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Incompletos por mReloaded

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Notas del capitulo:

Las consecuencias del ataque en el callejón Diagon. Un pequeño regalo hasta el final por seguir este fic (Sirius-Severus)

*este capítulo fue integrado el 19 de marzo del 2013, si leíste el fic antes de ese día lelo porque esto es nuevo. Si no quieres hacerlo ve hasta abajo para saber que pasó, pero te recomiendo hacerlo*

Capítulo 25 Heridos

Los reyes están intentando preparar los regalos de la noche, pero estar solos en su casa es una oportunidad única. Sin decirlo en voz alta, los dos dejan de trabajar al mismo tiempo para verse pícaramente. Antes de permitir que Tom lo arrincone, Lucius sale corriendo escaleras arriba. La última vez que festejaron Navidad juntos fue hace 11 años y no se entregará en bandeja de plata. Por toda la mansión se oye su risa, después de 10 minutos Lord Voldemort hace gala de su astucia atrapando a Malfoy en la habitación principal. Sin escapatoria, Lucius acepta su derrota robándole un beso. Tom abre la boca primero de asombro, después gustoso por la actitud de su esposo. Él tampoco pierde el tiempo y pelea con sus botones mientras lo conduce hacía su cama. Se dejan caer en ella entre risas. Lucius tiene el pecho descubierto dejando ver su blanca piel, Tom lo atrae contra si y rompe su beso para poder admirar la cara de su amado. Han tenido problemas pero están juntos, solo eso importa.

Lucius roza los labios de Tom, con la lengua siente cada una de las minúsculas imperfecciones en estos, le sonríe con amor, antes de morderlos sin saña. El moreno también realiza el mismo gesto, pero él no se contenta con jugar con los labios de su amado y lentamente baja a su pecho, buscando dos puntos rosados. Al tener uno cerca lo muerde con fuerza, hasta que Lucius deja escapar un gemido de placer. Contento con su reacción lo rodea con sus piernas, saboreando el momento, sintiendo fluir la energía entre ellos. Sin embargo las alarmas de la mansión se activan destruyendo su momento íntimo. Sienten la aparición de James en el patio, la magia de primogénito está por todos lados. Temiendo lo peor Tom se levanta corriendo para recibir las noticias, cualquiera que sean. Lucius se queda atrás, se termina de cerrar la camisa y fajarse, mientras siente la aparición de Severus con Harry. Uno de sus dos hijos está lastimado porque su esposo llama a Parkinson por la chimenea.

Al llegar al pasillo donde sus hijos duermen, Lucius encuentra abierta la puerta del cuarto de Harry. Adentro ve una escena nada alentadora. Tommy está en brazos de su padre, el pequeño llora desconsoladamente y esconde su cara en su hombro. Lo parecido del asalto con su pesadilla de siempre le provocó un ataque de pánico. Tom intenta calmarlo para ir a ayudar a su primogénito, Draco está herido en su cuarto y los necesita. Parkinson necesita darle una poción para dormir a Harry, pero el niño se niega a tomar nada y menos aun a dejar la protección de los brazos del rey. Sobre los gritos del niño se oye la voz del doctor:

-       Su majestad, debemos calmar al pequeño sino su cuerpo no resistirá el shock.

-       Tommy campeón, por favor tranquilízate, nada te pasará.

-       No papá, no me dejes, vendrán por mi, me llevarán lejos, por favor.

Lucius también intenta calmar a su hijo. La magia blanca de Tommy se siente por toda la habitación, mientras más se estrese más magia juntara y más dañará su cuerpo. El colmo sería que su bebé también se convirtiera en alérgico a su propio tipo de magia:

-       Ya chiquito, papá y yo no dejaremos que te lleven, pero debes tomar lo que el doctor te dé.

-       Papá me dejó y ellos llegaron.

Sin tener otra opción Tom apunta su varita a su hijo, le besa la cabeza pidiéndole perdón antes de lanzar el hechizo que lo dormirá. El cuerpo de Tommy se relaja, Parkinson debe darle una poción para dormir sin sueños, pero fuera de eso el niño está ileso. Lucius pide a su hijo, quiere ser quién lo arrulle hasta dormirlo, sin embargo al intentar cargarlo siente un tirón en el vientre y debe sentarse en el sillón para tomar aire, ya había olvidado los cuidados que debe tener:

-       Amor, estás bien, te ayudo con Tommy?

