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LA BELLEZA DE LA OSCURIDAD por crystalwall

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Notas del fanfic:

Los personajes no me pertenecen pero me encanta hacerles sufrir

Notas del capitulo:

Siempre quise escribir una historia de vampiros pero no se me ocurría nada interesante, gracias a la siempre linda Elizabeth - Hummel que me ayudó con sus ideas mientras escribía el fic pude hacerlo, espero que les guste

Capítulo 1.- Desaparecidos

 

En una casa de uno de los barrios residenciales de Tokio un pequeño niño de mas o menos once años estaba discutiendo con su hermano mayor que estaba ocupadísimo haciendo sus tareas

- Nissan por favor… - rogaba el pequeño

- Ya te dije que no Shun – decía el hermano mayor sin siquiera regresarlo a ver

- Pero si solo vamos a ir al supermercado que queda a tres cuadras – insistía el pequeño

- No Shun, ya no insistas – el hermano mayor no se caracterizaba por la paciencia

- Pero nissan…

- Mira, mejor deja de discutir conmigo y ve a jugar con Seiya antes que su papá lo venga a recoger

- Nunca me dejas hacer nada Ikky – dijo el pequeño cruzándose de brazos y haciendo un puchero

- Ustedes son muy pequeños para andar solos por la calle – dijo Ikky alzando la mirada y dejando a un lado su lápiz

- Vamos con nosotros entonces

- Yo ahora no puedo ototo, tengo que acabar este trabajo para mañana, si no fuera así ya nos habríamos ido

- Ikky, por favor por favor por favor – Shun tomó la mano de su hermano mayor y lo intentaba jalar pero no podía

- Ya ve a jugar con Seiya y no me interrumpas mas – dijo el mayor revolviendo el cabello de su hermanito

- Eres un tonto Ikky – dijo el pequeño saliendo del estudio

- Lo que sea, ya vete – respondió el mayor con una sonrisa divertida

 

Shun era un niño muy hermoso de 11 años, estaba solo en casa con su hermano mayor Ikky que tenía 15 años, de visita estaba el amigo de la escuela del menor, Seiya que también tenía 11 años, los mas pequeños querían ir al supermercado a comprar cosas ricas para comer pero su hermano mayor no los quería llevar, pero eso no los iba a detener, Shun fue haciendo pucheros hasta su cuarto pero al entrar le sonrió a su amigo y le dijo todo emocionado

- Vamos Seiya

- Ikky va con nosotros?

- No, dijo que quiere que le traigamos un chocolate, que está ocupado pero que no nos tardemos

- En serio?, nos deja ir a nosotros solos? – el castaño arqueó una ceja, Ikky nunca los dejaba salir solos de la casa, ni su papá tampoco

- No seas cobarde, la tienda está a dos cuadras

- Tres, pero… está bien, vamos

Shun tomó el dinero de la colación de la semana que había ahorrado esos días y se fue con Seiya, salieron por la puerta trasera de la casa sigilosamente, bueno Shun estaba hecho el sigiloso, Seiya iba despreocupadamente, salieron de la casa y caminaron hasta el supermercado, fueron por los pasillos y compraron algunas cosas, al salir ya había empezado a oscurecer, la tarde apenas estaba cayendo cuando en la misma acera caminaba de frente una chica muy hermosa que sostenía un conejo en sus brazos, Seiya y Shun se quedaron como embobados mirando al animalito, la chica sonrió con ternura y se detuvo en su andar

- Lo quieren ver mas de cerca? – les preguntó con dulzura

- Claro – los chicos se acercaron y la joven se agachó para que los niños pudieran acariciar al conejo que temblaba en los brazos de su dueña

- Lo quieres cargar?

