Unas fuertes manos recorren su figura, son suficiente para quitarle cualquier pensamiento. Le encanta sentir su poder, esa magia oscura que invade cada célula de su cuerpo y no le da un minuto de descanso. Ambos perdieron la cuenta de las horas que llevan en este juego, sus adoloridas bocas hinchadas por los besos robados no se cansan de ser torturadas. Un gemido de placer escapa de sus labios cuando las manos de Tom se encajan en su espalda abriéndole pequeños surcos. Sin dejarse dominar le regresa la caricia mordiendo su pecho con fuerza. Abre los ojos a tiempo para ver la cara de dolor de su amado, los ojos cerrados y sus dientes apretados, para no gritar, para no mostrarle su necesidad. Pero ahí está y una vez más ataca su boca, mientras se deja hacer por su amado.
Con su deseo saciado Tom desliza a un agotado pero feliz Lucius a un lado de la cama, esa noche ya no volverá a hacerlo suyo, pero dormirán abrazados para demostrar su amor. Aunque su cuerpo está cansado por la sesión de sexo, su alma reboza de energía. Por fin está en un cuerpo que reacciona a sus deseos, un cuerpo donde su poder mágico está al máximo. Un par de horas después, todavía noche cerrada, abre los ojos y sabe que no podrá conciliar el sueño de nuevo. Apenas despertó, se dedicaron a reconocerse, a comprobar si su amor sigue intacto, si se necesitan con la misma pasión de antes y todo fue perfecto. Ahora, mientras Lucius por fin duerme en sus brazos, él está nervioso. Recuerda estar atrapado en una serpiente, intuye por las runas pintadas en el piso que su alma estuvo separada de su cuerpo, pero la duración de su sueño le es incierta. Este desconocimiento de lo ocurrido lo tiene intranquilo, su Lucius es el mismo hombre pasional de siempre, pero su cuerpo no es el mismo.
Se queda un momento acostado en la cama, besando a su rubio, abrazándolo para aceptar que están juntos de nuevo. Pero su curiosidad es demasiada, en silencio mueve los dedos, tantea el piso un par de veces antes de aventarse a dar el primer paso. Se mantiene unos segundos de pie, pero sus piernas no acostumbradas a cargar su peso lo dejan caer. Esto no lo detiene, después de esperar un momento para asegurarse que Lucius sigue dormido, gatea unos metros hasta una cajonera. Se recarga en ella para obligar a sus piernas a sostenerlo, sabiendo que es inútil cualquier intento de caminar, chasquea los dedos para llamar a sus elfos. Las pequeñas criaturas al verlo conciente saltan de alegría a su alrededor, muchos sin saber como demostrar tanta felicidad, se azotan contra los muebles o entre ellos. El ruido despierta a Lucius, quién al verlo parado, le dice:
- Regresa a la cama amor.
- Dime la verdad, cuanto tiempo…
- Hoy no, mañana, hoy es nuestra noche, ven.
Si hay algo que Tom Riddle no puede hacer es someterse a la voluntad de alguien más, Lucius espera una confirmación de su parte, pero su amado voltea la cara hacía la puerta de salida del cuarto, dispuesto a averiguar por si mismo la respuesta a su pregunta. Durante su reencuentro olvidó lo testarudo que es su esposo, olvidó cuanto llega a desesperarlo, antes de mandarle un crucius, Lucius se para de la cama y sin dignarse a verlo le grita:
- Entonces haz lo que quieras, pero ni creas que te ayudare.
- Amor entiende, necesito saber, Lucius no te largues!
Como única contestación su esposo sale del cuarto azotando la puerta, conociéndolo Lucius no regresará en toda la noche. Tom agotado por el esfuerzo de mantenerse en pie, les ordena a sus elfos llevarlo con su esposo, nadie lo deja hablando solo. Para su asombro se aparecen enfrente de la sala de música, su amado toca una tristísima melodía, donde las notas se suceden unas a otras sin llegar a un clímax. Al oírla recuerda la vez que oyó a Lucius tocar esa canción, cuando creyeron que nunca tendrían hijos, la única vez que dejó salir todo su dolor. Antes de entrar encara a los elfos, será menos doloroso oírlo de su boca:
- Hace cuanto no les ordenaba algo?
- 10 años señor.