-       Por favor, me torcí el pie, imbécil de mi.

-       Que Parkinson te vea.

-       No, estoy bien, ya no me duele, vamos a ver a Draco, qué tiene?

-       Él y James estuvieron demasiado cerca de la primera explosión, se le tronaron los tímpanos y varios escombros se le enterraron en la espalda.

-       Mi dragón…

Todavía antes de ir con su primogénito, Tom despierta a su chiquito con un pase de varita, sin dejarlo reaccionar Parkinson le da un vial con poción para dormir sin sueño que Tommy se toma enseguida. Los dos esposos besan sus mejillas y le aseguran a su hijo que al despertar seguirá en casa con ellos.  Antes de salir el cuarto, Lucius llama a un elfo, dejándole estrictas ordenes de avisarles enseguida si su hijo despierta.

Al entrar al cuarto de Draco, lo ven sentado en su cama, sus brazos rodean sus rodillas y su cara está escondida entre ellas. Lágrimas escurren de su rostro, por más de veinte minutos ha llamado a sus padres a gritos pero ninguno le respondió. Cuando Tom salió por Parkinson puso un silencio en la habitación para no asustarlo con los gritos de su hermano. En su oído derecho se ve un camino de sangre seca, su camisa está agujereada y hay círculos rojos alrededor de los hoyos. Lucius corre a abrazarlo, su bebé está lastimado, al verlo el rubio se recuesta en su pecho mientras balbucea un reclamo:

-       Por qué no venías a verme?

-       Tommy tuvo un ataque de histeria, no podíamos calmarlo, pero papá y yo ya estamos aquí contigo.

Las lágrimas regresan a esos ojos plata, los reyes piensan que es el dolor y con la mirada le exigen rapidez a Parkinson, pero Draco llora porque una vez más sus padres pusieron a su hermano por encima suyo. Recuerda hace unos meses cuando Tommy enfermó sus padres llamaron a muchos doctores de todos lados. Siempre estuvo uno de ellos a su lado y en cambio él apenas se enfermó lo dejaron con su tía. Ahora también está herido, la espalda le duele mucho, no oye nada con su oído derecho, su hermano solo quería atención y lo atendieron primero. El gusanito de la envidia crece un poco más en el niño.

Tom se sienta del otro lado de su hijo, su curación será muy dolorosa, Draco los tiene a ellos dos, espera nunca olvide eso. Lo primero que el doctor ve es el oído del niño, esta herida requiere mucho cuidado, sino su agudeza auditiva se verá afectada. Parkinson inclina su cabeza a un lado, le limpia la sangre con cuidado y después le pone dos gotas en el oído, mientras lo hace se dirige a sus padres:

-       Por favor que no mueva la cabeza. Draco esto te dolerá un poco pero debes quedarte quieto.

Apenas el efecto de la poción inicia, nuestro rubiecito intenta quitarse, el dolor es demasiado, lágrimas escurren por su cara mojando la pierna de Tom, este mantiene su cabeza quieta, mientras Lucius le acaricia el cabello. Cuando sale un humo blanco del oído del niño, el doctor le pone otras gotas, estas pociones reconstruirán su tímpano. Por último le pone un algodón dentro del oído y le venda la cabeza. Draco deberá traer esta curación una semana completa. La limpieza de las heridas ocurre sin ningún contratiempo, cuando están por terminar la puerta se abre y por ella entra James trayendo noticias del ministerio:

-       Primo, los aurores ya entraron al callejón hay varios civiles muertos, Rabastan los tiene arrinconados en el banco, espera poder entrar pronto.

-       Perfecto me desocupo de aquí y voy para allá, saben algo de Sirius?

-       No, pero no está entre los muertos del callejón.

-       Apenas lo encuentren u ocurra cualquier cambio en el anillo de Orión me avisan.

