GUILTY
Capitulo 1.
Crudo San Valentín.
En aquella vieja finca los gritos de angustia y de dolor se fundían con el viento y la soledad que se extendía por aquel paraje. Durante cada uno de los días que duro su tortura, a todo pulmón el ojiverde pidió ayuda, compasión pero la angustiosa ira que clamaba venganza de la joven pelirroja no tenia planes para terminar pronto su juego.
- Esto se pone cada día que pasa mas divertido.- Sakuno observaba sentada plácidamente en el sofá mientras sorbía de una taza de café.
Gemidos de aquellos hombres inundaban la habitación con lágrimas de los ojos del menor de los Echizen que no paraban de fluir. Su cuerpo ya sin fuerzas demacrado por los intensos y repetidos golpes, el terrible peso de soportar ser violado por cuantos días fueron... Ya había perdido la cuenta.
Terminaron exhaustos en el suelo polvoriento, ajustaron sus ropas y los grilletes en las muñecas del ojiverde.
Sakuno se levantaba. - Chicos gracias y perdonen por las molestias.- les sonrió.
- Pero señorita...- los dos hombres no estaban muy de acuerdo con lo que iban a escuchar.
- Fue bueno mientras duro, pero llego el tiempo no deseo levantar sospechas.- Sakuno los miraba fijamente mientras le extendía su paga.
Ellos hicieron una reverencia. - Aunque no estamos del todo satisfechos somos felices por haberle sido de ayuda.- sonrieron. - No dude en llamarnos si tiene otro trabajo para nosotros.-
- Lo tendré en cuenta.- la chica respondió.
- Pero que pasara con "ese", ¿piensa dejarlo ahí?- pregunto uno de ellos curioso.
- No... Tengo planes para el.- Sakuno saco de su bolsa un largo pedazo de lona de una tonalidad oscura.
- Necesita ayuda.- se escucho de una voz masculina, ella negó con la cabeza comenzando a extenderla, quitando los grilletes del cuerpo inconsciente de Echizen.
Los hombres ya se había marchado, Sakuno había envuelto al pequeño con el plástico arrastrando el peso hasta su auto logro meterlo. Poniendo en marcha el vehículo alejándose de aquel lugar; kilómetros después ya estaban dentro del grisáceo paraje del concreto de la ciudad.
La chica seguía conduciendo adentrándose en un oscuro callejón aumento la velocidad, abrió la puerta y con un gran estruendo el bulto salió prácticamente volando del auto. Ella se fue alejando sin dejar pistas de lo que había pasado.
Fue un tortuoso infierno
Todo fue por un error
Causado por una intensa pasión
Que entre engaños me envolvió
...
Sus ojos iban abriéndose lentamente. De fondo el clásico sonido de los aparatos que manejan los signos vitales de los pacientes del hospital. Entre tubos, jeringas, suero, y vendajes rodeaban parte de su cuerpo; con un dolor insoportable dominándolo. La puerta comenzaba a abrirse, adentrándose una mujer vestida de blanco.
- Doctor, doctor su paciente ya despertó.- grito la chica, corría para llamar la atención del medico que segundos después entro a la habitación.
- Como se siente hoy joven.- acercándose al menor.
Ryoma se dedico a mirarlo con enfado. - Dígame usted como cree que me siento.- el doctor suspiro.
- Discúlpeme.- llamo su atención. - Necesitamos saber si hay alguna persona al que podamos avisarle de su estado.-
- Solo hay una persona.- el ojiverde cerro los ojos mientras pronunciaba uno a uno el número telefónico que le pertenecía a ese individuo.
"Por favor ven rápido que te necesito" pensaba
El día pasó volando. Con el amanecer del nuevo día Ryoma encendió el televisor sin mucho animo podría ser que el ruido del aparato le ayudara a no pensar a cada momento en su cruel experiencia.
“matare a esos bastardos" se dijo internamente.
Tocaron a la puerta. - Buenos días.- con una sonrisa la joven enfermera entraba. - Mire que hermosas están.- trayendo consigo un paquete y un ramo de flores perfectamente elaborado. - Alguien quiere levantarle el ánimo.-
- Gracias- dijo en seco mientras recibía los regalos.
Percibió un fino aroma al acercar el ramo a su nariz, encontrándose con una tarjeta.
Feliz día de san Valentín
Tezuka
Posdata
... Te estaré esperando...
Ryoma sonrió, pero en que demonios estaba pensando ese idiota no necesitaba flores ni chocolates lo quería a él; porque tardaba tanto en llegar.
Dejo el ramo a un lado, poso su vista en la caja roja deslizo el delicado listón negro que lo envolvía. Un "disfrútalo" en la tapa de la caja.
"Noticia de ultimo minuto" la voz de la reportera en el televisor lo interrumpió.
“Estamos en las afueras del ostentoso complejo privado del distrito de Shinjuku donde un terrible e inesperado suceso acaba de terminar.
“Al parecer a altas horas de la madrugada tuvo lugar una fuerte explosión... Aun no tenemos informes mas detallados"
La cámara daba enfoque a la fachada quemada de la casa con paramédicos, bomberos y vecinos extinguiendo los residuos del incendio.
“Esperen un momento parece que han encontrado algo"
Una camilla salía del lugar con sabanas blancas cubriendo el cuerpo.
“Han identificado el nombre de la victima, según informes es el famoso actor Tezuka Kunimitsu"
“Iremos a pedir mas información, mientras tanto nuestras sinceras condolencias a la familia. Volemos al estudio"
Ryoma se quedo con la boca abierta; sus ojos repletos de lágrimas por la impresión la caja resbalo de sus manos dando de lleno en el piso.
Un grito de terror invadió la periferia, con la enfermera cayendo inconsciente.
En el suelo el miembro cercenado.
- Este es mi regalo.- la voz de Syusuke hizo eco.
- ¿Tu de donde apareciste?- su nudo en la garganta desapareció, Ryoma grito con enfado.
Echizen estaba enterado de que Tezuka no era el amante más confiable, fiel y sincero del mundo, de vez en cuando el muy descarado se ufanaba de sus aventuras en su cara; pero a él le daba igual. Lo único que lo despreocupaba era saber que el titulo de oficial le pertenecía.
- Acaso eso importa... ¿Dime te divertiste con Sakuno?- el ojiverde enmudeció, había caído en la cuenta de su error. - te gusto mi regalo.- Syusuke ancho su sonrisa, Ryoma reacciono y se abalanzó contra el castaño.
- maldito.- grito Ryoma.
- Adiós Echizen.- sacando el arma de su chaqueta apunto a su cabeza, disparo. - Tezuka te espera.-
***
Seguí esperando a que tú aparecieras
Con lágrimas en los ojos trate de negar tu traición
Hoy todo termino
Con el sonido penetrante de un disparo