- Amor, cuanto lo siento
Por primera vez en su vida, Tom Riddle, lord Voldemort para sus enemigos, se disculpa con alguien. Ahora entiende la necesidad de su amado por sentirse querido, por ser abrazado, por dormir una noche en la misma cama, lo entiende y se siente miserable por haberlo hecho sufrir tanto. Al oírlo entrar Lucius voltea la cara, no quiere mostrar sus lágrimas, no se permitió llorar durante el tiempo que Tom estuvo inconciente, pero ahora no puede evitarlo. Solo quiere sentirlo de nuevo, saber que no es un sueño y el imbécil de su marido es incapaz de ver su necesidad y una vez más lo relega. Al estar cerca lo abraza, sin decir una palabra le transmite sus sentimientos y Lucius agradecido recarga la cabeza en su pecho:
- Perdón por ser tan egoísta.
- Así te amo rubio presumido, estar contigo nunca es aburrido.
- Opino lo mismo moreno engreído, no se que haría si fueras una persona sumisa.
- Estarías en Azkaban condenado por asesinato. Amor llévame con mi hijo, con Draco, quiero conocerlo. Seguro es idéntico a ti, todo un Malfoy.
Esta ultima frase es señal de problemas, Lucius suspira con pesar, una vez más el destino le arranca la felicidad. Para ambos el niño de sus ojos siempre fue Tommy, el pequeño morenito con ojos verdes que les llegó de improvisto cuando creyeron que Draco sería hijo único. Su llegada les tomo tan de sorpresa que no tenían ningún nombre planeado, Lucius en un arrebato de sentimentalismo le puso igual que su padre, Thomas, para enojo de su esposo que por esas fechas se hacía llamar Voldemort. Una vez resignado a que no todo puede ser perfecto, le lanza la pregunta:
- Querido, cuantos años tiene Draco?
- Me fascinan tus preguntas retóricas Lucius Malfoy, nuestro hijo tiene 10 años, dado que estabas embarazado la última vez que hablamos.
- Olvidaste el año más feliz de nuestras vidas, olvidaste a tu otro hijo, a Tommy?
Hasta ese momento Tom no lamentó perder 10 años de su vida, pero enterarse que también olvidó todo lo ocurrido un año antes fue demasiado para él. La magia negra se arremolinó a su alrededor, reconociendo su enojo, Lucius lo abraza más fuerte. Por respeto a su amado no le preguntó por lo sucedido, pensó dejarlo en control de la situación hasta enterarse de los cambios en el reino, pero esto agoto su paciencia, alguien pagará por su enfermedad, se vengará por quitarle tantos años de su vida, pero sobre todo por destruir a su familia:
- Que me pasó? No aceptare un no por respuesta, Malfoy
- No lo se, solo tu lo sabías y ya no lo recuerdas.
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Celebran el 31 de octubre, cuando derrotaron a sus enemigos al vencerlos en la batalla de las mil muertes y ganaron la guerra. Durante la semana las fiestas oficiales tuvieron lugar, cada día se realizo un evento diferente. Pero hoy, el día exacto, se da la fiesta íntima en el palacio Riddle, donde solo los miembros del circulo interior y sus familias asisten. Es ahí donde pueden celebrar sin máscaras y sin temor a un ataque por parte de sus enemigos, porque si de algo están seguros es que nadie es capaz de romper las defensas del palacio. El único que sabe su localización exacta es su majestad, para entrar se necesita saber parsel y los únicos autorizados para aparecerse en el palacio son los miembros del círculo interior, todos leales a su majestad. En ese momento Lucius, vistiendo una túnica de gala negra, entra al cuarto llevando a un risueño Draco en brazos, su amado se encuentra acostado en la cama jugando con Tommy. El rey avienta a su hijo al aire para después atraparlo, el bebé ríe de felicidad. Al ver a su padre, el rubio niño balbucea para ir con él:
- No Dragón, ya es tarde y los invitados nos esperan. Thomas dile algo a tu hijo sino se pondrá a llorar y Tommy lo seguirá.
- Lo siento campeón, prometo que mañana jugare contigo, te llevaré a la oficina para que atormentes a mis asistentes. Verás como te gusta eso.
Los plateados ojos de su hijo empiezan a llenarse de lagrimas, aun así ningún sonido sale de su boca, Voldemort ve el esfuerzo de su hijo primogénito por no llorar esto lo llena de orgullo. En reconocimiento a su control, lo toma en brazos y lo avienta un par de veces al aire, Draco siempre consigue lo que se propone. Ambos padres van al cuarto de sus hijos, una enorme habitación con 2 cunas pegadas al fondo, en la pared los animales pintados se mueven de un lado a otro, después de acostarlos, desearles buenas noches y besarlos, suben las barreras de la habitación al máximo, aun en casa no descuidan la seguridad de sus hijos. Mientras caminan hacía la fiesta, ambos esposos platican:
- Draco sigue enfermo de gripe?
