Un suspiro escapó de los labios del chico moreno frente al computador. Tenía que hacer esa tarea de Lengua Escrita si no quería llevarse una F y él jamás había obtenido semejante calificación. Y no iba a sucederle, no iba a ensuciar su boleta llena de A y A+ con una sucia F, eso Appa jamás se lo perdonaría... lo esperaban de sus hermanos mayores, pero no, de él no.
Se ajustó los lentes de armazón de pasta negros y suspiró sin saber cómo empezar.
- Pues a darle...- se dijo para empezar a teclear.
"Mi nombre es Jung ChangMin, tengo catorce años y voy en último año de educación media básica." Escribió, parecía fácil, pero le estaba dando muuucho trabajo. "Mi maestro de Lengua Escrita ha pedido este trabajo acerca de mi familia." Siguió con su relato. "En casa somos cinco personas: Umma, Appa, mis dos Hyungs y yo. Mi Appa es Jung YunHo, tiene 40 años, es abogado y tiene su propio despacho de asesoría legal en uno de los edificios del centro de Seúl. Mi Umma es Jung JaeJoong, tiene 38 años, él es administrador de empresas, pero no ejerce, dice que su mejor trabajo es ocuparse de educarnos a nosotros... conmigo ha hecho un gran trabajo... lo dudo con mis hermanos mayores." (Expresión de ChangMin al momento de escribir esto último ---> ¬¬)
El pequeño negó con movimiento de cabeza, aunque no era lo que pensaba, no era justo con su Umma y sus hermanos que escribiera aquello sólo porque estuviera molesto con ellos por haberse comido su rebanada de Cheesecake para el postre del almuerzo, así que borró las últimas dos frases.
"Mis hermanos mayores son Jung YooChun y Jung JunSu, ambos tienen 16 años, y aunque decimos que son mellizos, en realidad no lo son, YooChun es el mayor por 6 meses." Suspiró, no era nada fácil contar la historia de su familia. "Aunque nosotros siempre festejamos el día en que llegaron a la familia. Creo que me estoy adelantando, pero tenía que aclararlo en este punto.”
El pequeño moreno se ajustó de nuevo sus lentes antes de seguir escribiendo…
“Mis padres se conocieron desde la escuela media superior. Appa tenía 18 y estaba en su último año, Umma tenía 16 en su segundo semestre del primer año. Fueron presentados por el mejor amigo de mi Appa, Kim HeeChul, actualmente Choi HeeChul, esposo de MI maestro de Lengua Escrita, el Sr. Choi SiWon…”
Frunció el ceño al escribir, pues uno de los “PEROS” que le había puesto a su maestro sobre aquella tarea fue la de que ciertamente, él ya conocía la historia de su familia (sobre todo por que sus dos hermanos mayores ya habían pasado por el mismo salón de clases y por que el profesor Choi, alias el tío SiWon, había sido amigo de la familia desde antes que ellos nacieran), sin embargo, eso no lo había librado de hacer aquella tarea. Borró lo último y lo reescribió.
“… quien era compañero en el club de teatro de mi Umma, que lo tomaba como una actividad extraescolar ordenada por mi Halmoni. Umma dice que cuando se conocieron no fue amor a primera vista, flechazo o “corrientazo” de esos que dicen que se te sale el corazón y todo eso, si no que fue normal, como cuando se conoce a otro compañero. Mi Appa me contó que fue hasta el segundo año en la universidad que se dio cuenta que se había enamorado de mi Umma (JaeJoong a secas en aquella época), pues fue precisamente por esas fechas que Umma había entrado a su propia carrera y además tenía novio, un tal Kim HyunJoong…”
Un poco de celos invadió al pequeño Jung. ¿Qué hubiera pasado si su Appa y su Umma no se hubieran casado? ¿Él seguiría siendo ChangMin? ¿Serían sus hermanos JunSu y YooChun? Negó con la cabeza… No se veía siendo un Kim ChangMin (aunque ese fuera también el apellido de soltero de su Umma), Jung ChangMin se escuchaba mucho mejor, definitivamente.
