Capítulo 1
Absueltos, inocentes, libres… aquellas palabras, siendo las únicas que su cerebro realmente había procesado, no podían dejar de rebotar en su cabeza.
La enorme sala lucía vacía, aun cuando su capacidad fuera suficiente para albergar prácticamente a media aldea, los lugares ocupados representaban a las personas necesarias, tan solo los que debían estar ahí.
Se sentía aturdido, las voces a queja mezcladas con gritos de alegría llegaba a sus oídos tan solo como fragmentos distorsionados, estaba drogado, no podía ser de otra manera la mayoría de los presentes le temían y no solo a él, volvió su atención a quienes le acompañaban en singulares jaulas con barrotes de chacra, a su derecha a no más de tres metros e igualmente custodiado por un grupo de anbus, su hermano permanecía inmóvil sentado en posición de loto, sus ojos apenas podían mantenerse abiertos mientras su cuerpo se esforzaba por mantenerse erguido sin chocar con la barrera de energía.
El odio ya no adornaba su mirada o su presencia, tan solo estaba ahí esperando, conforme, sabiendo que cualquier cosa mala que pudiese ocurrir lo tenía más que merecido, una pequeña sonrisa adornó su rostro contento por saber que de algún modo su esfuerzo había valido la pena, se dejó caer sentado lentamente respirando con algo de dificultad, mantenerse consciente era realmente complicado, el propósito de aquel narcótico manteniéndolo consciente durante el juicio ya había cumplido su misión.
Un fuerte golpe lo hizo virar a su izquierda centrando su atención ahora en su compañero, la tercera persona en voz de crítica cautiva en esa habitación. Deidara se había dejado caer de lado, balbuceaba palabras con la máxima fuerza que su estado le permitía, su ceño se mantenía tenso mostrado molestia, temor, también había escuchado el veredicto y claramente no le agradaba.
El rubio golpeó los barrotes recibiendo una fuerte descarga al instante, hiriéndose ante las miradas de los presentes que tan solo le mostraban desdén, el rubio se permitió gritar lastimosamente, se retorcía en el suelo del estrecho espacio en la jaula dejando salir un par de lágrimas de frustración, se sabía indefenso e Itachi nada podía hacer por ayudarlo, por consolarlo, no había sido más que su compañero, un conocido en aquella pútrida organización pero aún así era una persona, alguien con quien había forjado algo más que un triste lazo de empatía, ambos se conocían y ambos sabían que de ahora en adelante no tendrían mucho de que valerse más que de uno por el otro.
No paso mucho tiempo cuando sus parpados cedieron perdiéndolo en la inconsciencia, lo último que vio fue aquellas pupilas azules conectando con angustia con su mirada, intento sonreír, su cuerpo no respondió, sabía que al despertar de nuevo ninguno de ellos volvería a ser el mismo.
…
La cuarta Guerra ninja por fin había terminado, para sorpresa y alegría de todos las bajas habían sido mucho menos que el número esperado, algunos que creían aliados les habían traicionado y otros que veían como enemigos habían terminado de su lado.
Una vez más había logrado lo que nadie más, no conforme con una vida siendo el mejor, el genio Uchiha, aun después de la muerte y tras haber sido traído de vuelta por el maldito Edo Tensei , no solo lo había bloqueado de su propio cuerpo sino que en un último movimiento (que ni siquiera él había planeado o entendido del todo), había traído de vuelta también el del rubio artista.
Realmente no fue algo de sorprender, considerando el hecho de que Deidara se volviese en contra de su líder tras ver la traición hacia él, Madara lo había utilizado por medio de Kabuto y aun cuando en un inicio había estado de acuerdo no contemplaba el hecho de que intentara autodestruirlo en medio del campo de batalla, planeaba llevarse a Itachi con él, a su Danna que ahora solo era una simple imagen, una marioneta controlada por el sujeto de Suna, frente a sus compañeros de guerra, el muy bastardo quería arrasar con todo en un intento desesperado por convertir la batalla en duelo uno a uno con el kiuby, y eso el rubio no lo podía permitir, sintió que la técnica le liberaba y sin pensar y ser consciente de que el en proceso salvó a alguno que otro antiguo rival se había vuelto en contra del legendario fundador del clan Uchiha, al igual que todos.
Dos semanas, tan solo habían pasado dos semanas desde que todo pasó, 14 días que había pasado en una celda en las ruinas de Konoha, la ciudad seguía resurgiendo y hubiese sido sencillo escapar pero no lo haría, no tenía caso, Sasuke y él lo acordaron mudamente separados por un grueso muro cada uno es un propia prisión, tomarían la responsabilidad de sus actos y si debían morir, al menos esta vez lo harían juntos.
Deidara era la excepción, no era un preso de guerra cualquiera, él quería huir, cobrar venganza de cada resquicio que quedara sobre su antiguo líder, quería terminar con lo que odiaba, seres manipuladores que despreciaran su arte, todo aquel sobreviviente que durante la ardua batalla lo vio con odio, con pena, había tenido suficiente con una vida de desprecio como para soportar un después en las mismas condiciones, había escuchado los gritos de sus “enemigos” pidiendo su cabeza aun cuando en su inconsciencia les había salvado la vida a muchos, sentía las ataduras deteniendo todo movimiento en su cuerpo, no quería aquello pero no tuvo opción.
