta que vi quién era Suzuki Akira. Me sentí un poco apenado. Nuevamente el rubio se puso de pie.


-¿Pues quién lo entiende, sensei? – dijo sonriendo – Primero que me siente y luego que me pare! ya decídase, no?


-Ahm… - traté de disipar mi pena ignorando sus comentarios y los de el resto de la clase – háblanos sobre ti…


-Yo soy Suzuki Akira… me gustan los video juegos… ¡y tocar el bajo! – (Vaya… una respuesta un poco diferente ¬¬)– y me gusta que me digan… Reita -w-


-¿Reita…? – (¿de aquí a cuando todos tenían apodos salidos de una banda de rock?) – un placer conocerte Reita...


-Jaja… si – permaneció de pie – ¿Le puedo hacer una pregunta…?


-Claro, Reita… puedes preguntarme lo que sea, para eso estoy aquí.


-Si a usted no le gusta llamarnos por nuestros apellidos… ¿tampoco le gusta que lo llamemos "Matsumoto-sensei" o es que acaso ahí es diferente con eso de que el respeto y esas bufadas…?


-Primero que nada, eso no es una bufada, segundo, si es por respeto, pero déjame decirte que tampoco me gusta que me llamen por "Matsumoto-sensei"…


-Entonces… si no le gusta que le digamos así… ¿cómo le gustaría que le dijéramos?


-"Ruki-sensei"- contesté mientras le sonreía y el me regresaba la sonrisa.


No negaré que se generó cierta conexión al primer instante, después de todo, me agradó su forma de ser, para ser un estudiante futuramente problema parecía ser muy expresivo, al menos eso creo yo.


Así empezó mi primer día de trabajo con esta clase… debo de estar preparado contra aquellos dos estudiantes ''antipáticos'' (o que quizá ya traen algo entre manos para torturarme por ser nuevo aquí); Shiroyama Yuu y Takashima Kouyou. Y claro, por supuesto, contra el hablador Suzuki Akira… o mejor dicho, Reita.


La clase prosiguió, obviamente con las interrupciones de aquellos 3. Era mi primera vez frente a un grupo. Al momento de darme la vuelta y darles la espalda para escribir en el pizarrón, los chillidos aumentaron.


-Silencio, por favor… - dije mientras escribía con cuidado con la tiza.


-Es tan apuesto… o///o


-Es taaan sexy *¬*


-Ruki-sensei será mío >o<


-¡NO! ES MÍO! ¬O¬


-¡CÁLLATE! >_<


-¡No! Tú cállate...


-GUARDEN SILENCIO – traté de mantenerme cuerdo con los comentarios de mis alumnas.


Cumplieron mi orden, pero solo unos segundos. ¿A quién quiero engañar? Adoro los halagos, pero escucharlos en boca de estudiantes míos es incómodo. Cuando terminé de anotar los temas de la unidad en el pizarrón, estaba a punto de explicar que era y como calificaría, hasta que repentinamente un adorable hombre asomó su cabeza por la puerta, un gesto que me pareció piadoso.


-Buenos días… - entró al verme sonreírle y permitirle pasar – hola… yo soy Kai y usted debe de ser el nuevo docente aquí, mucho gusto en conocerlo Matsumoto-sensei.


-Hola Kai-san – le dí un amigable apretón de manos -  ¿y ustedes, muchachos? ¿Ya terminaron de apuntar lo del pizarrón? Terminen y concéntrense en eso…


-Lamento interrumpir su clase...


-No, no te preocupes… - lo miré – dime, ¿qué se te ofrece? ¿Eres estudiante de aquí?


-De hecho no lo soy – sonrío de la manera más linda posible – yo soy el cocinero de la escuela, el encargado de la cafetería y vine a invitarlo en el receso para preguntarle si le gustaría probar el especial de los "maestros", esos platillos y almuerzos en el menú de ustedes… - me entregó un folleto.


