Capítulo 18 El amor materno
En la explanada del ministerio, donde la estatua de Tom se encuentra, una multitud espera a su querido rey, los chismes no han parado toda la mañana, su majestad les tiene una sorpresa preparada y todos quieren verla con sus propios ojos. Esperan que Lucius le ceda el mando a su esposo, la llegada de los miembros del Wizengamot confirma este rumor. Pronto su rey regresará al trono. Ajenos a esto, los pequeños príncipes del reino llevan 3 horas en el despacho de Hagrid, el mejor amigo de su padre, esperando a que alguien los lleve casa. Harry platica con su gigante amigo mientras come golosinas y un aburrido Draco patear el escritorio y hace bolas de papel que luego avienta por toda la habitación. De pronto, el rubio se para de la silla y con la cara más inocente que puede hacer voltea a ver a Hagrid:
- Puedo salir a explorar?
- No.
- Te prometo no ir muy lejos
- Draco, eres el príncipe heredero, tu padre tiene muchos enemigos que no dudarán en atacarte.
- Tom irá conmigo, él puede cuidarme.
El pobre gigante se pierde en la astuta respuesta del niño, olvidando que ahora Harry es Tom, piensa que se trata de algún mortifago del rey y acepta la propuesta. Más rápido de lo esperado, Draco toma de la mano a su hermano y sale corriendo del cuarto. Definitivamente heredó de sus padres su habilidad de conseguir lo que sea. Un minuto después Hagrid nota su error y va tras ellos, si algo les pasa la furia de Tom Riddle será legendaria.
Una vez libres ambos niños corren felices de la vida de un lado a otro. Draco no quiere meterse en problemas, pero su hiperactivo carácter lo convenció de lo contrario. Solo jugará a las escondidillas con Hagrid, le fascina intentar sacar de quicio al gigante. Gracias a una vuelta mal dada, entra a la plaza principal del ministerio. Su llegada provoca una pequeña agitación, todos voltean para tomarle una foto a su príncipe y si es posible intentar entrevistarlo. Es poco común tener a Draco sin Lucius cerca. Su tío Rabastan Lestrange, lo saca rápidamente de ahí, su padre no está de humor para soportar a su travieso hijo, mejor protegerlo del rey. El intercambio de poderes ya está por terminar y su majestad bajará ciñendo la corona y el cetro real por primera vez en 11 años, Tom Riddle debe demostrarles a todos que sigue siendo la mejor opción para gobernar. Rabastan no quiero que demuestre este poder en su sobrino.
Harry no le puede seguir el paso a Draco, en una vuelta se equivoca de lado para terminar enfrente de un elevador privado. La puerta se abre y un herido Lucius sale siendo ayudado por el matrimonio Blak-Prince. Sirius sale a su encuentro y evita que llegue junto a Lucius, no quieren asustar al niño y si se acerca verá sus heridas:
- Papi, estas bien?
- No te preocupes campeón, tu padre y yo hicimos un ritual mágico que me dejó agotado, no es nada grave, una noche de descanso me dejará como nuevo.
Solo la inocencia de Harry lo previene de percibir la mentira de su padre. Lucius no se encuentra bien, pero no quiere asustar a su pequeño. El ritual para traspasar los poderes del reino es salvaje, no solo requiere un intercambio de magia de ambas personas, sino que exige una sumisión total de quién deja el poder. Para demostrar su superioridad, Tom tuvo que someter a su amado a la maldición cruciatas, así como herirlo físicamente. En sus planes no estaba realizar este ritual, Lucius siempre fue muy claro con el reino, él tomó el trono para asegurar la continuidad de la dinastía, todos sus decretos siempre salían a nombre de su hijo. Pero los miembros del Wizengamot, leales a Dumbledore, lo exigieron para reconocer a Tom Riddle como rey. También por ordenes suyas, su majestad debe rehacer el juramento de sumisión de todos sus súbditos, de sus mortifagos, esa misma noche:
- Iremos a casa?