“Appa dice que se dio cuenta que le hacía falta hablar con él, escucharlo reír, mirarlo con ese gesto tan concentrado que ponía al estudiar, incluso que extrañaba que se enfadara con él, pero también se daba cuenta de que en aquel momento, Umma sólo lo veía como amigo y que su corazón estaba ‘embelesado’ con ese chico. Él decidió esperar, esperar y servirle de apoyo, seguir siendo su mejor amigo cuando lo necesitara y se lo tomó tan enserio que incluso dejó de tontear y prestarles atención a todas esas chicas y chicos que ‘querían con él’ (palabras textuales de mi Appa).”
Una risita invadió al moreno y se rascó la nariz, si su Umma escuchaba a su Appa hablando así, seguro se enfadaba, aunque reconocía que nunca los enojos de su Umma y su Appa duraban más de 10 minutos. Después de tantos años de casados, sus padres aún parecían novios de manita sudada o recién casados, siempre se hablaban con cariño y con sus sobrenombres, Appa le dice “Boo” a su Umma y para Umma, Appa es “Yunnie”.
- Par de melosos…- dijo el menor con una sonrisa, aunque reconocía que a él también le gustaría encontrar algo así algún día, y seguro a sus hermanos igual.
“Appa dice que se esforzó día tras día para gustarle a Umma más que como un amigo, sobre todo cuando las cosas con el otro chico no funcionaron y rompieron. Appa se aseguró de que Umma cayera bajo sus encantos... Aunque Umma dice que quien cayó en el literal sentido de la palabra, fue mi Appa, pues estaba tan nervioso el día que se le iba a declarar, que andaba todo patoso y se tropezó con una piedra en el parque al que habían ido de paseo y Umma se rió tanto que Appa estaba a punto de darse por vencido de la vergüenza que pasó… pero Umma, sabiendo (aunque no a ciencia cierta) lo que había intentado hacer, le dio un beso en la mejilla que animó a mi Appa a terminar lo que había empezado… Un año después, se casaron, Appa tenía 21 y Umma los 19. A pesar de que los abuelos dudaron un poco de su seriedad, pues estaban muy jóvenes y ninguno había terminado la licenciatura, con el pasar del tiempo demostraron lo contrario al tomarse ambos su relación y sus carreras con mucha más seriedad de la que mis abuelos esperaban. Al terminar de estudiar la carrera, Appa abrió su oficina junto con dos de sus compañeros de escuela, Park JungSoo y Lee DongHae, los tres consiguieron pronto hacerse de clientes y reconocimiento a su trabajo. Umma terminó la carrera y pidió a Appa algo que no se esperaba… Umma quería un bebé.”
ChangMin suspiró, aquí empezaba la parte difícil del relato.
“Siendo hombres, era imposible por medios naturales, así que Umma se decidió a entrar en un tratamiento a base de una cirugía y tratamientos hormonales, que supuestamente funcionarían en un plazo máximo de 2 años. Cosa que realmente no sucedió. Pasaba el tiempo, los dos años de plazo que el médico les había dado y no sucedía nada. Appa estaba muy enojado y se entristecía cada vez que Umma se hacía una prueba y ésta salía negativa, pues eso lo devastaba, aunque después volvía a tomar el tratamiento con más ahínco, pero nada sucedía. Appa intentó que Umma lo dejara, le propuso que adoptaran mejor un bebé, pero él no quiso y tuvieron que pasar otros dos años hasta que por fin Umma pareció darse por vencido. Y fue él mismo quien pidió a mi Appa que iniciara los trámites para la adopción.”
ChangMin sintió un peso en su pecho, el dolor de su Umma debió haber sido muy grande, pues habían transcurrido cuatro años de intentarlo y seis desde que se había casado y no había podido darle un bebé a su esposo. El pequeño sabía que su Umma era una persona con mucho amor para con su familia, eso debió haberlo matado en vida.
“Appa sabía que era un sacrificio enorme para Umma, y le pidió que no dejara el tratamiento de súbito, pues su cuerpo se había acostumbrado a las hormonas y a los medicamentos, así que, mientras ellos adoptaban un bebé, Umma seguiría tomando el tratamiento, por lo menos un año más. Fue así que un 26 de enero, llegaron a casa con Jung YooChun y Jung JunSu. Umma dice que al principio fue un poco duro, pero no tardó mucho en que sintiera a esos bebés como su yos, porque ellos le necesitaron mucho, sobretodo JunSu, quien tenía a penas un mes de haber nacido, YooChun tenía poco más de 7 meses. Ambos se ganaron rápidamente el corazón de Umma.”