-Oh, vaya… eso es muy gentil de tu parte, gracias Kai-san – leí – todo luce exquisito, me encantaría todo lo del menú *¬* con gusto iré en el descanso.


-Muy bien – retrocedió hacia la puerta – lo esperaremos, gracias a usted – cerró el aula.


-¡KAI, ESTÁS COMO QUIERES!


-¡¿Quién dijo eso?!  – pregunté, era imposible que la culpable hubiese sido una chica, claramente fue un ser masculino quién lo dijo.


-¡Yo! – gritó como orgulloso de su acción el pelinegro… Aoi.


-¿Tienes idea de lo que pudo haber sentido Kai-san si te hubiese escuchado? Eso fue una falta de respeto… - el pelinegro me ignoraba viendo su lápiz – uhm… - suspiré. Era como estarle hablando a la pared, pero no por ello iba a perder mi paciencia y menos en el primer día de trabajo.


-Continuemos… - un extraño sonido invariable a volumen bajo se escuchaba –  un momento… - miré a Uruha, el único estudiante con un largo cabello que era idéntico a un oscuro cable de audífonos tratando de ser escondido – URUHA! por favor… guarda ese i-pod.


-¿Ah? – volteó a verme ligeramente desorientado - ¿me dijo algo?


-Sí… - conté hasta 10 en mi cabeza – dije que por favor guardaras ese i-pod…


-¿I-pod?– preguntó asombrado – es el primer maestro al que escucho que lo llama por su nombre… no como los típicos profesores que le dicen ‘’cosa, aparatejo, música o basura’’… - lentamente lo guardó en su mochila – además una vez oí a una maestra tratar de decir ‘’i-pod’’ y me dio vergüenza escucharla…


-Esta bien… ahora seguiremos con la clase… - ese chico me hacía quedar sin palabras, sé que debía ser más estricto, pero era tan solo el primer día – con respecto al tema…


El timbre sonó. Era momento para el descanso. Nuevamente el tiempo y las interrupciones. Los alumnos salieron del aula. Miré el folletito y me apresuré para ir a comprar esa deliciosa comida.


-Rayos… - la cafetería estaba llena, las filas enormes y los maestros me parecieron demasiado creídos como para irme a las oficinas con ellos.


Y por más que busqué superficialmente a Kai, no logré hallarlo en ese sitio de almuerzos, así que regresé a mi aula. Para mi fortuna, estaba casi vacía. El único estudiante que se encontraba ahí dentro, era Reita.


-¡Hola, Ruki-sensei! – parecía saborear algo gustosamente.


-Hola, Reita-san… ¿Qué haces aquí todavía? El timbre sonó hace un rato… deberías estar en los patios… - suspiré – quizá destruyendo algún auto o golpeando a algún estudiante para quitarle su dinero… - carraspeé.


-¿Disculpe? -creo que si escuchó eso último que dije.


- No, nada... solo estaba bromeando… ya sabes, chistes de maestros… –sonó tan poco creíble, lo sé, pero no pensé en otra cosa.


- Haber… déjeme ver si entendí… ¿usted piensa que soy uno de esos vagos, uno de esos malos alumnos que viven reprobando materias, con llamadas de atención todo el tiempo y qué como están a punto de ser expulsados tienen que hacer trabajos extra y además acostarse con su maestro para lograr pasar…?


- ¿Qué?eso no sonó muy bien que digamos… cuida y modera tus palabras.


-Respóndame… ¿usted piensa que soy de ese tipo de chicos?


-Bueno… pues… - la verdad si lo creía, a excepción de que me pareció extrañamente fascinante la idea de que se viera obligado a terminar en mi cama.


-Ya sé que está pensando…


-¿Ah? -lo miré ya sin poder tener escapatoria.


-Sí, usted no sabe responderme con sinceridad… le diré algo, Ruki-sensei, usted es de los maestros que por ser atractivos e inteligentes, creen que tienen el mundo bajo sus pies y qué TODOS harán las cosas a su manera… déjeme decirle que eso aquí no funcionará…- se acercó a mí, de imprevisto ya lo tenía frente a frente y demasiado cerca.