-       Te mantendré al tanto.

Aunque ya fue despedido James no se mueve del marco de la puerta, está dudoso entre decirle a su primo la siguiente información, al rey nunca le ha gustado la intromisión de la prensa y a Lucius menos. Tomando valor vuelve a interrumpir la curación:

-       Tom?

-       Qué pasó?

-        La prensa se enteró de las heridas de Draco, hay reporteros afuera de la mansión.

Al oír esto la magia negra se arremolina, James y Parkinson se estremecen, no quieren estar cerca si el rey se enoja, hasta el momento se ha controlado pero está en el límite de su resistencia, si algo más sale mal lo verán pedir sangre a gritos. En cambio Draco suelta una risita y se refugia en Lucius, cuando está alterada la magia de su padre le hace cosquillas. Recuperando la compostura, Tom le informa a James su resolución:

-       Ya casi terminamos aquí, los atenderemos de salida para el ministerio.

-       Claro, Cissy ya llegó y está arriba con Sirrah.

Los ojos plateados de su primogénito pierden su brillo, el pequeño abraza más fuerte a su dragón de peluche y esconde su cara en la almohada. Una vez más sus padres lo dejarán solo estando enfermo para atender el reino. Al parecer no les importa lo suficiente. Lucius intuyendo de que van estas nuevas lágrimas, lo abraza y le dice al oído:

-       Campeón, te duele mucho?

-       Irán los dos a trabajar?

-       Draco, a poco crees que te dejaremos después de ser herido?

A media voz y enterrando la cara en el peluche, el rubio le contesta quedamente:

-       Si

Es hora de desaparecer cualquier duda en su hijo, para ellos Draco es lo más importante del reino. No solo es su hijo, sino que es el primogénito y heredero de todo. Mientras él viva, Dumbledore no los vencerá. Tom toma la palabra mientras lo besa en la cabeza:

-       Papi y yo nunca te dejaremos solo cuando nos necesites.

-       No irán al ministerio.

-       Uno de los dos debe ir, quién quieres que se quede contigo?

-       Papi!

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Por fin a las 8 de la noche los aurores del rey logran matar al último atacante y pueden revisar el callejón Diagon buscando sobrevivientes. El banco donde los encapuchados mantuvieron como rehenes a una decena de magos y varias docenas de goblins se encuentra destruido. En un rincón hay cuerpos de hombres adultos apilados, atrás de los mostradores están los goblins, las mujeres y niños al parecer indemnes. En ausencia de Sirius, Rabastan toma su lugar y empieza a investigar la identidad de los atacantes y su razón para lastimar a tantos inocentes. Bella, también entra a Gringotts con varita en mano, al ver los cuerpos se estremece. No han tenido noticias de Sirius desde el ataque. Todos los miembros del circulo interior esperan cualquier noticia sobre su amigo, mientras tanto unos protegen Malfoy Manor y otros están en el ministerio junto a Tom. Es importante que el resto del mundo mágico mantenga la calma, lo que menos quieren es que todos entren en pánico y busquen justicia por su cuenta. Por el momento la mayor parte de los magos están en sus casas con las protecciones al máximo esperando un comunicado oficial de su rey:

-       Rabastan, sientes su magia?

-       No. James dijo que salió del banco, debe estar afuera.

-       Sigue nevando, debemos encontrarlo pronto.

-       Lo sé.

Enfrente de Gringotts Severus y Regulus buscan cualquier señal de Sirius. En esa parte del callejón todo está destruido, antes de la llegada de los aurores los atacantes salieron del banco y asesinaron a todo mago adulto que encontraron a su paso. Después de buscar por unos minutos, sienten la familiar magia de Sirius en un rincón, al caminar ahí lo encuentran cubierto de nieve y con una fea herida en el estómago. Pero aun así al sentir su llegada les avienta hechizos para evitar que lleguen hasta él, al parecer el golpe en la cabeza le afectó. Regulus intenta hacerlo entrar en razón con palabras, mientras Severus busca un punto débil en sus ataques:

-       Sirius soy yo Regulus.

-       Largo.

-       Hermano, deja de atacarnos.

