Capítulo 31 Magos blancos
Los Prewett habitan un imponente castillo al norte de Inglaterra, en Durham. A diferencia de Malfoy Mannor es una fortaleza con ventanas pequeñas y largos pasillos oscuros. Viven en una pequeña parte del castillo, aunque son una familia acomodada, mantener toda la propiedad habitable es demasiado caro. Cuando Dumbledore les pidió usar sus sótanos como sede de la Orden del Fénix no dudaron en aceptar. Fabián senior sabe que corre un gran riesgo, si el rey descubre su lealtad al viejo lo meterá a Azkaban, pero ser favorito del viejo tiene grandes recompensas. Tampoco es tonto y se aseguro de cubrir su espalda. Su hijo mayor Fabián no regresó a Hogwarts después de las vacaciones. Alegará que actúo coaccionado, le gustaría ver si Riddle encuentra una forma para encarcelarlo después de eso.
Fabián hijo corre por los pasillos una carta llegó y espera recibir un premio por entregarla. Admira a Dumbledore. Siguiendo sus enseñanzas se cree superior a los magos oscuros y considera a las personas de clases inferiores poco más que basura. Una vez en la mazmorra siente un maligno placer al observar a los prisioneros. Amontonados en la celdas rehúyen su mirada. Aunque técnicamente libres, solo pueden dejar su encierro para las batallas. Los tienen ahí para evitar que caigan en la tentación de unirse al bando de la oscuridad. Los ve con superioridad, son tan tontos que deben estar encerrados como animales. Sacando su varita les lanza chispas, le gusta sentir su terror, no puede esperar a ser mayor y poder castigarlos. Recordando su misión continua adelante, la carta que lleva es urgente. Al abrir la puerta oye gritos, están interrogando a alguien. Con lentitud se acerca a la luz, puede ver a una mujer atada en el centro, sus negros cabellos ocultan sus facciones, intenta no hacer ruido para que no lo noten y pueda ver la tortura, pero la voz de Dumbledore frustra sus intentos:
- ¿Fabián no deberías estar estudiando querido?
- Si señor, pero llego una carta urgente de Beauxbatons
- Dámela y retírate, no quiero que te atrases en tus clases.
- Si señor.
Aunque las palabras son amables, su tono de voz no da lugar a dudas, si no obedece será castigado. Decepcionado por el recibimiento, Fabián sale arrastrando los pies. Su padre lo ve desde un rincón, Dumbledore puede decir lo que sea, pero el rey está destruyendo sus defensas sistemáticamente. A menos que tenga una carta bajo la manga, no ve como puedan salir de esa. Su hermano Gideon opina lo mismo, pero él tiene más confianza en el viejo. Sus pensamientos se ven interrumpidos cuando la risa de Dumbledore se deja oír. Todos los miembros de la orden del Fenix tiemblan en su lugar, si Albus es feliz alguien sufre por su culpa:
- Todo está saliendo conforme al plan. Severus ya empezó a trabajar con Harry. Unas semanas más y habremos ganado.
- ¿Señor nos puede decir su plan? Nos gustaría ayudarlo.
- Cállate Fabián, no creas que no me doy cuenta de tus ideas. Si crees que perderé estas muy equivocado.
- No señor, yo nunca…
Sus palabras se amontonan, sabiendo lo que pasará los demás se alejan de su lado. Dumbledore tiene un maleficio favorito que nunca deja de usar:
- Crucio.
La tortura se prolonga por varios minutos, todos se remueven intranquilos, esperan que el enojo del viejo no llegue hasta ellos. Nadie desea ser torturado. Dumbledore termina pronto. Sin lastimar a nadie más voltea hacía sus lugartenientes Alastor Moddy y Kingsley Shacklebolt. Ambos son importantes miembros del ministerio, nadie sospecha de su verdadera afiliación. La carta de Severus es la señal para iniciar sus ataques a gran escala:
- El momento ha llegado, reúnan a la Mano Blanca. El reinado de los Riddle tiene los días contados.