- Puedo? – preguntó Shun, los ojos le brillaron

- Ajá

La muchacha le iba a pasar el conejo a los ansiosos brazos del niño de cabellos verdes pero en eso una furgoneta gris con los vidrios ahumados y sin placas se paró muy cerca de ellos, frenó a raya lo que hizo que todos saltaran un poco, tres hombres muy musculosos y mal encarados se bajaron de ella y como si de muñecos de trapo se trataran tomaron a los niños de la cintura, les taparon la boca y los cargaron, entraron a la furgoneta y arrancaron, la chica que tenía el conejo solo sonrió y siguió con su camino

 

Dentro de la furgoneta, aquellos hombres amarraron las manos y los pies de los niños que inútilmente intentaban forcejear, los amordazaron y los lanzaron como a saquillos de papas a la última fila de asientos, Shun y Seiya estaban mas que asustados, lloraban y trataban de zafarse de sus amarras pero lo único que conseguían era lastimarse aún mas

 

En casa Ikky seguía haciendo su trabajo, el peliazul era muy bueno para el dibujo técnico y la lámina le estaba quedando espectacular, de pronto como que algo le vino a la cabeza y reaccionó, algo no estaba bien, el chico estaba en la mesa del cuarto de estudio, salió al hall, miró por la planta baja y no vio nada, salió hasta las gradas y llamó de un grito a su pequeño hermano, la casa estaba muy silenciosa para su gusto

- Shun… SHUN!!!

No tuvo respuesta

- Ya no seas rencoroso, ya acabé la lámina, vamos te llevo al supermercado

Otra vez no tuvo respuesta, Ikky algo molesto subió al segundo piso y no encontró a los niños, miró detenidamente en el cuarto del menor y no vio su chompa azul por ninguna parte, en ese momento su corazón le empezó a latir con violencia, bajó las escaleras corriendo y chequeó la puerta trasera, como lo había temido, estaba abierta, el muchacho tomó sus llaves, aseguró la casa y salió rumbo al supermercado, caminó cobijado por la luz de la luna, llegó allí con la intención de tomar de la oreja tanto a su hermano como a su amiguito por habérsele escapado, pero por mas que buscó por todos los pasillos no encontró a los pequeños, lleno de frustración fue hasta la caja y le preguntó al encargado si los había visto

- Ahh si, vinieron pero hace mas de media hora, compraron algunas cosas pero enseguida se fueron

- Media hora? – ahí le pasó la rabia al peliazul y le embargó la angustia, dónde estaban esos dos mocosos??

- Si… media hora

- Gracias

 

Ikky salió y miró para todas partes buscando a los pequeños, empezó a recorrer el camino a su casa y su corazón se le encogió cuando casi en la esquina vio un pequeño muñequito plástico en el suelo, Shun los coleccionaba, por eso quería ir al supermercado, lo tomó y sus ojos se llenaron de lágrimas, su hermanito nunca lo botaría, algo debió haberle pasado, sin perder mas tiempo sacó su teléfono y llamó a su padre, ya no sabía que más podía hacer…

 

Shion el padre de Ikky y Shun llegó totalmente angustiado pero con la policía, interrogaron al encargado del supermercado que les mostró los videos de vigilancia y efectivamente ahí estaban los niños pero se perdían al salir de la tienda, Aioros el padre de Seiya igual llegó todo desesperado, el jefe de la unidad anti secuestros, Shura, les había pedido una foto de los menores para dar parte, las probabilidades jugaban en su contra, en estos casos de secuestro las primeras 72 horas eran cruciales, usualmente los secuestradores pedían el rescate respectivo, pero si no lo hacían… pasada esa ventana de oportunidad las probabilidades de encontrarlos o encontrarlos con vida iban descendiendo drásticamente…

 