-       NO! Quieren matarlo, quieren su fortuna. Si James muere su hijo automáticamente la heredará, no dejaré que se acerquen.

-       James está en Malfoy Manor esperando noticias tuyas. Sirius estas herido necesitamos curarte.

-       Expelliarmus

Aunque Severus no realizó el hechizo utilizando todo su poder, la debilidad de Sirius fue suficiente para desmayarse al recibirlo de lleno. Ambos corren a ayudarlo, Regulus recupera su varita y la guarda para dársela después, mientras Severus empieza a levantar los escombros que cubren a su amado. Las heridas de Sirius son peores de lo que aparentan a simple vista. El moreno recupera la conciencia, alucinando por la perdida de sangre y el frío, intenta alejarlos. Pero sus movimientos son lentos y sin fuerza. Como pocas veces Severus demuestra el amor que tiene por él, lo besa apasionadamente en la boca. Este gesto logra tranquilizar al Black, que se deja guiar por su esposo.

La llegada de Severus con Sirius en brazos causa un revuelo en San Mungo. Enseguida son conducidos al área privada del cuarto piso. En ella el resto de los Black los espera, la noticia de su aparición se esparció enseguida. Están Andromeda con su familia, Remus y el pequeño Orión, Bella y sus hijos, más una veintena de los familiares más alejados. Todos ven con aprensión como su líder es conducido inconciente a un cuarto donde los doctores esperan poder estabilizarlo antes de mandarlo a casa. Snape no se molesta en preguntar si puede quedarse con su esposo, lanzando una mirada asesina calla cualquier queja al instante. El último en llegar es Regulus, quién es cuestionado por los demás:

-       ¿Dónde lo encontraron?

-       Afuera de Gringotts, debajo de un montón de escombros. Estos lo ocultaron de los secuestradores.

-       Tal vez eso le salvo la vida.

-       Esperemos, perdió mucha sangre y estuvo varias horas enterrado en la nieve.

Después de oír el presagio de Regulus, el resto de la familia toma su lugar para esperar cualquier noticia. Orión busca los brazos de su padre, quién lo carga en automático. Si su hermano no se recupera, la responsabilidad de llevar el apellido familiar recaerá en su hijo. Con seis años, Orión no está listo. Tiene fe en los médicos, Sirius saldrá de esta.

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Para media noche los doctores lograron estabilizar al líder Black. Sin embargo todavía no puede regresar a casa y pasará unos días en el hospital. Por más que le insistieron, Severus se negó a dejar su lado. Sabiendo que no pueden hacer nada más, el resto de su familia se retira a sus casas. El silencio reina en el hospital, desde su silla Snape puede ver las sombras de los aurores que custodian a su jefe al otro lado de la puerta. Tiene la mano de Sirius en su regazo y juega con sus dedos. Creyó que lo perdía. Por unas horas vivió su mayor pesadilla, perder a su amado. Sin hijos, se quedaría solo en el mundo. Está agotado, pero no puede dormir, no saben la razón del ataque, teme que vayan a terminar lo que empezaron. La puerta se abre y por ella entra el médico de guardia. Un medimago recién graduado que le habla en voz baja:

-       Buenas noches, vengo a revisar sus signos vitales. ¿Todo bien?

-       ¿Sigue con mucho dolor?

-       No lo creo, pero le subiré la dosis de medicina para que duerma tranquilo.

-       Gracias.

El chico debe tener unos 20 años, los turnos nocturnos en Navidad solo les tocan a los medimagos con menos experiencia. Aun así parece conocer su trabajo, con habilidad toma los signos vitales, revisa que la sonda siga funcionando y como le prometió a Severus aumenta la dosis de medicina. En este momento Sirius  no debe sentir ninguna dolencia. Cuando vuelve a estar solo, Snape se lanza un hechizo calentador, afuera la nieve cae de nuevo y la temperatura bajó. Se asusta al oír una risita proveniente de la cama, Sirius despertó sin que se diera cuenta:

-       ¿Fue mi imaginación o me besaste en público?

-       Cállate pulgoso descerebrado, me asustaste.