- No es gripe es algo mas, ya le hable a Parkinson mañana vendrá a revisarlo.
- Mantenme informado, no quiero que tenga viruela de dragón y Tommy también se nos enferme. Tu ya tienes suficiente con mantenerte saludable para que nuestra nueva joya crezca bien.
Tom detiene a Lucius a mitad de pasillo, lo besa apasionadamente mientras acaricia su vientre, solo un buen observador reconocería la pequeña pancita como un embarazo de 4 meses. Pero su majestad puede sentir la magia formándose. A diferencia de Draco que desde los 2 meses de gestación mostró su poderosa magia oscura, este nuevo bebé se parece más a Tommy quién siempre se escondió de ellos escudándose en su magia blanca. La magia parece neutral pero Parkinson les dijo que el nuevo bebé también será un mago con magia blanca, un milagro que nadie sabe a que se debe, tanto los Malfoy como los Riddle son familias puras de magos oscuros. Tommy fue el primer Riddle en mil años en tener magia blanca y eso lo llena de orgullo, su hijo es especial. Draco y su poderosa magia negra también lo hacen feliz, su heredero es digno de su apellido.
La escena cambia de súbdito, Tom ve los recuerdos que Lucius recolectó de lo sucedido ese día, tiene a su disposición cada minuto de la fiesta desde muchos puntos de vista. No intenta analizar todo el material, su esposo ya lo hizo, él quiere ver su reacción a los acontecimientos, por si esto le da una pista que junto al conocimiento de su amado les de nueva información. Al ver su felicidad su deseo de venganza aumenta, alguien actúo con mucho cuidado y pagará por su traición. Por una eternidad se sigue a si mismo mientras platica con sus hombres de confianza, su cara neutral le indica lo irrelevante de estas conversaciones. No es hasta que llega junto a un joven Sirius Black, que ve un imperceptible cambio para alguien que no sea él mismo, esta platica dice demasiado:
- No debo ser tan incompetente, dado que me nombraste jefe de aurores y no a James, tu propio primo, que diría su padre, majestad?
A cualquier otro ya lo hubiera maldecido, pero Sirius, el futuro líder de la noble casa Black no solo tiene un gran poder mágico y una enorme habilidad para batirse en duelo, también sabe muy bien hasta donde puede molestarlo y salirse con la suya. Esta vez ni siquiera se gana una amenaza, siguiendo su juego le contesta:
- Que cometí la peor equivocación de mi vida, afortunadamente aun estoy a tiempo de corregirla.
- Espero que lo haga pronto sino podría encontrarse con que el puesto me gusta.
- Eso sería una catástrofe. Ya fuera de broma, dile a James que se de una vuelta por mi oficina, hace un mes que no lo veo.
- En serio? No te ayuda con las negociaciones en Rusia, no se ha pasado por mi casa ni por el ministerio en un rato.
- James Potter no ha ido a trabajar y tu no te preocupas?
- Está enamorado, pero tiene pena de decirnos quién es su pareja porque es una hija de muggles. Ya averigüe su secreto por una modesta suma puedo decirle.
- No gracias esperare su confesión, pero me alegro por él, es hora que empiece a pensar en la continuidad de su apellido, sino su fortuna caerá en manos de familiares lejanos.
- Ya resolvimos eso, si algo le pasa yo cuidaré su fortuna hasta que Draco alcance la mayoría de edad y entonces él la tendrá.
Esta información lo toma por sorpresa. Desde que James Potter perdiera a sus padres, él, 8 años mayor se encargó de cuidarlo como a un hermano. Su primo nunca le ocultaría información, pero su yo del pensadero no sabía de su enamoramiento, la creación de un testamento ni de sus ausencias del trabajo. El resto de la plática con Sirius no es relevante, esta se centra en Regulus y su matrimonio con Remus Lupin. La fiesta sigue su curso, Lucius y él bailan felices hasta la súbdita aparición de James Potter. Este apenas lo ve, corre a su lado, le murmura algo al oído y los dos van a su estudio, sin permitir que nadie los siga. Al verlos salir del salón, los murmullos no se hacen esperar, los demás miembros del circulo interior también han notado que ese mes James se comportó de forma extraña. Media hora después, puede sentir como su magia se agita un poco, pero no de forma agresiva, al contrario esta entra en modalidad protectora, lo que sea que James le dijo lo puso en guardia. En la fiesta todos notan el cambio de magia, pero la malinterpretan por un ataque de furia, Severus en enviado por Sirius al estudio para ayudar a James a salir bien librado de su enojo. Ni él mismo puede creer lo que sus ojos ven al entrar al cuarto:
James Potter está inconciente en el sillón. Severus carraspea para anunciar su llegada, pero su majestad no le hace caso y sigue viendo a través de la ventana. Al voltearse sus ojos rojos indican su enojo, su lugarteniente no entiende a que se debe esto, pero la duda crece dentro de él, si Potter los traiciono esta escena se explicaría. La voz de Voldemort le confirma su creencia.