Aquellos hombres, los secuestradores, iban por la autopista saliendo de Tokio, eran tres hombres, los pequeños no pudieron escuchar sus nombres, se hablaban a insultos y risas y se referían a ellos como “la carga”, mas o menos dos horas de haber estado en el auto se sintió claramente el cambio de escenario, habían salido de la carretera principal y ahora avanzaban por un camino de tierra, esto era mas incómodo para los pobres niños que se golpeaban sin remedio, luego de mas o menos otra hora el auto aparentemente llegó a su destino y los hombres se bajaron del auto, abrieron las puertas traseras de la furgoneta y sin la menor delicadeza cargaron a los menores como si de muñecos se trataran y entraron a una casa muy vieja que estaba tenuemente iluminada, los mayores caminaron con los niños a cuestas y los llevaron al sótano, donde habían mas o menos 10 niños mas, ahí los lanzaron al suelo y los desataron, Shun y Seiya se abrazaron y se pegaron a la pared aterrorizados, los otros niños habían hecho lo mismo, aquellos hombres solo sonrieron y ya no dijeron nada mas, salieron de aquel lugar y aseguraron la puerta por fuera

 

Seiya se levantó y corrió hacia la puerta, quería abrirla pero no tenía picaporte, algo intentaba buscar para abrirla y salir

- Estamos atrapados, no hay salida, dijo un niño desde la esquina, tenía los cabellos de color lila y los ojos violeta, se veía triste y sucio

- Desde hace cuánto estás aquí? – preguntó Shun

- Hace dos semanas, ya lo hemos intentado todo pero no podemos salir, la ventanita tiene barrotes – explicó el mismo niño

- Que ventanita? – preguntó Seiya mirando por todas partes

- La del baño, por esa puerta

- Qué van a hacer con nosotros? – preguntó Shun muy asustado

- No se…, los hemos escuchado hablar, mencionan un barco, un jefe y una venta

- Una venta? – Seiya abrió mucho los ojos, que diablos iban a vender?

- Ajá

- Cómo te llamas? – pregunto Shun al niño, era el único que estaba hablando con ellos

- Me llamo Sorrento, el es Mime, Shyru, Io, Bian, Hagen, Ichi, Marin, June y Shyna, cómo se llaman ustedes?

- Yo soy Seiya y él es Shun

Por mucho tiempo nadie mas dijo nada, Shun pensaba en su nissan, en su papá que aurita estaría muy preocupado por ellos, en el papá de Seiya, su castaño amigo era su único hijo, esa noche los dos niños no pudieron dormir, estaban muy asustados y tristes, mientras tanto Shion y Aioros hacían todo lo posible por localizar a sus pequeños, tres días habían pasado, los tres días que el detective había dicho, pero Shion se negaba a dejar que su hijo se convirtiera en una dato frío mas en las estadísticas, y contrató un investigador privado, pero con el correr de los días que se convirtieron en semanas la esperanza se les iba como agua de las manos

 

Tres semanas los pequeños pasaron en ese sótano, los adultos solo entraban a dejarles la comida, y ellos pobres no podían hacer nada mas que sentarse y llorar, la situación era horrible, una noche entró uno de aquellos hombres con varias mudas de ropa que repartió a los pequeños

-  Deben alistarse, hoy al anochecer saldremos de viaje y hará frío en el camino, no queremos que se nos enfermen

- Por favor, déjenos ir… mi padre… el pagará lo que sea por mi… por favor – rogó por enésima vez el niño de cabellos naranja

- Lo dudo… a donde vas… pagarán cien veces lo que sea que tu padre podría pagar por ti, ya vístanse, que salimos en dos horas