ChangMin sonrió, sabía que no todo en esta vida era ‘miel sobre hojuelas’ y lo sucedido con sus padres se lo demostraba, pues a pesar de tener una posición económica buena y mucho amor, la vida les negó por mucho tiempo lo que más habían deseado, aunque lograron que de una manera u otra se volviera realidad.
“Umma iba a dejar el tratamiento en poco tiempo, sus bebés lo mantenían muy ocupado y prefería estar en la casa que en otro lado, por lo que dejó de trabajar (y es que Umma trabajaba en una gran compañía de computadoras, llevando registro de varias de sus intermediarias). Pasó un poco de tiempo, después del primer cumpleaños de YooChun (en Junio) que Umma empezó a sentirse raro. Tanto él, como Appa, lo atribuyeron al hecho de que estaba dejando de tomar las hormonas, así que no le dieron importancia, hasta que un día, Umma se desmayó cuando se levantó a darle el biberón a JunSu en la madrugada. Appa lo encontró tirado en la alfombra del pasillo, cerca de la habitación de los bebés y rápidamente lo llevó de regreso a la cama, para luego ir a ver a JunSu y tratar de despertarlo.”
El moreno se estiró, llevaba ya varias cuartillas sin moverse y el cuello lo estaba matando, pero estaba llegando ya a la mejor parte… según él.
“Fue entonces que Appa le llamó al médico de Umma, quien fue a revisarlo a casa. Al principio dijo que era una baja en su presión sanguínea lo que provocó el mareo, pero prefirió cerciorarse y le mandó hacer unos estudios. Cuando les dijeron lo que en verdad sucedía, que Umma tenía un mes y medio de gestación, sus reacciones fueron de incredulidad, mezcladas con felicidad. Después de tanto tiempo de intentarlo, cuando por fin se daban por vencidos, la vida les daba una sorpresa así. Umma no pudo más que agradecer al cielo por aquellos regalos de DIOS, pues creía firmemente que ‘Hananim’ (Dios) había hecho ese milagro en él por petición de aquellos dos ‘angelitos’…” ‘Angelitos, sí como no’ pensó el chico mientras escribía “… que habían llegado a su vida no hacía más de cinco meses atrás. Fue así que al siguiente febrero, el día 18, un lunes por la mañana, llegó a este mundo Jung ChangMin, o sea yo.”
Y el jovencito rió con orgullo al poner aquella frase.
“Nuestra vida familiar no está llena de grandes dramas, mucho menos tenemos aventuras tontas, sólo somos una familia normal que vive en los suburbios de Seúl. Mis padres tienen sus desacuerdos comunes, pero a pesar del tiempo, aún se quieren y se soportan mucho. Entre mis hermanos y yo no hay enemistad o ganas de matarnos los unos a los otros, aunque muchas veces no nos tengamos paciencia y tengamos nuestras discusiones y peleas, en realidad yo no me veo siendo el mismo sin ellos.”
Suspiró. Que sus hermanos no leyeran aquello o se aprovecharían de ello por siempre.
