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El metro por Elle N-A Lawliet

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Notas del fanfic:

Los personajes de Naruto le pertenecen a su respectivo autor, Masashi Kishimoto, yo solo los tomo prestados para escribir fics con la pura intención de entretener.

Notas del capitulo:

Hola! aca vengo con esta nueva idea que espero guste...

para ser sincera, no se si esto cause gracia... para mi que no, pero no sabia que poner y eso fue lo unico que se me ocurrio... asi que no esperen reir hasta desfallecer ya que esto es un poco mas... hentai que gracioso... :)

Pov's Gaara

 

¡Odio la escuela!

 

Y no es necesariamente por la excesiva tarea, ni las aburridísimas clases, o los molestos compañeros; hasta los profesores son ángeles en comparación a la tortura que debo pasar para llegar al colegio:

 

El metro

 

¿Que por qué el metro?

 

Muy sencillo, 'el metro' es sinónimo de acoso sexual... principalmente.

 

Como sea, me estoy retrasando para la escuela; faltaría, pero mi hermana Temari se pone peligrosamente furiosa cuando lo hago y en cierta forma la entiendo. Ella es la que paga mis estudios a falta de padres o algún tutor...

 

Fin pov's Gaara

 

- ¡Demonios! se me hizo tarde- corría un sexy pelirrojo por toda su habitación en busca de su uniforme escolar.

 

Apenas lo encontró, se metió al baño para darse una ducha rápida. Salió en menos de cinco minutos con el cabello despeinado y el uniforme desarreglado; cogió su mochila y unos cuadernos que no alcanzó a guardar.

 

Corría todo lo que daban sus piernas en un intento desesperado por alcanzar el último tren que lo dejara a tiempo cerca de su escuela, estaba sonrojado por el tremendo calor y el gran esfuerzo que hacía al correr, unas cuantas gotas de sudor se entremezclaban con las gotas de agua que caían de su mojado cabello.

 

Todo aquel que lo veía sufría, mínimamente, de una pequeña hemorragia nasal. Gaara se veía jodidamente sexy y eso en lugar de alegrarle, le molestaba. ¿La razón? Tanto chicos como chicas lo molestaban al verlo pasar; y eso lo hacía sonrojar aún más.

 

Llegó justo a tiempo para comprar su boleto y subir al metro; fue uno de los primeros en subir y el hecho de que no hubiera mucha gente lo tranquilizó.

 

Oh pero la suerte no estaba de su lado ese día...

 

A los pocos segundos una multitud de personas entró detrás de él, acorralándolo cerca de una de las puertas; puso una mano como apoyo para no quedar aplastado. Había tanta gente que apenas si se podía mover; se sintió un poco más seguro al ver que todos estaban sumergidos en sus propios asuntos... cuán equivocado estaba.

 

Apenas el tren partió pudo sentir que alguien acariciaba descaradamente su trasero; de vez en cuando lo apretaba suavemente y acariciaba sus muslos con una mano.

 

Gaara solo tenía la mano izquierda libre ya que la otra era su apoyo para no quedar aplastado contra la puerta del metro. Su mochila lograba tapar el acto indecoroso y ya no sabía si agradecer o maldecir por ello.

 

Una parada y entró más gente. Parecía que el metro iba a explotar en cualquier momento y ya podía sentir como su acosador se pegaba aún más a él; hasta sentía su respiración en la nuca, lo cual sorprendentemente, le estremecía y excitaba en lugar de molestarle.

 

Decidió aguantar un poco, ya cuando hubiera menos gente y se pudiera mover libremente le daría su merecido a ese depravado y le gritaría un par de cosas.

 

Su plan falló al sentir como un dedo presionaba ligeramente su virginal entrada a través del uniforme y la ropa interior.

 

- Malditos pantalones de tela y maldito metro- pensó irritado, sonrojado y ¿por qué no admitirlo?... excitado.

 

¡Desgracia más grande le tocaba! Su miembro había empezado a reaccionar ante tan eróticas caricias.

 

Al parecer el pervertido de su acosador se dio cuenta ya que dejó su entrada deslizando su mano por entre las piernas del pelirrojo y empezó a masajear sus testículos lentamente provocándole un placer delicioso.

 

Con el poco autocontrol que le quedaba, llevó su mano libre por debajo de su entrepierna en un intento de detener a ese violador empedernido. Pero no contó con que él sujeto entrelazara sus dedos para luego seguir con su trabajo manual.