- No permitiré esta clase de sublevación. Vete de aquí y no regreses.
El mensaje en clave es claro para cualquier miembro del circulo interior, la habitación esta comprometida y esa plática puede llegara a oídos peligrosos. Su majestad le pide a Severus sacar de ahí a la mayor cantidad de gente antes del ataque, todos los presentes son familiares cercanos a sus hombres y su muerte provocaría un caos. Sin pronunciar palabra alguna, Severus asiente con la cabeza, le da una última mirada a James antes de irse, pero es el propio Tom quién no puede evitar revelar su conocimiento del ataque:
- Por lo que más quieras, llévate a Lucius contigo y no lo dejes regresar.
Tom enseguida reconoce el error de Severus, su enojo no se debe a la traición de James, al contrario es debido a su herida, alguien lo lastimo cuando intento hablar más de la cuenta. Su primo fue atacado en algún momento del mes pasado, seguramente la maldición imperios lo controla y nadie lo notó hasta que fue demasiado tarde. La desconfianza en su lugarteniente es justificada, solo alguien cercano sabría hasta donde apartar a James de la vida familiar para no causar ninguna inquietud. Lo último que Severus ve es a él hincándose junto a su primo intentando despertarlo. Los ojos de James se abren y su boca se mueve, intenta oír lo que se dicen pero el cuarto desaparece. Todos obedecen su orden, todos menos su esposo que simplemente mueve la cabeza en señal negativa, en lugar de huir de ahí sale corriendo al cuarto de sus bebés:
Lucius ni siquiera puede acercarse al ala donde sus hijos duermen, cuando una explosión rompe los cristales de las ventanas, segundos después figuras encapuchadas se aparecen en el palacio y empiezan a atacar a todo aquel que se mueve. Su amado saca su varita, Severus, Sirius y Rabastan están a su lado, los 4 mantienen a raya a sus atacantes, estos no representan un problema pero no les dejan llegar al cuarto de los príncipes. Su yo del pasado entra en escena mientras mata a unos encapuchados, le lanza una mirada asesina a su esposo, sin inmutarse Lucius se la regresa, el primero en hablar es el rubio, su enojo va más haya de lo imaginable:
- No me iré de aquí sin mis hijos.
- Severus llévatelo a Malfoy Manor, no quiero repetir mi orden.
- No soy un inválido que necesite tu ayuda, aunque no lo creas soy casi tan poderoso como tu.
- Por una vez en tu vida hazme caso Lucius, por favor, este no es un ataque normal, esta pensado para destruirnos.
- Y por eso debo quedarme.
Su contestación muere en sus labios, por una fracción de segundo Lucius quita la vista de sus enemigos para fijarla en sus ojos, el tiempo suficiente para bajar la guardia y recibir un hechizo en pleno abdomen. Él enfurece, junto a Sirius y Rabastan atacan sin piedad en esa dirección, Severus se desaparece de ahí llevando a un malherido Lucius consigo.
El resto de los recuerdos son muy confusos, la pelea sube de intensidad, varios de sus hombres son heridos, pero la experiencia de los miembros del circulo interior es notoria y poco a poco logran arrinconar a sus enemigos. En algún momento de la pelea Severus regresa para ayudarles, siguen sin poder llegar por sus hijos y todos sienten como las barreras del cuarto están a punto de romperse. Al verlo llegar él se desaparece, esa es la última vez que se ve en acción, unos minutos después una gran explosión sacude la casa, todos los presentes son expulsados de ahí, el actual líder Riddle fue herido de muerte y la ancestral magia que resguarda el palacio despide a todos para asegurarse que no lo maten. La pelea acaba de súbdito, nadie tiene ganas para perseguir a sus atacantes, tanto los Black, como los Lestrange y los Malfoy tuvieron muertos en sus filas, más tarde sabrían que los Longbotton también fueron atacados, así como todas las familias leales al rey.