“Y es que cuando nuestros padres nos dijeron la verdad de su adopción, yo no sentí que cambiara nada entre nosotros. YooChun y JunSu tenían 13 años, yo acababa de cumplir los once y mis hermanos tenían la inquietud de por qué a mí siempre me festejaban el día de mi cumpleaños y a ellos sólo se les daban obsequios y pastel ese día (a saber que JunSu cumple el 15 de diciembre y YooChun el 4 de junio), pero el 26 de enero toda la familia se reunía y les festejaba como si fuera su cumpleaños. Fue en ese momento que mis padres tomaron la decisión de contarnos la verdad. Ellos habían decidido adoptar un bebé después de los intentos fallidos de Umma por embarazarse, eso ya lo expliqué antes. Lo que no dije, fue que dieron con el albergue de Santa María, un lugar donde iban madres adolescentes que no podían mantener a sus hijos y que les daban en adopción al momento de nacer. Ahí fue donde encontraron a sus pequeños perfectos, al menos para ellos. Los dos preciosos bebés (palabras textuales de mi Umma, no mías)…” aclaró el moreno haciendo un gesto. “… dormían juntos en la misma cuna. Cuando preguntaron a las enfermeras el por qué de aquello, habiendo tantas cunas en el lugar, fue que se enteraron que aquellos bebés fueron abandonados en las puertas del orfanatorio la misma noche, a penas la semana anterior al día de su visita. El bebé mayor, quien debía tener unos seis meses, estaba perfectamente envuelto y al ser revisado por el médico, lo encontró en perfecto estado de salud, contrario al recién nacido que había sido dejado a penas con una sencilla manta, y que su temperatura corporal era muy baja, siendo aquella noche de diciembre sumamente fría, a punto de nevar. Como ninguna enfermera estaba libre para poder mantener al bebé abrazado hasta que su cuerpecito tome una temperatura normal, el médico no tuvo más remedio que acostarlo en la misma cuna con el otro bebé. Desde entonces los dos pequeños habían desarrollado una conexión muy especial y si eran separados, ambos lloraban sin consuelo hasta que eran devueltos a la misma cuna, uno junto al otro. Resultaba gracioso ver que les daba hambre a la misma hora, incluso se les cambiaba los pañales al mismo tiempo…” ChangMin hizo un gesto, no quería imaginarse eso. “… por eso los llamaban ‘mellizos’ aunque sabían que no lo eran. Appa y Umma sintieron algo especial por esos bebés y decidieron pedirlos en adopción, a ambos para no separarlos. Después del mes reglamentario, para que las madres los reclamaran, y de cubrir los requisitos del estado, fue que les entregaron a SUS HIJOS para llevarlos a casa.”
ChangMin sonrió, se imaginaba el rostro de su Umma, lleno de expectación y su Appa de felicidad al por fin tenerlos con ellos. El pequeño estaba orgulloso de su familia, pues los tres eran amados y cuidados con la misma dedicación y el mismo amor sin ninguna diferencia.
“Umma y Appa no esperaban una reacción como la de mis hermanos, pues a ellos no les importó el hecho de ser adoptados, ya que no se sentían así. Ellos mismos reconocieron que toda la familia los ama y los cuida, jamás se sintieron excluidos o menos queridos ya sea por abuelos o tíos, al contrario, agradecían la suerte de haber tenido unos padres como los nuestros. Después se giraron a verme, todos esperaban mi reacción. Umma dice que los miré con seriedad, yo la verdad, sólo recuerdo que pensé que aquello no cambiaba nada, que YooChun seguía siendo YooChun, mi hermano mayor, quien me defiende de los abusivos del colegio que me quieren quitar el almuerzo en los recesos; y que JunSu seguía siendo JunSu, mi hermano mayor quien me apalea en soccer, pero quien no puede ganarme en los videojuegos. Entonces un miedo se apoderó de mí. Me dirigí a mis padres y les pregunté ‘¿Chunnie-Hyung se irá de casa?’ Ellos me respondieron con un ‘por supuesto que no’ y volví a preguntar ‘Su-Hyung… ¿tampoco se va, cierto?’ Ellos volvieron a negar, yo suspiré aliviado, no iban a quitarme a mis Hyungs ‘entonces ¿cuál es la diferencia?’ pregunté a mis padres, quienes rieron y nos abrazaron. Para mí no hay diferencia, mis Hyungs, son mis Hyungs.”
ChangMin sonrió ante el último comentario que había escrito, porque había sido realmente sincero.
“Como ya dije antes, somos una familia normal, con sus altas y sus bajas, pero que…”
- Jung ChangMin, no lo repetiré otra vez. Baja ya, es hora de cenar.- se escuchó la voz de su Umma desde el piso de abajo. ¿Desde qué hora le estaría llamando?
- ¡Voy!- Gritó en respuesta al mismo tiempo que terminaba de escribir las últimas líneas.
- ¡ChangMin!- volvió a oír que le llamaban, esta vez la voz de su padre y rápidamente guardó el documento en una carpeta bien escondida, pues esa computadora también la utilizaban sus hermanos mayores para hacer la tarea o checar el mail.
- Ya voy, ya voy…- dijo saliendo a la carrera de la habitación que compartía con los “mellizos”, para bajar rápidamente las escaleras.
