Capítulo 30 Beauxbatons
Solo papi está con ellos. Lucius aprieta el hombro de sus pequeños, Tommy todavía no le habla y Draco está cabizbajo. Ninguno de los dos quiere estar ahí. La ausencia de Tom es notoria, pero el rey fue requerido de urgencia. Un nuevo ataque sucedió en la noche y su presencia es necesaria. Junto a ellos está el matrimonio Lestrange-Black, Ron también asistirá a Beauxbatons. El pelirrojo tenía pánico de regresar con los Gryffindor, a diferencia de los otros niños él si está contento. Para llegar a su nueva escuela, los tres tomarán un traslador desde el despacho del rey. Un reloj les avisa que solo faltan cinco minutos para irse. Dándole sus últimos consejos, Lucius se dirige a Draco:
- Dragón tus cosas ya están en la escuela, pero si falta algo avísame.
- Claro papá. Si olvidé algo me lo mandarás?
- Hoy mismo. Dame un último beso que no te veré hasta verano.
El rubio sin apenarse por mostrar sus sentimientos pues están en familia da media vuelta para colgarse en el cuello de su padre y llenarlo de besos. Tiene el presentimiento que algo malo le va a pasar a su papi. Esto lo asusta, nunca ha tenido una premonición, pero tal vez heredó el don Malfoy. No dice nada porque seguro sus padres pensarán que quiere llamar la atención. Lucius también besa las mejillas de su hijo. Al separase Draco siente un peso en la bolsa de la chamarra, ciñéndole un ojo, papi le dice:
- Para el viaje.
- Tommy amor, déjame cargarte una última vez.
Harry voltea a ver a su padre, sus ojos usualmente alegres, muestran un color apagado. Después de ver la escena en el cuarto de Draco, no se siente parte de su familia. En lugar de a abrazar a su padre, da la media vuelta para despedirse de los demás. Lucius no muestra ningún sentimiento, si su hijo cree que ya no necesita sus besos, entonces no le rogará para dárselos. Cuando falta un minuto, los tres niños toman la llave de plata con el escudo de Beauxbatons. El tirón que sienten es más fuerte de lo esperado y los tira al llegar.
El clima cálido del sur de Francia los recibe, el primero en pararse es Draco, quién le extiende una mano a Harry y otra a Ron. La retira varias veces antes de ayudarlos, con sus amigos puede mostrar su verdadera personalidad. Un carraspeo atrás de ellos les recuerda que están en un lugar desconocido. Los tres voltean para enfrentar a quién será su nueva directora. Ella con un fuerte acento, los recibe de manera oficial:
- Señores Riddle-Malfoy, joven Lestrange-Black, yo soy madame Maxime y seré su directora. Acompáñenme los llevare a sus aposentos.
Hasta Ron puede contenerse de hacer cualquier comentario, pero aun así mientras siguen a la directora no deja de hacer muecas. Madame Maxime es enorme, es tan grande como Hagrid y eso que el amigo del rey es la persona más grande que conocen. Mientras caminan por los jardines, la francesa les narra la historia de la escuela. Su fundación por magos blancos para educar a las futuras generaciones en las artes nobles. Al oír esto Draco tuerce la boca, pero Harry sonríe. Está en un lugar donde todos son como él. A diferencia de Hogwarts, Beauxbatons se ubica en un palacio de tres plantas. A su alrededor hay jardines bien cuidados y pequeños edificios que son las residencias de los estudiantes. Después de este pequeño tour Madame Maxime los lleva a la cabaña más alejada de todas, su nuevo cuarto.
Al abrir la puerta, hasta Draco deja escapar una exclamación de asombro, la decoración es perfecta, ni él como Malfoy encuentra algún desperfecto. La luz entra por un tragaluz en el centro del cuarto, pegadas a la pared hay cuatro camas con cubrecamas azules. Los baúles a sus pies tienen sus útiles escolares y en un armario están colgadas sus túnicas de gala. Al fondo esta la puerta para lo que seguramente es el baño y entre cada cama hay un ventanal que llega del techo hasta el piso. Antes de dejarlos Madame Maxime les dice:
- Cámbiense, sus uniformes deben estar en el armario. Regreso por ustedes en un momento.
Una vez los deja solos, parándose sobre la punta de sus pies, Ron se voltea hacía sus amigos y entre risas complementa la frase:
- para comerlos!!