- Tu debes estar junto a papá cuando anuncie su regreso, estoy seguro que les tiene una sorpresa preparada. Sirius llévalo a la explanada, ya los esperan.
Severus y Lucius siguen su camino, al pasar junto a su hijo le lanza una muda petición a Sirius, le ruega no acudir al llamado de su esposo y quedarse con sus hijos. Tiene un mal presentimiento, no dejará a sus pequeños solos esa noche. Tom invocará a los mortifagos, por unas horas se convertirá en Lord Voldemort. Al hacerlo pierde el control de su ser y se vuelve una persona agresiva y despiadada. Él no dejará que sus hijos conozcan ese lado de su padre, mejor que duerman seguros con sus padrinos:
- No te preocupes por nada, no me alejaré de ellos en toda la noche.
La sincera sonrisa de agradecimiento cierra la promesa del Black mayor, este carga a su ahijado mientras el niño se despide de su padre:
- Adiós papi, nos vemos luego
- Adiós campeón, saluda a Draco de mi parte.
- Sip.
Harry es conducido por Sirius a la explanada, donde Tom Riddle, bajo su identidad de Lord Voldemort habla con los medios. Están ahí parados, cuando el patronus de Snape se presenta, pidiéndole a Sirius comprar ingredientes para una poción. Su padrino se va dejando a Tommy solo, después de indicarle que vaya donde su padre cuando este lo llame. Lucius está muy mal, si Snape necesita ayuda, es su deber dársela. Sirius no se queda más tiempo, porque sabe que delante del rey, nadie lastimará a su ahijado.
Al ver a su padre Tommy recuerda su pesadilla y un ligero temblor invade todo su cuerpo. Al sentir su presencia, Tom voltea a verlo y con un gesto de mano lo llama. Es su hijo y debe presentarlo ante el reino. Pero Harry está congelado del susto, siente unas manos empujarlo hacía su padre, pero él se niega a ser guiado e intenta regresar por donde vino. En voz muy baja, les ruega que lo dejen irse:
- No quiero ir con él, por favor.
- Es el rey, no tienes nada de que preocuparte.
- Quiero ir a casa con papi, por favor, él es malo.
- Claro que no, pero ve sino se enojará contigo.
- Por favor, quiero irme de aquí.
Nada convence a Harry de acercarse a donde Tom lo espera, los reporteros divisan al pequeño y enseguida notan su parecido con su majestad. Intuyendo lo que sucederá, empiezan a sacar fotos del niño. Esto provoca una situación peor, ahora Harry quiere huir de ahí por la atención que le prestan. Sus discretas quejas se convierten en lágrimas de terror e intenta salir corriendo. Lord Voldemort, al verse rechazado se enoja, en otra situación hubiera bajado del estrado para cargar a su pequeño y tranquilizarlo, pero ahora está enfrente de sus súbditos que deben verlo como una figura de autoridad. Si cumple los caprichos de un niño, habrá problemas más adelante. Harry posará junto a él para las fotografías, sino quiere lo obligará a hacerlo:
- Alguien cárguelo y tráigalo.
- Si su majestad.
Sin poder desobedecer esa orden, un mortifago carga a Tommy quién grita y llora intentando alejarse. Lo lleva donde su padre, quién al tenerlo a su altura le suelta una bofetada, callándolo en automático:
- Si te llamo vienes, entendido?
Aun sin creer que su padre le haya soltado semejante golpe, Harry solo mueve afirmativamente la cabeza. Una vocecita en su cabeza, le dice las groserías que Dumbledore implantó en su inconciente, estas mezcladas con el recuerdo de sus sueños provocan una ruptura en la confianza del niño hacía su familia. Muy en el fondo se empieza a preguntar si no lo tratan así por ser diferente. Por ser un mago de la luz. A Tom se le olvidó que a diferencia de Draco quien sabe que ante desconocidos sus padres son los reyes y siempre debe obedecerlos, Harry fue criado por muggles. El moreno no sabe dividirse en dos, rompiendo siglos de tradición Malfoy mostró sus verdaderos sentimientos fuera de la familia. Lord Voldemort vuelve a atacar al pobre de Tommy:
- Límpiate esas lágrimas.