Luego del tiempo que les habían dado aquel hombre vino a buscarlos y los subió en un camión que tenía doble fondo, los acostó en la fría cajuela y puso una tapa de madera sobre ellos, sobre esta tapa estaban cartones vacíos pero daba la apariencia que el camión estaba lleno de carga, fueron por el camino por muchas horas, o por lo menos a los pequeños les parecieron días por la incomodidad en la que estaban, finalmente llegaron, el conductor del camión entró con todo y vehículo a una especie de hangar, donde los tres secuestradores bajaron a los niños que estaban muy asustados y se quedaron calladitos y quitecitos mientras varias personas se movían a su alrededor pero intentaron correr y gritar cuando tomaron al pequeño Sorrento y lo amarraron, los adultos rodearon a los niños y los amarraron y amordazaron uno a uno, los golpearon en el proceso para que se queden quietos, luego algo les inyectaron en el brazo para adormecerlos y los pusieron en cajas de cartón individuales y lo cargaron en un barco, ya dentro de la embarcación los sacaron de las cajas y los acomodaron en un cuartito en la parte de abajo, esa noche zarparon hacia tierras lejanas y desconocidas

 

Cuando Shun despertó, estaba tirado en el piso, le dolía mucho la cabeza y estaba todo mareado, Seiya estaba en uno de los rincones de esa sucia habitación aún dormido, el peliverde se acercó a él y lo movía tratando de despertarlo, pasaron algunos minutos antes de que el castaño pudiera abrir los ojos, cuando lo hizo estaba igual de mareado que su amigo

- En donde estamos Shun? – preguntó Seiya sosteniendo su cabeza, el pobre se quería morir

- Yo creo que en un barco – dijo el peliverde juzgando por el movimiento y el sonido

- A dónde vamos?

- No lo se, no he visto a nadie entrar aquí, Seiya que vamos a hacer?

- Correr a la primera oportunidad, buscar a la policía, encontrar un teléfono, buscar una iglesia, algo de eso

- Y si no podemos?

- No vamos a perder la esperanza Shun, tu papá y el mío deben estar moviendo cielo y tierra buscándonos, solo… tenemos que avisarles donde estamos

- Tu lo haces sonar fácil – dijo Shun que estaba todo triste y una lágrima amenazaba con escapar de sus verdes ojos

- Hay que intentarlo Shun, tenemos que ser fuertes si queremos volver a casa

 

Varios días pasaron en ese pequeño y sucio cuarto, comían solo una vez al día, si lloraban o hacían mucho ruido los golpeaban, los tripulantes de este barco eran mucho mas crueles si cabía el término que los hombres que los tenían cautivos en Japón, finalmente llegaron a tierra, pero los niños no sabían en donde estaban, desembarcaron en la noche y por tierra los transportaron por varios días sin descanso, fue un viaje tortuoso, la peor experiencia de sus vidas, viajaban todo el día, no necesariamente por carreteras asfaltadas, iban por caminos empedrados y serpenteantes, ese ritmo los iba a matar poco a poco

 

Mas o menos un mes de viaje después llegaron finalmente a su destino, hacía mucho frío y los pobres niños se congelaban literalmente, por la noche avanzaron hasta que por un garaje escondido se parquearon dentro de una especie de bodega en un enorme almacén abandonado, allí bajaron a los niños que estaban muy pálidos, delgados, con marcas de golpes y sangre, un hombre anciano salió a recibir a los recién llegados, se paseaba por la habitación mirándolos de arriba hacia abajo, los niños sentían mucho miedo, luego este sujeto empezó a hablar con el chofer del camión pero no hablaban japonés, los niños no entendían lo que estaban diciendo, lo cual hasta cierto punto era bueno, la ignorancia es bendición…

 

Tres vehículos mas llegaron, tres furgonetas, los niños también fueron divididos en tres grupos, y sin mayores miramientos fueron subidos a ellas, por lo menos Seiya y Shun estaban juntos, en su grupo también estaban Sorento, Marin y Mime, a dónde fueron las otras furgonetas… no sabían, no sabían nada, después de mas o menos una hora llegaron a una vieja casa, el anciano al que habían visto se bajó del auto, abrió las puertas de la furgoneta y los hizo entrar en la casa, dentro de ser posible hacía mas frío que afuera, el piso de madera sonaba bajo sus pies, la casa estaba en ruinas, el anciano cerró la puerta tras de si y señaló el salón a los niños que se acomodaron en unos muy viejos sillones y esperaron en silencio, dos perros muy grandes que gruñían entraron al cuarto y se les avanzaron a ellos, los niñitos gritaron sin poder contenerse pero antes de que los descomunales animales los llegaran a hacer daño una voz comandante los llamó