Ni Tommy que de los tres es el bueno puede contener la risa. Tal vez su nueva escuela no sea tan mala. Está arrepentido de no despedirse de su papi, quiere retroceder el tiempo. Lucius es quién siempre lo apoya, no sabría que hacer sin él. Apenas pueda le escribirá una carta pidiendo perdón. Draco es el primero en notar que hay cuatro camas en el cuarto. Enseguida los niños empiezan a apostar como será su nuevo compañero, con anhelo Tommy dice:
- Espero que sea Neville.
- Imposible, hubiera tomado el traslador con nosotros.
Con esta frase Draco destruye cualquier esperanza de Tommy. Como pasan los minutos y nadie llega dejan de lado ese tema. Siguiendo las ordenes de la directora se ponen el uniforme de Beauxbatons. Una túnica azul claro con el escudo de la escuela bordado en el pecho, aquí no hay casas que separen a los alumnos. Draco saca los dulces que Lucius le dio para compartirlos. Ron se apresura a revisar las estampas de magos famosos de las ranas de chocolate, es un habido coleccionista y en el incendio de su casa perdió toda sus tarjetas. Están sentados en sus respectivas camas, comiendo dulces y discutiendo si las clases serán parecidas con las de Hogwarts, cuando la puerta se abre. Por ella entra un niño, con el pelo negro cobrizo que apunta a todos lados como el de Tommy. Draco no puede dejar de ver sus ojos, estos son asombrosamente parecidos a los del morenito, de un verde brillante, que a diferencia de los de Harry muestran una dureza inusual en un niño. Seguramente es su nuevo compañero de cuarto, queriendo ser cortés Draco recibe al recién llegado con una sonrisa amistosa. El nuevo niño no se la regresa, aun así el rubio se levanta para presentarse, mientras le extiende la mano:
- Hola soy Draco. Ellos son mi hermano Thomas y mi primo Ron.
- Qué nombre tan tonto tienes, seguro tus padres no pudieron pensar nada mejor.
Las mejillas del rubio muestran una ligera coloración roja, casi imperceptible a simple vista. El recién llegado no solo se burlo de su nombre, sino que lo dejó con la mano extendida pasando de largo. Nadie se burla de un Riddle, ni de un Malfoy, los apellidos le pesan demasiado al rubio, quién se voltea buscando pelea. Como no quiere meterse en problemas el primer día, Tommy lo abraza con cariño, mientras al oído le susurra:
- Tranquilo, yo creo que tu nombre es genial.
Pero Ron contento porque el rubio lo llamó primo suyo, no se puede quedar de brazos cruzados. Cerrándole el paso al recién llegado, lo encara:
- Discúlpate con Draco.
- ¿O qué me harán?
Sin saber que responder, el pelirrojo también siente sus mejillas arder de la vergüenza. Ese niño es un estúpido, le recuerda a sus primos, sintiéndose superiores a todos. Desde la puerta Tommy también lo consuela con una sonrisa amistosa. Tanto Ron como Draco están a punto de llorar del coraje. A él no le importa que el nuevo no les haga caso, él es quién pierde la oportunidad de tener amigos. La puerta se abre y por ella entra Madame Maxime, quién sin notar la turbación de los ingleses, se dirige al chico nuevo:
- Ya estás aquí, me alegra que no te perdieras, esperábamos que llegaras con un traslador.
- Señora desde los ocho años puedo aparecerme solo, no los necesito.
La voz del niño es demasiado pedante, como si no solo les presumiera de su poder, sino que se sintiera superior a ellos por realizar estos hechizos avanzados. Sin darse cuenta de esto, Madame Maxime le sonríe orgullosa, volteándose a los otros niños les dice:
- Chicos, les presento a Severus Evans, es un prodigio de la magia, apenas tiene diez años pero está en su mismo curso. Siéntanse orgullosos de tener un compañero tan avanzado.
Las mejillas de Draco se colorean de nuevo, pero ahora no es de humillación sino de coraje, si el nuevo cree que podrá hacer con ellos lo que quiera, está muy equivocado.
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Después de irse los niños, los adultos se ponen su máscara de nobles. Sus hijos ya están a salvo, ahora es momento de retomar sus deberes para con el reino. Al entrar al salón del consejo, ven al rey junto a Sirius organizan la vigilancia del reino encima de un mapa de Gran Bretaña. Otra familia noble fue atacada, Lord Voldemort no quiere otro percance parecido. Los aurores realizarán turnos dobles, Nott está organizando una guardia de ciudadanos. Esta vez sus enemigos no los tomarán desprevenidos. Antes de entrar Lucius recibe unos papeles de manos de Regulus. Con su ascensión como líder Malfoy, el rubio tuvo que dejar su cargo de ministro, siendo sustituido por Rabastan. Aun así es quién informa al público de los movimientos del rey. Todos reconocen su superioridad en las relaciones públicas y su habilidad para mantener la información a resguardo. Antes de ir a atender a los estúpidos reporteros, se asegura de tener tranquilo a Tom. Su plan personal, está a punto de llegar a un punto importante y no quiere interrupciones:
- Estaré en Malfoy Tower, toda mi correspondencia envíenmela para allá. Cerrare la chimenea para no asustar a mis empleados muggles.
