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EL LECHO NUPCIAL por Alone_Starlight

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Notas del fanfic:

Adaptación de uno de los escritos de G. Khalil que lleva el mismo título, en su libro Lágrimas y Sonrisas. Este hecho ocurrió en el norte del Líbano a fines del siglo XIX y le fue revelado al autor por un familiar de uno de los principales protagonistas de la historia original, y quien presenció el incidente descrito. Solo he modificado algunas cosas pero tanto la trama como los personajes, ninguno me pertenece, sino a sus respectivos autores J.K. Rowling Y G. Khalil.

Notas del capitulo:

Pañuelos a la vista XD


Precedidos por monaguillos que portaban velas y seguidos por sacerdotes y amigos, los contrayentes abandonaron el templo en compañía de jóvenes y mujeres que caminaban al lado de los novios cantando y colmando el cielo de bellas y alegres melodías. Eran las nupcias de Lord Abraxas Malfoy y el unigénito de los Riddle; un evento al que nadie deseaba faltar por lo que todos los nobles y personas importantes del mundo mágico, así como los reporteros de cada diario, estaban presentes en la celebración; nadie quería perder detalles.

Cuando la procesión llego a la residencia del novio, los recién desposados tomaron las principales ubicaciones en el vasto salón, y los celebrantes se sentaron en cojines de seda y en sillones de terciopelo, hasta que el lugar se colmó de una multitudinaria concurrencia deseosa de felicitar a la pareja. Los sirvientes pusieron las mesas, y los invitados comenzaron a brindar por el novio y su consorte, mientras los músicos apaciguaban el espíritu con sus cuerdas. Podía oírse el tintineo de las copas de cristal entrechocándose, al unísono con el repiqueteo de los tambores. Las doncellas comenzaron a danzar ágilmente, contorneando sus flexibles cuerpos al compás de a música, mientras el resto de los invitados las observaban extasiados y bebían cada vez más vino.

En pocas horas la escena de una alegre y agradable ceremonia nupcial se convirtió en una tosca y profana orgía. Aquí, un joven pelinegro derrama sus sentimientos de súbito cuestionable amor sobre un atractivo pelirrojo. Más allá, otro joven intenta entablar conversación con una dama, mas tiene dificultades para traer a la memoria enturbiada por el vino las bellas palabras pensadas; Severus Snape siempre meticuloso había perdido la partida ante las insinuaciones de su amigo y cedió a la embriaguez por vez primera, frustrando sus planes de declararse a su idílico amor, Lily Evans. De tanto en tanto podía oírse a un anciano exigir a los músicos repetir aquella canción que le recordaba sus épocas pasadas; Albus Dumbledore disfrutaría por todos sus estirados compañeros. En este grupo una mujer de cabellos platinados coquetea con un hombre quien, a su vez, mira apasionadamente a su rival; Narcisa no se daría por vencida en su lucha por conquistar a Lucius, aunque este andase coladito por su esposo y pusiese en juego su dignidad. En aquel rincón, una dama de cabellos negros con reflejos azules observa risueña a las doncellas, tratando de elegir entre ellas una esposa para su hijo menor, ya que su primogénito se le adelantó; Walburga nunca estuvo de acuerdo con que su esposo eligiera a Lucius como candidato de su hijo mayor ¿pero qué se le podía hacer? El chico siempre había demostrado una naturaleza rebelde y se descubrió a gusto con la elección de su padre ya que el prospecto le era “moldeable”; toda una serpiente bajo aquella piel. Además debía admitir que, si bien no podría nombrar a ninguno de sus hijos como heredero, su esperanza descansaba sobre los hombros de su amado nieto: Orión Black. Al menos su yerno había tenido la “amabilidad” de ceder, al nombrar su segundo hijo como un Black. De pie junto a la ventana, una mujer casada aprovecha la oportunidad en que su marido se halla ocupado con la bebida y sus amigos, para hacer planes con su amante; poco le importaba a si Rábastan le descubría; total, él no podía disimular su mirada sobre el trasero de su propio hermano: odiaba a Rodolphus pero este le proveía de la distracción necesaria para realizar sus encuentros furtivos con su amante sin levantar sospechas de su familia.

Parecía como si todos estuvieran recogiendo los frutos del presente y olvidando el pasado y el futuro. Mientras todo ocurría el radiante consorte observaba a los presentes con hermosas esmeraldas empañadas por la tristeza. Se sentía como un desdichado prisionero tras los barrotes de una celda, y frecuentemente buscaba con la mirada a un joven que se hallaba solo en el otro extremo del salón, como ave herida y pérdida su bandada. Tenía la mirada fija en un punto del techo y parecía completamente extraviado en un mundo de tinieblas. Su amado James se hallaba muy silencioso y tranquilo, algo impropio en un chico como él; sumido en la dolorosa resignación ya que si bien él era un sangre pura también no podía armar una guerra con las demás familias de nobles; había mucho que perder.