- Si
- Respóndeme con un si señor.
- Si señor
La oportuna llegada de Draco, quién corre feliz de la vida hacía su padre, relaja la situación. Al pasar junto a su hermano lo ve llorando, pensando que es porque lo perdió, le pasa un brazo alrededor de los hombros y le da un beso en la mejilla para pedirle perdón. Harry se recarga en él y deja salir todo su sentimientos. Sin hacerle caso Tom continua con la presentación, las preguntas se centran en los planes del rey para el reino, en los cambios que hará, pero sobre todo en el pequeño que presentó como su hijo perdido. Harry se niega a contestar nada. Su padre le pegó, el hombre que prometió cuidarlo y protegerlo lo lastimo. Por un momento pensó que su suerte había cambiado, pero los recuerdos de las golpizas de los Dursley vienen a su cabeza. Estas así empezaron, una nalgada en el centro comercial por una muestra de magia accidental, teme que su vida sea un infierno de nuevo y lo peor es que ahora la agresividad viene de su propia familia. El recuerdo que lo mantuvo cuerdo durante todos estos años, del hombre amable que dio su vida por él, desapareció de súbdito. Harry no encuentra otra tabla a la que sostenerse. En la multitud hay una persona en particular que sonríe ante la actitud del niño, su plan va dando resultado, una vez que los Riddle dejen de confiar entre ellos, todo será más fácil.
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La noticia se riega como pólvora, los Riddle-Malfoy encontraron a su hijo perdido, ahora con 2 príncipes el temor a perder a Draco y quedarse sin un futuro se ve disminuido. Todos se encuentran felices, las tabernas mágicas a lo largo y ancho de Inglaterra se encuentran saturadas, el rey le regaló un trago a cada persona que fuera a festejar el regreso de su hijo, todos brindan por el rey y el esplendido futuro que les aguarda. Pero en Hogwarts esta noticia tiene el efecto contrario, Dumbledore se encuentra furioso, desquita su enojo en sus seguidores, solo los miembros del Wizengamot, se salvan de recibir un castigo. La llegada de Fabián Prewett llevando la noticia de la pelea de Harry con su padre, tranquiliza el ambiente.
En el cuarto hay alrededor de 300 personas, pocos sobrepasan los 25 años, la mayoría son jóvenes de entre 15 a 20 años, hijos de muggles integrados al reino mediante las leyes de Tom, pero que cayeron en las garras de Dumbledore. Fueron maltratados y humillados por los magos que deberían haberlos cuidado, al ser salvados por el anciano, le juraron lealtad eterna y ahora lo ven como el único mago que se preocupa por ellos:
- Hoy les daremos una lección, ni su querido rey los salvará, le recordaré a Tom Riddle quién empuño la varita que destruyo su felicidad.
Ninguno de los presentes dice una palabra, todos han sufrido la furia del anciano, su poderosa magia es utilizada para lastimar, varios chicos han muerto después de sus castigos. Mejor quedarse callado con la vista baja para no ser su siguiente blanco. El discurso continua, sus ordenes resuenan en las paredes del lugar:
- Creen que tienen su futuro asegurado, pues les demostraremos lo contrario. Lucius está herido de gravedad no será un estorbo y Tom, junto a todos sus hombres leales, estará muy ocupados. Mañana no habrá un hogar al que puedan regresar, vayan a la mansión de Lord Black, a la del Duque Lestrange y a Malfoy Manor, que no quede nadie vivo, acaben con sus herederos y con todo aquel que sea un símbolo de esperanza.