- Ok, nosotros encontramos una de sus guaridas, estamos preparando una redada.
- Tendré mi agenda libre para acudir a tu llamado.
- No es necesario, mejor espera el resultado para comunicarlo enseguida a la prensa. Quiero que vean nuestras respuestas a sus ataques.
Ya tomó una resolución pero mentirle a su amado le parte el corazón. El rey está concentrado en el reino, ni siquiera lo voltea a ver en toda la conversación. Puede decirle sobre su embarazo y le contestará un está bien. Sin poder evitarlo, roza su espalda con la yema de sus dedos, quiere abrazarlo, pero sabe que lord Voldemort se enfurecerá si hace eso, solamente se permite posar su mano por unos instantes en su espalda, para decirle en un susurro:
- Adiós amor.
No se queda a oír su respuesta, saliendo de inmediato del cuarto. Tom no está seguro de haber escuchado esta despedida. La voz del rubio fue como un grito de ayuda. Intenta salir tras él para preguntarle que quiso decir, pero Crabbe entra trayéndole los planos de una casa que esperan sea la guarida de varios miembros de la orden del Fénix. El rey se hace una nota mental para preguntarle a Lucius que quiso decir, pero rápidamente es eclipsada con todas las preocupaciones que tiene sobre el reino.
Contrario a lo que les dijo, Lucius manda a uno de sus subalternos a tratar con los reporteros y él va directamente a Malfoy Tower. Ahí tampoco se detiene por mucho tiempo a oír los problemas que toda empresa trasnacional enfrenta diariamente. Con prisa, los sitúa en las oficinas asignadas para cada tarea, y sigue de largo hacía su despacho. Anita no está en su lugar, últimamente la pobre está muy distraída, sin preocuparse por eso, sigue de largo hasta estar en su oficina. Solo después de cerrar la puerta con seguro, es cuando sus manos empiezan a temblar. Hoy tomará la poción. Con un movimiento de varita abre un compartimiento secreto en la pared, el burbujear característico llena sus oídos. Lo recibe un pequeño caldero que contiene un líquido marrón oscuro, el color es repulsivo, pero sin dejarse apantallar saca el caldero para posarlo cerca de su silla. Es hábil preparando pociones, pero no es un experto como Severus, toma el libro de su cajón privado y revisa sus notas. El color es el deseado, con su varita revuelve el líquido, la consistencia también es la adecuada. Pero la duda lo invade, un error por mínimo que sea terminaría con su vida.
Lucius Malfoy, un hombre orgulloso de sus logros se recarga en el respaldo de su silla agotado, ya no puede más, si no toma la poción Tom notará su embarazo. Cierra los ojos y recuerda el episodio de esa mañana, sus hijos tristes por su incapacidad para protegerlos. Es un mago poderoso, uno de los más fuertes del mundo, aún así sus hijos le fueron arrebatados. No pasará lo mismo con el pequeño que se desarrolla en su cuerpo. Nadie sabrá de su existencia. Da un último vistazo a su cuaderno, en letra muy pequeña está escrito el efecto de tomar la poción. Inestabilidad mágica. Desechando este inconveniente, toma el caldero y sin dudar traga su contenido.
El sabor es amargo, como si estuviera tragando bilis, pero no se detiene hasta ingerir la última gota. Se limpia la boca con la manga. En el libro dice que los efectos son inmediatos, pero no siente nada. Con miedo se levanta para mirarse al espejo, su vientre ya muestra una pequeña pancita de cuatro meses. Nada. El resultado de su amor por Tom está ahí. Cuando regresa a su silla para ver que hizo mal, siente la primera punzada. Cae al piso de rodillas. Intenta pararse de nuevo, pero no puede. Las punzadas llegan una tras otras, de sus ojos ya escurren lágrimas del dolor. Olvidó insonorizar la habitación, muerde sus labios para no gritar. Pero aun así gemidos escapan de su boca. El dolor es peor que un Cruciatus bien lanzado. No es hasta que siente húmedo entre sus piernas, cuando nota la sangre que sale de su cuerpo. Algo debió haber salido mal, nunca quiso abortar, solo ocultar su embarazo.