Llegó la medianoche y la exaltación de la multitud creció hasta lo insospechable, hasta que tuvo el aspecto de una locura despiadada, porque la mente estaba libre y la lengua había perdido su control.

El novio, hombre entrado en años y ya en estado de ebriedad, dejó a su consorte librado a su suerte y comenzó a pasearse entre los invitados, bebiendo con ellos y agregando combustible a las llamas de su embriaguez.

A una señal del consorte, una doncella vino a sentarse a su lado. Entonces Tom giró la cabeza y miró hacia uno y otro lado, y luego le susurró con voz trémula:

— Te ruego, compañera mía, y apelo a ti en nombre de nuestra amistad y de todo lo que amas en este mundo, que vayas y digas a James que me espere en el jardín bajo el sauce. Por favor, Molly, llévale mi pedido y dile que acceda; recuérdale nuestro pasado y dile que moriré si no lo veo. Dile que debo confesarle mis faltas y pedirle perdón; dile que quiero exponer todos los secretos de mi corazón ante él. Apresúrate, y no temas. —

Molly remitió el mensaje con sinceridad a su amigo; James la miró como un hombre sediento mira un río distante y dijo suavemente:

— Le esperaré en el jardín bajo el sauce. —

Salió de la casa, y unos minutos después el consorte le seguía, escurriéndose entre los embriagados y disimulando sus distintivos rasgos bajo una capa; ojos verdes se encontraron en una mirada cómplice. Al llegar al jardín miró hacia atrás como gacela que huye del lobo, y luego se dirigió hacia el sauce donde la aguardaba el joven. Cuando estuvo junto a él lo rodeó con sus brazos y dijo entre sollozos:

— Escúchame, James, siento haber actuado apresurada e impensadamente. Mi corazón está lleno de tristeza; te amo a ti y a ningún otro; seguiré amándote hasta el fin de mis días. Me han mentido y me han dicho que tú amabas a otra, y Lily me decepcionó cuando me dijo que tú estabas enamorado de ella. Hizo eso para inducirme a que aceptara casarme con Lord Malfoy y tú bien sabes que estoy a su merced, tal como mi familia tenía planeado desde hacía tiempo. Ahora estoy casada, pero tú eres el único a quien amo, y tú eres mi esposo. Ahora que me he quitado el velo de los ojos y me he aproximado a la verdad, he venido aquí para seguirte hasta el fin de la vida, y nunca regresaré junto al hombre a quien la falsedad y las rígidas costumbres me han elegido por esposo. Apresurémonos, amado mío, y abandonemos este sitio al amparo de la noche. Vayamos a la costa y subamos a una nave que nos llevará a tierras lejanas donde podamos vivir juntos sin ser molestados; al mundo muggle, donde sea, no importa. Vayámonos ahora para que al alba estemos lejos de las garras del enemigo; tengo suficientes joyas y riquezas como para que podamos vivir tranquilos el resto de nuestros días... ¿Por qué no hablas James? ¿Por qué no me miras? ¿Acaso no escuchas los gemidos de mi alma y el llanto de mi corazón? ¡Habla, y apurémonos a irnos de aquí! Los minutos que se escurren son más valiosos que los diamantes, y más preciados que las coronas de los reyes. —

Su voz era más calma que el susurro de la vida, y más angustiada que el quejumbroso llamado de la muerte, y más tenue que el crujido de las alas, y más profunda que el mensaje de las olas... era una voz que vibraba de esperanza y desesperación, de placer y dolor, de felicidad y desdicha, con deseos de vida y deseos de muerte. El joven escuchaba con atención, pero en su interior el amor y el honor libraban una intensa batalla... El Honor que reconforta el espíritu, y el Amor que Dios puso en cada corazón humano... Tras un silencio prolongado, el joven alzó la cabeza y desvió los ojos de los esmeraldas, que le miraban trémulos de ansiedad, y respondió quedamente:

— Regresa a tu destino, ya es demasiado tarde. La sobriedad ha borrado lo que la embriaguez ha escrito. Vuelve antes de que los invitados te descubran aquí y diles que has traicionado a tu marido en la noche de bodas de la misma forma en que me traicionaste a mí en mi ausencia. —

Al oír estas palabras, el joven de cabellos ébano y incomparables ojos verdes se estremeció como una trémula rosa ante la tempestad y dijo dolorido:

— Jamás regresaré a la casa que he abandonado para siempre. Ahora me siento como un prisionero que abandona el desierto... No me eches de tu lado diciendo que te he traicionado. Las manos que unieron nuestros corazones son más fuertes que las manos del ministro y de los jueces que entregaron mi cuerpo a mi asqueante cónyuge. No hay poder capaz de separarme de ti... ni siquiera la muerte puede separar nuestras almas, porque sólo los Cielos pueden torcer la voluntad de los Cielos. —

Fingiendo desinterés y tratando de librarse de la presión de los brazos que lo rodeaban, el castaño replicó:

— ¡Aléjate de mí! Amo a otra con intensidad que me hace olvidar que existes. Lily estaba en lo cierto cuando te dijo que la amaba. Regresa junto a tu esposo y sé un consorte fiel como la ley manda. —

— ¡No, no! ¡No te creo, James! — protestó desesperadamente el mayor. — Bien sabes que me amas, puedo leerlo en tus ojos; percibo tu amor cuando me acerco a ti; nunca te dejaré para ir junto a mi esposo mientras palpite mi corazón; vine aquí para seguirte hasta el fin del mundo. Muéstrame el camino, James, o déjame morir aquí. —

— Déjame, — dijo el menor, sin alterar el tono de su voz. — o llamaré la atención de la gente a este jardín y te pondré en ridículo ante todos y dejaré que mi amada Lily se ría de ti y se enorgullezca de su triunfo. —

Mientras James luchaba por librarse de sus brazos, el esperanzado, tierno y suplicante moreno se transformó en una leona que ha perdido sus cachorros, y gritó:

— ¡Nadie me vencerá jamás ni me quitará mi amor! — después de haber pronunciado estas palabras, extrajo una daga oculta bajo su traje nupcial, y la clavó en la garganta del joven con la rapidez del relámpago. Cayó sobre la hierba como un retoño arrancado por la tormenta, y el mayor se inclinó sobre el cuerpo sosteniendo la daga manchada de sangre en una mano. Él abrió los ojos y con labios trémulos susurró:

— Acércate ahora, amado mío; ven, Tom y no me abandones. La vida es más débil que la muerte, y la muerte más débil que el amor. Escucha la risa cruel de los invitados en la casa, oye cómo tintinean y se quiebran las copas de cristal, amado mío. Thomas, me has rescatado del sufrimiento de la vida. Déjame besar la mano que rompió las cadenas y me liberó. Bésame y perdóname, pues no he sido fiel. Posa tus manos manchadas de sangre sobre mi triste corazón y, cuando mi alma se eleve al vasto firmamento, pon la daga en mi mano derecha y di que yo mismo me he quitado la vida. — se detuvo para tomar aliento y dijo en un susurro: — Te amo, Thomas, y jamás he amado a nadie más. El autosacrificio es más noble que huir contigo. Bésame, oh Tom... — apoyó la mano sobre su herido corazón y dio el último suspiro. El de hebras azabaches miró hacia la casa y gritó en desgarrante agonía

— ¡Salid de vuestro estupor, que aquí se celebra la boda! ¡El novio y su consorte os aguardan! ¡Venid a ver nuestro mullido lecho! ¡Despertad, insanos y bebedores; corred a este sitio para que podamos revelaros la verdad del amor, la muerte y la vida! —

Su histérico grito atravesó la casa y retumbó en los oídos de los invitados. Como en un trance, todos se precipitaron a la puerta y salieron mirando hacia todos lados. Al aproximarse a la escena de tan trágica belleza y al ver al consorte llorando sobre el cuerpo del heredero de los Potter, retrocedieron temerosos y nadie se atrevía a acercárseles. Parecía como si el hilo de sangre que brotaba del corazón del joven y la daga que sostenían en la mano, los hubiera hechizado y hubiera helado la sangre de sus cuerpos. El azabache los miró y gimió amargamente:

— ¡Acercaos, cobardes! ¡No temáis al espectro de la muerte cuya grandeza rehúsa aproximarse a vuestra insignificancia, y no os asustéis de esta daga, pues es un instrumento divino que rehuye tocar vuestros cuerpos impíos y vuestros huecos corazones! Mirad a este hermoso joven... Es mi amado, y lo maté porque lo amaba... es mi novio y yo soy su consorte. Buscamos un mullido lecho que fuera digno de nuestro amor, en este mundo al que habéis empequeñecido con vuestras tradiciones e ignorancia. Pero hemos elegido este lecho. ¿Dónde está esa pérfida mujer que traicionó a mi amado y dijo que él la amaba? ¿Dónde está aquella que pensó que me vencía? ¿Dónde está Lily Evans, la serpiente infernal que me desilusionó? ¿Dónde está la mujer que os ha reunido aquí para celebrar la partida de mi amado y no el matrimonio del hombre que había elegido para mí? Mis palabras deben resultaros extrañas, pues el abismo no puede comprender el canto de las estrellas. Diréis a vuestros hijos que he matado a mi amado en la noche de bodas. Mi nombre será una blasfemia en vuestros sucios labios, pero vuestros nietos me bendecirán, pues el mañana liberará a la verdad y al espíritu. Y tú, ignorante esposo mío, que compraste mi cuerpo pero no mi amor, y que me tienes pero no me posees, eres el símbolo de esta desdichada nación, que busca la luz en las tinieblas, y aguarda que el agua brote de la roca; tú simbolizas un país gobernado por la ceguera y la estupidez; tú representas a la falsa humanidad que corta brazos y gargantas para alcanzar el collar o la pulsera. Ahora te perdono, pues el alma que parte dichosa perdona los pecados de la gente. —