 

Gaara se mordió los labios intentando acallar cualquier gemido, jadeo o suspiro que pusiera en evidencia lo mucho que le estaba gustando lo que le hacían.

 

- ¡Maldición! Este tipo... tiene manos celestiales... lo hace jodidamente... bien- pensaba ya fuera de sí.

 

El extraño rodeó la cintura de Gaara con su otra mano y acercó su cara a su cuello buscando la posición perfecta para que parezca un simple abrazo de novios y empezó a restregar su potente erección contra el trasero de Gaara mientras besaba de manera húmeda y sensual el suave cuello del pelirrojo dejando marcas notorias.

 

Nadie se había dado cuenta y ya no sabía si tomarlo como algo bueno o malo.

 

Gaara había dejado de resistirse y ahora solo se dedicaba a disfrutar de las exquisitas sensaciones que le brindaban las expertas manos del acosador.

 

- Ahhh- se le escapó un sensual gemidito erótico cuando la mano que reposaba en su cintura se deslizo más allá de la ropa interior y ahora masajeaba su miembro con parsimonia.

 

Gaara estaba que se derretía del placer y sentía que pronto acabaría, los espasmos del orgasmo empezaron a hacerse presentes en su formado cuerpo.

 

El extraño trazó una línea de besos húmedos desde atrás de la oreja hasta el hombro del pelirrojo y con esto logró la explosión de su víctima; había encontrado algunas de sus zonas erógenas.

 

Ese orgasmo resultó ser el mejor en la vida del pelirrojo; claro que eso no lo admitiría ni muerto.

 

Luego de recuperarse un poco, cayó en cuenta de lo que acababa de hacer. Enrojeció hasta más no poder de ira y vergüenza. Al menos ese tipo parecía considerado ya que empezó a limpiar un poco, con ayuda de un pañuelo, la pegajosa y blanquecina sustancia.

 

Se acercaba su parada. Su casa y la escuela se encontraban en los extremos opuestos de la ciudad, por eso tomaba el metro; eso y que ni él ni sus hermanos tenían tanto dinero para que se dé el lujo de pagar las altas tarifas de los taxis, que cobraban más a más distancia.

 

Ya se estaba preparando para darse la vuelta y asestarle un buen puñete al tipo ese, por más que él se hubiese dejado llevar; no tenía el derecho de acosarlo sexualmente, era un delito.

 

Entonces se puso a pensar en qué clase de viejo pervertido le hizo todo aquello y se estremeció de asco al imaginarse a un anciano arrugado, gordo y feo de cojones.

 

El metro se detuvo cuando volteó la cara y medio cuerpo en dirección al extraño; lo que no esperó ni por si acaso, era encontrarse con unos hermosos ojos negros. Se quedó perdido en ellos durante segundos eternos.

 

Le recordaron al ónice, negros pero no opacos, estos tenían un brillo especial que lo cautivó al instante. Una tibia y suave presión en los labios le hizo volver a la realidad.

 

¡Le estaba besando! ¿Quién se creía ese bastardo para hacerle todas esas cosas y luego besarlo como si nada? claro que lo hacía perfectamente bien... ¡pero le estaba besando!

 

Se separó apenas sintió la lengua contraria rozar la suya. El metro volvió a partir.

 

¿Cuándo demonios habían salido del vagón? Eso no importaba, era hora de enseñarle buenos modales a ese chico... Se estaba preparando para dar el primer golpe cuando recordó algo importante:

 

La escuela.

 

- Demonios, estoy tarde- solo atinó a darle la cachetada de su vida al de ojos negros, de seguro le dejaría marca por bastante tiempo.

 

Emprendió la carrera a su escuela. Le tocaba historia con el profesor Orochimaru, tenía ya varios antecedentes de atraso y mala conducta, y ese profesor era el más estricto; si llegaba tarde una sola vez más, lo suspenderían durante una semana.

 

Apresuró el paso y sintió como su celular comenzaba a vibrar. Lo sacó de su mochila aún corriendo y vio que era un mensaje de Naruto.

 

¡Hey!, ¿Dónde estás? el timbre acaba de tocar y Orochimaru, milagrosamente, aún no llega... date prisa.

 

Tal vez ese día no iba a ser tan malo.

 

Llegó cerca de diez minutos más tarde. Corría por los pasillos rogando que su profesor se retrasara otro poco más; pasó por la dirección y pudo notar unos conocidos ojos negros que se dirigían a la puerta. Estaba por detenerse, pero recordó que no podía perder más tiempo y siguió su carrera.