Sin pensar en la masacre que les ordenan realizar, los presentes se ponen su capucha, toman su varita y se aparecen en los alrededores de esas casas. Los soldados y carne de cañón son los integrados, cuya muerte a nadie le importa. Usualmente son comandados por algún mago de la casta inferior. Los magos blancos instruidos no se atreven a declarar abiertamente su lealtad a Dumbledore. Aun en su propio bando seguir al viejo es considerado una locura, sobre todo después de la batalla de las mil muertes, donde evitó que sus aliados huyeran para salvar sus vidas. Albus se cree invencible, piensa que tiene todo planeado y no le importa sacrificar la vida de sus súbditos.
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En todo el reino solo hay alguien más furioso que Dumbledore y ese es Arthur Weasley, su trabajo consistía en evitar que Harry regresara con su familia, apararte de eso podía hacer lo que quisiera con él. Pero desde el principio todo fue de mal en peor, primero no le dieron el dinero prometido, luego el pequeño quedó en Slytherin y ahora el rey lo presenta como su hijo. Este último error es su perdición, el viejo ya mandó a llamarlo, pero como el cobarde que es se negó a acudir. Mejor ir de taberna en taberna tomando el trago gratis que el rey le dio a todos sus súbditos. Después de pensarlo unas horas, decidió que la única forma de aplacar la ira del viejo y salvar su pellejo es ofrecerle en sacrificio a su hijo pequeño, Ron. Entre la orden del Fénix todos saben que Dumbledore gusta de niños, con los cuales cumple sus más retorcidas fantasías. Todos los miembros de su ejército han pasado por su cama y varias veces el viejo le pidió al inocente pelirrojo como un regalo. El poco amor de padre hacía su hijo evitó cumplir esta petición, pero ahora lo hará.
Al llegar a su casa, la encuentra en penumbras, ya son las 11 de la noche y todos duermen, Molly nunca se enterará de lo sucedido con Ron. En silencio sube las escaleras hasta el cuarto de su hijo menor, pero al abrir la puerta lo encuentra vacío, Ron duerme con alguno de sus hermanos. Su decisión está mal, Dumbledore destruirá a su hijo, no quiere que el resto de su familia se entere, así que decide iniciar un incendio en la casa. En el caos, secuestrará a su propio hijo, utilizará un hechizo oscuro, así la culpa caerá en sus enemigos. Sin pensar en las consecuencias, sale de la casa y mientras apunta al lugar donde su familia duerme grita:
- Fiendfyre
La primera en despertar es Molly, el olor a quemado alerta su instinto materno, al abrir la puerta de su cuarto se topa con una pared de fuego, su grito de terror despierta a los demás miembros de la casa. Los hermanos mayores, Charles y Bill se encuentran afuera festejando en el bar más cercano, Percy todavía menor de edad corre al cuarto de su hermana para sacarla de ahí por una ventana. El piso inferior está envuelto en llamas, solo una puerta protege a sus 3 hijos menores. Sin saber que el incendio está provocado por el fuego maldito, la valerosa madre se avienta escaleras abajo para ir por sus hijos, los pequeños no pueden aparecerse aun y si ella no los salva morirán. Al ver el caos, Arthur se desaparece de ahí, nadie lo vio y nunca lo relacionarán con el incendio en su casa.
En el cuarto, un asustado Ron se abraza de Fred, mientras George intenta apagar el fuego con su varita, pero ningún hechizo sirve de nada. La puerta se abre y por ella entra Molly, siendo consumida por las llamas. La buena señora no siente dolor alguno, primero pondrá a sus hijos a salvo y luego cuidará sus heridas. Toma a George de una mano, mientras ambos se dirigen hacía la esquina donde los otros niños están. Al estar todos juntos Molly intenta ir a San Mungo, pero su debilidad es tal que no puede. Los 4 creen que su final llegó, pero la cadena en el cuello de George brilla y los transporta a muchos kilómetros de ahí, a la sala de la mansión Lestrange-Black, donde Bellatriz lee un libro. Al igual que Sirus y Snape, no acudió al llamado de su señor, su deber es proteger a su sobrino Sirrah.