- Calígula, Tiberio, no se los coman… todavía – un hombre de mediana edad entró al salón, sus cabellos apenas encanecidos hacán juego con su pálida piel, al ver el miedo en los niños sonrió maliciosamente, los perros fueron obedientemente hasta su amo que les acarició sus cabezas, el dueño de casa se paseó por la habitación mirando su botín, sin duda alguna eran hermosos, solo había que darles de comer un poco, bañarlos, vestirlos y así obtendría un buen dinero de ellos, los iba a vender al mejor postor, probablemente los compre su buen amigo Kyle, el llevaba estas hermosuras para ofrecérselas a sus clientes, los ricos y poderosos pagaban cantidades obscenas de dinero por tener el inmenso placer de robar la virginidad a criaturas inocentes y tan pequeñas, sin lugar a dudas este iba a ser un muy buen día, bueno… pensándolo bien, una muy buena noche, algo apurado se dirigió a su despacho pues tenía personas a las que llamar y contactos que hacer…

- Señor… tiene visita – dijo aquel anciano entrando al salón

- Y quien es?

- No lo sé señor, pero lo espera en el estudio – explicó el anciano

- Si no sabes quien es por qué lo hiciste pasar? – esto le extrañó mucho al dueño de casa, su mayordomo era por demás prudente

- No lo se señor, es muy extraño…

- Ahora voy, cuida a los angelitos por mi

- Si señor

 

El hombre dueño de casa caminó por el pasillo y fue hasta el estudio, abrió las puertas y se sorprendió al ver a aquel caballero, era alto, tenía los cabellos plateados, la piel muy blanca y era sumamente elegante, no se lo habían presentado formalmente pero lo conocía de vista, pero que extraño… eran casi las cuatro de la mañana, qué hacía él en su casa?

- Buenas noches Sr…

- Thanatos, simplemente llámeme Thanatos, gracias por recibirme Sr. Weiss – dijo amablemente el extraño

- Qué puedo hacer por usted a esta hora? – preguntó sumamente intrigado el dueño de casa indicando la silla frente a su escritorio, el invitado tomó asiento y el dueño hizo lo propio

- Tenemos un amigo en común que me encargó entregarle un mensaje – Thanatos juntó las puntas de los dedos de su manos cuando dijo esto, Eric Weiss no sabía por qué pero un escalofrío le recorrió la espalda

- Ah si?

- Pues si

- Y de quien estamos hablando? – Weiss se sirvió un trago, le ofreció uno a su invitado pero el no aceptó

- Pandora – dijo el peliplata con una sonrisa

- Pandora??, me temo que no he escuchado hablar de ella – eso era cierto, no conocía a ninguna mujer llamada Pandora

- Ohhh pero si lo ha hecho, Usted la trajo a este país hace un par de años y la vendió a un amigo mío, cuando mi amigo desafortunadamente murió la dejó a mi cargo y ella me ha contado la mas interesante historia

- Qué historia? – Eric Weiss empezó a ponerse nervioso, aquel hombre, Thanatos, lo miraba de una manera muy extraña

- Usted la sabe, como fue tomada de su casa, como usted se encargó de asesinar a su familia porque se acercaban peligrosamente a su organización, como ella fue vendida a un hombre cruel que la hizo su esclava y abusó de ella por mucho tiempo, si ahora está viva es de milagro – Thanatos hablaba en un susurro cargado de ira que le heló la sangre al dueño de casa y al ver las intenciones de su visitante se puso de pie y furioso le reclamó

- Pruébelo, pruebe lo que dice

- No hace falta… la justicia hoy llegará muy rápido

 

