Duelo perdido.
Te daré trabajo...
En un risco, cinco hombres se encuentran reunidos, el mar embravecido rugía a sus pies, agitado por la tormenta próxima.
-A los diez pasos-dijo uno de los hombres-se darán la vuelta y dispararan, obviamente el que dispare primero matará al otro, y será el ganador. ¿Listos?
-Listo- dijo el hombre de cabello plateado, tranquilo como si se tratara de un paseo por el campo, incluso guarda una de sus manos en su bolsillo con suma displicencia.
-Listo-dice el castaño de espaldas al otro joven, las manos le sudan y no sabe porque, si él no le tiene miedo a nada, y además una bala no puede matarlo ¿cierto?... ¿cierto?
-bien-dice el hombre que funge como árbitro- sus segundos son, Aidou Hanabusa por parte de Kuran Kaname y Kiryuu Ichirou por parte de Kiryuu Zero. Bien. Comencemos.
1…
Ambos dieron un paso, y sus miradas cambiaron, había seguridad en ellas, determinación, pero era la mirada violeta la más penetrante.
2…3…
Kaname suspiró, después de todo Kiryuu no era mal tipo…bueno, sí. Pero no era para tanto, retarlo a duelo fue un momento de ofuscación, y la verdad no esperaba que el otro aceptara.
4…5…6…
Zero le hablo a su arma, Bloody Rose, dijo, esta vez no podemos permitirnos perder.
7…8…9…
Que estupidez, pensaron ambos, si en realidad hasta buenos amigos pudieron ser. Qué pena que uno deba morir.
10…
Ambos se dieron la vuelta y apretaron el gatillo. Cuando el estruendo se disipó y la confusión terminó, el único en pie era Zero. Y no solo eso, Kuran había caído por el desfiladero.
+++
Sintió la bala penetrar su cuerpo limpiamente. Su propio disparo con el anterior impacto solo atravesó el aire. Pero si ya sabía que aquel nuevo conde era un experto cuando de armas se trata. Pero si ya lo sabía. ¿Entonces? ¿Qué diablos lo empujo a retarlo a un maldito duelo donde era más que obvio que perdería?
Que fatídico, porque él, Kuran Kaname era todo un noble de nacimiento, un sangre pura en todos los sentidos, y perdía irremediablemente, contra un cazador y comerciante que ganó su titulo con dinero. Que deshonra, eso dirá su familia.
Pero no es todo, no. Está cayendo, lentamente por el precipicio, por un lado era mejor, el mar arrasaría con él, exprimiría su vida y al menos así moriría sin tener que enfrentar la vergüenza.
Está cayendo, y no puede evitar recordar el motivo de todo, lo que lo llevo a esto.
+++
-¡Hey Kiryuu!-le dijo sentándose frente a él en aquel club, donde solo la nobleza era bienvenida.
El joven de ojos amatista despegó su vista de la pistola plateada que limpiaba afanosamente y sin prestar atención al mundo a su alrededor.
-mi hermana Yuuki me pregunta cuando iras a la casa.
-¿ir a tu casa? ¿Para qué?
- Mi hermana quiere hablar contigo. Imagínate para qué- dijo pícaramente
-solo tomé con ella el té una sola vez, ¿y ya cree que es mi deseo verla periódicamente?
-¿qué estás insinuando, bastardo?
-nada, solo que una mujer que se toma atribuciones así por un té…
-¡Mi hermana no es una mujer de cascos ligeros!-si darse cuenta ya estaba de pie- si es lo que estás pensando ¡te equivocas!
-yo no digo eso-el peliplateado dejó con cuidado el arma sobre la mesa-pero quizás debas buscarle marido por otro lado.
-¡desgraciado!-estaba harto de aquella actitud soberbia-¡tú no eres nadie! ¡Eres un maldito nuevo rico! ¡Eres poca cosa para mi hermana!