Tras la mañana del día 16, después de su juicio el ambiente que sentía en el aire pintaba diferente, suspiró sintiendo un suave colchón bajo su cuerpo y los cálidos rayos del sol dando algo de calor a su fría piel, intentó abrir los ojos pero se supo impedido por un vendaje que le rodeaba la cabeza, bufó con hastió subiendo la palma de su mano para palpar el tejido.
-por fin despiertas Itachi…me alegro
La reconocida voz lo hizo volver a su antigua posición con ambos brazos a sus costados escuchando un suspiro acompañado de una suave risilla, al instante se contagió curvando levemente sus labios.
-no es bueno que estés aquí Naruto…te podría traer problemas
Hacía tiempo que confiaba en ese rubio revoltoso, le debía demasiado empezando por la decisión del jurado, la relación con su hermano que le había hecho recapacitar y, por lo que creía, el hecho de que ahora se encontrara en una cómoda habitación de hospital y no en una asquerosa camilla en un centro penitenciario.
-eso dices porque no te he dicho nada aún- el rubio noto cierta incertidumbre en el rostro del Uchiha por lo que se permitió continuar- lamento mucho la decisión del consejo respecto a…tu sabes-cortó indeciso- pero hay algo bueno, me han asignado a mí para su cuidado…
-Naruto no creo que…-el menor le interrumpió
-está bien Itachi!!, yo se lo pedí a Tsunade ba-chan, claro que tendremos que permanecer en el barrio Uchiha y con algunos ambus rondando algún tiempo pero las cosas irán mejor, lo prometo!!!
El Uzumaki se escuchaba entusiasmado por lo que no pudo alegar nada más, sabía que las cosas pintaban difíciles y más aún cuando les habían privado de su Sharingan, tanto el como Sasuke estaban internados por esa causa, la sentencia dictaba un completo bloqueo de la técnica por medios médicos por seguridad futura de la aldea y su pobladores siendo la misma Hokage la mano ejecutora de dicha acción.
-supongo…-el moreno rompió el silencio antes formado- que será divertido
-eso piensas…porque no conoces…al dobe como yo
La voz seca y algo ronca de Sasuke le siguió haciendo notar su presencia en la estancia, Itachi sabía que descansaba en una cama junto a él, se escuchaba cansado pero muy al contrario de como parecía meses atrás, se podía sentir “feliz” sin ningún pesar encima.
-Sasuke teme!!!! Despertaste!!- Naruto rodeó la cama del hermano mayor posándose junto a la de su amigo, sabía que ninguno podía verlo pero estaba seguro que sentían su hiperactividad a kilómetros de distancia, con un pequeño salto se subió a la cama a un costado del menor-como te sientes? todos estaban muy preocupados, ba-chan dijo que tu caso era más delicado
-eso es porque Sasuke logró obtener el Mangekyō Sharingan…lo mío solo era una sombra de lo que alguna vez fue- aclaró el mayor sonriendo
-supongo que ya no importa…aunque la cabeza me está matando- comento el menor de los Uchihas moviéndose lentamente para quedar sentado-tu…cómo te sientes aniki?
Itachi sonrió al escuchar de nueva cuenta a Sasuke nombrarlo con un tinte de cariño
-estaré bien otouto, estaremos bien
El de aspecto zorruno no se detuvo a esperar un nuevo lapso de silencio, bombardeó a su amigo con preguntas y anécdotas, con planes de lo que harían tan solo dejaran el hospital, entonces Itachi se permitió pensar un poco, serían muchas las cosas por hacer, no podrían servir como ninjas en la aldea pero necesitarían dinero para poder vivir, debía pensar en ello, tendía que ver por Sasuke y por Deidara, después de todo ni siquiera pertenecía a la aldea, él lo tendría todavía más difícil…Deidara…si hubiese podido sus ojos se habrían abierto desmesuradamente, cayó en cuenta en la ausencia de chacra de su compañero.
-Naruto-le llamó ganando al instante la atención del otro ante el tonó preocupado que dejó escapar inconscientemente- donde esta Deidara?
-en la habitación de al lado…despertó hace como una hora pero…-dudó, continuando al sentir una leve presión en su mano cortesía de Sasuke- no se lo tomó muy bien, atacó al médico en turno y cayó en una crisis nerviosa…
Su voz se escuchaba algo apagada, si bien el artista había sido un enemigo, entre las personas que este había salvado se encontraba su amigo Sai y de no ser por el las cosas no serían las mismas en el equipo 7, no lo odiaba por lo sucedido tiempo atrás con Gaara, sabía que era su trabajo y aún con diferencias, ahora solo sentía algo de pena y esperaba poder acercarse lo suficiente para ayudarlo un poco.
-debieron sedarlo-continuó- ba-chan espera que despierte más calmado y después lo dejarán salir con ustedes dos…yo…lo siento mucho por el
-no es tu culpa, deberá aprender a vivir con ello- le tranquilizó el ex vengador- aunque supongo que también serás su niñera- se burló- 3 por 2 dobe?
-pues aunque te burles sí, yo también seré su vigilante, han acondicionado su antigua casa en el barrio Uchiha, fue de las pocas zonas que sobrevivió al ataque de Pain al estar a las afueras de la aldea y bueno… es tan grande que supongo estaremos bien los 4-explicó tratando de organizar mentalmente sus tareas como nuevo responsable del trio
-supongo…pero como “invitado” deberás dormir en la sala d-o-b-e
Itachi sonrió notando como su hermano parecía haber olvidado un poco su amargo pasado, el que le siguiera el juego al rubio con algunas bromas he insultos le hizo sentir mejor, el problema vendría al tratar con el artista.