A diferencia de la orden del Fenix, cuyos miembros son nobles, los miembros de la Mano Blanca son integrados o casta inferior. A ellos no les importa sacrificar su vida para cumplir las órdenes de Dumbledore. La mayoría son estudiantes, algunos de solo 14 años. Viendo la efectividad de usar a niños, Albus no duda en repetir su estrategia. En la batalla de las mil muertes muchos magos negros siendo incapaces de matar a niños fallaban sus hechizos. Esperaron lo más posible antes de llamarlos, cuando las desapariciones en las escuelas empiecen, todos el reino entrará en pánico. Muchos padres no sospechaban que sus hijos son sus seguidores. Entre risas se regocija, cuando el golpe llegue no podrán hacer nada.
Interrumpiendo la junta, Arthur Weasley se aparece en medio de la sala, su hijo mayor Bill llega después de él, cargando a una mujer inconciente. Todos los presentes los ven con odio. Por asesinar a Molly, Arthur fue expulsado de la orden. Enojado por su incapacidad para mantener a Harry bajo su cuidado, Dumbledore lo dejó ir, el pelirrojo solo es un estorbo. No es bienvenido ahí, enseguida Gideon se lo deja saber:
- Lárgate si no quieres que terminemos con tu asquerosa vida.
Sin dejarse intimidar por su ex-cuñado, Arthur camina al centro hasta quedar frente a Dumbledore. Después del juicio donde perdió a sus tres hijos su situación empeoró. El Wizengamot ordeno que una asistente social visitara su casa esporádicamente para revisar el bienestar de sus otros hijos menores de edad, Percy y Ginni, ya no puede desquitar su frustración con ellos. Tampoco tiene dinero al salir de la orden del Fénix las pocas personas que lo respetaban dejaron de hacerlos. Si no regresa no es nadie. Después de muchos corajes, encontró algo que le permitirá retomar su lugar:
- Les traje un regalo.
Todos se fijan en la mujer que sigue inconciente a sus pies, es rubia de piel bronceada. No es una belleza, pero sus facciones les recuerdan a alguien conocido. Dumbledore observa a Arthur sin hacer comentarios, lo cree un incompetente, pero conoce su ansias de poder. Tal vez ahora si hizo algo bien. Desde el fondo, alguien se atreve a preguntar:
- ¿Por qué es tan importante?
- Es Ana Rowle
- ¿La asistente de Malfoy? Estás estúpido, harás que vengan en su búsqueda. Su familia es cercana a los reyes. Crucio.
Si no es por el grito de Bill, Dumbledore hubiera matado en ese momento a Arhur. Este tirado en el piso tiembla sin parar, sangre escurre de sus oídos. Intenta pararse pero no puede, necesita unos minutos para recuperarse. Sin necesidad de palabras, Bill siente la presión del viejo, si no le da un razón para no asesinar a su padre, lo hará en ese instante. El joven solo tiene que murmurar las siguientes palabras para que el ambiente se relaje:
- Malfoy invocó su contrato de confidencialidad.
Tal vez Arthur tenga razón y la chica es de vital importancia. Con un movimiento de mano ordena cambiar a la morena por la rubia. No se moverán de ahí hasta descubrir el secreto del rey consorte.
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No sabe cuanto tiempo lleva encerrada en ese calabozo. Ya no puede más, ha perdido mucha sangre, tiene frío y no ha comido en días. Quieren saber que oculta su jefe, pero no les dirá. Solo espera que la muerte llegue pronto para poder ser libre. Dumbledore no entiende el porque de su lealtad, ya le prometió una fortuna pero ella sigue sin decir nada. No podría traicionar a Lucius, quién siempre la trata como un igual. Nunca la humilló, le paga un sueldo excelente, le da sus días de vacaciones y cuando su hijo primogénito nació con magia, creo un fideicomiso para el pequeño. Así sin importar a que escuela fuera, su familia no tendría problemas económicos. Cuando su hermano Thorfinn, mortifago del rey le comento que Malfoy necesitaba una asistente personal, tuvo miedo de aceptar el puesto. Pero Lucius le dejo en claro que su clase social o su falta de magia eran irrelevantes. Siempre y cuando hiciera bien su trabajo lo demás no importaba. Aun ahora que ha sufrido tortura tras tortura, no se arrepiente de su decisión. Aunque ella muera sus pequeños tendrán lo que necesiten. Oye como abren su calabozo para llevarla de nuevo a la sala de torturas. Tiembla de miedo, pero está decidida a no decir nada.