La impresión dura una milésima de segundo, Bella enseguida ve el origen del fuego, si no actúa rápido destruirá su casa. Lo bueno es que ella es una poderosa y hábil hechicera, es de las pocas personas del reino que pueden realizar el contra hechizo sin mucho esfuerzo, su tranquila voz murmura:
- Fiendlocked
Después de controlar la situación, ve a los recién llegados, reconoce el cabello pelirrojo de los niños y se asombra. Cuatro Weasley traspasaron las barreras de su casa con mucha facilidad y lo peor de todo es que el fuego maldito es un hechizo muy usado por los mortifagos, si alguien los atacó su señor se enfurecerá. Explícitamente les prohibió iniciar cualquier hostilidad. Su cerebro empieza a buscar responsables, pero enseguida llega a la conclusión que esto es una trampa, esa noche todo mago oscuro mayor de 17 años está en el palacio Riddle a excepción de las madres con niños pequeños. La voz de Molly la saca de sus pensamientos:
- Cuida a mis niños, por favor, te lo ruego.
Bella analiza sus heridas, su cuerpo está quemado en su totalidad, no puede hacer nada por ella, una característica del fuego maldigo es que acaba con todo lo que toca sin opción de reconstruirlo. Molly Weasley está agonizando, a pesar del dolor que debe sufrir, su voz se oye clara:
- Por favor, cuídalos, te lo ruego de mujer a mujer.
- Los llevaré de regreso con su padre, si eso te preocupa, a diferencia suya nosotros no destruimos familias.
- NO!!!! Arthur los odias, los matará, debes cuidarlos tú, júralo.
Por un instante Molly cierra los ojos, Bella se retira para fijarse en los asustados niños quienes abrazados se dan ánimos mutuamente. Pero sacando fuerzas de su amor hacía los pequeños, Molly vuelve a abrir los ojos, con esfuerzo busca la mano de Bella, al tenerla empieza a realizar un juramento inquebrantable, poniendo como testigo su propia vida:
- Juras cuidarlos como tuyos.
- Te lo juro.
- Jura protegerlos de Arthur.
- Te lo juró
Los hilos plata suben por ambos brazos, Bella no sabe porque está haciendo eso, ella y Rodolphus ya se resignaron a no tener ningún hijo y ahora el destino le puso a 3 pequeños a su cuidado. Si se tratara de cualquier otra familia se hubiera negado a participar en este ritual, pero por semanas ella, Narcissa y Andrómeda han hablado del destino de los pequeños Weasley, entre las familias del circulo interior el rumor de que son abusados por su padre corrió como pólvora después del concierto:
- Ahora serán hijos tuyos, no lo olvides.
Estas son las últimas palabras de Molly Weasley, quién expira en el recibidor de la mansión Lestrange-Black, segundos antes de la aparición de Rodlophus y Rabastan. Ambos sintieron las barreras temblar y fueron a ver quién se apareció en su casa. Al llegar la escena les parece surrealista, 3 pelirrojos llorando alrededor del cuerpo de su madre, mientras Bella está recargada en la pared asimilando lo que acaba de suceder. Antes de poder hablar, las alarmas se activan, el ataque masivo comandado por Dumbledore inicio, sienten como atacan las casas donde se encuentran sus más preciados tesoros. Malfoy Manor donde Harry y Draco pasarían la noche junto a su abuelo, la mansión del Lord Black, donde Remus con Orión viven y la ancestral casa Lestrange, donde Narcissa espera a su esposo junto al pequeño Sirrah. Los familiares capaces de defender a los respectivos niños, incluyéndolos a ellos, se encuentran muy lejos de la acción. Lo único que los adultos pueden hacer es empuñar sus varitas y rezar para llegar a tiempo.