Duelo perdido.
Nunca diré...
Una situación inútil, estúpida…Zero iba a casarse con su hermana, el duelo era innecesario, el que estuviera ahí, era verdaderamente una idiotez.
Mirando la ventana ensimismado, no se dio cuenta cuando Zero entro a la habitación, sino hasta que fue abrazado por la espalda.
-Hola, Kaname ¿me extrañaste?
El mencionado dio un respingo y casi de un salto se separó de él.
-por…por supuesto que no, maldito loco. Estaba de lo mejor sin ti-mintió, aunque no entendía por qué aquello era una mentira.
-sí estabas bien sin mi ¿porqué no te fuiste? Tenías las puertas abiertas.
Kaname frunció el ceño y respiro hondamente.
-si el carcelero de tu hermano no hubiese estado, créeme me habría marchado.
-mentira. Ichirou no te habría ayudado, pero tampoco te lo habría impedido. Al menos eso fue lo que le pedí y sé que no haría lo contrario.
-por supuesto olvidaba que son muy unidos.
Zero ladeo el rostro sin entender el comentario. Kaname desvió la vista, de pronto se sintió como una novia celosa, y eso no tenía razón de ser, porque uno él era su esclavo y dos él no sentía nada por Zero excepto rencor, si, rencor.
-pues yo si te extrañe- Zero rodeó con sus brazos el cuello de Kaname, dándole un simple beso.
-suéltame-dijo el castaño apartándose.
-bueno, no esperaba un gran recibimiento- dijo Zero-tengo cosas que hacer, te veo en la noche.
+++
-Hanabusa- Akatsuki cambio de posición en el asiento del carruaje una vez más- esto me está hartando, ¿para que este viaje, persiguiendo a Kiryuu san?
-ya te dije, Kaname sama está vivo, tú y yo sabemos que no puede morir…así como así.
-ayy-se quejo su primo, suspirando, lamentando la obsesión de Aidou y también el dolor de sus posaderas adormecidas.
+++
Como prometió Zero regreso en la noche, silenciosamente se escabullo en la cama de Kaname abrazándolo y pegándose a su espalda, el castaño dio un respingo y suspiró malhumorado.
-¿qué haces aquí?
-te dije vendría.
Kaname se removió en su lugar para apartarse y mirarlo de frente.
-¿A dónde fuiste?
Zero lo miró sorprendido, no esperaba esa pregunta, así de la nada.
-A hacer negocios.
-¿así le llamas al matrimonio?-dijo sintiéndose estúpido.
-¿matrimonio? ¿De qué hablas?
-tu hermano me dijo que fuiste a ver a tu futura esposa.
Zero suspiró y se incorporó sentándose en la cama.
-Ya veo, te dijo que fui a tu casa…-Kaname asintió- en realidad fui porque tu padre me llamó. Lo hizo para hablar de negocios y eliminar la tensión entre familias.
-¿negocios? ¿Qué negocios?
-caballos, debes de saber que soy el proveedor numero uno de la corte, ¿cierto? Fue gracias a un caballo árabe que le regale a la reina que conseguí mi título de conde- Zero sonrió orgulloso de sí mismo, pero después esa, sonrisa se apagó- tú padre quiere ir a Londres a arreglar no se qué con respecto a ti, necesita caballos fuertes para tal viaje.
Kaname entendió más o menos de que trataba el asunto, pero espero más información por parte del peliplateado, que de pronto parecía cabizbajo.
-tu familia de verdad te extraña, estoy haciendo mal ¿verdad? Retenerte aquí si ellos te necesitan.
¿Qué? ¿Acaso Kiryuu Zero se estaba arrepintiendo?
-soy una persona horrible-continuó- tan egoísta que aunque quiero que estés bien y feliz, no puedo dejarte ir.
No, no se estaba arrepintiendo. Definitivamente no lo dejaría marcharse. Pero aquel egoísmo desmedido, de alguna forma hizo sonreír internamente a Kuran. Porque él podía marcharse con o sin permiso de Zero, pero por alguna extraña razón no podía dar un paso fuera de los territorios de aquel hombre.
Independientemente de su cerebro, la mano de Kaname se posó suavemente en la mejilla del otro, quien lo miró ligeramente extrañado.
-así qué ¿no fuiste a planear tu boda con Yuuki?
-¿boda? ¿Para qué quiero casarme, si te tengo conmigo?
Kaname sonrió, de nuevo en contra de su voluntad, y lo beso suavemente, de forma sutil, un beso en el que sus sentimientos de enojo, celos y amor se confundían sin dejar que ninguno dominará.