Esta vez solo Dumbledore y los Prewett están presentes, el primero está más enojado que de costumbre. Severus va demasiado lento y Riddle ha logrado encarcelar a varios de sus seguidores. Si no se apuran las cosas se pondrán difíciles. Su esperanza se posa en la mujer que está a sus pies con la cabeza caída. Algo le dice que su secreto es la clave para ganar la guerra. Se ha dado cuenta que Malfoy no participa activamente en las batallas, pero no conoce la razón. Sus espías le dicen que está llevando sus negocios familiares, pero él cree que hay algo más. Su secretaria debe saberlo y pronto él también conocerá su secreto. Como Anita no dirá nada por más que lastimen su cuerpo, decidieron tomar otro camino. Ahora verán si sus investigaciones fueron fructíferas:
- Está es tu última oportunidad. ¿Por qué Malfoy invocó el juramento de confidencialidad? Tendrás todo lo que pidas si hablas.
- No diré nada, no traicionaré a Lucius.
- ¿Qué tan segura estás? ¡Empiecen!
Por primera vez desde su captura, Anita Rowle tiene miedo. No pensó que se metieran con su familia, su esposo es muggle, sus hijos tienen 7 y 8 años respectivamente. Sin embargo sus temores se vuelven realidad cuando oye la voz de un niño pequeño llamando a su madre a lo lejos. Intenta soltarse de sus cadenas, pero estas son mágicas y solo logra lastimarse. Gideon retoma el interrogatorio:
- Dinos el secreto de Malfoy.
- Por favor déjenlo ir. Solo es un niño.
Los gritos se oyen más fuerte, ya no entiende lo que dicen, pero la desesperación en su voz es demasiada. Lo están lastimando de forma horrible:
- Todo lo que tu haz vivido se lo haremos a él, habla o su muerte estará sobre tu conciencia.
- Basta, por favor, basta
Por más que ruega los gritos continúan, lágrimas escurren de su rostro, los alaridos ya no son tan fuertes, ahora están más espaciados. Es posible que su hijo esté moribundo. Ella tiene la llave para parar su sufrimiento, no puede más. Entre sollozos, solo alcanza a decir:
- Malfoy hizo una poción con un corazón de dragón y piel de basilisco.
De las cuatro personas presentes, solo Dumbledore entiende el significado de esas palabras. Los Prewett no entienden de pociones y Anita realmente nunca supo que tomó su jefe. El contrato de confidencialidad solo le previno hablar del suceso, no de lo que vio antes. La risa del viejo es horrible, está feliz de la vida, de nuevo destruirá el mundo de Malfoy. Pensó que sería más difícil, pero una vez más tiene en bandeja de plata al rubio. No necesita oír nada más, el contrato de confidencialidad se debe a que Lucius ya tomó la poción y no quiere que nadie lo sepa. Malfoy se encuentra débil, nadie sabe de su inestabilidad mágica y será un blanco desprotegido. Debe asegurarse de no llamar la atención, sin dudarlo voltea hacía la rubia y dice dos palabras en voz alta:
- Avada Kedavra
Los Prewett ni se inmutan, todos sabían que apenas hablara la vida de Anita ya no valdría nada. Al fin y al cabo era una squid, al matarla le hicieron un favor al mundo. Dumbldore se voltea para hablar con ellos sobre el cambio de planes, los ataques ya no se concentrarán en distraer a Riddle, ahora irán tras el rey consorte. De pronto las alarmas del castillo suenan. Su escondite fue descubierto. Afuera del castillo Tom Riddle da la orden de atacar. Espera capturar a algún miembro importante de la orden del Fénix. A su lado están Sirius y Rabastan, más atrás Rodolphus y Bella sacan sus varitas. Cada uno es responsable de una parte del ataque. En perfecta coordinación se despiden con un movimiento de cabeza.
Los hechizos salen por todos lados, la defensa dentro del castillo es fuerte. Sirius va a la cabeza de su equipo, su deber es asegurar el lugar. Por el rabillo del ojo ve un rayo dirigirse contra él, utiliza un Protego para desviarlo, sin tomar aire lanza a su vez un Diffindo. El grito que le sigue es la señal para avanzar. Usualmente intenta no lanzar hechizos mortales, pero hoy todos están enojados por el secuestro de Rowle. Poco a poco se abre paso por el castillo. Al llegar a la entrada de la mazmorra un estremecimiento recorre su espina dorsal, la orden siempre les deja un bello espectáculo abajo. Oye unas pisadas enfrente suyo, está a punto de lanzar un ataque cuando la voz de su prima lo detiene:
- Ya está libre este lado. ¿Encontraste mucha resistencia?