 

Llegó al aula todo agitado y se encontró con su rubio amigo a punto de ser devorado a besos por su novio. Caminó distraídamente hacia su pupitre que se encontraba al lado de Naruto.

 

- Contrólate Uchiha, no olvides que estamos en la escuela- dijo cerrando los ojos y recostándose contra el respaldar de la silla en un intento de descansar un poco. Realmente había corrido bastante.

 

- Hmp- el azabache se separó de mala gana de su sonrojado novio- hola Gaara.

 

- Nunca cambiarás ¿o sí?... hola Naru-chan- saludó provocativo con una pequeña sonrisa a su amigo.

 

- Hola Gaa-chan- saludó el otro un poco más animado.

 

- Y veo que ustedes nunca se cansarán de llamarse así ¿verdad?

 

- Sasu está celoso... Sasu está celoso- canturreó el rubio.

 

- No estoy celoso...- estaba a punto de continuar cuando la puerta se abrió bruscamente, dejando ver al profesor de historia

 

Los ojos viperinos se posaron sobre su persona con una mirada intimidante e inquisidora. Mantenía una postura seria e indiferente, pero en sus ojos se podía notar una pizca de vergüenza y algo de... enojo.

 

- Buenos días alumnos- habló sin apartar su fría mirada de Gaara- un nuevo alumno se integrará a partir de hoy, su nombre es Uchiha Sai- dirigió su vista a la puerta- entra.

 

No prestó atención a la persona que entraba al salón, tampoco a los negros ojos que lo miraban fijamente o la sonrisa que dibujó aquel nuevo estudiante. Sus ojos desafiaban el fijo mirar de su profesor intentando no delatar su miedo. Intentando protegerse.

 

- Sabaku-san- llamó imponente.

 

Se estremeció ante el pensamiento de regaño; ya se lo había imaginado, no era tan difícil deducirlo. El retraso del profesor, unos ojos negros en la dirección, el chico nuevo. De seguro le había visto en su intento de llegar a tiempo o por lo menos antes que él a clase. Definitivamente hoy no iba a ser su día, lo iban a regañar dos veces además de castigarlo por tiempo indefinido y para rematar, estaba el incidente del metro.

 

Reaccionó.

 

Otra deducción. Estaba por sentirse como Sherlock Holmes, pero no era momento para pensar en eso.

 

Recordó al chico del metro, luego esos ojos negros tan familiares y ahora un chico nuevo.

 

Volteó la mirada a la persona parada en el centro del salón. Sus ojos reflejaron sorpresa durante pequeños intervalos de segundo para luego dar paso a la furia; escuchó su nombre en un leve susurro proveniente de Naruto y una maldición de parte de Sasuke.

 

 

Orochimaru atento a todo aquello, pudo notar cada reacción en sus alumnos... en el pelirrojo especialmente. Una macabra idea pasó por su mente.

 

- Sabaku-san- volvió a pronunciar, esta vez con un toque de malicia en el rostro. El pelirrojo lo volteó a ver aún con enfado- omitiré el hecho de haberlo visto corriendo por los pasillos luego del toque de entrada- Gaara se sorprendió- pero... usted será el guía del señor Uchiha- golpe bajo para Gaara. Hubiera preferido mil veces un castigo antes que aquello.

 

Eso era ser cruel. Definitivamente aquel profesor lo odiaba, no... el universo lo odiaba.

 

Naruto rió mal disimulado ante la expresión de ''porque-a-mi'' de su amigo.

 

- Por cierto joven Uzumaki- el rubio se tensó- deberá quedarse después de clase limpiando los baños de la escuela.

 

- ¡¿Qué?!- tanto Naruto como Sasuke se quejaron ante tal castigo. Los planes del azabache de presentar a su novio a sus padres quedaron arruinados.

 

- Y ya que estoy de buen humor... el joven Uchiha Sasuke le acompañará limpiando la piscina del establecimiento.

 

- Hmp- el azabache bufó molesto, pero sonrió ante la oportunidad de cumplir su fantasía de hacerlo con SU dobe en la escuela.

 

- Uchiha-san, puede sentarse- Sai se dirigió al único asiento libre que quedaba, justamente al lado de Gaara.

