Capítulo 33 Tommy es mío
Con desesperación toca la puerta del baño por cuarta vez, son las 8:40, si no se apuran no les tocará desayuno. Pero como siempre Draco no puede salir del cuarto estando menos que perfecto. Su hermano sabe que se tarda 40 minutos exactos en el baño y aun así se niega a pararse antes de las ocho. Sentado en su cama Ron ojea el nuevo comic de “las aventuras de Martin Higgins el muggle loco”, es su serie favorita. Antes solo podía leer los tomos atrasados que su madre conseguía gratis, pero ahora Rabastan se los consigue antes de que salgan a la venta. Intenta concentrarse en su lectura, pero la pelea entre Draco y Tommy ya empezó:
- Es que siempre llegamos tarde y nos tocan las peores mesas.
- ¿Acaso quieres cambiarnos?
- Claro que no, tú y Ron son mis mejores amigos en la escuela, nunca los voy a cambiar.
- ¿Entonces que te molesta?
Las mejillas morenas se tiñen de rojo, odia la actitud de su hermano, parece un niño chiquito incapaz de compartirlo con nadie. Cualquier argumento que diga será desechado. Ya no aguanta los celos de Draco. Llevan casi dos semanas en la escuela y todo aquel que ha intentado acercarse a ellos ha sido rechazado por el rubio. Si siguen así realmente se quedarán solos. Lo peor es que está seguro que esa es la intención de su hermano. Ron continua ojeando su comic, ese tomo es sobre las computadoras. Al oír el silencio sube la vista para encontrarse a los dos Riddle-Malfoy atacándose con una mirada marca Malfoy. Ni siquiera deben practicarla, la tienen tatuada en la sangre, el estómago le ruge mejor apurar las cosas:
- ¿Si ya acabaron de pelear podemos irnos?
- No estábamos peleando.
Tomando sus útiles escolares corren fuera del cuarto, si no se apuran, ahora si se quedarán sin desayuno. El comedor es un salón grande, con paneles de madera en las paredes y el piso. Iluminado por tres candelabros gigantes puede albergar 300 alumnos. Como Tommy predijo las mejores mesas, cerca de la comida están ocupadas por los alumnos mayores. Al no haber casas en Beuxbaton, los alumnos se sientan conforme van llegando. Una sonrisa de felicidad inunda la cara del rubio, de nuevo llegaron demasiado tarde para sentarse con Nicholas y su grupo de amigos. Todavía no ha olvidado el beso que le dio a su hermano, no dejará que se repita.
Después de la primera noche Tommy acepto desayunar con él en agradecimiento por su ayuda. Como si hizo algo aparte de burlarse. Misteriosamente cada día algo sucede y no llegan a tiempo para sentarse con Nicholas. Tanto Draco como Ron se dirigen a su mesa, cuando oyen la voz de ese infeliz gritándole al moreno:
- Thomas, espera, te aparte un lugar con nosotros.
No necesita voltear para ver la reacción del rubio. Seguro el gesto Malfoy regresó, Draco tiene los brazos cruzados delante del pecho y está esperando a que se vaya para decirle un te lo dije. Le cae muy bien Nicholas siempre se ha portado bien con él, pero definitivamente prefiere a su hermano. Mostrando su mejor sonrisa, esa que ilumina su rostro resaltando los hoyuelos de sus mejillas, contesta:
- Hola Nicholas, gracias pero prefiero desayunar con mi hermano.
- También guarde un lugar para Ron y Draco. Vamos.
Ese hijo de su … , por la cabeza de Draco pasan groserías que si sus padres supieran conoce lo castigarían hasta cumplir dieciocho años. Toda la semana arriesgándose a no desayunar, para nada. Tommy no espera una respuesta de su parte, tomando a Ron de la mano corre a sentarse junto al francés. Como bien les dijo, les había apartado tres lugares, pero convenientemente uno estaba junto a él y dos más apartados. Al final un muy enojado rubio se sienta enfrente de Nicholas, dispuesto a no perderlo de vista.
La plática inicia casual, el mayor les presenta a sus amigos, todos hijos de familias nobles francesas. Todos magos blancos. Ninguno se molesta en ocultar su odio hacía Draco por ser un mago oscuro. Con Ron son más amigables, su magia mixta es mayormente blanca. Con Tommy ni se diga es el centro de atención, todas las preguntas son dirigidas al moreno:
- ¿Entonces que te parece la escuela, te gusta?
- Supongo, el coro es genial, pero extraño a Neville.
- ¿Y los alumnos?