-Perdóname por no nacer en cuna de oro-dijo Zero poniéndose también de pie-y por ganarme las cosas a base de mi propio sudor. Y si soy poca cosa para tu hermana no vengas aquí a restregármela para que…
¡Paff! Kaname se quitó el guante y le dio con el fuertemente en la mejilla, el guante cayó entonces sobre la mesa.
Zero observó la prenda, sorprendido, incluso el propio Kaname se sintió así. Él siempre es calmado y racional ¿qué demonios le paso? Y aun así…
-el honor de mi hermana no puede ser manchado por tus palabras ofensivas-dijo-yo defenderé su honor.
Zero lo miró atentamente, la estancia antes bulliciosa se había callado, todos expectantes. Y entonces él, el nuevo noble, tomo el guante.
-Acepto-dijo-mándame un mensajero con el lugar y la hora.
Tomo su arma y balanceo el guante en su mano. Le sonrió parcialmente y se marchó.
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El agua fría del mar lo envolvió y su mente comenzó a nublarse, solo la imagen de su contrincante sonriéndole flotaba en su ya poca conciencia.
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Había un crepitar, el crepitar del fuego en la chimenea, la habitación estaba caliente y él estaba confortable, envuelto en mullidas cobijas. Lentamente abrió los ojos, no sabía dónde estaba y no había nada que le diera una pista de eso.
Intentó incorporarse pero notó que le dolía el hombro cuando apoyaba la mano, ah claro, pensó, el duelo. La puerta de la habitación se abrió.
-estás despierto-dijo el hombre que entró-me alegra.
-¿te alegra? Lo dudo mucho, Kiryuu Zero.
Zero le sonrió levemente, casi tristemente.
-aunque no lo creas.
-¿Por qué no estoy muerto?
-porque, mis sirvientes estaban abajo, te sacaron del mar y te trajeron aquí. Has dormido por un mes.
-¡¿qué?! ¡¿Por qué?! ¡¿Qué caso tenía salvarme?!
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-Hanabusa, entiende, él está muerto.
-No, Akatsuki. Algo me dice que no.
-cayó al mar, y luego esta tormenta que aun no termina, nadie sobreviviría a eso.
-no he visto su cuerpo y hasta que lo vea…
-lo veras-dijo su primo dándole un sorbo a su té- cuando la tormenta termine y las olas envíen su cuerpo destrozado a la playa.
-… ¡tú!! ¡Eres muy cruel!
-soy realista.
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-¡¿por qué?!
-simplemente no quiero que mueras-dijo Zero sentándose al pie de su cama.
-yo debía morir.
-pues muérdete la lengua si tienes el valor- el joven de orbes amatistas lo miró fijamente casi retadoramente.
-¿Por qué?-dijo Kaname confundido por los gestos de Zero.
-Nada más… haz de cuenta que es una experiencia de la cual aprenderás
-¿de qué estás hablando?
-naciste en la opulencia, no has movido ni un solo dedo en tu vida más que para señalar lo que quieres- el joven se acercó a él peligrosamente-mira a tu alrededor, no es una habitación lujosa digna de un noble, es una sencilla habitación de servidumbre.
-¿pretendes jugar conmigo? ¿Qué sea tu sirviente?
-llámalo como quieras, pero sé perfectamente que no te irás. Porque…una, sigues herido, dos, el que estés vivo, no solo manchara el honor de tu hermana que tanto defendiste, si no el de toda tu familia.
Kaname lo miró con resentimiento, Zero por su parte acarició su mejilla con la punta de sus dedos.
-…ya no eres un noble, estás muerto, no eres nada. Pero no te preocupes, yo te daré trabajo.
-¡suéltame!-dijo Kaname golpeando la mano del otro-¡¿Qué diablos estás diciendo?!
Zero lo tomó del hombro herido, doblándolo y haciéndolo caer de espaldas en la cama con mucho dolor.
-es un trabajo sencillo, no puedo exigirte mucho, después de todo.
-¿Q-qué quieres?
-serás mi amante.