Zero se sorprendió al principio, pero después animado por la iniciativa de Kaname profundizó el beso, colgándose de su cuello y dejando que sus lenguas se rozaran, lentamente dejo caer su peso contra su obligado amante que una vez de espaldas al colchón reaccionó; tomándolo de los costados, cambió de posiciones rápidamente. El beso se vio interrumpido.
-No dejaré que estés arriba-dijo Kaname; Zero sonrió y lo atrajo de nuevo a un beso con tintes salvajes.
Las manos ansiosas de ambos, buscaban espacio entre las ropas, buscando piel. Kaname levantó la camisa de Zero, mientras esté desabrochaba los botones de la pijama del otro; ambos encontraron lo que buscaban y los labios de Kaname se perdieron en el cuello de Zero estremeciéndolo.
Ninguno podía creer que ese momento estuviera pasando, definitivamente no. Pero parecía lleno de sentido y perfección. El cerebro del castaño despertó de su ensimismamiento cuando cierta parte de su cuerpo se endureció bajo su ropa ¿qué estaba haciendo? Debería odiar a ese hombre, no haciéndole sentir placer ni mucho menos él se tenía que sentir excitado por ello. Se aparto de Zero y se sentó en la cama, llevándose las manos al rostro, tenía que calmarse, tenía que…
Por su parte Zero se incorporó y lo miró ligeramente decepcionado, de pronto había tenido esperanzas de pasar la noche con él, pero…
-¿te sientes bien?-le pregunto, Kaname lo miró entre sus dedos y negó.
-no estoy bien, yo te odio, no debería sentir esto.
-¿esto, qué?-la vista de Zero lo recorrió y encontró que era lo que sentía-te excito ¿eh?-dijo sonriendo, Kaname lo miró ceñudo.
-Por supuesto que no, idiota.
-¿no?- Gateando sobre la cama alcanzó al castaño, su mano apretó su entre pierna, haciéndolo brincar.
-oí…
Pero Zero no lo escuchó su mano se interno en el pantalón y tomo el palpitante y endurecido miembro de Kaname.
-nah, no puedes negarlo estando así-
Liberó del pantalón el miembro, Kaname tembló sintiendo una punzada de placer.
-¿qué haces? Déjalo así.
-eres mi amante-Zero se inclino y lamió ligeramente la punta de aquel pene-no puedo dejarte así.
Una boca caliente y húmeda se cerró en torno a él, Kaname respiró hondamente, sintiéndose apabullado por el placer, sin fuerzas para hacer nada. La lengua traviesa del peliplateado lo recorrió sin pudor alguno, como si fuese una paleta deliciosa que lamer. Metiendo y sacándolo de su boca, Zero acercaba poco a poco al castaño al orgasmo. El mismo Kaname sin darse cuenta lo sujetaba del cabello instándolo a continuar.
“solo un poco más” se decía, sintiendo el terciopelo de aquella lengua húmeda, un poco más y se corrió, descargándose en la boca del otro que no tuvo tiempo de quitarse.
Cuando Zero se incorporó, Kaname lo miró.
-lo…lo siento-dijo tomando la sabana cercana para limpiar su rostro manchado con semen- es tu culpa, ¿Por qué haces eso?
Zero sonrió y lo beso sin darle tiempo a esquivarlo.
-eres mi amante, ya te dije, para mí es un placer complacerte.
Kaname lo miró y lo besó de nuevo apretándolo contra el colchón, abrazándolo, exhausto por su reciente orgasmo se quedó dormido sobre él.
+++
Cuando despertó Zero ya no estaba, se vistió rápidamente y salió de su habitación. Lo encontró en el comedor hablando animadamente con su hermano.
-Buenos días- le dijo Zero cuando apareció en el umbral de la puerta, parecía de buen humor y su rostro sonriente le gusto mucho, quizás demasiado-Siéntate Kaname, pronto nos servirán el desayuno.
-como te decía nii san- dijo Ichirou desviando la atención de su hermano hacia él- porque no vamos de viaje, tú y yo-enfatizó mirando a Kaname- sabes que la playa me hace bien.
Zero, que no se dio cuenta del intercambio de miradas, asintió, no sin antes decirle que para ello tenía trabajo que terminar. El resto del desayuno transcurrió tranquilo, al término de este, el trabajador que antes había conocido Kaname pidió permiso para entrar.
-Joven amo- le dijo a Zero- llegaron los dos caballos que esperábamos.
-¿y cómo están?