El primero en regresar al palacio es Rabastan Lestrange, su hombre de confianza, ve a través de sus ojos la destrucción de su palacio, en el piso hay cuerpos tanto de aliados como de enemigos. Sin ver las identidades de los caídos, corre al cuarto de los príncipes, al llegar comprueba que las barreras no resistieron y que ellos no cumplieron con su obligación. Las cunas están despedazadas en miles de pedazos, las paredes quemadas y en el centro su majestad parece muerto. Por un momento piensa que es el fin, en una noche perdieron a los 2 niños y a su padre, los últimos Riddle, su única esperanza es el bebé no nato de Lucius. Sin dejarse llevar por sus sentimientos, se acerca para comprobar su muerte, un suspiro de alivio se deja oír en la habitación, su majestad no está muerto solo inconciente. Con Tom vivo no perderán el reino, aunque les costará trabajo mantenerlo unido bajo el estandarte de un niño no nacido.
Las lágrimas caen de sus ojos, la reacción de Lucius lo preparó para muchas cosas, pero lo sucedido fue aun peor. El resto del recuerdo es demasiado doloroso, sus súbditos sobrevivientes están sentados en una habitación de Malfoy Manor, Rabastan llega por la chimenea les pide permiso para entrar. La desconfianza se ve en todos los rostros, alguien los traicionó, un amigo, un familiar y eso los hace sentirse demasiado vulnerables. Un lloroso Abraxas es el único que se atreve a realizar la pregunta, ver a ese poderoso y frío hombre llorando es lo peor de todo:
- ¿Están muerto Rabastan?
- Su majestad no, su cuerpo vive, pero no reacciona, podría apostar mi vida a que su alma no está en el. De los niños no hay rastro.
- Planearon el ataque demasiado bien, Lucius perdió al bebé, está destrozado, necesita a su esposo y este no podrá venir. Cómo le diremos que perdió a toda su familia?
Nadie dice nada, no solo deben soportar el dolor de perder a su amado rey, muchos de ellos perdieron a familiares cercanos. Tan solo los Black perdieron a su matriarca Walburga, ahora Sirius debe tomar el mando de su familia por ser el hijo primogénito y heredero de esta. Esto pone a 3 miembros del circulo interior con la mente en otro lugar. El primero en hablar es Nott, él no sufrió ninguna perdida cercana y su mente es la más clara:
- No se lo diremos, si queremos mantener el reino unido Lucius debe ser fuerte, tiene que demostrarle a nuestros enemigos que no ganaron.
- Mi hijo no aguantara, tiene hemorragias internas por el ataque, si está resistiendo es porque no quiere dejar a sus otros hijos solos, cuando se entere que los perdimos se dejará morir.
En eso están, cuando un elfo doméstico del palacio Riddle, herido en varias partes del cuerpo, se aparece llevando un pequeño bulto bien envuelto. Nadie puede creerlo, si es uno de los príncipes las cosas mejorarán considerablemente. Abraxas toma con cuidado el pequeño cuerpo, al destaparlo un asustado Draco sin ninguna herida superficial los saluda con una sonrisa. Perdiendo toda su compostura Malfoy lo abraza y besa con felicidad, no todo está perdido, al parecer Thomas logró salvar a uno de sus hijos. Eso será suficiente para que Lucius no se deje morir y ellos puedan salvar al reino.
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Al salir del pensadero ve a su amado sentado en su sillón con una copa de whiskey en la mano y con la mirada perdida viendo el amanecer. No le hace ninguna pregunta, simplemente le da otro sorbo a la bebida. La voz de Tom Riddle resuena en el salón, vio suficiente, su familia todavía está en peligro, el traidor sigue libre después de todo ese tiempo, seguramente debe tener un plan de respaldo por si llegaba a despertar. Pero no es momento para comenzar a investigar la identidad del traidor, no cuando es probable eque un inocente haya pagado una condena injusta:
- ¿Mataste a James Potter?
- Sabía que dirías eso, tú igual que Sirius abogarás por su inocencia, pero ese infeliz no negó su culpa cuando tuvo la oportunidad. Recibió lo que se merecía.
- No contestaste mi pregunta, está muerto o no?
- Oh no, el infeliz se está pudriendo en Azkaban y a menos que me traigas una prueba concluyente de su inocencia, no lo sacaré de ahí.