El dolor, si puede ser posible, empeora. Olvidando donde está sus gritos resuenan por toda la habitación. Asustada por lo que ocurre del otro lado de la puerta, Anita entra corriendo. Al ver a su jefe tirado en el piso en un charco de sangre, llorando y gritando del dolor se asusta. Intenta salir para pedir ayuda, pero Lucius la ve y le grita:
- Quédate.
- Señor Mafloy necesita ayuda. Llamaré al rey.
- No a Tom no.
La secretaria desiste en su intento, el grito de Lucius es desgarrador. Sabiendo que no puede dejarlo solo, llegando a su altura se sienta en el piso. Con su pañuelo limpia el sudor de la frente del rubio. Este continua gritando de dolor. Ahora no solo las punzadas en su vientre lo están matando, también siente como su magia es absorbida. La poción está funcionando. Su magia crea un vientre artificial donde el bebé se desarrollara. La sangre se debe a que el feto desaloja su vientre físico para entrar al vientre mágico que se creo con la poción. Por eso la inestabilidad en su magia. Poco a poco el dolor desaparece dando lugar a un agotamiento extremo. Por más que intenta mantenerse despierto, Lucuis no puede más, utilizando sus últimas fuerzas, se dirige a Anita:
- Lo que viste es confidencial.
Esperando algo parecido, no se inmuta. Todo mago que entra a trabajar con los Malfoy debe firmar un contrato con ellos, si cualquier miembro de la familia dice que algo es confidencial. Entonces no puede repetir nada de eso a nadie, ni muggle o mago. Sabiendo que no puede dejarlo solo, Anita se acomoda para pasar el resto de la noche sosteniendo la mano de Lucius.
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De regreso a Beauxbatons, en el cuarto de los recién llegados ocurre un drama pocas veces visto. Draco, usualmente en control de sus emociones, se encuentra acostado en su cama llorando sin control. Cada tanto las luces parpadean y los vidrios tiemblan. El pobre niño lleva llorando toda la tarde, ni siquiera fue a cenar. Ron intenta consolarlo, amistosamente lo abraza por atrás, cada que la magia negra aumenta, le murmura al oído un: todo va a estar bien. El rubio no le contesta, al contrario sus palabras solo parecen empeorar su estado. Lo peor es que no saben que tiene, aunque durante la tarde se quejo de lo pésima que era la escuela, no fue hasta que regresaron al cuarto a cambiarse antes de cenar, que empezó a llorar. La presencia de Severus no ayuda para nada, al principio se burló diciendo que parecía una niña, pero después de recibir un ataque de la magia negra de Draco, mejor se calló. Ahora está en su cama con las corridas cortinas. De nuevo la luz se va por unos segundos, pero para alegría de Ron que ya no sabía que más hacer, la puerta se abre. El morenito al ver a su hermano en ese estado, le pidió ayuda al único que conoce de ese lugar, Nicholas. El francés accedió a ayudarlo para poder ganarse su admiración. Ron se para y va a recibirlos:
- No dejó de llorar.
El mayor aprieta los dientes para no burlase, el tonto Riddle-Malfoy está llorando como una niña, pensó que tenía más carácter. Todavía no olvida la humillación que sufrió en la fiesta navideña de sus abuelos, ver a Draco en ese estado le causa una gran satisfacción. Sin embargo no revela sus pensamientos y volteándose hacía Ron le pregunta:
- ¿Ha murmurado alguna palabra entre sus sollozos?
- Creo que papi, pero no estoy seguro.
Por supuesto extraña a sus padres, tal vez ya se dio cuenta que ahí nadie besará sus pies. De seguro en Hogwarts lo trataban como alguien especial. Pues Draco deberá aprender que ahí su título de príncipe no le servirá de nada. Voltea a ver al precioso niño que lo ve expectante. Solo para ver esos ojos verdes valió la pena ir hasta allá:
- No te preocupes Tommy, seguro tu hermano solo extraña a sus padres.
- Pero Draco está acostumbrado a estar lejos de casa, no creo que sea eso. ¿Puedes hablar con él?
Después de mostrarle su mejor sonrisa, se atreve a despeinar ese negro cabello. Tommy es tres años más chico que él, pero es hermoso y su inocencia lo atrae. De recordar como reaccionó con su primer beso, no puede esperar a enseñarle más cosas. Pero ahora debe reafirmar su fe en él. Mas le valía a Draco dejar de llorar. Sentándose a los pies de la cama, se voltea a verlo y le dice:
- Hey Riddle-Malfoy, tu hermano está muy preocupado. ¿Puedes decirnos que pasa?