-la yegua bien, pero el macho está encabritado, no deja que nos acerquemos y no hemos podido ponerle la silla, con trabajos se dejo poner las riendas.
-ya-dijo Zero poniéndose de pie- voy para allá.
+++
-Ahí está Kiryuu-dijo Aidou agazapado en los matorrales, observando el corral donde un hermoso caballo negro se levantaba sobre sus patas traseras amenazando a todo aquel que se le acercaba- ¿qué irá a hacer?
-su trabajo supongo- Akatsuki, no miraba, estaba recostado en el pasto con los ojos cerrados, cansado por el largo viaje y rezando para que no los encontraran dentro de aquella propiedad y sin permiso.
-está loco-dijo Aidou, viendo como el joven saltaba la cerca y se acercaba al caballo-ese caballo lo va a matar… ¡A-A-Aka-Akatsuki!
-¿qué?
-Ka...Kaname sama…es Kaname sama.
Akatsuki abrió los ojos y se giró para ver lo que su compañero veía, efectivamente, Kaname estaba de pie junto al hermano gemelo de Zero, ambos recargándose en la cerca.
+++
Kaname observó con preocupación cómo Zero se acercaba al caballo y tomaba las riendas que se balanceaban en el aire, atrayendo con fuerza el rostro del caballo que al principio espantado sacudió la cabeza. Zero tomó con ambas manos el rostro del equino y este poco a poco se calmo. Parecía que mantenían una conversación silenciosa a través de las miradas, el caballo dejo de relinchar y patear al suelo y cola se balanceo tranquila.
Zero sonrió y le acarició el hocico, le murmuraba algo que no podían escuchar.
-es bueno ¿verdad?-dijo Ichirou a su lado
-sí.
-también él es el único que puede calmar mis ataques.
-¿ataques?
-supongo que ya sabes que soy una persona muy enfermiza, antes no podíamos pagar médicos y cuando me daban ataques él me abrazaba y hablaba, tranquilizándome. Sobreviví tantas veces solo por su abrazo… es lo mismo con los caballos, sabe transmitirles confianza y conversa con ellos de alguna manera.
Kaname miró a Zero, que pidió un cepillo y acicalaba al animal que simplemente se dejaba querer.
-Ichirou-dijo atrayendo la atención del mencionado-yo no vine a quitarte a tu hermano, es más no me interesa, así que no son necesarios comentarios que me hagan saber lo unidos que son.
-lo dices por lo del desayuno ¿verdad? –Ichirou sonrió-eres un mentiroso, dices odiar a mi hermano pero, tu sabes…solo se odia lo que has amado con mucha fuerza. Así que o lo amaste o, como veo que es, lo amas.
-que conclusión tan estúpida.
-tú llamas la atención de mi hermano, porque eres importante para él ya te dije.
-sí, también me dijiste que no tanto como tú. ¿Cierto?
-cierto, ¿quieres que te lo demuestre?
-¿eh?
Zero ordenó que llevaran al caballo a las caballerizas, que dejaran que se acostumbrara y luego le pusieran la silla, los trabajadores obedecieron, y justo entonces escuchó como su hermano comenzaba a toser de forma desmedida. Corrió hasta él, brincando la cerca.
-Ichirou-le dijo sosteniendo a su hermano que parecía desmayarse-respira, ¡hey! Mírame- colocó su mano en el pecho agitado e intento márcale un ritmo de respiración- tranquilízate.
-Zero-lo llamo Kaname, necesitaba decirle que aquello era un cuento, que Ichirou fingía.
-ahora no-dijo este- ¡Ichirou, tranquilo! ¡Llamen al médico, rápido!
Los trabajadores salieron disparados en busca del médico. Zero abrazó a su hermano hasta que la crisis cedió poco a poco.
+++
Kaname esperó a que Zero saliera de la habitación de su hermano.
-ya está mejor-dijo Zero, él también parecía haber recuperado su respiración.
-fingía-dijo Kaname, sin más.
-¿eh? ¿De qué hablas?
- Fingía, tu hermano. Solo quería demostrarme lo importante que es para ti.
-¡cállate!-Kaname frunció el ceño-¡no vuelvas a decir semejante estupidez!
-¡es la verdad! ¡¿Por qué te mentiría?!
-¡¿Por qué lo haría Ichirou?!- Nunca había visto a Zero tan molesto- ¡él no mentiría sobre algo tan delicado! ¡Se trata de su vida!