 

-SxG - SxG - SxG -

 

La clase terminó sin ningún otro contratiempo, la campana sonó anunciando el receso. Guardó sus útiles lo más rápido que pudo, se paró para dirigirse a paso rápido a la puerta, pero justo al pasar frente al escritorio del profesor escuchó algo que le hizo parar de golpe.

 

- No olvide que tiene que guiar al joven Uchiha Sai.

 

Maldijo mentalmente mientras salía con paso normal; se recargó en la pared a un lado de la puerta con el seño fruncido y los brazos cruzados esperando a su acosador. Porque ese chico era el mismo bastardo que le había hecho todas esas cosas en el metro, lo reconoció al instante. Sobre todo porque el peli-negro tenía una marca roja en una de sus mejillas.

 

- Uchiha tenía que ser- pensó- al menos me vengaré como se debe por lo que me hizo- sonrió de lado ante su ''positivo'' pensamiento.

 

- Gaa-chan!!- Naruto llegó corriendo a su lado. Sasuke venía por detrás acompañado de Sai, no se sorprendió, ambos eran Uchihas, alguna relación deberían tener... lo que si le sorprendió era la notablemente molesta cara del azabache y la falsa sonrisa del otro.

 

- Naru-chan... serias tan amable de llevarte a Sasuke, tengo que arreglar algo con este bastardo- miró con ira al de piel pálida.

 

- ¿Pasa algo malo... Gaa-chan?- Sai había escuchado el nombre del pelirrojo y posteriormente el lindo apodo con que el sexy rubio lo había llamado.

 

- ¡¿Quién te crees para decirme así?!- estaba que echaba humo, se había contenido toda la clase de no matar al pelinegro y ahora nada lo detenía- maldito bastardo...- caminó con paso firme hacia su víctima.

 

- Espera Gaara- Sasuke lo detuvo- ¿pasó algo con la copia barata?- inquirió alzando una ceja.

 

- Creí que habíamos dejado eso de los apodos infantiles, primo- se burló Sai conservando su falsa sonrisa.

 

- ¡Pasó bastante! Tu copia barata- imitó el apodo que le dio Sasuke- ¡¡prácticamente me violó en el metro!!

 

- ¿Que no te gusto acaso? tu cara decía todo lo contrario- provocó.

 

- ¡Eres un...!- se lanzó contra Sai intentando golpearlo, pero Naru lo agarró a tiempo.

 

- ¡Gaara! no... Tranquilízate...- rogaba agarrando a su amigo por la cintura.

 

- Naruto, ¡suéltame!

 

- Basta Gaara- esta vez fue Sasuke- no cometas imprudencias de las que te arrepentirás, recuerda que estamos frente al salón de Orochimaru-sensei.

 

Se quedó quieto, pero aún con el deseo de matar a Sai.

 

- Hmp...- se acercó a Sai cuando el rubio lo soltó. Él era un poco más bajo- *después de clases... te enseñaré la escuela.

 

El pelinegro sonrió ante la indiscreta amenaza y acarició el trasero de Gaara sin vergüenza susurrando a su oído...

 

- *Tal vez después de que yo te enseñe a madurar- otra amenaza indiscreta y el pelirrojo se retiró más enfadado empujando a Sai en el proceso.

 

Sasuke y Naruto se miraron. Suspiraron imaginando lo que iba a pasar.

 

- Sabes...- empezó el rubio cuando Sai fue tras Gaara- nosotros empezamos de una manera bastante parecida...

 

- Aún recuerdo ese día- sonrió de lado- no fuiste tan agresivo como Gaara.

 

- Mmmm... Me pregunto si tu primo habrá hecho lo mismo con Gaa-chan...

 

- Conociéndolo... le hizo algo... peor.

 

Rieron para luego besarse con ternura y amor. Ellos habían terminado amándose locamente gracias a un incidente en el metro... ¿pasará lo mismo con Sai y Gaara?

 

Fin!! ^^

Notas finales:

* Gaara insinuó que le daría una lección a Sai después de clases.

* Sai insinuó que le haría ''cosas'' hentai a Gaara después de clases.

Gomen si no se entiende muy bien eso...

Ya con todo aclarado... no voy a rogar por reviews... pueden dejar si quieren, prometo responder todos los reviews y aceptare de todo sin quejarme... pero no pienso rogar mas!!

Espero que haya gustado y si comenten...

Yo lo considero final abierto y.. ojo! no continuare, no se me vienen ideas, ustedes pueden decidir si quedan o no juntos... :)

Matta ne!

Elle N-A


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