- No más de la normal.
- Perfecto. Tom quiere que lo esperemos antes de bajar.
Sabiendo que desobedecer una orden directa del rey es un suicidio. Sirius se recarga contra la pared , ahí es cuando siente se permite ver el estado de sus hombres. Todo bien por ese lado, aparte de unos cuantos moretones, ninguno tiene una herida de importancia. Bella, también esta ilesa, retoma su plática:
- Rabastan y Rodolphus tienen a varios Prewett del otro lado del castillo. Pero no hay señales de Gideon o Fabián.
- Espero no hayan escapado los malditos.
- ¿Crees que encontremos a la hermana de Rowle?
El encogimiento de hombros de parte de Black le dice que no es probable. Desde su secuestro, aumentaron las redadas para intentar encontrarla. Pero Dumbledore la tiene muy bien escondida. Ante de esa mañana solo buscaban a la asistente de Lucius, Ana, pero Rowle les informó que secuestraron a uno de sus sobrinos en la noche. Esta es la razón de la redada, aunque de casta inferior el rey se preocupa por el bienestar de todos sus mortifagos. Un ataque directo a la familia de uno, sin importar de que clase sea, se traduce en una búsqueda extensa. El susodicho, Thorfinn, llega caminando junto al rey. Oyen su plática Tom busca más información mientra intenta tranquilizarlo:
- Los niños estaban con la familia de su padre, muggles, no pensamos que fueran un objetivo.
- ¿Se llevaron a los dos?
- Solo al menor, el mayor logro escapar utilizando un traslador.
- Ya ordene que Regulus lo lleve a una casa de seguridad, no dejaremos que se acerquen a él. Entendido.
- Gracias su majestad.
La desaparición de Anita cuando se suponía todas las familias de sus mortifagos estaban a salvo le recordó su vulnerabilidad. No estaría tan preocupado por su desaparición si no fuera la asistente de Lucius. Pero algo intuyo Dumbledore porque sino no se la habría llevado. En el fondo sabe que probablemente la chica este muerta. Volteándose hacía su lugarteniente le dice:
- Black acompáñalo de vuelta al ministerio. Quiero que proceses a los prisioneros.
- Si su majestad. Vamos Rowle, lo que encuentren lo sabrás enseguida.
Aunque no está muy convencido el rubio sigue a Sirius. Nadie quiere una escena. Lo mejor es que Rowle vea los cuerpos una vez estén presentables. Tom es el primero en bajar. Como temen los calabozos están llenos de magos que sin saberlo dieron su vida por una causa que no es de ellos. Muchos son pobres que fueron engañados con la promesa de una comida y un lugar para dormir. Nunca pensaron que acabarían encerrados como ganado. La cámara principal está mas adelante, Bella lo deja mientras se dirige a un pasillo lateral.
No da dos pasos dentro del cuarto cuando reconoce el cuerpo sin vida como el de Ana Rowle, enojado lanza una maldición contra las paredes. Llegaron demasiado tarde, la tenían viva antes del ataque. Bella también llega desanimada, el niño también fue asesinado hace poco. La redada fue un fracaso, ambos Prewett lograron escapar y la asistente de Lucius está muerta.
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Le prometió a su amado cenar con él, estas semanas solo se han visto de pasada. Cuando llega a dormir, Lucius sale a su oficina. Pero tuvo que poner presentable a la chica Rowle, la pobre sufrió demasiado. También calmó a su hermano, ambos eran huérfanos, en un día Thorfinn perdió a su hermana y a uno de sus sobrinos. El más afectado será el hijo mayor, quién sin saber nada esta en casa de Regulus y Remus jugando con Orión. Mañana sería un día muy largo. Sin hacer ruido sale de la chimenea, las barreras tardan unos segundos en reconocerlo, aunque Lucius lo había perdonado la casa todavía no lo hace. Para su asombro, su querido esposo está dormido en un sillón, tirado en el piso junto a él hay un grueso libro de leyes y sus gafas se resbalaron un poco hasta la mitad de su nariz.