- Umma te está llamando desde hace rato ¿Qué tanto hacías, enano?- le reclamó YooChun, quien ya estaba sentado a la mesa, jugando con su tenedor. El pelinegro sonrió al ver a su hermanito sentarse en la silla de enfrente. JunSu estaba en el asiento de al lado, el pelirrojo jugaba un videojuego en su PSP.
- Mi tarea…- respondió el más pequeño.- yo si la hago, no me la paso toda la tarde hablando por teléfono con quien sabe quién.- sabía que su hermano ya tenía novia… o novio, no estaba seguro. (N.A. celos de hermanito menor XD)
- ChangMin, YooChun…- les llamó la atención su padre, desde el extremo de la mesa. El moreno les miraba con seriedad. A sus 40 años, Jung YunHo seguía conservándose en muy buen estado físico, sobre todo porque gustaba de compartir juegos al aire libre con sus hijos.- no discusiones a la hora de la cena. JunSu deja eso ya.- el pelirrojo hizo un gesto con la nariz, pero obedeció apagando casi enseguida su consola (después de haber guardado el avance de su juego en la memoria, por supuesto).
Los menores asintieron, esperando que su Umma llevara el platillo para la cena.
- ¿Ya están todos?- preguntó el hermoso pelinegro que con la espalda abrió la puerta replegable de la cocina.- aquí está la…- se interrumpió cuando dio un traspié y parecía que caía al suelo.
- ¡Boo!
- ¡Umma!
Los cuatro gritaron al mismo tiempo que se levantaron para sostenerlo. JunSu tomó el plato que llevaba en sus manos y entre YooChun, ChangMin y YunHo lo ayudaron a sentarse en la silla.
- ¿Estás bien, Boo?- le preguntó su esposo con una mirada de preocupación.
JaeJoong sonrió al ver el rostro preocupado de su esposo y sus tres hijos, les había dado un susto muy fuerte.
- Tranquilos, sólo me mareé un poco porque giré muy rápido, pero estoy bien… estamos bien.- dijo tocándose con suavidad su vientre, ya un poco redondo.
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“… pero que nos amamos y juntos nos preparamos para la llegada de un nuevo miembro a la familia. Umma quiso tener un bebé más y ahora está de 4 meses. Appa, YooChun, JunSu y yo queremos que sea una niña, incluso hemos pensado en su nombre, será JIYOOL. ¿No es bonito?”
SiWon sonrió al leer el último párrafo del trabajo que había escrito uno de sus ‘sobrinos’ para su clase. Si ChangMin hablara en la escuela como escribe, sería igual de popular que sus hermanos, pues el pequeño tenía mucha soltura para escribir, para relatar una historia al pie de la letra, pero su personalidad era más bien tímida, contrario a sus hermanos mayores.
Aún recordaba los trabajos de YooChun y JunSu hacía dos años. YooChun casi había hecho un melodrama de su adopción, ya mero incluía la partitura para un solo de violín de esos que arrancan lágrimas, mientras JunSu de superhéroes prácticamente había tratado su visión de los hechos. El profesor Choi no pudo aguantar una risita.
- ¿De qué te ríes, Appa?- preguntó su hijo mayor MinHo, de solamente 14 años, igual que su sobrino.
- De nada, tonterías.- respondió el hombre aun conservando una sonrisa.
- ¿Es el trabajo de ChangMin-Hyung?- preguntó reconociendo el formato que le había visto ese día en la mañana.
Su hermano menor, TaeMin, levantó el rostro de su tarea de matemáticas que llevaba a cabo. El pequeño de 12 años no vio mejor momento que ese para vengarse de su hermano mayor que le había hecho una travesura en la escuela esa mañana.
- ¡A MinHo- Hyung le gusta ChangMin-Hyung!, ¡A MinHo- Hyung le gusta ChangMin-Hyung!, ¡A MinHo- Hyung le gusta ChangMin-Hyung!- decía en cantaleta el pequeño Choi.
- Nnn… no eso no es cierto… ¡Umma!- gritó MinHo acusando a hermano menor, pero no pudo evitar que un fuerte sonrojo se apoderara de sus mejillas.
- ¡Oh, vamos, cariño!- dijo HeeChul saliendo de la cocina, llevando un té para su esposo.- Si todos sabemos eso.
Y MinHo no buscaba dónde guardar su rostro.