Entonces Thomas Riddle alzó la daga al cielo, y como un sediento que acerca a sus labios al borde de la copa, dejó caer su brazo clavándosela en el pecho. Cayó junto a su amado, como un lirio despojado de su flor por una afilada hoz. Las mujeres contemplaban la horrible escena y gritaban escandalizadas; algunas se desvanecieron y el rugido de los hombres colmó los cielos. Al acercarse a las víctimas, vergonzosa y respetuosamente, el agonizante consorte los miró, y mientras la sangre manaba de su herido cuerpo, les dijo:

— Alejaos de nosotros y no separéis nuestros cuerpos, porque si cometéis tal pecado, el espíritu que flota sobre vosotros os apresará y os quitará la vida. Dejad que la tierra hambrienta engulla nuestros cuerpos y nos oculte en su seno. Dejad que nos proteja así como protege a las semillas hasta que llega la primavera y vuelve la vida pura y el despertar. —

Se acercó al cuerpo de su amado, posó los labios sobre los fríos labios de él y dijo sus últimas palabras:

— ¡Mira, eterno mío... mira a nuestros amigos! ¡Mira cómo los celosos rodean nuestro lecho! ¡Oye él castañeteo de sus dientes y el crujido de sus dedos! Me has esperado mucho tiempo, James, y aquí estoy pues he roto las cadenas. Ya hemos esperado demasiado tiempo en este tenebroso mundo carcelario: Todo se desvanece de mi vista y sólo puedo verte a ti, amado mío. Estos son mis labios, mi más preciada posesión terrena... acepta mi último suspiro humano. Ven, James, vámonos ahora. El amor ha desplegado sus alas y se ha elevado hacia la gran luz. — inclinó la cabeza sobre el pecho, pero sus ciegos ojos aún estaban mirándolo.

Reinó el silencio, como si la dignidad de la muerte se hubiera apoderado de las fuerzas de los presentes impidiéndoles moverse. Entonces el juez que había celebrado la ceremonia matrimonial se adelantó y señalando a la pareja unida por la muerte dijo como si se tratase de un sacerdote puritano:

— ¡Malditas son las manos que tocan estos ensangrentados cadáveres carcomidos por el pecado! Y malditos son los ojos que derraman lágrimas de pesar sobre estas dos almas endemoniadas. Dejad que ambos cuerpos sigan yaciendo en este morboso sitio hasta que las bestias devoren su carne y el viento esparza sus huesos. ¡Regresad a vuestros hogares y alejaos de la contaminación de estos pecadores! ¡Dispersaos ahora, antes de que os alcancen las llamas del infierno, que aquel que aquí permanezca será maldecido y exiliado del mundo mágico!

Molly, último mensajero de los enamorados, se adelantó valientemente y se detuvo ante el juez. La joven lo miró con los ojos llenos de lágrimas y le dijo:

— Yo permaneceré aquí, hereje despiadado, y yo los custodiaré hasta que llegue el alba. Cavaré un sepulcro para ellos bajo estas ramas suspendidas y los sepultaré en el jardín en que se dieron el último beso. Abandonad este sitio de inmediato, pues el cerdo detesta el aroma del incienso, y los ladrones temen al señor de la casa y a la llegada de los primeros destellos del alba. Corred hacia vuestro lecho tenebroso, pues los himnos angelicales no penetran vuestros oídos clausurados con el sólido cemento de las reglas crueles y vanas. —

La multitud se dispersó lentamente junto con el consternado ministro y Molly permaneció junto a Tom y a James, como una madre protege a sus hijos en el silencio de la noche mientras los amigos de los fenecidos eran llevados por sus respectivas parejas pues no habían podido soportar la escena y cedieron a la oscuridad de la inconciencia.

Cuando la multitud hubo abandonado completamente el sitio, Molly se hincó de rodillas y lloró con los ángeles.


Fin

Notas finales:

¿Qué les pareció? Este fue mi segundo one-shot, espero les halla gustado.


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