Verlo en ese estado le rompe el corazón, ha estado tan metido en su trabajo que no vio el cambio operado en su esposo. Lucius se ve muy mal, sus pómulos resaltan en su cara y sus ojos se ven sumidos. En ese mes ha perdido varios kilos y él no lo había notado. Inconscientemente busca su magia para sentirse en casa, pero tampoco tiene el resultado deseado. La magia del poderoso Malfoy es casi nula, esto le asusta. Algo malo sucede con su amado y él no ha tenido tiempo para cuidarlo. Ni siquiera había notado el cambio. Sospecha que Lucius utiliza un glamour durante el día, pero aun así debió notar la falta de magia. No queriendo despertarlo, intenta cargarlo para llevarlo a la cama, después hablará con Parkinson para que lo revise esa misma noche. Al sentirse levantado, Lucius despierta, al ver que llegó a casa en lugar de reclamarle, solo sonríe y le dice:
- Amor, te estaba esperando. ¿Ya comiste?
- Cualquier cosa que me llevaron. Te ves agotado, déjame llevarte a nuestro cuarto.
- ¿La encontraron?
Se tarda un rato en contestarle, suficiente para que el rubio termine de despertar. Tom quiere mentirle, pero al final acepta que eso solo será resultará peor. Mejor soltarle la mala noticia enseguida:
- Llegamos demasiado tarde. Lo siento.
Si algo lo toma por sorpresa es la reacción de Lucius. Pensó que el rubio mantendría controladas sus emociones y en un típico gesto Malfoy movería los hombros para no darle importancia. En cambio su amado rompe a llorar de forma descontrolada. La poción podrá ocultar su estado, pero las hormonas continúan en su cuerpo. Además algo dentro de si le dice que si Dumbledore mató a Ana es porque ya no le servía, es decir descubrió su secreto. Lleva 5 meses ocultando su embarazo, gastando su magia y energías para mantenerlo. No sirvió de nada. Una vez más el viejo puede arrebatarle todo de un golpe. Tom sorprendido por esta reacción, actúa de forma contraria a lo esperado. En lugar de consolarlo, toma el llanto de Lucius como la comprobación de que la relación con su secretaria iba más allá del trabajo.
Cuando le exigió encontrarla pensó que era por sentirse culpable de su situación, pero ahora el gusano de la envidia entra en su corazón. Tal vez no solo era su asistente, tal vez era algo más. Lucius pasa todo el día en su oficina muggle, con la chimenea cerrada. Le creyó cuando le dijo que es para ocultar su calidad de mago, pero si en verdad es porque ahí recibe a sus amantes. El estrés también lo afecta, no ha dormido bien, la masacre encontrada donde los Prewett rompió le recordó su propia herida. En lugar de hablar sus miedos, empieza a gritar:
- Lo sabía, no solo era tu asistente, se te abría. No me mientas.
- ¿De qué hablas Tom? Me afecta porque trabajó conmigo por 12 años, la quería como una hermana menor.
Este enunciado calma un poco al rey. El enojo todavía no se va, ni por la muerte de Abraxas Malfoy Lucius lloró. Puede decir lo que quiera, pero Anita era algo más. Nunca lo ha hecho, pero mejor dejarle las cosas claras por si se le llega ocurrir traicionarlo:
- Escúchame bien Malfoy, porque no lo repetiré. Si tan solo sospecho que me eres infiel, me voy con los niños y te dejo solo. Nunca podrás volver a verlos.
Los celos son una tortura. Su esposo es perfecto, hermoso, poderoso y rico. De solo imaginarse cuantas personas quieren estar con él hace que se enfurezca. Después de decir su enunciado, para no cometer ninguna tontería, sale corriendo a su despacho. Debe calmarse, porque de solo imaginar perder a Lucius su mundo se acaba. Apenas sale del shock el rubio intenta hacer que regrese:
- ¡Tom, no te vayas! Quiero hablar contigo de algo importante.
Sus palabras se pierden en el aire, Lucius está temblando, nunca imaginó que Tom reaccionará así. Él nunca le sería infiel. Pero ahora que sabe su posición, algo le dice que no tomará bien su embarazo. Por cinco meses se lo ocultó, a sus ojos una prueba de su traición. Teme perder a sus bebés, agotado, se deja caer en el piso. Ni siquiera tiene fuerzas para ir a su cuarto. Lo que más le asusta es que en toda la noche su amado, el rey, tampoco salió de su despacho.