Aunque en palabras lo insulta, lágrimas de felicidad corren por el rostro de Snape, quien sin contenerse besa a su amado. A diferencia de la relación entre Tom y Lucius, ellos no son agresivos. Al contrario podrán insultarse todo lo que quieran, pero al momento de mostrar sus sentimientos son cariñosos hasta el extremo. Su beso es tranquilo, sin pelear sus lenguas se turnan para entrar en la boca del otro. En un impulso Severus se sube a la cama, quedando encima de Sirius, lo rodea con sus piernas, abrazándolo, diciéndole que le pertenece y rogándole que no lo deje nunca. Los besos siguen, las caricias empiezan, con amor recorren las imperfecciones que tanto aman. Sirius es quién se da un momento para hablar:

-       Gracias por encontrarme, ya me había dado por vencido.

-       No digas eso amor, porque si me dejas me quedo solo.

Ninguno de los dos sabe la causa de su infertilidad. Ambos se sometieron a todas las pruebas existentes, a todos los tratamientos conocidos y no lograron nada. Los exámenes resultaron negativos. En papel los dos podían tener hijos pero como una maldición Severus lograba concebir para a los pocos meses perder al bebé. Cada embarazo fallido era una estocada para el futuro padre, pero lo siguieron intentado, una y otra vez hasta sufrir diez abortos. Entonces Sirius decidió que no podían seguir así, cambiaron la técnica y ahora él sería el pa. Pero su mala suerte continuaba, él ni siquiera podía quedar embarazado. Años de intentarlo, años de frustraciones, años de tener un cuarto en la mansión listo para recibir a su heredero. Todo para nada. Hasta que un día decidieron que ya no lo iban a intentar más. Ahora después de cada relación, como adolescentes se llenaban de hechizos anticonceptivos. No volverían a pasar por esa tortura de nuevo. En su destino no estaba ser padres, vivirán con su pena pero ya no se torturarían con más ilusiones.

El saberse en un hospital rodeado de otros magos, con aurores a solo unos pasos y médimagos haciendo sus rondas hizo que su festejo fuera más pasional de lo esperado. De las caricias pasaron a los besos, a los abrazos y luego ambos tuvieron un problema que necesitaba atención. Conocerse tan bien les permitía no hablar, una sonrisa traviesa de Sirius fue suficiente para transmitir sus deseos, una ceja levantada de Severus como única respuesta afirmativa. El Slythering fue quién tuvo el control, con sus manos acostumbradas a trabajar pociones poco a poco empezó a bajar, de la cara al pecho, del pecho al estómago, de ahí a la entrepierna y por fin a su destino. En un momento sus gemidos fueron tan fuertes que un auror llamó a la puerta para saber si todo estaba bien.

Con una carcajada Sirius le contesta que si, que solo festejaban su mejoría. Severus recuerda su dignidad, si cualquiera entra al cuarto en ese momento perdería su reputación de persona insensible. Bajándose de la cama le lanza un último beso a su esposo. Apenas les dio tiempo de arreglar las cobijas y terminare de vestir cuando el doctor abrió la puerta para revisar de nuevo al enfermo. Al verlo tan recuperado, en broma comentó que parecía le habían dado un premio. Severus rojo como un tomate solo consigue bajar la cara al piso para no ver la sonrisa de satisfacción de su esposo. Como los doctores conocen la recuperación de Sirius, ya no los dejan solos, enfermeras, especialistas y demás medimagos van a ver que el duque Black se encuentre fuera de peligro. Como jefe de aurores y pariente cercano del rey es uno de los pacientes mas importantes del hospital. Un par de horas después Severus recuerda que no utilizaron ningún método anticonceptivo, pero con un movimiento de hombros decide no preocuparse, no va a quedar embarazado por hacerlo una vez sin protección.

Notas finales:

*los dos capítulos de navidad los dividí en 3 partes, sobre todo para darles mas tiempo a los personajes de darse a conocer, este narra las consecuncias del ataque*

Pues para los que saben la historia, ahora si me tomé la libertad de decirles como conciben Sirius y Severus al bebé (esto fue sometido a votacion) 

 


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