-¿De qué estas hablando? Eres mi estudiante, y yo no considero correcto que te expreses así (¿de verdad piensa que soy atractivo e inteligente?)– al sentirlo tan aproximado a mi espacio personal, posé mi mano sobre su pecho con la idea de empujarlo levemente para que se alejara, pero solo conseguí que él tomara mi mano con fuerza.


-Ruki-sensei… deje de usar sus palabras elegantes… - el timbre sonó para anunciar el final del descanso y Reita soltó mi muñeca – Uhm… - se dirigió a su lugar mientras que el resto de sus compañeros entraban escandalizados y alborotados.


Al sentarme y percibirlos quietos de nuevo, no pude evitar encontrarme con la mirada de Reita. No nos perdimos de vista a la distancia ni un solo instante tras lo sucedido. Fue tan incitante proseguir con mis clases aún con su vista firmemente sobre cada uno de mis movimientos y gestos.


Dí la orden de realizar un ejercicio, se aferró cada quién en lo suyo. Los alumnos agachados concentrados en sus escritos y yo sentado en el lugar de todo maestro, en la silla reclinable detrás del escritorio. Me quité el saco y lo posé sobre el respaldo de mi asiento.


Reita seguía acabándome con la vista, por lo que me advertí obligado a tratar de ocultar mi estímulo, jugueteando con la punta de una de las patillas de mis gafas, introduciéndola solamente un poco para retenerla entre mis dientes sin aplicar mucha fuerza en la mandíbula. Ahí fue cuando el rubio alzó levemente su rostro, como muestra de que mi grácil mordisco en los lentes había captado su interés aún más. Acarició cariñosamente su bandita sin dejar de mirarme y humedeció sus labios. Esa maniobra aceleró mis latidos, ahora era todavía más evidente que algo estaba surgiendo de esa espontánea competencia de insinuaciones. No podía quedarme atrás, realmente deseaba seguir con aquello y ver su próximo movimiento.


Reita era muy atractivo, sin duda. Tanto, que incluso me inquietaba a mí, su maestro, para llegar a algo más. No pude controlarme ante tal provocación de su parte, así que sentí que debía responderle con otra indirecta sugestiva igual de buena o mejor. Con la patilla de mis lentes aún un poco dentro de mi boca, pasé mi lengua sobre ella. Saqué lentamente la diminuta punta. Coloqué los lentes a un lado de un par de los libros frente a mí y deslicé pesadamente mis dedos por los botones de mi camisa, regresé mi dedos al primer botón y seriamente, sin dejar de mirar a Reita, lo desabroché.


Noté que él hiso un gesto de moderado asombro y parpadeó rápido, sin duda eso le hiso aumentar el cosquilleo que sentía, más bien… que ambos sentíamos. Con cautela y con cuidado de que el resto no se diese cuenta, desabotoné el segundo y el tercero, trataba de hacer que mis mímicas dieran a entender que moría de calor… y la verdad así era. Reita no apartaba su mirada de mí, parecía estar más que dispuesto a continuar. Separó ambas piernas y se recargó más relajado sobre su asiento, volviendo inevitable el hecho de bajar mi mirada hacia ese espacio entre sus piernas, perfecta pose para hacerme suspirar ante la atrayente invitación de sentarme ahí.


Estaba perdiendo el control, no tenía idea del entretenimiento que Aoi y Uruha estaban disfrutando casi tanto como Reita y yo. Eran los únicos que se habían tomado la molestia de interrumpir su tarea para vernos. Eran perspicaces y a pesar de eso, no quería detenerme, ¿y porqué hacerlo? si a este paso hasta un tonto podría predecir lo que sucedería si seguíamos así.


