En el Instituto Sagrada Sinfonía (o "Double S") solo entran los chicos con promedio excelente. Es considerada una institución de elite ya que son muy pocos los que alcanzan las expectativas, además los hijos e hijas de gente con dinero asisten a ella, es por eso que el ambiente es muy soberbio. Uno de ellos soy yo, Jeiden Ishiba. Mi padre es el cantante del momento y mi madre una coreógrafa de fama mundial, me tuvieron muy jóvenes así que trato de no interponerme en su carrera evitando problemas.
Como en toda escuela, están los populares, en este caso, chicos altaneros carentes de humildad, que lo único que hacen es humillar a otros.
Es fácil hablar, es por eso que nos valemos de nuestras palabras. Tratamos de ser elocuentes a la hora de abrir la boca para que al final, la gente piense que somos, por buscar un término, “superiores” y les de vergüenza hablarnos. De esa forma logramos ser lo que hoy somos: “Los ocho” de la Double S: yo, Kaizen Emiye, Maki Takamura, Ginta Hatayame, Satome Kansaki, Silver Sadamoto, Chihiro Tidomi y Nanase Mimaro.
Somos los mejores en TODO: notas, deporte, aspecto, nuestros padres son los que mejor posición tienen en comparación con el resto del alumnado. Podemos tener lo que queramos, cuando lo queramos sin importar la opinión de los demás, es lo último que interesa en este momento, los demás. Gente que lo único que hace es criticar sin conocer e intentar estar a tu lado solo por conveniencia, es algo que me repugna, pero es la realidad que les toca vivir, no es mi culpa, no tienen otra cosa más que envidiar lo que tenemos y preguntarse ¿por qué ellos?, ¿por qué no yo? patético, es un mundo muy alejado a ellos, jamás lo conocerán.
Me dan lastima, pero esto no se trata de esos.
Kaizen es mi mejor amigo y estoy enamorado de él. Si no existiera Maki, seguramente sería todo mío pero, el obstáculo está y lo único que puedo hacer es lidiar con él o más bien ella. Me cae bien, es linda e inteligente, una morocha que tiene el mar a su favor. Entró en 5to de primaria, desde ese entonces Kaizen se enamoró de ella. Y lo malo, para mí, es que es recíproco. Obviamente están juntos, y lo que hago es alentarlo a que alcance su felicidad, la cual, evidentemente, no está junto a mí. Aunque si no fuera por ella, no habría descubierto mis sentimientos por Kaizen, que en momentos odio, es horrible ver como la persona que añoras está con otra, y peor cuando sabes que no podes ganar. Si fuera chica no habría drama, pero no lo soy. ¿Por qué ella?, ¿Por qué no yo? No soy diferente a los demás.
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-¡Oye!
-¿Mmm?
-¿Qué haces acá tirado? Te vas a enfermar si seguís viniendo a la terraza en otoño
-Sí eso lo sé pero…
-Pero nada, ¡Anda! Levántate que ya empezaron la clase
- ¿Te sentarías a mi lado?
-Eso no se pregunta, ¡Soy tu mejor amigo!
-Siempre juntos, ¿no?
-Ojalá, si fuera por mi…
-¿Saldrías conmigo?
-¿¡Qué!?
-Sonó bien, ¿no? Estoy practicando para declararme a Maki
-Hace casi un año que la conoces y ¿Ya querés salir con ella?
-¡Exacto! Todo eso fue una práctica, buena ¿no?
-Ah, simpático ¿Lo de sentarme a tu lado también?
-Jajajaja, eso es en cerio. Siempre juntos, Jeiden
-Sí, sí. Vámonos
Desde ese otoño, sueño con decirte “siempre juntos” y que me entiendas.