Como sin querer la cosa, Nicholas toma de la mano a Tommy, el menor abre los ojos asustado. Intenta quitarla, pero la sonrisa caballerosa del mayor lo evita. Desde su lugar Draco quiere matar los vegetales que hay en su plato. Discretamente empieza a analizar a sus enemigos, serán más grandes, pero se arrepentirán de meterse con un Riddle. Ajeno a estos preparativos Harry responde:
- Son buena onda, todos han sido muy amables.
Después de la contestación de Harry, la plática continua casi como si estuviera ensayada. Tanto Ron como Draco se sienten fuera de lugar, Nicholas ni siquiera se moleta en notar su presencia tiene su vista fija en Harry, es momento de dar su última estocada:
- ¿Y que opinas de mí?
- ¿De ti?
El morenito está embobado, algo que nunca había sentido acelera su corazón. Con pena baja la cara a su plato. No puede contestar esa pregunta, recuerda el beso y el color de sus mejillas aumenta. Nicholas está feliz, su plan es hacerse novio de esa preciosura para enseñarle todo lo que debe saber. Solo tiene once años, pero pronto crecerá. Viendo el bochorno del niño, suelta su mano para tomar su barbilla y robarle un beso en los labios. Tommy abre los ojos con asombro, Nicholas le provoca mariposas en el estómago. Pero enseguida hace “click”, no puede ir besándolo sin pedirle permiso, cuando está a punto de reclamarle Draco actúa.
Ninguno se espera lo que viene a continuación, si se tardo en reaccionar fue porque intento ser civilizado, pero al ver el beso Draco salta sobre la mesa varita en mano. Un expulso bien lanzado tira a Nicholas de la silla, sin darle tregua el rubio arroja su varita para aventarse encima suyo y empezar a golpearlo. Ron tampoco se queda atrás, sus hermanos le hicieron prometer que protegería a Tommy. Nicholas es mayor que los gemelos, se está aprovechando de la inocencia de su amigo. Viendo que Draco tiene controlada la situación, se avienta al primer amigo del francés que intenta ayudarlo. Las palabras de los niños se mezclan: te mataré, Draco, detente, aléjate, escuincle, estúpido, cállate, Draco, Ron, basta, Nicholas. Ninguno oye a Tommy, quién harto de esto sale corriendo del comedor para refugiarse en su cuarto, no necesita la protección de nadie.
Por fin la directora entra al comedor, con un sonido de explosión detiene la pelea. Está histérica. Nunca había sucedido una pelea así en el colegio, sin quedarase a oír la historia completa toma al rubio de la camisa y se lo lleva a su despacho. Mientras casi es arrastrado fuera de ahí, todos pueden oír la amenaza de Draco:
- Aléjate de mi hermano.
Ron levanta la varita del rubio antes de ser aprisionado por otro profesor y sacado del comedor. Lo que nadie puede decir es que sean injusto, Nicholas también es conducido al despacho de la directora. Tal vez con menos rudeza, pero igual será castigado.
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Tommy furioso corre de regreso a su cuarto, en ese momento odia a Nicolás por besarlo sin pedirle permiso, odia a Draco por no darle tiempo de defenderse y odia a Ron por entrar a una pelea que no es de su incumbencia. Pensando que esta solo cierra la puerta de un azote antes de empieza a patear sus cosas gritando del enojo. Usualmente es tierno e inocente, pero si lo encuentran Thomas Riddle-Malfoy también tiene el carácter de su familia. De pronto la puerta del baño se abre, un muy asustado Severus Evans se detiene en el umbral. En la habitación todo está destrozado. Al sentirlo Tommy se voltea para enfrentarlo apuntándole con su varita:
- ¿Qué quieres?
- Ir por mis cosas.
Esa contestación lo regresa a la realidad, está en la escuela, apuntándole a Severus que esta vez no es la causa de su enojo. Abochornado baja la varita y se quita dejándolo pasar mientras murmura:
- Perdón
Contraria a su costumbre Severus en lugar de irse enseguida retoma la conversación con Tommy. El pobre niño se ve destrozado, su ira destructiva terminó y ahora está sentado en el piso llorando sin parar. Severus se hinca junto a él y en voz baja le dice:
- ¿Estas bien?
- No
Sin saber porque, Tommy se abre ante el otro niño. Entre sollozos le cuenta todo la pelea en el comedor, el enojo por las reacciones de su hermano, el beso de Nicholas. Severus solo mueve la cabeza en señal de aprobación, tiene a Harry acostado en sus rodillas mientras le da palmadas en la cabeza. El plan de Dumbledore por fin puede iniciar. La plática continua, de pronto Tommy se encuentra hablándole de sus temores, del miedo que tiene de perder a sus padres y de como el rey le pego. Aquí es cuando con un bufido Severus lo interrumpe para agregar:
- Que más podías esperar de un mago oscuro.
- ¿Disculpa?