Oír la voz del imbécil de Nicholas lo hace salir del shock. Limpiándose las lagrimas con la mano voltea a verlo. Tiene la voz cansada, consecuencia de llorar tanto tiempo. Aunque no lo aguanta le responde, tal vez así desaparezca la sensación de impotencia que siente. Es la primera vez que le pasa, pero su papi siempre narraba su visión después de tener una premonición:
- Olvidé mis espadas de esgrima en casa.
- No es para tanto, en la escuela hay de sobra y si no te gusta ninguna puedes usar las mías.
Sin poder ocultar el tono burlón de su voz, Nicholas le responde. Hasta Tommy lo nota y frunce el seño. Nadie se burla de su hermano. Esta frase termina de traer a Draco al presente. Ese tipo se está burlando de él, por supuesto que no entendería lo sucedido, tenía que ser un mago blanco:
- Por supuesto que ese no es el problema Hippolyte Cros. Le escribí a padre para que me las mandará, pero no están. Y él lo prometió, papi siempre cumple sus promesas, siempre.
- Tal vez tenía mucho trabajo.
- ¿Eso qué? Solo debía ordenarle a un elfo que las enviará, no debía hacerlo él. No, algo le pasó a mi papi, lo se, estoy seguro. Además, yo…
Dejando su actitud agresiva, Draco de nuevo oculta su cara en la almohada. De solo recordar el contenido de su premonición lo destruye. El niño no se para a pensar que tal vez nunca se cumpla. La sensación es tan real. Si estuviera en Hogwarts, su padrino sabría guiarlo por esta experiencia. Pero está solo y todo es tan nuevo. Tiene miedo, quiere ir a casa para abrazar a sus padres. Recuperando su voz, continua su plática:
- Vi como papi estaba en el suelo, como le lanzaban un hechizo y ya no se movía. No puede morir, no después del abuelo.
Al oír esto, Tommy también empieza a llorar. No se despidió de su padre, la culpa lo invade. Aprovechando la situación Nicholas lo abraza, revuelve su pelo y lo atrae hacía él. Le gustaría besarlo, pero siente la magia de Draco en la habitación. Algo le dice que si lo hace, el rubio lo utilizará para sacar su frustración. A Nicholas le cae mal el rubio por la broma que le hizo, pero definitivamente no desea que le pase nada malo al rey consorte. Ninguno de los tres ve que desde su cama, Severus sonríe al oír esto, su madre dice que ese tipo es malo y merece morir de la forma más dolorosa posible. Nicholas ve que la única forma de calmarlos es comunicándose con los reyes de Inglaterra:
- Vamos a la chimenea del salón de juegos, así podrán hablar con sus padres y verán que no pasó nada.
La angustia de los Riddle-Malfoy no es fácil de desaparecer, por ningún lado pueden encontrar a sus padres, o a sus padrinos. Hasta Ron intenta hablar con Bella o Rodolphus, pero ellos tampoco contestan. Por fin después de diez tensos minutos, Narcissa recibe su llamada. Ya son las nueve de la noche y está cansada. Sirrah tiene cólicos. Pero apenas ve la lagrimosa cara de Draco el cansancio desaparece. Se supone sus sobrinos están en Francia para mantenerlos a salvo:
- ¿Draco qué pasó?
- Yo… vi a papi siendo atacado.
Cuando oye lo sucedido, se tranquiliza, Draco es un Malfoy, por supuesto que heredó la habilidad de su familia para ver el futuro. Por el bien del niño esperaba que solo fueran ataques esporádicos como su hermano los tenía. Sino el pobre les hablaría cada semana en el mismo estado. En una guerra ver el futuro puede ser algo muy doloroso. Sabiendo que es inútil esconder la verdad, les dice a los gemelos:
- Hubo una redada en la tarde, por eso no encuentran a nadie. Sus padres deben seguir ocupados. Pero mi hermano no participo en ella. Así que tu premonición no fue verdad querido.
- ¿Estas segura?
- Totalmente, mañana a primera hora haré que les escriba para que estén tranquilos.
Después de oír una vez más a Narcissa asegurarles que Lucius está bien, se despiden de su tía para ir a dormir. Esa noche tanto Draco como Tommy tienen pesadillas, el primero ve constantemente a su papi siendo atacado y el segundo recuerda la imagen de su familia feliz sin él. Pero por la mañana ninguno de los dos recuerda nada de eso y para el desayuno cuando reciben un paquete la felicidad regresa. Para disculparse por estar demasiado ocupado para recibir su llamada, Lucius les mandó a cada uno una dotación de dulces, con la promesa que esto se volvería una costumbre. Todo parece bien, pero en una parte del cerebro de Draco la señal de peligro sigue presente.