Antes de que el Sr. Weiss pudiera moverse sintió a Thanatos sobre él, como muñeco de trapo lo sujetaba con una fuerza extrema, el hombre no se podía mover y un grito ahogado logró salir de su garganta cuando sintió como aquel hombre mordía su cuello, poco a poco los sentidos se le fueron nublando e iba perdiendo la fuerza hasta que cayó pesadamente al piso cuando su corazón dejó de latir, Thanatos sacó un pañuelo de su bolsillo y se limpió la comisura de sus labios, con el tiempo y la práctica aquel ser no derramaba ni una sola gota de la sangre que obtenía de sus víctimas, Thanatos sonrió al ver el cadáver de aquel hombre, fue muy fácil la verdad… extrañaba los días donde se dedicaba a cazar, ahora ya no le hacía falta, esto fue solo un favor a su “mascota”

 

Thanatos fue hasta la ventana, corrió las cortinas que llegaban al piso y tendió su mano donde una mano pequeña y temblorosa la tomó y una jovencita salió de las sombras, tenía apenas 15 años, era muy hermosa, tenía la piel muy blanca y el cabello negro, ella solamente miró a aquel hombre cuya mano estaba helada

- Gracias – dijo la muchacha que estaba algo pálida pero se le notaba que estaba agradecida

- Yo cumplo siempre mis promesas niña, ahora pásame ese candelabro

Pandora fue hasta la chimenea de la estancia y tomó un candelabro que tenía varias velas encendidas y se lo acercó a Thanatos que tenía una botella en la mano, la había destapado y la olió mientras sonreía

- Brandy… muy útil en las actuales circunstancias – Thanatos bañó el cuerpo que yacía inerte en el piso con el licor y haciendo a Pandora a un lado dejó caer el candelabro y enseguida el piso de madera y el cuerpo se prendieron en llamas

- Vámonos mi niña, no queremos que llegue el amanecer y nos sorprenda fuera de casa

Pandora tendió su mano a Thanatos que la tomó y salieron rápidamente de la habitación, afuera en el pasillo estaba aquel anciano que algo quiso hacer o decir pero no tuvo oportunidad de nada, Thanatos se acercó a él y en un rápido movimiento le rompió el cuello dejándolo en el piso, llegaron al salón y vieron a unos niños que aún no se habían dado cuenta que la casa sería consumida pronto por el fuego

- No puede ser… - susurró la jovencita mirando a los cinco niños que estaban tan asustados como ella alguna vez lo estuvo

- Vámonos no tenemos tiempo para esto – dijo el mayor cargándola, ella abrazó a Thanatos y le susurró en su oreja “Por favor”, el mayor la miró e hizo una mueca, la jovencita sonrió, se separó de Thanatos y fue donde el primer niño y le hablaba pero el niño no entendía, Pandora les hablaba pero ninguno se movía pero la sala empezó a llenarse de humo, Thanatos abrió la puerta y se las enseñó a los niños que eso si entendieron y salieron por ella, Pandora tomó de la mano a Shun y lo acercó a un auto, el peliverde iba a resistirse pero en eso la casa se acabó de prender fuego, Thanatos miró el cielo, amanecería pronto, lo mejor era irse, ya vería que hacer con los niños al día siguiente, los subió al auto y arrancó perdiéndose en la oscuridad de la noche

 

Notas finales:

Espero que les haya gustado, solo les quiero decir que en lo de los vampiros a mi personalmente me gustan los vampiros de Anne Rice (Crónicas vampiricas) y los de Charlaine Harris (True blood), entonces si estaban pensando en crepúsculo, como que no, yo se que mis historias son toda dulces pero si soy media sanguinaria cuando de vampiros estamos hablando, entonces espero que les guste mi versión

Nos vemos en la contiuación, iba a esperara acabar de publicar "Los santos de bronce", pero soy obsesiva - compulsiva y ya no pude esperar mas


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