-pues lo hizo, a tu hermano, no le interesa ni tampoco preocuparte, mientras pueda tener toda tu atención, él…
Kaname se sintió derribado, un fuerte golpe en su mejilla lo hizo caer al suelo, Zero lo miró furioso desde arriba.
-no te atrevas, a decir que a mi hermano no le importa su vida.
Sin más el pelipalteado se alejó, dejando a un adolorido Kaname en el suelo.
+++
Vaya, se lo merecía ¿cierto? Era lógico que para Zero que había puesto tanto de sí para salvar a su hermano, que le dijeran que fingía no tenía sentido. Kaname se recostó en un árbol en los jardines de la casa principal, le dolía la mejilla y el hombro que aun no sanaba del todo, pero le dolía más haber peleado con Zero.
Era verdad que Ichirou fingió, pero era lógico que Zero no lo creyera, porque lo haría, si cada vez que su hermano tuvo una crisis él debió tener mucho miedo de perderlo, así que cada nueva crisis resultaba un nuevo temor en él.
Tenía que encontrar la forma de reconciliarse con él.
-pss, pss-Kaname abrió los ojos, le pareció escuchar que lo llamaban-pss, pss. Kaname sama
Definitivamente lo llamaban, pero ¿de dónde? Busco con la mirada, hasta que vio frente a él a dos chicos escondidos en los arbustos.
-Aidou, Akatsuki… ¿qué hacen aquí?
-más bien ¿qué es lo que hace usted?-dijo Aidou- vámonos Kaname sama.
-no puedo.
-si es por su familia, no se preocupe, inventaremos algo.
- ¿Ah sí? ¿Cómo qué?
-pues…-Aidou frunció el ceño pensativo-matemos a Kiryuu y digamos que usted buscaba reparar su honor, todos lo entenderán.
-¡idiota! No pienso hacerle daño.
-¿eh? Pero ¿por qué no? usted no está aquí por voluntad ¿o sí?…además Kaname sama, ¿cuánto tiempo cree que podrá vivir en este lugar…con sed?
-cállate.- Kaname miró a su alrededor- váyanse, ya veré cómo me las arreglo yo.
-No Kaname sama, no nos iremos hasta que vaya con nosotros.
-estúpidos- Kaname los observo al menos Hanabusa se veía resuelto, siendo tan terco seguramente no se iría- está bien, quédense, pero que no los descubran, si los ven, yo los mato. ¿Entendido?
-sí, Kaname sama.
+++
-Zero, ¿puedo hablar contigo?- Kaname se asomó por la puerta que le indicaron como la de su habitación.
-pasa.
-Zero, lo de hace rato…
-no digas que a Ichirou no le importa su vida.
-no quise decir eso. Sé lo mucho que has hecho por la salud de tu hermano, mi intención no era desestimar todo eso, y no creo que no quiera vivir, pero, quizás Ichirou está muy apegado a ti y le parezco una amenaza.
-¿apegado, él a mi? No Kaname es al revés.
-¿ah?
-le prometí a mis padres muertos que no permitiría que él también muriera, en ese tiempo pensé que lo hacía por Ichirou, pero ahora me pregunto, si no lo hice por mí mismo, para no quedarme solo.
-Zero…
-pienso que estoy obligando a mi hermano a vivir una vida que no puede disfrutar. El que digas que no le importa su vida solo rompe con la barrera que justifica mi egoísmo. Lo siento Kaname, no debí golpearte por mis pecados personales.
Kaname guardo silencio. Frente a él tenía a un ser humano reflexivo y maravilloso, quizás sí, ayudar a alguien conlleva algo de satisfacción personal, pero el sacrificio que hizo desde muy joven solo puede decir de él la gran persona que es. Un enorme sentimiento se apodero de él. Sí, Zero lo había herido y secuestrado, pero, no podía sentir por ello odio alguno.
-¿pecados, dices? Lo único que has hecho es el bien, Zero.
El joven negó agitando la cabeza.
-contigo es lo mismo-dijo -te mantengo aquí aunque sé que no está bien. Pero solo quiero dejarte ir cuando digas que me amas.
Kaname sonrió y se acercó a él, apoyo sus manos en sus hombros y lo obligo a mirarlo.
-eso es trampa ¿sabes? Si digo que te amo, ya no querré irme.
Zero sonrió de medio lado al verse descubierto, de igual forma desvió la vista ligeramente avergonzado.
-entonces ¿solo me dejaras ir si digo que te amo?
-sí.
-entonces no lo diré nunca.
Y lo atrajo hacia él, besándolo tiernamente, conjurando, sin saber, al amor que nunca quiso ver.