Ahora es turno de Sevrus para hablar, espera a que Harry este de nuevo sentado para verlo directo a los ojos, después de revisar varias veces a su alrededor le dice en voz baja, como si tuviera miedo de mencionar lo siguiente:
- Los magos oscuros solo saben destruir. Si bajamos la guardia conquistarían el mundo para ellos, destruirán a todos los que no sean como ellos.
- No mis papis.
- Tus padres más que nadie, a poco no conoces las historias sobre Lord Voldemort.
Moviendo la cabeza de lado a lado, Tommy niega, sin perder un segundo Severus se levanta y va a su baul para sacar un viejo periódico de él. En la portada dice “Masacre, 20 muertos, cinco de ellos niños”. En el artículo ve los nombres de sus padres repetidos numerosas veces, el escritor tomándose una licencia creativa describe maldiciones oscuras que conoce y las hace pasar como encontradas en los cuerpos. Es un periódico pro magos blancos escrito durante la guerra para conseguir reclutas, la mitad es mentira y la otra mitad son hechos exagerados. Pero Harry no lo sabe, conforme lee la nota sus ojos crecen de asombro, aventando el papel al piso expresa:
- Lo que dice es mentira.
- Claro que no, mis abuelos están entre los muertos. Mi madre nunca pudo ver sus cuerpos de tan deformes que estaban.
- No te creo.
El timbre para ir a clases suena, ya perdieron la primera hora pero no pueden faltar a la siguiente. Severus se levanta, recoge el pedazo de periódico para guardarlo de nuevo. Tommy todavía está sentado en el piso pensando en las palabras del otro niño, sus papis no harían eso, ellos son buenos. Pero los ha visto a los dos enojados y no sabe que pensar. Al ver su indecisión, Severus decide aumentar sus dudas:
- Tus padres odian a todos los magos blancos, tu no eres la excepción.
- No es cierto, ellos me quieren.
- Más bien te soportan porque no tienen más hijos, pregúntale a Draco y verás como los tratan diferente. A él nunca le pegarían como a ti.
Dando por terminada la plática Severus sale del cuarto dejándolo solo, Harry lo sigue en silencio, de nuevo el gusanito de no ser querido está presente en su mente. Al estar solo el resto del día pasa lento. A su alrededor todos hablan del ataque en el desayuno, oye como culpan a su hermano, nadie parece sorprendido de su reacción es un mago oscuro le gusta la sangre. Draco y Ron regresan al cuarto después de cenar, tendrán dos meses de detención, también la directora le escribirá a sus padres. Ninguno parece contento por el regaño, para colmo de males, Tommy todavía tiene presente la pregunta de Severus. Cuando están preparándose para dormir interroga a su hermano quiere asegurarse que sus padres lo aman:
- ¿Draco, nuestros papás te han pegado?
- Nunca, papi dice que soy su joya más preciada, nunca me lastimaría.
Tal vez Severus tenía razón, a su hermano lo quieren, pero a él lo soportan. Un escalofrío recorre su espalda. Pensando que es de frío Draco lo tapa con su cobertor. Durante las vacaciones adquirieron la costumbre de dormir juntos, aunque están en la escuela no la han dejado. También entrando bajo el cobertor el rubio se abraza a Harry por la espalda, solo así las pesadillas se van. Tommy continua con sus dudas:
- ¿Sabes si odian a los magos blancos?
- Por supuesto que lo hacen, traicionaron a papá recuerdas como no van a odiarlos. Todos sabemos que son unas ratas, siempre aprovechándose de la situación. El abuelo decía que primero confiaba en muggles que en magos blancos.
Ya no sabe que más preguntar, Severus tiene razón, sus padres odian a los de su clase y a él lo tienen por lástima. No lo quieren. Ambos niños cierran los ojos para dormir, abrazados, Tommy no se atrevió a preguntarle a Draco que pensaba de él, su hermano es lo único que le queda, quiere creer que él si lo quiere:
- Buenas noches Draco.
- Buenas noches Tommy.
El reloj del cuarto marca la 1 am, varios mechones de pelo rubio se pegan en su cara, gotas de sudor escurren por su cuello. Otra vez tuvo una premonición. Su papi, Lucius, está tirado en el piso de la mansión. Hay mucha gente a su alrededor, ve como un elfo le da un bazo de agua que toma con dificultad. Las lagrimas empiezan a correr por su rostro, Tommy se despierta, conociendo los síntomas le soba la espalda. Mientras en voz baja lo arrulla para que regrese a dormir. Cada que hay una redada Draco tiene una premonición, mañana llegará la lechuza de Lucius diciendo que todo está bien. Lo que ellos no saben es que esta vez, la visión de Draco se hizo realidad.