Fue cuando la mano derecha del rubio, descendió hasta su entrepierna, jamás había tenido ansías de escuchar el sonido de un cierre bajando, hasta ese momento. Realmente quería ver si lo había inducido lo suficiente como para poder comprobarlo con aquella dureza que entre fantasías de apenas minutos atrás, podía degustar. ¿Porqué estaba pensando en eso? Estábamos un salón de clases, no un hotel de carretera… pero aún así, lo pensé.


Mordí mi labio inferior ante el ardor que sentí al ver como Reita frotaba paulatinamente esa área clave de su cuerpo, viéndome. Estaba tan distraído ansiando ser su mano, que olvidé por completo que era mi turno de provocar. ¿Cómo iba a poder competir contra eso? Por lo que, dejé de verlo como un concurso de quién derretía a quién. En mi atrofiada mente, era tener sexo con él en una misma habitación, pero a la distancia y con el peligro de ser descubiertos en cualquier minuto, cosa que aumentaba la lujuria junto con el hecho de estar siendo observados.


Dejó unos segundos su entrepierna y escribió delicadamente algo en su cuaderno para después, arrancar la hoja, sin duda era para mí y les diré porque estoy tan seguro de ello.


Tantas cosas pasaron en mi mente, Reita ni siquiera se había bajado la bragueta, sólo se rascaba como un vil mal educado frente a su maestro, no comenzó su trabajo, no dejó de ver hacia mi dirección, pero era porque estaba tratando de conseguir un buen ángulo con correcta puntería para arrojarme una bolita de papel a la cabeza, para así, hacer reír al par de dementes que tenía por amigos.



Sentí el golpecito de la bolilla de papel, tan suave y a la vez tan doloroso ¬¬ fue la clara representación de un sueño frustrado con el crudo golpe de la realidad. En mis fantasías Reita lucía… uhm… de hecho más o menos igual, pero visto desde otro punto. No le dije nada, mucho menos lo regañé por reír secretamente junto con esos dos. ¿Qué culpa podía tener ese chico por ser el objeto de inspiración, deseo y perversión de su maestro? Pensándolo bien… claro que tiene culpa, por ser tan sugestivo y por lo increíblemente incitador que sonó su plática en el receso. Me cautivé con esa actitud… en el fondo deseo que él sea la autoridad aquí, ‘’el alumno que fuerza al maestro’’, ¿acaso no suena sexualmente irónico? ¿de verdad estoy deseando que eso suceda…? De algo estoy seguro…


Este será un largo periodo T-TU


Nota Final del Día.
Por: Matsumoto Takanori.

Tan perdido, tan perdido… en él….
¿Porqué sus labios lucen tan deliciosos? ¿Porqué me fascina su actitud…?
Yo soy la autoridad aquí, yo soy la autoridad aquí… ¿se supone que así debe ser?
¿Deseará cambiar lugares? Aún no lo conozco lo suficiente como para permitirle dominarme...
Así que aprenderá a obedecerme…
Acatará mis órdenes… y si se niega, el deseo que evoca en mí le buscará con hostilidad…

La obsesión apenas comienza…
¡Trataré de ocultar mis síntomas!
Lo devoré con solo verlo, ¿qué seguirá después?
Este es tan sólo el tierno inicio del más desastroso de mis deseos…

Notas finales:

Bueno... déjenme decirles que yo me sorprendí al volver a leer mi fic! tenía tanto sin leerlo... He cambiado creanme, (considerando el hecho de que lo publiqué en 2009, todavía ni era mayor de edad).

No quise modificarlo y eso que de verdad tenía una urgencia que me decía que corrigiera casi todo. Pero opté por conservar la historia tal y como la había publicado, limitandome a cambiar solo un poco la ortografía.

Agradezco infinitamente a tod@s aquell@s que siguieron desde entonces este fic, y también a las personitas que apenas se van sumando a conocer esta historia que espero sea de su agrado. Agradezco de corazón cada uno de los reviews que recibí cuando fue publicado el fic en su momento, ya que simboliza demasiado para mí lo que comentaron, al haber sido mi primer fic en ese entonces.

Si es posible, deja tu review, gracias por leerme ^^


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